"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Saturday, December 29, 2007



Melancolía: una cura homeopática
Francisco de la Fuente V.

Ya es rutinario en mi vida que al pasar la fiesta de navidad recaiga en un estado de melancolía y ansiedad pasada las primeras 48 horas. Que razones habrá para ello sinceramente no las tengo plenamente identificadas, al parecer no puedo superar en mi fuero interno el saber que existe el “otro” que por estos días no la ha pasado muy bien, y me martirizo pensando que no puedo eludir una responsabilidad personal, en el tema de la pobreza de oportunidades reales humanitarias. Mientras me cuestiono introspectivamente miro el horizonte, recuerdo que tengo un libro entre mis manos, que quizás ha sido el culpable de que nuevamente este año me encuentre en similar situación, junto a un libro de poesía.

La frente sueña colores de Dios,
Mientras las tiernas alas de la locura la acarician.
Sombras giran en el cerro
Carcomido por la negra putrefacción

Lleno está el crepúsculo de paz y vino;
Tristes resuenan las guitarras.
A la suave luz de una lámpara
Vuelves como en un sueño.

Este susurro en la tarde; que se va, me hace introducirme en el universo poético de Georg Trakl levanto la voz para concentrarme en la búsqueda del significado y sonoridad que el poeta ha querido entregarme en cada uno de sus versos.

Tan confusa es su vida, llena de pesares,
Dios apiádate del calvario y tortura de las mujeres
Y de estas quejas de la muerte desesperanzadas.
Los solitarios caminan silenciosamente por la bóveda estrellada.

Es probable que no hubo una cierta asertividad en la elección de estas lecturas melancólicas, más como una terapéutica homeopática, me hace resurgir acercándome a un Trakl lleno de esperanza por el futuro de la raza humana. No es una casualidad que describa de esta manera mi proceso de sanación, ya que no olvido que nuestro poeta fue Farmacéutico de profesión, lo cual lo hace muy cercano a mi.

Ahora sentado en el balcón mirando el atardecer presiento el amor de Trakl por la llegada de la tarde mientras el sol se hunde en el horizonte, emerge así el hombre como una sombra que se aleja en dirección contraria, yendo su alma tras el sufrimiento…“únicamente a aquel que desprecia la dicha ha de llegar el conocimiento”

Lamentablemente la vida de Georg Trakl se dio en un contexto del abuso de tóxicos hipnóticos, lo cual se hace manifiesto cuando en un comentario en la revista Artes y Letras del Diario El Mercurio, se dice que no experimentó más felicidad que el espacio compartido por la droga y su poesía plasmadora de una realidad cercenada de todo vínculo, de la luz necesaria para un sentir gregario, inmerso en esa lobreguez de cada palabra que confiesa y describe una imagen caída de todo lo viviente, y más precisamente su propia caída tras una sobredosis a sus veintisiete años.

Mi melancolía ha partido tras de un par de lágrimas que la noche ha ocultado, mi corazón toma su ritmo y mi mente no sabe como terminar esto, quizás debí haber leído a Holderlin:

¡Mirad! …. Sigilosamente, la imagen de nuestra planeta
la Luna, aparece. Y llega la noche inspirada,
cubierta de estrellas y ajena sin duda a la inquietud humana;
y brillante, y misteriosa – forastera en medio de los hombres –
sube triste y espléndida por las colinas

¡Oh maravillosa gracia de la diosa sublime!
Nadie sabe cuánto y cuáles son los beneficios que confiere.
Aunque mueva el mundo y despierte la esperanza en el alma humana
ni los sabios logran sondear sus designios,
pues tal es la voluntad del Dios Supremo que te quiere.
Y así, tú como ella, prefieres a la noche la luz del día.
A veces, sin embargo, también los ojos claros gustan de las sombras
Y buscan por placer el sueño antes de la hora.
También el hombre probo se deleita mirando en la noche.

Para terminar he preferido dejar la palabras a los poetas, y finalizo con un escrito encontrado en una mesa del restaurante Miramar en Quintay:

Si el abismo no nos llamara con su silencio
No podríamos leer a Trakl, ni permanecer horas
Mirando estas lápidas anónimas que golpea la tempestad
Como el grito del ave que acompaña a los muertos.
Líneas de Sebastián en sueños al fin de una playa
De arenas movedizas como náufragos. Nuestro tiempo
debería ser infinito como las arenas de esa playa.
Más toda ceniza, toda embriaguez, toda permanencia es innecesaria porque perecemos.
Y en la costa –como se sabe- sigue el incesante espectáculo del oleaje. Caminamos
sobre osamentas dispersas que han devuelto las olas del mar,
caminamos para abrir tantas puertas;
puertas de acero, puertas de madera, puertas invisibles,
-mudanza interior de la cual queremos desprendernos-
donde una palabra lleva todo lo que hemos podido poseer.

Georg gracias por tu melancolía que achico la mía; ahora a dormir, soñar y si Dios esta de acuerdo amanecer a un nuevo día…..

www.land.salzburg.at/.../polen/010-trakl.htm

1 comment:

Anonymous said...

¿Quién pudo él bien ser?


trágico destino de este joven de hermosas palabras, q al parecer fue músico además de farmaceuta, poéta y militar en sólo veintisiete años.


PD:
el link está posteado esta incompleto ....
probemos con este
http://amediavoz.com/trakl.htm