"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, December 13, 2009

Estimadas(os) Amigas y Amigos:

Antes que todo teniendo presente de mis lecturas de R. Merton que planear una acción presupone implícitamente el deber de prepararse para enfrentar consecuencias imprevisibles, pues el hecho de planificar no asegura que se elimine el riesgo de que ocurra algo imprevisto. Esto porque siento que he llegado al final del camino en este blog, el que sin lugar a dudas ha dejado sus huellas, mientras sus motivaciones han cumplido con el objetivo de mantener una comunidad con la cual he compartido la búsqueda de la luz de la sabiduría, hoy mientras observaba el árbol navideño 2009 en casa sentí que quizás era necesario hacer un balance personal que cerraría este ciclo "bloguero".

De hecho no pude evitar trasladarme hacia mi infancia, hacia ese lejano recuerdo de aquel rincón del comedor de la casa de mis padres en Balmaceda (Aysén), revelándoseme el árbol navideño de hace poco menos de 50 años atrás, con su olor natural fijado a un tarro en el cual su tronco era estabilizado verticalmente mediante piedras estratégicamente colocadas en su interior, este trabajo indudablemente había comenzado días antes, en el cual habíamos concurrido con mis padres a los bosques cercanos para escoger aquella rama que se convertiría en una nueva esperanza navideña familiar.

De regreso al presente al buscar las características organolépticas en nuestro árbol 2009 , no me es posible captar ese olor natural, aunque este adornado con similares elementos a pesar de los años transcurridos, con la excepción de un hecho que he decidido subsanar antes que llegue el día de navidad, en cuanto a que ese árbol del pasado mantenía ligado desde la copa hasta su base decenas de caramelos, que pendían a través de un hilo de costura, aspecto que mi madre titánicamente lograba mantener hasta el termino del año, mediante una constante reposición de nuestros furtivos hurtos diarios.

Siempre ha habido una oportunidad para preguntarme de donde vengo, y la respuesta no creo que sea distinta de la que cualquiera ustedes podría dar, pues simplemente vengo de mis sueños, de mis metas y de mis esperanzas que simbólicamente hoy se representan en el árbol navideño a lo largo de todos estos años de vida conciente.

Del hogar paterno a la escuela, de la escuela al hogar, de fines de semana montados en caravana de vehículos, en pos de la fraternidad y la amistad entre familias entorno a una ronda de asados de chiporros al palo, ya fuera en el Puente "El Ministro" o en los terrenos de los españolicemos Fernández-Diez. Adultos y niños compartiendo una partida de brisca, escoba o el mismísimo truco para luego correr libremente por la campiña, jugar un partido de futbol interfamiliar y terminar refrescándonos en las frías aguas de los ríos ayseninos.

Momentos alegres y tristes como la vida misma con su quitar y dar, elevándonos por los aires balmacedinos en un DC 3 o Twin Oter o DC6 o en un modernísimo Caravelle, para alejarnos junto a mis hermanos del calor familiar hacia nuevos destinos ,que nos permitirían educarnos y así enfrentar con oportunidades de éxito nuestros futuros personales, atrás nuestros amados padres con sus manos en alto y sonrisas de aliento que escondían la congoja de una separación forzada, por las circunstancias educacionales de una zona extrema del Chile del pasado.

Luego una nueva vida en casa de parientes, internados y pensiones, esperando con ansia la llegada de las vacaciones de verano para regresar a nuestro hogar paterno, con nuestros certificados aprobados desde la enseñanza básica, media y universitaria. Sólo ansias que al fin al cabo con el paso del tiempo no pudieron hacerse realidad, pues la vida como he dicho da y quita, tan así que en este caminar fuimos formando nuestros propios hogares, al que más de alguno tampoco regreso.

Nunca he podido superar la nostalgia que me produce cada año la navidad, miles de imágines pasan por mi mente las que me hacen preguntarme quién soy. Acaso soy esos sueños que llenaron mi infancia, que entre azares y voluntades preconcebidas o no, me han llevado a ser lo que hoy puedo saber o no saber de mi. De lo que puedo con seguridad afirmar que desde que tuve un dígito de edad hasta hora he mantenido una amistad irrestricta y recíproca con los libros, desde la historietas de Walt Disney que daban esperanza de que los sueños dependen de nuestra propia voluntad para hacerse realidad, hasta mis lecturas actuales metafísicas que buscan afanosamente la verdad y sentido de mi existir.

Situación similar a la del árbol navideño es la que me sucede cuando me monto en mi bicicleta, por un lado me transporto en el tiempo luchando avanzar contra el viento por el camino de ripio, en las calles de Balmaceda junto a mi hermana para alcanzar el puente del río oscuro a las afueras del pueblo. Ciertamente que mi actual bicicleta no es la misma del pasado, como tampoco tiene la facultad de hablar y comparar mi actual fisonomía, más que seguro que de haber podido hacerlo reclamaría por la mayor carga que tiene que soportar, y que no son relativa al peso de lo años sino que al peso de mi cuerpo.

Es posible de que de mi madre haya heredado mi capacidad lectora, como de mi padre una manera de actuar que recuerdo y me parece muy atingente rescatar ahora, y es que él en la utilización del lenguaje enseñaba a pescar y no a regalar pescados, lo que quiero decir es que ante un vocablo en particular nos hacía que lo convirtiéramos en objeto de análisis de las raíces lingüísticas y carga semántica antes de recurrir a la comprobación en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (o castellana para otros). Creo identificar con esto que quizás sin saberlo mis progenitores me entregaron las competencias básicas para enfrentar mi vida, como el ejemplo de la lectura, el trabajo colaborativo y el autoaprendizaje.

La sabiduría de los padres es algo que se descubre por los hijos con los años, es algo fácil de ignorar cuanto más joven se es, y para descubrirla hay que buscar con generosidad, sobre todo aquellos que no tuvimos la oportunidad de convivir por largos periodos con ellos, en particular nosotros por nuestro salida prematura del hogar paternal. Huelga decir que Dios nos ha premiado con darle hasta hoy larga vida a nuestros papá y mamá. Sólo a modo de ejemplo una vez escuche a mi padre decir “que son como campanas de palos las pobres palabras del pobre”, y puedo asegurarles que mi conciencia social esta marcada por este mensaje.

Con ese pequeño empuje generoso de mi parte para extraer de mis recuerdos la guía maternal y paternal, es que he podido encontrar un sin número de hechos que demuestran la sabiduría que nos entregaron a mi y mis hermanos, lo que me ha permitido soslayar todos aquellos momentos de decepciones y tristezas que como antes he dicho reiteradamente la vida me ha dado y me ha quitado. Para aquellas personas que siempre me han sido adversas, no pretendo con esto esconder lo que he sido o he hecho de mi vida, muy por el contrario ya que no tengo duda alguna de que de mis errores he aprendido y no de las mentiras, soy lo que soy y estos son los padres y la época que accidentalmente me ha tocado vivir, esta es a mi modesto entender la única oportunidad terrenal que tengo, por tanto nobleza obliga: tengo los mejores padres de mi mundo, allá otros con sus mundos yo soy feliz con el mío.

Yo pienso que uno puede hacer muchas cosas en la vida las que pueden ser valoradas desde diferentes perspectivas y contextos, como buenas y malas. Lo importante es que podamos darnos cuenta de las acciones que nos conducen a actuar de una u otra manera, ya sea a través de nuestro trabajo personal o de considerar los consejos de aquellos que nos aman, esto es una lección vital que no debemos ignorar.

Lejos esta el lento avanzar de aquel metro de tronco que daba forma a un hermoso transatlántico, su crucero por los inconmensurables patios que rodeaban nuestra casa paterna era posible por una pita que lo unía a mi mano, mientras sobre mi cabeza se mantenía mi gorra de almirante. En cada uno de mis pasos de juego se acrecentaban mis sueños de dirigir y gobernar los destinos de aquellos pasajeros imaginarios de los cuales era responsable de llevar a salvo a sus destinos. Quizás algunos observadores cercanos no podían entender o nunca entenderán las motivaciones para arrastrar dicho tronco con esfuerzo, sin encontrar una explicación a tan descabellado sin sentido, la respuesta la hubieran encontrado si se hubiesen preguntado en lo que pensaba, lo cual no era otra cosa que liderar mis grandes sueños hacia la tierra prometida.

Puedo asegurarles que cuando corría el año 1965 salimos hacia el norte con escala en Puerto Montt y destino la capital de Santiago de Chile, no llevé mi gorra de almirante ni menos mi pesado transatlántico, lo que llevaba era esos grandes sueños, los cuales he alimentado constantemente hasta ahora con empeño y perseverancia, pues nunca he dejado de soñar como tampoco he impedido que se enciendan los sueños de todo aquel prójimo que se cruzó o me acompañó en mi camino. Si de algo pudiera con humildad sentirme satisfecho es haber liderado con amplia libertad mis sueños y el de lo demás.

Así me convertí hacia final del camino en profesor universitario, luego de pasar por una diversidad de empleos desde Director Técnico de Farmacias, cuidador de campos con caballos corraleros y vacunos incluidos, suplementero, vendedor, empresario (taxis, farmacias, librería, etc.), medianos y altos cargos gerenciales en la empresa privada, como también en la administración pública, mediante los cuales fui luchando por mis sueños personales, familiares y profesionales. Nadie me aseguro que ello sería fácil, de hecho nunca he dejado de estudiar y prepararme para cada uno de ellos. Tampoco olvidaré los costos que me demandaron en sus oportunidades y que han sido inevitables de asumir.

Hoy a los pies de este árbol navideño 2009 puedo preguntarme con tranquilidad hacia dónde voy. La respuesta es simple en paz y felicidad en compañía de Gemma mirando como el futuro se convierte día a día en presente, dándonos la oportunidad para compartir sueños y luchas de manera que nuestros grandes sueños se conviertan en realidad, y por sobre todo apoyándome para que no me falten fuerzas para ayudar a cumplir los sueños de quienes amamos.

Que estén bien

Wednesday, December 09, 2009

Ciencia y Religión en el contexto de la modernidad: ¿Conflicto de dogmas?

Francisco de la Fuente V.


Partiendo de esa frase de Martín Heidegger de que “la ciencia no piensa”, considerando que esta no es más que una simple manipulación de datos, siendo el pensamiento una actividad mental que va más allá de ello.

