"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Saturday, October 31, 2009

Inteligencia Organizacional Universitaria
Francisco de la Fuente V.

Con seguridad mi afirmación siguiente no enunciará novedad alguna para quienes son cercanos al habitar académico, más para introducirme en este tema me es muy nece
sario decir: que la esencia del quehacer de quienes integran el sistema universitario está orientado hacia el manejo y desarrollo de conocimientos, aspecto que determina la estructura organizacional de cada universidad y que contribuye a darle cierta identidad a cada una de ellas, considerando el entorno especializado y la autonomía de las disciplinas.

Sin lugar a dudas esto impacta de manera directa el trabajo académico tanto en la docencia, como en la investigación y servicios de extensión para la transferencia de conocimientos, lo que llama la atención es de que al interior; entendiendo facultades, departamentos, no se utilizan por los académicos los espacios que promueven la comunicación y las relaciones que permitan aunar esfuerzos orientados al logro de los objetivos comunes de su centro universitario.

Es evidente que la actividad universitaria esta constituida por docentes e investigadores altamente capacitado, que se desenvuelven con cierta autonomía en la planificación, organización y ejecución de tales actividades, donde solamente admiten legitimar el control de sus pares en ciertas circunstancias definidas por la costumbre. Esta situación en el ambiente nacional, a mi modesto entender esta tendiendo a disiparse, por la necesidad de las universidades de dar una respuesta académica a la sociedad, de la cual provienen en gran parte los recursos que le permiten su sustentabilidad.

De hecho la universidad moderna según Derrida “exige y se le debería reconocer en principio, además de lo que se denomina libertad académica, una libertad incondicional de cuestionamiento y de proposición, e incluso, más aún si cabe, el derecho a decir públicamente todo lo que exigen una investigación, un saber y un pensamiento de verdad”. En este contexto nuestra universidad como muchas otras declaran su compromiso ineludible en sus misiones con la búsqueda de la verdad.

Dejaré para otra oportunidad el análisis de lo que debe caracterizar a un “profesor” en el entorno universitario, ahora deseo orientarme más a la organización universitaria en pos del conocimiento, y para ello es menester sensibilizar que debe cuidarse el no confundir la universidad con ciertos centros de servicios o de investigación que aunque pueden convivir en un ambiente administrativo ligado a centros de educación superior, tienden a estar al servicio de finalidades e intereses económicos que no les permiten desarrollarse dentro de un concepto que Der
rida denomina de una “Universidad sin condición”.

Desde fines del siglo pasado es que las universidades latinoamericanas han venido enfrentando procesos de reforma en los sistemas de la educación superior, lo cual ha conllevado a la consecuencia directa de los nuevos desafíos que hoy enfrenta el mundo universitario, ello hace crucial el desarrollo de planes estratégicos que orientan la gestión con un rasgo de incertidumbre menor y principalmente den a la comunidad académica un marco de expectativas de desarrollo en el marco de la misión declarada por la entidad universitaria.

Hay que tomar en cuenta que la gestión estratégica no es una de las virtudes que estén en la función tradicional del “homo academicus”, lo que está muy condicionado por los valores sostenidos anteriormente como la libertad y autonomía académica, ello conlleva en ocasiones a situaciones que pueden derivar en conflictos por las exigencias de responsabilidades enmarcadas en las prioridades de la gestión interna universitaria, por esta razón en ciertos momentos sea necesario utilizar como incentivo el recordarles esa frase catastrófica manifestada por
Peter Drucker de que “Las universidades no sobrevivirán. El futuro está fuera de la sala de clases tradicional”.

Tampoco cabe duda que las organizaciones cada vez se ven más obligadas a sistematizar el conocimiento en pos de su gestión estratégica y en la elaboración de sus planes de desarrollo, lo cual deriva en que sus integrantes deben practicar la “Inteligencia Organizacional Universitaria”, si realmente desean contribuir al cumplimiento de la misión fundacional de su universidad. Debo aclarar que entiendo por “Inteligencia Organizacional Universitaria” la aplicación del concepto de Inteligencia empresarial definida por Eduardo Orozco como la capacidad de reunir, analizar y diseminar datos, lo que permite obtener, de manera sistemática y organizada, información relevante sobre el ambiente externo y las condiciones internas de la organización, para la toma de decisiones y la orientación estratégica.

Por estos días en base a una invitación en el marco del proyecto Mecesup UCN0604 del cual soy director, nos visita la destacada profesional QF. Marisela Valdés quién nos ha introducido en este tema de la Inteligencia Empresarial, justo en el momento en que estamos dando pasos a nuestra elaboración de nuestro plan estratégico como unidad, y además de encontrarnos enfrentado a la contribución del Plan de Desarrollo Corporativo de nuestra universidad .

He preferido utilizar este concepto de “Inteligencia Organizacional Universitaria” para diferenciar la particularidad que tienen la universidad como organización social y más precisamente como centro educativo superior, ya que estimo que esto determina que ella debe generar las condiciones que le son propias para utilizar los conocimientos que emergen de la gestión de calidad de los elementos estratégicos, tales como los recursos humanos y tecnológicos entre otros.

Gestionar el conocimiento universitario con el objeto de interrelacionar elementos como datos de información, conocimientos, capital humano, TICs, etc., nos augura el desarrollar una Inteligencia Organizacional Universitaria, que nos permita elaborar planes de desarrollo como a su vez una toma de decisiones adecuadas a una realidad más fidedigna con el conocimiento externo e interno de la universidad. De aquí la importancia de establecer un sistema de gestión del conocimiento, el cual debe iniciarse con un diagnóstico, que permita realizar una propuesta atingente a las necesidades de nuestro centro educativo superior.

Finalmente tengo muy claro que no es posible agotar este tema tan amplio y complejo en estas dos páginas, más tengo la esperanza de que esta mínima introducción pueda contribuir desde mi humilde perspectiva, para que juntos a quienes siguen este espacio de iniciativa personal podamos construir una universidad bajo el alero conceptual de la “Inteligencia Organizacional Universitaria”


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