
En lo personal esta obra me hace recordar a “La búsqueda de las raíces” de Primo Levi, la cual permite hacerse un retrato intelectual del autor, lo cual es un hecho común en la narración que nos hace Agustín Squella, de cuatro intelectuales que fueron claves en su formación.
Por circunstancias diferentes tuve la oportunidad de leer a Hans Kelsen, Norberto Bobbio, Jorge Millas y Carlos León. Encuentro difícil para quienes se hayan acercado al derecho no conozcan a juristas tan célebres y como lo siguen siendo Kelsen y Bobbio. En lo específico un Kelsen que nos mostró un positivismo jurídico coherente más allá de un derecho natural, como la propuesta atrevida de Bobbio de que es posible ser liberal y socialista a la vez, son aportes intelectuales que hasta hoy cobran actualidad.
Respecto al Prof. Jorge Millas aún conservo sus dos tomos de “Ideas de la Filosofía” que marcaron el inicio de mis lecturas filosóficas, como su libro posterior “Idea y defensa de la universidad” sobre la importancia de la autonomía universitaria y su clarividencia sobre lo que debe ser la universidad como espacio constructivo en libertad de una sociedad crítica, lectura que es muy recomendable para todos aquellos que son parte de una comunidad universitaria.


Finalmente Squella termina sus deudas intelectuales con las peripecias y anécdotas del escritor porteño Carlos León, un asiduo concurrente del ya desaparecido Café Riquert de Valparaíso, pues a él le gustaban los café y no los bares, por un tema de intimidad al considerar que las voces ruidosas “de los cachos, las risas estentóreas de los parroquianos y hasta algunas cantatas surgidas de broncas gargantas exigen voz de mando y oídos recios. Por el contrario, en el café impera el medio tono, las conversaciones son tranquilas, y uno, encontrándose en medio de la gente, puede conservar su intimidad”

En resumen recomiendo este libro del Prof. Squella que viene a complementar su trilogía testimonial; aunque este no sea parte de ella, que comenzó con “¿Cree usted en Dios? Yo no, pero….” Y que continuo con ¿Es usted liberal? Yo sí, pero….” Y que pronto será seguida con la publicación de “¿Es usted feliz? Yo sí, pero…”
1 comment:
Pancho a 40 años del golpe realmente vale la pena recordar un hombre valiente y de principios como Don Jorge Millas
Un abrazo y felicitaciones por tu viaje
Lalo
Post a Comment