Es claro que hacia el 1600 con la participación de Galileo se produjo un cisma de la ciencia, ya que esta paso de la manera tradicional a una moderna, donde la primera era cercana a la sabiduría y la segunda paso a un quehacer fundamentalmente de tipo cuantificable, sustentado ello en la racionalidad del ser humano, perdimos la sabiduría pero ganamos una compresión en lo particular de la realidad, en lo cual juega un rol importante el método y más precisamente lo que denominamos “método científico”, el cual condiciona el contexto en el cual se estudia la realidad.

Este fondo metodológico da el marco por el cual se percibe humanamente la realidad, lo que de alguna forma ha dado una visión científica del mundo en que vivimos, desde la perspectiva de la racionalidad matemática como si esta fuera la única forma de categorizar el pensamiento. De aquí que no ha sido extraño que la ciencia moderna ha intentado que se pruebe racionalmente la existencia de Dios, lo cual de no poder hacerlo probaría su inexistencia, confundiendo los objetivos esperanzadores del pensamiento científico que apunta al futuro del pensamiento religioso que se dirige a lo invisible.

Estoy convencido que la ciencia tiene su propio dogma, que es su metodología que dialoga consigo mismo a través de un lenguaje que se pretende universal, y que denomina “lenguaje científico”, al que algunos privilegiados acceden aunque reconocen que su uso es limitado y falible. A su vez su flexibilidad y tolerancia alcanza sus propias fronteras de las cual no es un acto racional franquearlas. Es claro que la razón y fe se mueven con tolerancia en sí misma, pero entre sí esta tolerancia se torna intolerante.

Cabe destacar que la modernidad actúa en mismo paradigma del Mythos Cristiano, aunque a veces de manera dialécticamente opuesta al logos cristiano, de hecho para mi el que se autodenomina ateo no es ni más ni menos que un creyente que cree en que no existe Dios.

Ciertamente que hay un aspecto al que en pleno siglo XXI los hombres no podemos soslayar, y este es que no estamos en condiciones de darle un portazo a la ciencia y sacarla de nuestro quehacer citadino. Por ello que es menester dejar en claro que el conflicto científico y religioso, no se da en el campo de la fe y la razón sino que en las distintas cosmovisiones en las cuales cada una contextualiza la realidad humana, de hecho tengo la impresión de que Galileo deseaba mantenerse como un buen cristiano, su discrepancia estaba en la manera que interpretaba los fenómenos celestes.

Si recordamos que Parménides hace más de una veintena de siglos hizo creer a la civilización occidental, que existe una relación intrínseca entre el ser y aquello constructos intelectuales que piensan sobre él, pues nuestras ideas sobre la realidad son al menos una imagen de ella, donde la ciencia y la religión pueden converger en que ambas reflejan o pretenden expresar algo sobre esa realidad.

La ciencia es una episteme que nos permite un conocimiento particular y concreto sobre una parte de la realidad, pero en ningún caso es gnosis que permita alcanzar una conciencia de esa realidad. La ciencia como construcción humana no puede por sí sola dar respuesta a ¿Qué es el hombre?, recorremos nuestra vida preguntándonos ¿De dónde vengo?, ¿Quién soy? Y ¿A dónde voy? Como seres concientes de saber que no sabemos, quizás sería recomendable reconocer al parafrasear a R. Panikkar que: No toda realidad es sólo científicamente pensable, como no toda realidad puede ser reducida a una interpretación religiosa.

Debo insistir en que esto no es un problema de dogma, sino de cosmovisiones que dan el contexto en el cual sí podemos encontrar sus significados.


Saturday, November 14, 2009

2012: The fear of death
Francisco de la Fuente V.

Al iniciar este comentario partiré por recordar de Hobbes su perspectiva pesimista referente a que el sometimiento de los hombres se sustenta, en que estos sin excepción son impulsados en una última instancia por el sentimiento del miedo. En este mismo sentido posteriormente Spinoza se nos muestra confirmándonos este aspecto, al afirmar que los individuos están obsesionados por un inextinguible deseo de autoconservación.

Es evidente que todos los seres humanos nos movemos cotidianamente por los mismos afectos, donde las diferencia sociopolíticas y económicas no alcanzan el nivel de importancia ante las similitudes existentes por las cuales nos movemos interiormente. El sapiens le es imprescindible abocarse a estar-en-el-mundo para realizar ese sentimiento de autoconservación, por ello si continuamos apoyándonos en el pensamiento del mismo Spinoza, respecto a que al vulgus le es imperioso envolverse en representaciones sensibles, es decir en “imaginaciones”.

De aquí que no encuentro temerario afirmar que Roland Emmerich el director del 2012 sabe de esto cuando afirma que: “Siempre me han fascinado las profecías, cada cultura ha tenido un mito..”. Ante esto es que tampoco podemos dudar de su afán apocalíptico, tanto en sus películas anteriores como en su actual saga que no he visto, de lo cual me justifico porque no es mi interés el comentar sus posibles bondades, sino que mi motivación es destacar en este director su persistente empeño en ponernos frente al sentimiento humano del “fear of death”.

Hablando de miedos el diario vaticano "L'Osservatore Romano" ha publicado un comentario sobre la película "2012", en la que, entre otros, también acaba destruido el propio Vaticano, en el afirma que “2012” busca combinar la arqueología "para suscitar nuevos miedos y manipular los antiguos". Quizás al L'Osservatore le preocupe que se acuda a la historia constantemente para construir escenario futuros amenazantes con atisbos fuertes de credibilidad, como ocurre en este caso en particular con el cómputo del tiempo que señala el calendario de la antigua civilización maya.


¡Fin del Mundo! o ¿Fin de mundo?: Si deseamos hacernos de esto una problemática a reflexionar, me parece lógico que individualmente cada uno obtendrá de acuerdo a sus propios temores una respuesta o en palabras bíblicas un “arca” para ello. En lo personal prefiero guiarme por estas palabras de Teilhard de Chardin:

“Yo creo que el universo es una evolución; yo creo que la evolución se dirige hacia el espíritu; yo creo que el espíritu culminará en un Dios personal; Yo creo que la Persona Suprema es el Cristo Universal”


Lo que estas palabras me hacen sentir es de que ante escenarios como 2012, debo menesterosamente llamar la atención en ustedes, de que el fin del mundo no es lo mismo que el de la tierra y menos el del ser humano, esta es una cuestión relevante. Respecto a esta creación cinematográfica de Emmerich de la destrucción de la tierra misma a través de un cataclismo sideral, me parece demasiado azarosa para considerarla como un hecho serio, además de que ello nos llevaría adelantarnos a un escenario futuro, que lo único que nos pueden dejar como corolario es infelicidad.

Es posible que hacia el 20 o 21 o 23 de Diciembre del 2012 a una hora que parece que no ha sido anunciada, lo que suceda es que haya un cambio más en lo simbólico que en lo terrestre. Esto al menos como evento evolutivo no necesita de una profecía para aventurar una opinión como un escenario futuro. También desde otra perspectiva es aconsejable no temer a la muerte pues es inevitable que ella nos visitará a su debida oportunidad, más importante es preocuparnos en el día a día de que manera contribuimos como humanos en avanzar hacia ese punto omega que nos insinuara Teilhard de Chardin.

Saturday, October 31, 2009

Inteligencia Organizacional Universitaria
Francisco de la Fuente V.

Con seguridad mi afirmación siguiente no enunciará novedad alguna para quienes son cercanos al habitar académico, más para introducirme en este tema me es muy nece
sario decir: que la esencia del quehacer de quienes integran el sistema universitario está orientado hacia el manejo y desarrollo de conocimientos, aspecto que determina la estructura organizacional de cada universidad y que contribuye a darle cierta identidad a cada una de ellas, considerando el entorno especializado y la autonomía de las disciplinas.

Sin lugar a dudas esto impacta de manera directa el trabajo académico tanto en la docencia, como en la investigación y servicios de extensión para la transferencia de conocimientos, lo que llama la atención es de que al interior; entendiendo facultades, departamentos, no se utilizan por los académicos los espacios que promueven la comunicación y las relaciones que permitan aunar esfuerzos orientados al logro de los objetivos comunes de su centro universitario.

Es evidente que la actividad universitaria esta constituida por docentes e investigadores altamente capacitado, que se desenvuelven con cierta autonomía en la planificación, organización y ejecución de tales actividades, donde solamente admiten legitimar el control de sus pares en ciertas circunstancias definidas por la costumbre. Esta situación en el ambiente nacional, a mi modesto entender esta tendiendo a disiparse, por la necesidad de las universidades de dar una respuesta académica a la sociedad, de la cual provienen en gran parte los recursos que le permiten su sustentabilidad.

De hecho la universidad moderna según Derrida “exige y se le debería reconocer en principio, además de lo que se denomina libertad académica, una libertad incondicional de cuestionamiento y de proposición, e incluso, más aún si cabe, el derecho a decir públicamente todo lo que exigen una investigación, un saber y un pensamiento de verdad”. En este contexto nuestra universidad como muchas otras declaran su compromiso ineludible en sus misiones con la búsqueda de la verdad.

Dejaré para otra oportunidad el análisis de lo que debe caracterizar a un “profesor” en el entorno universitario, ahora deseo orientarme más a la organización universitaria en pos del conocimiento, y para ello es menester sensibilizar que debe cuidarse el no confundir la universidad con ciertos centros de servicios o de investigación que aunque pueden convivir en un ambiente administrativo ligado a centros de educación superior, tienden a estar al servicio de finalidades e intereses económicos que no les permiten desarrollarse dentro de un concepto que Der
rida denomina de una “Universidad sin condición”.

Desde fines del siglo pasado es que las universidades latinoamericanas han venido enfrentando procesos de reforma en los sistemas de la educación superior, lo cual ha conllevado a la consecuencia directa de los nuevos desafíos que hoy enfrenta el mundo universitario, ello hace crucial el desarrollo de planes estratégicos que orientan la gestión con un rasgo de incertidumbre menor y principalmente den a la comunidad académica un marco de expectativas de desarrollo en el marco de la misión declarada por la entidad universitaria.

Hay que tomar en cuenta que la gestión estratégica no es una de las virtudes que estén en la función tradicional del “homo academicus”, lo que está muy condicionado por los valores sostenidos anteriormente como la libertad y autonomía académica, ello conlleva en ocasiones a situaciones que pueden derivar en conflictos por las exigencias de responsabilidades enmarcadas en las prioridades de la gestión interna universitaria, por esta razón en ciertos momentos sea necesario utilizar como incentivo el recordarles esa frase catastrófica manifestada por
Peter Drucker de que “Las universidades no sobrevivirán. El futuro está fuera de la sala de clases tradicional”.

