"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Tuesday, July 01, 2025

 Mi madre y los libros

Por Francisco de la Fuente Vásquez

Hoy primero de julio mi madre habría cumplido 102 años, los mismo que cumplió mi padre para luego partir y dejar atrás su cuerpo material, mi madre lo hizo hace poco más de tres años. Eran profundamente católicos por cuanto no me cabe ninguna duda que creían en que se reencontrarían nuevamente. 

Hace unos días atrás leía el libro que escribió Javier Cercas sobre el Papa Francisco, una crónica que lleva por nombre: "El loco de Dios en el fin del mundo",  mientras lo acompañaba en unos de sus viajes a la periferia de los mundos precarios de justicia social, que tanto le agradaban a Bergoglio.

El escritor Javier Cercas, quien ha reconocido ser un ateo, busca mediante este acto preguntarle al papa si el cree en la posibilidad de volver a reencontrarnos con aquellos seres amados que se han marchado, todo esto, para darle conformidad a su madre de que volverá a estar junto al amor de su vida al final de los tiempos.

Por estos días visitando una librería me preguntaba sobre lo que los libros eran para mi, y debí reconocer que con los años he perdido a la gran mayoría de mis amigas y amigos, pues en su tiempo no valoré que en gran números ellos eran bastante mayores que yo. Así que como ley de la vida ellos se han ido marchando dejando espacios vacios de tertulias y encuentros fraternos, con lo cual he perdido la posibilidad de compartir mis reflexiones y escuchar sus acuerdos y desacuerdos cobijado en aquellos diálogos interminables que construían más dudas que certezas. Quizás este mismo hecho era el incentivo para volver a reencotrarnos nuevamente para revivir esta serie de tertulias. Si, definitivamente la soledad se me aparece como una brisa que amenaza abrazar mi camino.

Bueno, es así como los libros han ido construyendo un muro que intenta con éxito frenar aquella brisa de soledad, y es aqui el instante en que debo agradecer a mi madre haber guiado mis primeros acercamientos a los libros. Allá lejos en el tiempo hubo en la patagonia Balmacedina un aviador, llamado Jorge Isler que tenía una treintena de libros - o quizás menos - que prestaba a mi madre la cual terminaba compartiéndolos conmigo. Así mis primeros autores eran principalmente hispanoamericanos, y muy escasos europeos y norteamericanos, entre los cuales no puedo dejar de mencionar a Frank Yerby, el cual me entregó el puntapié inicial para los grandes novelistas de best-Sellers que vendrías posteriormente cono Irving Wallace, Ken Follet, Frederick Forsyth, Noah Gordon, Stephen King y Harlan Coben entre otros.

Gracias mamá, los libros siguen aquí.


1 comment:

Gonzalo Espinoza said...

"La lectura es un viaje que no necesita pasaporte, pero que siempre nos cambia el destino". - Jorge Luis Cercas