Tampoco cabe duda que las organizaciones cada vez se ven más obligadas a sistematizar el conocimiento en pos de su gestión estratégica y en la elaboración de sus planes de desarrollo, lo cual deriva en que sus integrantes deben practicar la “Inteligencia Organizacional Universitaria”, si realmente desean contribuir al cumplimiento de la misión fundacional de su universidad. Debo aclarar que entiendo por “Inteligencia Organizacional Universitaria” la aplicación del concepto de Inteligencia empresarial definida por Eduardo Orozco como la capacidad de reunir, analizar y diseminar datos, lo que permite obtener, de manera sistemática y organizada, información relevante sobre el ambiente externo y las condiciones internas de la organización, para la toma de decisiones y la orientación estratégica.

Por estos días en base a una invitación en el marco del proyecto Mecesup UCN0604 del cual soy director, nos visita la destacada profesional QF. Marisela Valdés quién nos ha introducido en este tema de la Inteligencia Empresarial, justo en el momento en que estamos dando pasos a nuestra elaboración de nuestro plan estratégico como unidad, y además de encontrarnos enfrentado a la contribución del Plan de Desarrollo Corporativo de nuestra universidad .

He preferido utilizar este concepto de “Inteligencia Organizacional Universitaria” para diferenciar la particularidad que tienen la universidad como organización social y más precisamente como centro educativo superior, ya que estimo que esto determina que ella debe generar las condiciones que le son propias para utilizar los conocimientos que emergen de la gestión de calidad de los elementos estratégicos, tales como los recursos humanos y tecnológicos entre otros.

Gestionar el conocimiento universitario con el objeto de interrelacionar elementos como datos de información, conocimientos, capital humano, TICs, etc., nos augura el desarrollar una Inteligencia Organizacional Universitaria, que nos permita elaborar planes de desarrollo como a su vez una toma de decisiones adecuadas a una realidad más fidedigna con el conocimiento externo e interno de la universidad. De aquí la importancia de establecer un sistema de gestión del conocimiento, el cual debe iniciarse con un diagnóstico, que permita realizar una propuesta atingente a las necesidades de nuestro centro educativo superior.

Finalmente tengo muy claro que no es posible agotar este tema tan amplio y complejo en estas dos páginas, más tengo la esperanza de que esta mínima introducción pueda contribuir desde mi humilde perspectiva, para que juntos a quienes siguen este espacio de iniciativa personal podamos construir una universidad bajo el alero conceptual de la “Inteligencia Organizacional Universitaria”


Friday, October 23, 2009

Veracidad desde la perspectiva de Romano Guardini
Francisco de la Fuente V.

Hace unos días atrás por motivos académicos estuve en la Universidad Complutense en Madrid, más ello no me impidió la "oportunidad jungiana" de encontrarme con un texto de Alfonso López Quintás, el cual abordaba el análisis del libro de Romano Guardini (1885-1968) Cartas sobre la formación de sí mismo. Este es desde hace poco más de un año un libro de consulta espiritual personal para mi, Guardini es un regalo referido por un querido sacerdote jesuita de mi universidad, dicho libro comienza diciendo: “Debemos intentar que nuestro corazón esté alegre. No divertido, que es otra cosa. Ser divertido es algo externo, hace ruido y desaparece rápidamente. Pero la alegría vive dentro, silenciosamente, y echa raíces profundas” …. Un hermoso acercamiento que por momento me aleja del influjo de saturno, alejándome de la melancolía y acercándome a una vida plena de alegría diaria.

Hoy he regresado a su lectura abriéndolo en su segunda carta en la cual Guardini se refiere a la importancia de buscar y afanarse por vivir en la verdad. Para esto es recomendable tener la valentía de enfrentar la realidad tal como es y por supuesto obrar siempre de acuerdo a nuestras convicciones, siendo auténtico en lo que percibimos y por sobre todo no autoengañarse.

Ser perseverante en ser veraz no es un acto de arrogancia, más aún cuando evitamos el imponernos o erigirnos en jueces de todas nuestras aseveraciones; indudablemente lo opuesto a esto sería mas una actitud de soberbia, donde en rigor debiéramos tener una actitud de humildad firme y alegre de realización personal.

Al levantarme cada día me hago el firme propósito de servir a la gran causa de Dios, donde Él es amor y el amor es verdad. Pero he aquí la dificultad que nos pone la vida diariamente, cuando vemos a nuestro alrededor la cuantía de mentiras, insinceridades e hipocresía, donde lo políticamente correcto es el pan de cada día, siendo evidente que no podemos ir por el mundo elevando pancartas y declamando discursos sobre la importancia de ser veraz.

Mi corazón comparte la opinión de Guardini de que este no es el camino a seguir para combatir la mentira, no es mostrando su presencia en el prójimo que lograremos vencerla, no. Lo que debemos procurar en cada momento de nuestras vidas es ser auténticos con lo que nosotros mismos digamos, hagamos y seamos, con ello constituiremos un ejemplo de vida a favor del reino de la Verdad.

Hay muchísimas razones por las cuales podemos caer en la tentación de decir una mentira, empezando por las mentirillas piadosas llenas de buenas intenciones hasta aquellas que llevan intenciones venenosamente escondidas. Entre las motivaciones últimas esta el miedo, y el pecado preferido del “coludo” : la vanidad , pero el que por estos días me llama la atención es el que involucra a la lealtad, en la cual personas con afines grupales no se cuestionan moralmente con decir algo que no es verdad, por el sólo hecho de sacar de apuros a alguno de sus integrantes.

En la veracidad de las palabras debemos ser muy prudentes, pues los efectos de ellas podemos dar alegría, como provocar tristezas y penas que pueden llegar a ser irreparables. De aquí que ser prudente con la verdad es percibir el momento y lugar en el cual esta debe expresarse, aunque hay que tener presente que siempre tenemos que decir la verdad sin dejar de considerarla con el debido respeto.

Hay experiencias de quienes creen actuar con veracidad, pero lo que en realidad pretenden es tener siempre la razón, donde el egoísmo y la vanidad van impregnándose de un espíritu de violencia, pues en estas ocasiones emergen palabras que más que palabras son verdaderas bofetadas a la dignidad de las personas.

Concuerdo con Guardini que debemos decir la verdad no sólo en las cosas grandes, sino que también en las pequeñas, teniendo sí en consideración una actitud de prudencia, lo que necesariamente implica abrir nuestro corazón para movernos en un tiempo y lugar contextualizado con amor. La consagración de Guardini desde una perspectiva concreta en la situaciones cotidianas a la cual los seres humanos no enfrentamos obliga a una actitud positiva, pues las palabras poseen un inmenso poder lo cual demanda esa prudencia indicada anteriormente, considerando que la verdad no es algo que se da de manera descontextualizada de quienes la oigan o la asuman.

Conocer una verdad no es un acto de sabiduría, pero saber cuando decirla sí, por ello Guardini nos recomienda: "Debemos aprender a ser veraces, pero también sensibles, finos de sentimientos" , de aquí la insistencia en que la verdad debe ser dicha con amor, porque así es siempre constructiva aunque resulte dolorosa.

Cada noche me pregunto si he contribuido durante el día a extender el Reino de la Verdad, para luego en silencio proponerme con un profundo y sincero espíritu de amor, un compromiso operativo de que mañana será una nueva oportunidad que me regala Dios para ser veraz, de tal manera que el cultivo de la verdad sea pleno de fecundidad para todos aquellos que me rodean.

Sunday, August 23, 2009

Privilegiados, pero con responsabilidad
Francisco de la Fuente V.

Al llevar mis pensamientos hasta el límite del universo para luego intentar una mirada regresiva desde allí hacia mi punto de partida, no puedo dejar de pensar que para los seres humanos la vida es cosa de formas, en todo lugar de la tierra se puede ver el quehacer humano realizados dentro de “esferas”, que en sus límites se presionan contra una naturaleza que no desean tocar, y teniendo como clara evidencia que no hay humanos solitarios de por vida, pues siempre podremos rescatar la característica comunicativa que los constituye en humanos.

En este contexto es que el mundo se nos manifiesta desde las perspectivas de nuestras relaciones y de las consecuencias que estas relaciones generan dentro de nuestro espacio esférico. Esta exigencia de vivencia relacionada ha obligado a los humanos a buscar niveles mayores de complejidad organizativa, lo cual ha generado una división histórica entre aquellos que tienen la oportunidad de acceder a la sociedad del conocimiento y aquellos que sólo pueden ser creyentes (no en el sentido religioso) o lectores de las páginas policiales y sociales de periódicos de alta circulación, o incluso televidentes que sean conciente de su capacidad de elegir entre un programa de competencia cultural y un “reality” en los espacios televisivos.

Siempre he entendido la universidad como ese espacio en el cual todos aquellos que acceden a él, pasan a formar parte de un grupo selecto de seres humanos que acceden a lo que algunos han llamado la “Casa de Salomón”. Mi preocupación apunta hacia que con suma facilidad estos seres privilegiados frente a los portadores del saber cotidiano, se autoproclaman en seres superiores que se aceptan socialmente mediante sus actuaciones en espacios, que promueven sus propias experticias e intereses.

Ciertamente que la declaración ingenua de Francis Bacon de que el progreso humano estaba firmemente ligado de manera natural al desarrollo de las ciencias, aparece evidentemente como una afirmación a la cual le ha llegado su fin, aspecto que queda marcado por un hito importante en la historia terrícola, como lo fue los ataques atómicos perpetrados por los estadounidenses en Japón en 1945. Hablando de declaraciones que no se sustentan está a de Skinner (1972) que dice que “El pueblo no está en condiciones de juzgar a los expertos”.

Esta situación sino ha cambiado esta en un proceso vertiginoso de producirse, atendiendo en la actualidad al acceso de la población a las carreteras del saber, la cual entre otras tecnologías de la comunicación como es el caso de Internet auguran que este cambio se producirá inevitablemente. De hecho Jeremy Rifkin (1997) afirma que las nuevas tecnologías de la información y de las telecomunicaciones tendrán tanto la capacidad de liberar como de desestabilizar la civilización.

Hace ya mucho tiempo que los académicos universitarios no podemos darnos el lujo de vivir la universidad hacia un adentro; debemos ir más allá de sus fronteras, no olvidando que a estos centros de saber les cabe la responsabilidad de estar comprometida sin límites con la verdad, aspecto sobre el cual sus docentes debieran reflexionar e innovarse teniendo en consideración la responsabilidad social de su quehacer académico.

Tuesday, August 11, 2009


Vinculación y desafíos de las universidades y mundo empresarial
Francisco de la FuenteV.

El ingreso de Chile al selecto grupo de países del OCDE obliga a realizar un diagnóstico de acercamiento a nuestra situación educacional. Si para ello nos permitimos analizar algunos indicadores que nos muestren el estado de comparabilidad de nuestro país, podemos darnos cuenta de las importantes diferencias que hay que fijar como metas que deberían procurarse reducir.
Un ejemplo es el costo promedio que se tiene por alumnos desde el nivel primario hasta el terciario, el cual en los países del OCDE alcanza alrededor de los U$ 7.500, mientras que en Chile esta en U$ 2.700. Esto aparece como un fiel reflejo del ingreso per capita de los primeros, el cual se eleva por sobre los U$ 35.000 frente a los U$ 12.000 de nuestro país. Ahora si este análisis comparativo lo llevamos a nivel de la educación superior respecto al porcentaje de alumnos que se gradúan en carreras de 4 o más años, para los países del OCDE alcanza al 37% en cambio en nuestro país el porcentaje corresponde al 15%.

Ciertamente que la capacidad docente y la formación profesional de las instituciones de educación superior chilenas son bien reconocidas internacionalmente. No obstante, concuerdo con un análisis realizado hace un tiempo atrás por Arnoldo Hax, cuando indica que parece nuestros planteles estén produciendo personas que buscan como objetivo principal, el lograr un trabajo bien remunerado y tener las posibilidades de lograr un desarrollo personal y profesional, en otros términos algo más cercano a un burócrata que a un emprendedor, de hecho estadísticamente estos últimos mayoritariamente no cuentan con grado universitario.

Otro aspecto que tampoco podemos soslayar y que de alguna manera los organismos gubernamentales que dan financiamiento están intentando enfrentar, es que la actividad académica en el área de investigación suele ser de calidad. Sin embargo ésta no se orienta hacia la resolución de problemas y aplicabilidad de nuevas iniciativas en el sector empresarial. Una manera de disminuir la brecha de aplicabilidad de la investigación en este sentido, es la oportunidad que tienen los potenciales emprendedores a través de los proyectos Corfo-Innova o Incuba.

De aquí la importancia que tiene para los procesos de acreditación de las centros educativos terciarios, la vinculación de estos con la empresas buscando que los alumnos se integren en ellas, desarrollando temas de tesis que se originen al interior de ellas resolviendo problemáticas directas, lo cual lleva aparejado el interés por el financiamiento empresarial, el incentivo de los estudiantes hacia una disposición proactiva que estimule la creatividad y por otro lado que genere una disposición diferente de los docentes universitarios respecto a su orientación investigativa, ya que su tendencia es buscar la publicación de papers por el sólo acto de publicar.

El hecho es que la intencionalidad de aprender es una competencia que debe sostenerse durante toda la vida profesional, ya que la vertiginosidad con que los conocimientos crecen, no es concebible quedarse con lo que las universidades nos entregan entre 4 o 6 años de vida curricular. Este proceso se privilegia cuando la universidad se vincula con las empresas, pues no sólo los tesistas y profesores universitarios se benefician de estas actividades académicas, sino que los propios profesionales y ejecutivos de las compañías se integran en un contexto de formación continua.

Finalmente observo con claridad que la actividad empresarial esta inevitablemente ligada al trabajo de los profesionales que egresan de los centros de formación técnica, como de los planteles de educación superior, esto porque el profesional es quien sustenta en definitiva la aplicabilidad y creatividad de conocimientos, en otras palabras nos referimos a un capital intelectual que evoluciona y se desarrolla de forma continua, y que a través de la vinculación Universidad-Empresa crea prosperidad con responsabilidad social.

Wednesday, August 05, 2009

Una mirada aristotélica a cómo aprendemos
Francisco de la Fuente V.


Es interesante reflexionar en nuestro trabajo de docente universitario, sobre la orientación que ha tomado hoy el quehacer académico en lo que se refiere al proceso de enseñanza aprendizaje, especialmente cuando aseveramos que él esta centrado en el estudiante. Quizás para la gran mayoría de estos docentes les parecerá obvio que sea el alumno el punto de convergencia del proceso de enseñanza aprendizaje, en su calidad de cliente de los centros educativos. Sin embargo, tengo mis aprensiones que esa mayoría porcentual se replique entre los estudiantes, respecto a que tengan un real conocimiento de lo que implica su responsabilidades en dicho proceso.

Mientras los académicos universitarios se esfuerzan por realizar talleres que les permitan adquirir las competencias y habilidades para transferir los conocimientos de cada una de sus especialidades, los estudiantes escasamente se preocupan de aprovechar las oportunidades de cursos gratuitos, que buscan apoyarlos en técnicas que mejoren sus aprendizajes significativos, es decir más parecieran desear saber que saber.

Hace unos días atrás aprovechando los espacios que nos deja el periodo de vacaciones de nuestros estudiantes, releía ese grandioso libro que es la Metafísica de Aristóteles, que tiene la particularidad en su capítulo primero de analizar el saber y su sentido en la búsqueda de la sabiduría, emergiendo seis figuras del saber que corresponden en una gráfica piramidal a la Sensación, Memoria, Experiencia, Ciencia Práctica, Ciencia teórica y que culmina en su vértice superior en la Sabiduría. La genialidad inicial de Aristóteles es su enunciado de que “Todos los hombres desean por naturaleza saber” (980a).

Quizás entonces no es temerario afirmar que está en nuestra naturaleza el saber aprender, el cual se inicia con la figura de la sensación que se evidencia como fenómeno vital, que añadida al deseo se integran en un ingrediente original del conocimiento. Es claro que el saber tiene como punto de partida la sensación, al producirse una recepción a través del sistema cognitivo de una impresión externa que acredita una realidad, que aunque no es el saber mismo se nutre para constituirse en saber, el cual por la operacionalidad inteligible del ser humano le permite descubrir la intimidad trascendente de cada ser, lo no es otra cosa que su propia universalidad. Por ello no debe extrañarnos que Aristóteles sancione finalmente que “La sabiduría es una ciencia sobre ciertos principios y causas” (982a), pues una cosa el “deseo de saber” como naturaleza y otro la sabiduría que descubre los “principios y causas”.

Esta problemática se agudiza si nos preguntamos docentes y alumnos ¿Cómo se aprende?, derivando de que de los párrafos anteriores pareciera obvio que estos saben aprender, lo cual demuestran cotidianamente en sus habilidades para comunicarse o trasladarse por su esfera o isla, pues en esto sostengo el concepto de Sloterdijk que los hombres nunca han vivido en relación inmediata con la llamada naturaleza y en particular, sus culturas jamás pisaron el suelo lo que los a llevado a prosperar en invernaderos de su atmósfera autógena.

Una perspectiva que puede ayudar a resolver la interrogante de cómo se aprende, es adentrarnos en un campo que corresponde a la filosofía de la mente, de la cual aquí solamente he esbozado el enfoque aristotélico someramente, entendiendo lo importante que pudiera ser el resolver la problemática filosófica de las relaciones entre las operaciones cognitivas y la actividad cerebral, lo cual excede la posibilidades de extensión de este comentario.

Lo que si estamos en condiciones de señalar que para responder a la interrogante de saber cómo se aprende, necesitamos entender que al aprendizaje le es necesario el fijar primeramente ciertos objetivos que tengan como fin alcanzar aprendizajes significativos, en lo cual no se puede soslayar la acción consensuada en la motivación de alcanzar logros comunes, entre los actores del proceso de enseñanza aprendizaje.

Otro aspecto clave es la práctica que es un elemento primordial en el logro de aprendizajes significativos, pues no sólo de los aciertos sino que también de los errores se aprende, así generamos experiencias de aprendizajes que involucran los saberes hacer y saber ser, al tener que enfrentar la menesterosidad humana de los yerros.

En definitiva si asumimos la responsabilidad de diseñar programas, curriculum o cualquier experiencia de aprendizaje, no podemos obviar el saber cómo se aprende, como tampoco el alumno es un ente pasivo ante un proceso de enseñanza aprendizaje centrado en él, y menos olvidar que hace más de 2000 años Aristóteles afirmaba que "Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo".

Thursday, July 23, 2009

Educación superior: Responder a los desafíos de capacitación que contribuyan con una sociedad democrática y pluralista.
Francisco de la Fuente V.

Educar a nuestros jóvenes en el ciclo de la educación superior obliga a resolver algunas interrogantes previas, que son de responsabilidad de reflexionarse previamente por el educador antes de adentrarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estas interrogantes están dadas en el contexto del quehacer pedagógico, que pueden enunciarse al menos con la formulación de dos preguntas: La primera apunta a tener conciencia en al plano científico intelectual de si ¿Acaso es posible educar?, y lo segundo en el plano valórico de que si ¿Es un deber educar?

Responder previamente a esto nos remite hacia las problemáticas de la educación o lo que actualmente identificamos como un estado de crisis de la enseñanza en todos sus niveles. Pero si tomamos en consideración la opinión de Hanna Arendt respecto a que las crisis en sí son oportunidades para pensar creativamente el decir y el hacer, entonces podemos asumir con optimismo el reto de responder positivamente a dichas preguntas.

De esta respuesta afirmativa nace la necesidad de identificar los paradigmas en los cuales se mueven la Juventud actual, antes de decidir aplicar formulas pedagógicas preconcebidas, en las cuales el estudiante no sea considerado ni llamado a participar. Quizás sea pertinente hacer el ejercicio de recordar a Gustav Wyneke cuando nos insta a orientar la educación hacia el mismo absoluto y no hacia las necesidades de la vida cotidiana, en otras palabras la educación no ha de considerarse como una preparación de la vida práctica sino como un campo particular de la búsqueda y del servicio del absoluto, del espíritu objetivo. Si hiciéramos esto último, estaríamos realmente preparando a nuestros estudiantes con las competencias intelectuales y valóricas que les permitirían contribuir en el desarrollo del futuro de la humanidad.

Para Zygmunt Bauman la formación del estudiante no debiera focalizarse específicamente en promover las habilidades técnicas y competencias centradas en el trabajo, sino que debería orientarse hacia la formación de un ciudadano participativo que recupere los espacios públicos, con el fin de promover el diálogo y los derechos democráticos. Todo esto para evitar que se convierta en un ciudadano ignorante del quehacer socio-político de su entorno, incapacitado de controlar sus propio futuro y el de la sociedad.

Ante nuestros estudiantes, cabe preguntarse hasta que punto debemos innovar curricularmente en la enseñanza superior, hacia el logro de competencias que tengan como concreción un saber hacer, que responda particularmente a una necesidad laboral de las empresas. Por esto es importante tener en cuenta que al subordinar el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia el logro de competencias y habilidades que garanticen el desempeño profesional futuro de nuestros estudiantes, no implica necesariamente que deba soslayarse la importancia de considerar un saber ser, que en palabras de Wyneke se nos aparece como un objetivo espiritual, que se encuentra más allá de nuestras posibilidades actuales de entender la naturaleza, y que ha sido un móvil exclusivo que ha acompañado el camino histórico de la humanidad.

En el desarrollo histórico humano la cultura y la educación se relacionan como una dualidad inseparable, que se vinculan transformándose durante el tiempo histórico, lo que deriva en la necesidad de abordar las posibilidades mismas del quehacer educativo, para lograr que nuestras juventudes que alcanzan la educación superior puedan acceder al proceso de la transmisión cultural, en un marco educativo multicultural que contribuya a que los estudiantes adquieran los conocimientos, actitudes y habilidades que les permitan construir una sociedad democrática y pluralista orientada al Bien Común.

Hacia los años 60 del siglo pasado Myers, Edward (1960) realizó un estudio comparativo de las ideas pedagógicas y sus paradigmas educativos de varias civilizaciones, llegando a la afirmación que existía una creciente tendencia a considerar la educación como un producto antes que como un proceso. Teóricamente podemos asegurar que en nuestros días esto está fuera de tema de discusión, en el orden práctico el objetivo que anhelamos es de que un graduado mantenga su apetito de conocimiento a través de toda su vida profesional, aunque este logro es un aspecto que en mi opinión necesita ser verificado durante el desempeño laboral más concienzudamente.

Tampoco hoy podría extrañarnos afirmar que vivimos en una sociedad consumista en que la mayoría de las cosas han pasado a constituir productos, los cuales se convierten en mercancías que se transan en un mercado. Por ello, el conocimiento y su accesibilidad se enmarcan dentro de este contexto de mercantilización creciente, al cual la educación actual responde como un producto más que puede adquirirse. Tal consideración nos conduce inevitablemente a recordar las características que se le asignan actualmente en nuestras sociedad a los productos, respecto a la durabilidad y validez, las que se dan dentro de un mercado que privilegia lo novedoso, lo que responde a un aspecto de desgaste rápido que hace imposible garantizar su conservación en el tiempo.

Este es el mundo en el cual se mueven nuestros estudiantes, es menester reconocer este contexto si deseamos tener éxito en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy se escuchan voces por todas partes exigiéndoles compromisos de largo plazo que evidencian obligaciones y responsabilidades que no están dispuestos a asumir de por vida, ante una realidad que les demuestra que las relaciones vinculares de las cosas sólo se dan en tiempos determinados, más temprano que tarde lo que se espera es que los productos pasen a descansar en la basura, indicador de acumulación que refleja nuestra adaptabilidad en esta sociedad de consumo.

Nuestros jóvenes tienen pleno conocimiento que la educación puede ser un producto, al cual no pueden comprometerse ya que esto les implicaría perder libertad de movimiento, y por consiguiente verían disminuidas sus oportunidades. De tal manera que es lícito que se pregunten de por qué debieran tratar como una excepción a la regla los conocimientos que adquieren en su proceso de enseñanza-aprendizaje en las instituciones universitarias, como si tales conocimientos-productos tuvieran una diferencia respecto al nivel de innovación acelerada en que se mueven por ejemplo los software y hardware en el sector computacional.

Al concluir quisiera recordar que vivimos en una sociedad que ha sido identificada por Zygmunt Bauman como una modernidad líquida, en la cual los compromisos de la juventud actual no son estáticos sino que se construyen en el día a día, las relaciones vinculares se mantienen en el tiempo en la medida que se cultivan recíprocamente, en espacio que responden a intereses comunes en un mundo de naturaleza errática en que lo esencialmente seguro es la impredecibilidad del cambio. El conductismo ha quedado hace mucho tiempo atrás, hoy debemos orientarnos hacia la construcción de conocimientos oportunos, ya que nos deslizamos sobre una delgada capa de hielo en lo cual la única estrategia viable es confiar en la velocidad.

Thursday, July 16, 2009

Padre Felipe Berríos: Un cambio de pieza, no de casa
Francisco de la Fuente V.

No me cabe duda que mucho se podrá hablar o escribir sobre el Padre Felipe Berríos como de que es un sacerdote jesuita que es un líder de "Un Techo para Chile”, que es un columnista que saca roncha con sus polémicos temas como la “cota mil”, en fin.

Aunque tiendo a discrepar con él respecto a su afirmación muy generalizada de que la Iglesia chilena lo formó así, pues a nadie que se a dado el trabajo de investigar la historia de los herederos de Ignacio de Loyola, caerán en la argucia que soslaya la verdadera fuente de formación de este cura: la Compañía de Jesús.

Hace un tiempo atrás leyendo a Chris Lowney(1) pude comprender como las prácticas por más de 450 años de compañía de Jesús, entregando cuatro pilares en los cuales se sustenta el quehacer de un jesuita. Lo primero es el conocimiento de sí mismo, que les permite valorar sus fortalezas y debilidades desde su perspectiva, al considerar su visión valórica del mundo. Lo segundo es el ingenio que les lleva a innovar con seguridad y confianza adaptándose a los cambios, sin perder un tercer aspecto como es el mensaje de amor cristiano en el trato fraternal del prójimo, y por último su ejemplo vivencial los fortalece a sí mismo y los demás hasta el heroísmo por el camino del evangelio.

Desde el contexto anterior el Padre Berríos es un líder que dada su formación jesuita ha sabido aprovechar las oportunidades que se le han presentado para influir y causar impacto en la sociedad chilena actual, teniendo en consideración no sólo la magnitud de la oportunidad sino que también la calidad de la respuesta. Este sacerdote es un ejemplo del esfuerzo personal que debemos realizar cada uno de nosotros para inicialmente preguntarnos: ¿Qué es lo que busco? ¿Qué deseo? Y ¿Cómo encajo en este mundo?, pues la respuestas que nazcan de la reflexión interior tendrán la fuerza de convicción, para establecer las estrategias decisivas para ir más allá del hablar y así alcanzar el hacer.

Para los que hemos tenido la oportunidad de haber compartido momentos con este cura, es evidente que él no se queda en las palabras por ello en lo personal no me ha sorprendido que haya confirmado que el próximo año deja Chile para partir como misionero a Burundí, con el fin de terminar su vida sacerdotal en el continente africano; donde seguramente podrá pasar por un tiempo inadvertido, pues el siente que ya ha cumplido con su misión en Chile, y porque en definitiva desea dar testimonio ante los jóvenes de lo que es dar la vida por los más pobres.

La misiva enviada por el padre Felipe a su superior de la Compañía de Jesús Padre General Alfonso Nicolás, s.j. se da en este contexto ejemplificador, en la cual se muestra la aplicación fiel de los ejercicios espirituales formulados por San Ignacio de Loyola, al leer lo primeros párrafos de su solicitud identificamos la apreciación que ha logrado de sí mismo, identificando sus fortalezas y oportunidades para representar humildemente su talento al servicio del mensaje cristiano, y nada mejor que reproducir sus propias palabras cuando dice “Percibo que el 2010 cumpliré un ciclo en la provincia chilena, he estado trabajando con jóvenes en los campamentos más pobres de mi país, y para esa fecha habremos ya erradicado todos ellos de Chile. Por mi trabajo he incursionado en los medios de comunicación y también hemos esparcido este apostolado con los jóvenes de casi toda Latinoamérica, por lo que no me es fácil pasar inadvertido, como sí lo puedo estar en África. Les he pedido a tantos jóvenes que den su vida por los más pobres que siento que ahora me toca a mí dar testimonio de ello”.

Finalmente en las palabras de esta carta del padre Berríos se muestra como a partir de los ejercicios espirituales, ha tomado una decisión tan trascendental para quienes le rodean, lo cual me hace sugerir que ese “magis” jesuita que representa el ir más allá de servicio de todo corazón, le permite asumir un compromiso personal y sin dejar de ser simul in accione contempletivus(2), el mismo lo hace ver cuando dice que no quiere ir a hacer un show social a África, sino que quiere ir a trabajar por las necesidades que hay allí, sobre todo con los refugiados.

En conclusión de mi experiencia personal la que he sufrido en carne propia, debemos acostumbrarnos que cuando en nuestro camino se nos cruce un jesuita, hay que recordar que su “magis” lo puede llevar más allá de nuestros contextos, pues para ellos todo el mundo es su casa y cuando solicitan reflexivamente ir a alguno de sus rincones lo hacen por amor, y lo que se hace o nace por amor reflexivo no se puede no aceptar.

1.- Lowney C.,2003. Heroic Leadership
2.- contemplativo aún en la acción


Monday, July 06, 2009

Recuerdos y sentimientos encontrados
Francisco de la Fuente V.

Seguramente un hijo no sabe de donde viene, y es probable que Neruda lo haya visualizado de esta forma cuando se lo preguntaba en el poema “El Hijo”, detallando luego el contexto amoroso de aguas lacustres en un frío invierno, en que los progenitores gastaron sus labios fogosamente para dar paso a una nueva vida. Si me es permitida una infidencia mis hijos vinieron de la lectura idílica de la obra “El túnel” de Ernesto Sabato, pues intentando buscar en sus palabras que brotaban de lo oscuro del alma, es que atisbé un encuentro con aquella verdad esquiva del amor ante la inmensidad de la adolescencia tardía, proyectándose en el miedo de Castel ante la angustia de un futuro que se vislumbraba pleno de sentimientos mas que de razón. Es que presiento que no tuve la sensibilidad para entender que Sabato a través de su personaje Juan Pablo Castel, me mostraba descarnadamente la vanidad humana que se llena de esperanza al creer que en una vivencia inmadura se puede alcanzar el amor absoluto.

Unos pocos años atrás en una esquina de la alameda talquina, en la cercanía del Liceo Abate Molina, mi padre bajo un frondoso árbol me explicaba que a contar de ese día caminaría solitariamente por la vida estudiantil para hacerme un hombre educado, y por ende útil a la sociedad. Fue el despertar de mi túnel, nada pudo salvarme de enfrentarme a la realidad de que éste era único, y que aunque habían otros ellos no corrían paralelos, sino que se entrecruzaban mas allá de la infancia transcurrida.

Ahora luego de toda una vida veo a uno de mis hijos convertido en hombre enfrentando una nueva vida, en la que realidades distintas a las mías le mostrarán similares angustias de las metas esquivas que son componentes inevitables del quehacer cotidiano, donde el dolor y la alegría se expresan y se concilian a través del amor verdadero. Es cierto que una mirada al mundo en que vivimos a través de las noticias televisivas, nos sumergen en un contexto deprimente de violencia social, matizada de corrupción política y de crisis económica, que parecieran demostrar que no es compatible enfrentar la vida sin temor y con firmeza de manera honesta.

Tengo una confianza justificada en mi hijo respecto a que he puesto a su disposición una herramienta que le permitirá fortalecer su personalidad para construir una familia, con la cual compartir, apoyarse y descubrir las oportunidades que lo lleven a desarrollar su voluntad de convertirse en un hombre intelectualmente bueno, solidario con el prójimo, amante de la libertad y la verdad.

Parafraseando unos versos de la Mistral siento que ahora tengo los años en los cuales mis sienes jaspea la ceniza precoz de la muerte. En mis días, como la lluvia eterna de los polos, gotea la amargura con lágrimas lentas, salobre y fría, al no haber podido dar todo lo que amo.

Sunday, May 31, 2009


Homenaje póstumo al poeta Mario Benedetti
Francisco de la Fuente V.

Ha muerto Mario Benedetti; pero no su poesía, ya que ella ha quedado en mi corazón “como si fuéramos inmortales”:
Todos sabemos que nada ni nadie habrá de ahorrarnos el final
sin embargo hay que vivir como si fuéramos inmortales
sabemos que los caballos y los perros tienen las patas sobre la tierra
pero no es descartable que en una nochebuena se lancen a volar

Siento una gran tristeza por su partida, pero a la vez una gran alegría porque me ha dejado "Tristeza/ alegrías":
El goce siempre supo tratar a la tristeza
meterse en ella / desguazarla

aprovechar lo mejorcito de su pena

y hasta robarle lágrimas porque después de todo

la gente también llora de alegría


Siempre tendré en mi recuerdo su preocupación por las libertades de aquellos que si son el pueblo, "te acordás hermano":
¿Te acordás hermano qué tiempos aquellos
cuando sin cortedades ni temor ni vergüenza

se podía decir impunemente pueblo?
Cada uno estaba donde correspondía

Los capos allá arriba / nosotros aquí abajo


Ciertamente que a todos nos llegará ese momento en que "los silencios se acercan":
A medida que el tiempo va rodando
los silencios se acercan y me acercan

son un pedazo de mi mundo a solas

supervivientes de una sombra antigua

también están perplejos pero agitan
el asta mensurable del olvido


No había para mi otra forma de rendir este sencillo homenaje a uno de mis poetas favoritos, que con las palabras de sus propios versos y con mis "ojos secos":
El más triste es el llanto de ojos secos
el que se llora con o sin memoria

con la garganta / con la calavera
o las bisagras del recogimiento



Video de Benedetti

Saturday, May 30, 2009

Hacia una universidad más participativa
Francisco de la Fuente V.

Hacia el mediodía de ayer me encontré con un grupo de alumnos, quienes me comentaron muy apesadumbrados por la falta de participación, de sus pares en las actividades que ellos como dirigentes habían coordinado, con el fin de entre otras cosas marchar por las calles de la ciudad hasta la plaza de armas, manifestándose en dicho lugar contra las medidas gubernamentales que los afectan.

Sólo un quinto del total de alumnos que representan respondieron a la convocatoria, en términos claros un desastre que obligó a la dirigencia estudiantil a suspender dicha marcha. La pregunta ingenua por decir lo menos es ¿por qué no participan?, muchas respuestas se precipitan en mi mente, pero más fuerte es mi sentimiento de prudencia que impide que ellas afloren sin hacer anticipadamente un análisis mas acabado de las posible causas de tal desidia, si acaso es esto.

En lo que respecta a la solicitud de su parte de mi intervención cabe señalar que una de las razones podría estar en que dado mi cargo administrativo actual, es probable que el ejercicio de su potestad dicho alumnado cambie su actitud de participación, y otra que se acuda a mi posible liderazgo en los temas de contingencia relacionada con su carrera universitaria; en este aspecto hago la salvedad que lejos está mi persona de hacer valer el pecado favorito de satanás: la vanidad.

Considerada la condición de exención de dicha vanidad vinieron a mi los recuerdos inolvidable de mi vida universitaria en el campus de la Universidad de Concepción allá por los años 70, dibujándose en mi memoria la arenga entrañable de un líder del MIR que a los pies del campanil, invitaba a marchar por las calles de la ciudad para protestar por un tema de importancia para el futuro de la sociedad chilena o quizás latinoamericana o mundial. Minutos más tarde una larga columna de estudiantes de diversas tendencias políticas y religiosas atravesaban el arco de medicina siguiendo a tan convincente líder. ¿Acaso esto ha cambiado? Aunque la respuesta fluye rápidamente como obviamente que sí.

Por otro lado, no se porque primaria razón se me agolpa en mi mente aquella frase de un profesor de Cambridge que expresaba que: “Nos gustaría probar que nos ganamos la vida honestamente, pero con frecuencia tengo dudas sobre el particular”, quizás porque tengo la impresión que la educación universitaria no está orientada hacia la formación de líderes de opinión, que valoren la importancia de la participación ciudadana en sus propias comunidades.

Hace pocos días atrás se han realizado en nuestra universidad dos importantes conferencias y dos importantes seminarios, en los primeros hubo una participación comparada con los segundos relativamente escasa. En los seminarios hubo una mayor obligatoriedad de los estudiantes respecto a que los temas tratados estaban dentro de los contenidos de alguna de las asignaturas que cursaban, además de ser acompañados por la presencia de los docentes respectivos. En cambio en las conferencia la participación dependía de la iniciativa formativa de cada uno de los concurrentes. ¿Es quizás este un indicio importante de considerar?

El P.Felipe Berríos sj. en su conferencia hizo ver que la mayoría de las autoridades decidían aspectos de la vida de los más necesitados desde la perspectivas suyas, sin considerar las opiniones e intereses de los propios afectados por tan precaria situación. En la segunda el P.Fernando Montes sj. llamaba a los académicos y autoridades de los planteles a crear los espacios para una universidad, que considerará no sólo los aspectos cognitivos sino que también los formativos en los currículos de las carreras universitarias. Pienso que estas consideraciones son bastante atingente al problema de la falta de participación del alumnado y académicos, ya que ambos mantienen una carga académica que no les permite contemplar actividades formativas, ni tampoco generar los espacios para hacer realidad una cultura de comunidad universitaria participativa.

Desde mi perspectiva he planteado a dicha dirigencia estudiantil la realización de una asamblea general, en la cual se convoque con cierto grado de obligatoriedad a participar a todos los estamentos que conviven en el quehacer universitario de la carrera, en la cual se exponga y se escuche la opinión de las propias bases con el objetivo de atisbar o definir los caminos prioritarios y estratégicos de la carrera, en cuanto a su participación ante las problemáticas del desarrollo del profesional en nuestro país.

No me cabe duda que esta responsabilidad es compartida, no siendo posible tener éxito en ella sino consideramos a todos los interesados, directriz inequívoca de que de esta manera hacemos universidad, sustentados en una responsabilidad que nos compromete socialmente. La tarea esta planteada, ahora a trabajar con renovados esfuerzos para hacerla realidad, estando abierto a considerar que ella puede realizarse a través de la asamblea propuesta y /o considerando la utilización de las nuevas tecnologías que permitan el trabajo colaborativo.

Sunday, May 17, 2009

Principios Básicos sobre Teoría Cuántica para filósofos
Francisco de la Fuente V.

Resumen

El presente trabajo desarrolla aspectos conceptuales básicos sobre el desarrollo de la mecánica cuántica, sus principales requisitos que le permiten ser parte de una teoría científica del áreas de la ciencia física, particularmente su formalismo matemático, donde el movimiento de una partícula queda regida por una función matemática que asigna la probabilidad de que una partícula se encuentre en una posición en un instante dado. Se desarrolla la posiciones filosóficas que enfrentan la interpretación de la cuántica a partir de los postulados realista y positivista.

Este trabajo hace ver que la utilización de la teoría cuántica para explicaciones que escapan al contexto de la ciencia física, no son recomendable desde la perspectiva de una lógica científica, por ello se hace un análisis de lo que significa conceptual un estado físico y el diseño de modelos para estudiar la realidad desde dicha área de las ciencias. Pero también se hace necesario mencionar que esto no implica olvidar que la física y la filosofía son complementarias a la hora de entender esa realidad.

Introducción

Es histórico que la ciencia a medida que ha ido avanzando ha mostrado una faz de progreso en la respuestas a las interrogantes de la constitución de la materia, de tal forma el ser humano busca aplicar dichos avances no sólo a los aspectos materiales, sino que busca una verdad que de una explicación holística, al sentido de la existencia humana.

Por ello no cabe duda que la filosofía es un saber que logra integrar estos logros científicos, de aquí que parece importante hacer un análisis de la evolución de la ciencia física y en particular la importancia de la teoría cuántica para el quehacer filosófico. Es oportuno señalar que este estudio no pretende dar por acabado un tema, que como muy bien expresó el premio Nóbel Richard Feynman “nadie entiende la mecánica cuántica”, por tanto es procedente aclarar que el objetivo es dar oportunidad que personas que no tienen un conocimiento de la disciplina de la física, puedan desde una perspectiva de no expertos conocer sus postulados y acercarse a su utilidad para el conocimiento filosófico de la realidad. Esto nos obliga a retrotraernos a los comienzos de la física, para así lograr una comprensión de sus descubrimientos partiendo desde la teoría atómica hasta alcanzar a la cuántica.

Hace aproximadamente dos milenio y medio en la ciudad de Abdera Demócrito sugirió la existencia del átomo; aunque pudo haber sido una idea de su maestro Leucipo, afirmando que la materia está compuesta por pequeñas unidades que se combinan en una diversidad infinita de formas con diferentes consistencias y cualidades, llamadas átomos que por su significado etimológico indicaba que no podían dividirse por sus características indestructibles e impenetrables, pues no contenían vacío y estaban siempre en movimiento.

Esta propuesta del considerado primer mentor de la teoría atómica de la materia, fue combatida por Aristóteles, lo cual inicio una polémica por varios siglos entre los que creían que la materia era un todo continuo que podía dividirse infinitamente y quienes defendían la propuesta atomística. Esta situación tendió ha zanjarse cuando Dalton considerando el estudio de las reacciones químicas, que permitían postular que la cantidad de masa que había en los elementos que reaccionaban era la misma que la que se encontraba en los productos resultantes de dichas reacciones; lo que en otras palabras hoy denominamos la Ley de la conservación de la masa.

La propuesta de Dalton realizada hacia 1803 revivió los conceptos de Demócrito, al postular que la materia estaba formada por átomos que tenían distintas masas que se recombinaban durante las reacciones químicas, aunque esto representaba un avance importante seguía afirmando que estos eran indivisibles. Lo anecdótico de esta situación que se podría afirmar que el concepto de átomo estaba circunscrito en sus primeros tiempos a la química y no a la física la cual lo tomó para sí posteriormente manteniéndolo en la actualidad, y no se vislumbra que pueda o quiera devolverlo a otra disciplina científica.

Hacia los siglos XVIII y XIX, Newton propuso leyes que sustentan lo que se denomina como mecánica clásica, con lo cual buscaba proporcionar una descripción bastante precisa de los movimientos de los cuerpos, entre los cuales se incluía los astros del sistema planetario. Esta mecánica de Newton proponía que Dios había creado el mundo en consonancia con un plan personificado que se sustentaba en el cumplimiento de ciertas leyes naturales. Sin embargo, el avance científico experimental hacia el final del siglo XIX y comienzo del siglo XX, generaron un cúmulo de dudas sobre la teoría de Newton considerando que las observaciones sobre el comportamiento del átomo que evidenciaron que tales leyes sólo se aplicaban a los cuerpos celestes.

Para los científicos esta falta de aplicabilidad se reflejaba en la imposibilidad de desarrollar una teoría de la acción molecular que incluyera distintos fenómenos de la física. Aspectos como la ausencia de una base molecular para la termodinámica, y enigmas que mantenían la coexistencia de más de una teoría de la luz, como la teoría corpuscular; que explica la luz como una corriente de partículas, y la teoría ondulatoria; que considera la luz como ondas electromagnéticas, eran problemas que preocupaban a los investigadores en ciencias.

Un primer paso hacia la solución de aquellas problemáticas fue la introducción por parte del físico alemán Max Planck (1900) de la llamada teoría cuántica, la cual tenía como base la utilización del concepto de “unidad quántica”. Estos “cuantos” eran unas unidades muy pequeñas que correspondían a emisiones o absorciones de energía por la materia, lo cual permitía describir las propiedades dinámicas de las partículas subatómicas y las interacciones entre la materia y la radiación.

Hacia 1927, una contribución importante para el desarrollo de esta teoría fue el principio de incertidumbre formulado por el físico Werner Heisenberg, el que sostenía que no es posible especificar con exactitud simultáneamente la posición y el movimiento lineal de una partícula subatómica. Es decir, los científicos no podían medir la posición de una partícula sin causar una perturbación en la velocidad de dicha partícula, con lo cual se asumía que el conocimiento de la posición y de la velocidad para tales partículas son complementarios, por tanto no es posible en un mismo tiempo ser preciso, lo que lleva a describir los fenómenos observados del átomo sólo a través de interpretaciones matemáticas considerando cálculos probabilísticos.

Max Planck propuso la aplicación de un análisis matemático denominado mecánica de matrices, la cual permitía introducir las matrices infinitas para representar la posición y el momento lineal en el interior de un átomo. Esto consistía en emplear no una ecuación diferencial si no una matriz infinita, formada por infinitas filas compuestas a su vez de un número infinito de cantidades.

Hacia una realidad física

El estudio de la física en general se hace a partir de modelos o sistemas físico que permiten investigar la realidad, lo cual no implica que sean la realidad misma. Para los investigadores del campo de la física esta se mueve entre el quehacer teórico y experimental, donde el primero aporta las predicciones sobre el comportamiento de los modelos físicos los cuales deben validarse al ser contrastados con la realidad mediante experimentos.

En física toda elaboración teórica se ve contrastada por una parte a un formalismo que esta representado por un conjunto de símbolos matematizados, y por otra a los significados conceptuales de estos símbolos para su interpretación de la teoría. En el caso particular de la teoría cuántica esta tiene un formalismo plenamente definido, que ha sido muy certero en predecir los comportamientos del átomo y partículas elementales, pero no ha sido tan exitosa en lo que respecta a las interpretaciones de dicho formalismo.

Enfrentar la realidad es una problemática que ha generado diferentes propuestas filosóficas, por tanto el conocimiento de la materia es un aspecto que la relaciona con el quehacer filosófico. No es sólo el aspecto azaroso del átomo con sus posibles estados, que impide ubicar con exactitud su posición futura, motivo que impulsa a los físicos a seguir trabajando para definir si el átomo depende de una ley hasta la fecha no identificada, que justifique su conducta física o en definitiva ella responde únicamente al azar. Otro aspecto es al que se han enfrentado los filósofos, respecto a sí los objetos que percibimos son reales o sólo son “datos sensoriales” como lo ha manifestado Bertrand Russell, considerando que la existencia de estos datos sería incuestionables desde el razonamiento de Descartes, ello necesariamente no implica ni menos prueba la existencia del mundo externo.

No es motivo de este estudio hacer un análisis de las distintas teorías filosóficas que se sostienen en posturas sobre la existencia de un mundo externo objetivo e independiente del observador, que es responsable de generar los datos sensoriales, tales como el realismo. Al contrario de quiénes rechazan la frase de la “existencia de un mundo externo objetivo e independiente del observador” por no tener sentido y ser imposible demostrar su validez experimentalmente; que es el caso del positivismo, y de los matices que se den a partir de estas posiciones.

Cuando nos atrevemos a consultar a los físicos de la utilización que se hace de las teorías sobre la materia, realmente sus respuestas no son del todo amigable, y en ello quizás tengan razón pues que si damos como ejemplo el comportamiento de los átomos respectos a la existencia de diversos estados posibles en los cuales se encuentran separados por espacios infinitesimales finitos, donde pueden saltar de un estado a otro ejecutando varios de estos saltos de manera diferente, y que a partir de aquí hagamos filosofía de que este estado físico azaroso es prueba de la existencia del “libre albedrío” en el universo, es algo que en realidad pone muy incomodo a la Pléyada de los investigadores de las ciencias físicas.


Tenemos que la física clásica describía un universo matemáticamente ordenado y con unas leyes estrictas que le daban un orden, dentro del cual, el ser humano no podía hacer nada distinto de ajustarse a ellas. Con los nuevos descubrimientos, esto cambió para el ser humano que a partir de está nueva visión de la materia le fue permitido pasar de un pasado científico determinista a uno de característica indeterminado o si seguimos usando principios de la física a uno de mayor incertidumbre, en el cual las teorías o leyes de la física se asumen como suficientemente amplias para permitir una libertad en el comportamiento de la materia. Este determinismo se sustentaba en un campo de posibilidades matemáticas que las operaciones binarias de la mente fijaban, pero que desde la perspectiva cuántica este campo limitado matemáticamente a un número determinado, se abría para dar paso a un campo infinito de posibilidades.

El análisis histórico que hicimos al principio no mostró que el pasado siglo nos dejó dos teorías físicas que nos han permitido acercarnos a una comprensión del universo, incluso sobre su origen. La primera teoría que se basó entre otros en las ideas de Galileo, Copérnico, Kepler y Newton, llamada por Albert Einstein “Teoría General de la Relatividad”. La segunda la “Teoría de la Mecánica Cuántica”, enunciada a través de los trabajos de Einstein, Bohr y especialmente por Max Plank, y luego desarrollada por Heisenberg y Schrodinger, como lo hemos desarrollado anteriormente.


Es así como la teoría general de la relatividad ha permitido estudiar la geometría del espacio-tiempo en el cosmo, al estar determinada por la energía y materia que hay en el universo, es decir se orienta a resolver los problemas físicos a grandes escalas, lo que nos ayuda a predecir como se encuentra o se mueven los astros en el universo. En cambio la teoría cuántica intenta resolver los problemas físico a nivel del átomo, tomando en consideración el principio de Heinsenberg que indica que es imposible medir simultáneamente la posición y velocidad de una partícula.

Einstein nos cambio la idea de pensar la gravedad como una fuerza que ejercían los cuerpos para atraerse entre sí, por un concepto de gravedad determinado por la geometría del espacio-tiempo, resultado de una distorsión de dicho espacio-tiempo causado por la energía y materia contenida en él. Hawking nos ha estado llevando a una perspectiva geodésica en la cual afirma la existencia de una gran explosión inicial; es decir tendríamos un comienzo finito, este suceso llamado “Big Bang” estaría confirmado porque las estrellas se separan vertiginosamente (efecto Doppler),y además esta la confirmación de la existencia de un eco cósmico (radiación) producto de esta gran explosión.


Teoría Cuántica

Para acercarnos a un entendimiento de la teoría cuántica debemos considerar en primera instancia el “concepto de estado” el que es parte importante del formalismo de esta teoría. El estado de un sistema clásico esta fijado por propiedades relacionadas con todas las coordenadas generalizadas y sus impulsos correspondientes. Con estas propiedades se puede calcular el valor asignado a cualquier observable. El estado cuántico está fijado por algunas propiedades solamente y las predicciones son probabilísticas, la observación experimental de una propiedad deja al sistema cuántico en el estado correspondiente a la misma, pero nada dice sobre el estado del sistema antes de la observación.

La imposibilidad de saber con certeza experimental cuál era el estado de un sistema antes de una observación adquiere particular importancia en el debate filosófico realismo versus positivismo ya que, según este último, hablar de las propiedades del sistema o del estado del mismo antes de una observación sería una frase sin sentido. Podemos decir, sí, que esa es la posesión inmediatamente después del experimento, pero nada sabemos, ni podemos saber, sobre su situación anterior. Esto debido a que una medición en un sistema cuántico se ve perturbado por la propia medición, que produce que se borre toda posible información del estado antes de dicha medición. Esta situación mantiene una posición irreconciliables para los positivistas, pues tal afirmación carece de sentido y para los realistas es perfectamente científico decir que la posición o la ubicación de la partícula, aunque no sea posible asignar un valor determinado.

En la práctica física se busca predecir el valor que se le asignará a algún observable, considerando representar el estado del sistema por un elemento en una formula matemática, este formalismo de la mecánica cuántica le ha permitido poder explicar experimentalmente con gran precisión, los valores observables de emisión y absorción en las transiciones de energía de átomos y moléculas, cálculos que son de gran complejidad, lo que obliga a requerir la utilización de programas computacionales para obtener resultados numéricos.

La gran victoria de la mecánica cuántica en la descripción atómica se ha orientado a lograr calcular de manera satisfactoria el comportamiento de ciertos átomos que conforman una molécula y por cierto el de una gran cantidad de átomos que se encuentran formando cristales. Es así, que con el apoyo de otras disciplinas como matemática estadística, la química y física de sólido han permitido dar interpretaciones a fenómenos como el magnetismo, de conductividad térmica y eléctrica que no podían ser explicadas por la física clásica. De aquí que no cabe duda que la mecánica cuántica ha sido muy importante para introducirse en el átomo para dar respuesta al funcionamiento de la estructura del núcleo y sus componentes identificados como neutrones y protones, ello a su vez ha llevado al descubrimiento de nuevas partículas como los quarks, que acerca a los físico a un mejor conocimiento de las estructuras del núcleo.

Recordemos que la interpretación convencional de la mecánica cuántica descansa en la combinación de tres principios: el principio de completitud, el de linealidad y el de colapso de la función de onda. El primer principio, completitud, asume una función de onda de un sistema mecánico cuántico como una descripción completa del sistema. Esto significa que la función de onda que representa al sistema nos dice todo lo que es posible decir acerca del estado del sistema a medida que éste evoluciona en el tiempo y que expresa por completo la correlación entre sus estados propios (eigenstates) y sus valores propios (eigenvalues), es decir, entre los estados reales del sistema y los estados que observamos. El segundo principio, linealidad, declara que la función de onda evoluciona linealmente de acuerdo con la ecuación de Schrodinger, es decir, que cuando se les aísla de la interferencia externa, los sistemas representados por la función de onda evolucionan de manera determinística. De acuerdo con el último principio, el del colapso, ningún observador macroscópico es testigo alguna vez de la superposición de los estados que caracterizan los sistemas cuánticos, debido a que la función de onda del sistema colapsa al pasar del contexto cuántico al clásico, eliminando las superposiciones cuánticas y creando la unicidad que caracteriza a las mediciones macroscópicas.

Cada una de las diversas interpretaciones alternativas de la mecánica cuántica acepta algunos de estos principios mientras que rechaza algún otro. En la interpretación de Bohr por ejemplo se dan los tres principios en términos de un nuevo principio, de complementariedad, según el cual tanto la Mecánica cuántica como la mecánica clásica son sistemas explicativos completos, sólo que cada una dentro de sus campos de acción específicos. La interpretación de Einstein acepta al principio de linealidad y se distancia de la interpretación de Bohr al encontrar que ésta no se atiene a una noción estricta de “realidad física”, término con que Einstein quiere decir que si podemos predecir con certeza el resultado de la medición de una cantidad física cualquiera, debe existir algo que en realidad corresponde a dicha cantidad. Adicionalmente, la interpretación de Bohr, de nuevo de acuerdo con Einstein y otros (1935), viola el principio de localidad, de acuerdo con el cual si al momento de la medición dos sistemas no interactúan entre sí, ningún cambio real puede hacerse sobre el otro sistema. De acuerdo con Einstein, la mecánica cuántica es una teoría incompleta como descripción de la realidad física y considera el colapso de la función de onda como un problema meramente epistémico, listo para ser solucionado tanto se logren mayores niveles de desarrollo en nuestra comprensión del mundo cuántico.

De manera similar, la interpretación de Variables ocultas (Bohm, 1951) niega el principio de completitud al mantener abierta la posibilidad de encontrar algunas características desconocidas (o “variables ocultas”, de donde la teoría toma su nombre) de los sistemas cuánticos en lugares en donde los físicos aún no las han buscado y que explicarían, entre otras cosas, el colapso de la función de onda. La interpretación del Estado Relativo, también conocida como la interpretación de mundos múltiples (everett,1957) desafía directamente el principio del colapso al recurrir a un universo en proceso de ramificación, mientras todavía mantiene los principios de linealidad y completitud
Más recientemente, las interpretaciones estocásticas de la mecánica cuántica, como por ejemplo la teoría de GRW (Ghirardi, Rimini and Weber, 1986), rechazan el principio de linealidad a favor de un módelo estocástico (no lineal) de evolución de los sistemas cuánticos.

A pesar de la gran variedad de interpretaciones, la alternativa de Bohr se convirtió en la interpretación estándar de la mecánica cuántica tras haberse demostrado que el intento de Einstein por reconciliar realismo y localidad implica la defensa de dos principios contradictorios (Bell, 1966), y tras haberse encontrado evidencia experimental de “acciones a distancia” entre sistemas mecánico-cuánticos que se corresponden con los resultados esperados a partir de la interpretación de Bohr, completamente incompatibles con los requisitos impuestos por el fuerte realismo de Einstein. Es justamente como un intento por revivir la interpretación de Einstein que Price presenta una interpretación que rechaza los principios de completitud y de colapso de la función de onda mientras que acepta el principio de la evolución lineal.

Esta discusión seguirá siendo de la preocupación de lo investigadores, quizás uno de los problemas que haya que resolver sea el tipo de lenguaje que usan los físicos para explicar sus teorías, de hecho no es extraño que algunos filósofos del lenguaje hayan retomado las lecturas de Wittgenstein, para intentar explicar la falsedad o verdad ante el cratilismo de la formula Signo = Cosa. De hecho para la teoría cuántica no parece que este lenguaje sea el adecuado para ella, pero si para los aparatos experimentales que observan los fenómenos cuánticos, de tal manera que la mecánica cuántica estaría limitada al estudio de los resultados experimentales del complejo sistema-aparato. La existencia de descripciones complementarias que se excluyen y ni pueden pensarse juntas, no permiten unir en una sola imagen los resultados de tal complejo. Una manera de visualizar esto es observando la siguiente figura la que corresponde a una figura que involucra dos formas que se excluyen, no pudiendo verse simultáneamente, aunque correspondan a una única figura.



Lo anterior llevó a N. Bohr a enenciar que es falso creer que el objetivo de la investigación física sea el conocer cómo es la naturaleza, ya que lo que más podemos señalar es que la física sólo se ocupa de lo que podemos decir acerca de la naturaleza, lo cual pone en duda que la realidad de la naturaleza sea asequible al conocimiento humano. Para Bohr la palabra realidad hay que aprender a utilizarla correctamente, pues la descripción que hace la física
de la naturaleza no es un reconocimiento de la realidad del fenómeno, sino que una descripción de la relaciones entre los diversos aspectos de nuestra experiencia.

Sin duda el lenguaje físico como muchos paradigmas que son utilizados por las ciencias humanas y naturales, son afectados por el lenguaje científico que son usados para explicar las teoría de la física, la teoría cuántica no esta exenta de ello. Sólo si consideramos al átomo desde una perspectiva de la presencia de las tres energías básicas del universo (positiva, neutra y negativa) que están presentes en el micro y macro-cosmos, las que se correlacionarían en el átomo con el protón, neutrón y electrón respectivamente.

En la mecánica cuántica tenemos que su principio de la complementariedad ha sido usado por otras áreas del conocimiento, de la cual forma parte la filosofía. Una manera de ilustrar gráficamente esta complementariedad es la utilización de un grabado de Escher que se presenta en la figura a continuación, en la cual podemos observar que “todo lo que no es barco es pez, y todo lo que no es pez es barco”.



Conclusión


La historia, no termina de recordarnos que muchas teorías o leyes de física que con el tiempo se han abandonado porque no responden a la interpretación científica de la realidad. La cuántica no esta exenta de este riesgo futuro, de lo cual se puede aventurar que la posesión positivista es el escenario más posible por el cual pueden venir los cambios de escenarios para readecuarse o definitivamente ser reemplazada por una nueva. La postura realista puede ser filosóficamente atractiva pero al desconocer la existencia de los problemas actuales de la teoría cuántica, no le aporta con ello una vía de solución a la problemáticas en ella actualmente no resueltas.

Parece mucho más probable que el futuro nos depare un escenario filosófico que actualmente no vislumbramos, donde el realismo florezca, lo que es menester considerar que tales escenario no pueden obviar la no separabilidad de la realidad física. La teoría cuántica puede sugerirnos que el ser humano aunque este regido por principios mecánicos, es que mantiene las posibilidades de recrear y modificar su propia realidad, donde el determinismo como destino inevitable, no es más que una opción entre las tantas posibilidades que dependen de su voluntad y esfuerzo en un entorno ético-social.

Lo anterior no da pábulo para hacer de los sistemas cuánticos una utilización fuera del contexto criteriosamente científico, pues esta teoría no puede ser fuente de misticismo esotéricos que la sacan del campo de la ciencia física., como acertadamente nos señala Alberto C. De la Torre “es erróneo considerar la física y a la filosofía como disciplinas separadas, autónomas e independientes. Este error tiene largas raíces que se pueden rastrear hasta la diferenciación aristotélica entre física y metafísica, y se manifiesta, en el presente, en hechos tales como, por ejemplo, que en los planes de estudio superiores de física rara vez, o nunca, aparecen cursos de filosofía y tampoco los estudiantes de filosofía acceden a cursos de física. La historia de la física y de la filosofía muestran claramente que ambas están ligadas”.


Bibliografía

1.- Albano, S. 2006. Wittgenstein y el Lenguaje. Quadrata, Buenos Aires
2.- Bell, J.S. 1966."On the problem of hidden Variables in Quantum Mechanics
3.- Bell, J.S. 1987."Speakable and Undspeakable in quantum Mechanics, Cambridge. Cambridge University
4.- Bohr, N. 1934. "Can quantum-mechanical descrption of physical Reality be considered complete?" Physical Review, 48.
5.- De la Torre, A.C. 1994. Física Cuántica para filósofos. Ciencia Hoy, Edic EFE, Buenos Aires
6.- Einstein, A. 1956. The Meaning of Relativity. Princeton University
7.- Einstein, A. 1983. Sobre la Teoría de la Relatividad. Sarpe, Madrid
8.- Einstein, A. Podolsky, B. And Rosen, N.1935.Can Quantum-Mechanical Description of Physical reality be considered complete? Physical Review
9.- Lewis, D. 1986. Philosophical Papers, New Jork: Oxford University
10.- Price, H. 2001. Backward causation hidden variables and the meanning of complteness. Pramada,56
11.- Wheeler, JA., and Zurek, W.H., 1983. 1983. Quantum Theory and Measurement. Princeton, NJ: Princeton University