"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, December 31, 2017

2017: Cambios de Contrapuntos

2017: ha sido un año más en que la cotidianidad de los días pueden considerarse a semejanza de años anteriores, más al hacer énfasis para encontrar las diferencias que marcaron el 2017, estas estuvieron focalizadas principalmente por lo emocional, dada la partida de mi padre, porque sin desearlo ello me llevó a la necesidad de asumir nuevos contrapuntos que guiarán mi andar por el derrotero de mi vida.

La pérdida del  otro-progenitor no ha sido la soledad completa, lo cual platónicamente (1) sería impensable reconociendo que sólo llegamos a conocernos a sí mismo a través de la presencia del Otro, es menester reflejarnos en la mirada de Otro, por consiguiente es vivencial reconocer lo importante que es contar con estos contrapuntos, que nos permiten la familia, los amigos y aquellos que son parte del quehacer de cada día, sino contáramos con ellos estaríamos condenados a vivir en la ignorancia de sí mismo.

Algo cambio ante el desapego paterno que afectó los contrapuntos en la relación con los Otros; principalmente familiar; luego de la reflexión menesterosa tuve que renovar estos contrapuntos en la dirección de alejarme de aquellos Otros que me dañaban emocionalmente, por sus diatribas  negativas con contenidos y divertimentos sostenidos en hipocresías que me separan del santo camino trazado por San Esteban, el cual se caracteriza por la presencia de la honestidad.

Sin dudas que la miríada de acciones que se despliegan al mirar hacia el pasado transversalmente  este año que se va en unas horas más, ya sean importantes o triviales son de mi responsabilidad, las que asumo con la humildad de ser una persona más en este mundo, como tantas otras, que poseen similar oportunidad y capacidad de conciencia, que pueden pensar y actuar de manera similar, pero llegando a decisiones que pueden divergir de las mías, las cuales respeto en toda su extensión. 

Algunos resaltarán el tema del perdón trasladando al escenario de la convivencia familiar, utilizando un bulo que se le atribuye al Papa Francisco, y que ha recorrido las redes sociales desde hace un par de años. Debo confesar que independiente de las intenciones de terceros tengo una formación académica que me impone una rigurosidad de las fuentes, especialmente cuando se trata de personas que representan a una entidad religiosa como es este caso del Santo Padre.

El Papa Francisco se ha referido a la familia cuando ha dicho que: “No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva”, y ha agregado: “Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar”(2). En otra ocasión el Papa ha insistido que tal imperfección “no impide que no sean la respuesta para el mañana. Dios nos estimula al amor y el amor siempre se compromete con las personas que ama…. Por eso, cuidemos a nuestras familias, verdaderas escuelas del mañana”(3).
 
El perdón cristiano nos es dado por la Gracia de Dios Padre a través de su hijo Jesucristo, quien es el camino de la verdad, y para seguirlo sí debemos dejar de lado la hipocresía, debemos efectivamente limpiar  nuestro espíritu de ella, para así participar en el perdón teológico al que nos llama el Papa, pues no encontraremos el perdón juzgando a los Otros y demandando perdón en vez de ofrecerlo. En lo personal, me hago cargo de mis acciones para con los demás; atendiendo a mi conciencia; confiado en la clemencia y misericordia de Dios, por consiguiente no he demandado ni demandaré perdón alguno a los Otros por sus acciones, porque no hay hipocresía en mi amor hacia ellos. 

Finalmente presiento que caminamos de espalda al futuro, enfrentando nuestro pasado donde el presente es efímero a semejanza de nuestras vidas. Lo esencial es que la realidad está en el misterio que les da sentido a la vida….. Paz y amor para el nuevo año que se nos avecina.

Bibliografía /Referencias:



1.- Diálogo de Alcibíades mayor, atribuido a Platón. 



Wednesday, November 01, 2017

Día de todos los Santos 2017


Hoy es día de todos los santos, el Papa Francisco ha expresado que “el mundo necesita santos, y todos nosotros, sin excepción, estamos llamados a la santidad” y replica “¡ No tengan miedo!” Hoy se cumplen seis meses de la partida de mi padre, han sido tiempos difíciles donde el desapego filial ha sido desgarrador, después de 102 años en la tierra y de haberlo tenido por más de seis decenios, he podido constatar que más allá de ese tener, el sentimiento de su presencia superaba las barreras de los espacios que ha menudo nos separaron por casi toda mi vida.

Mi camino (o mi historia) está marcado por las preguntas de sentido de lo humano que hay en cada uno de nosotros: ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos? Y por sobre todo ¿quién soy? Mi religiosidad es mi duda constante. No obstante, de saber que la respuesta siempre estará más cerca de la esperanza que de la certeza. Este camino me ha llevado a entender y luego sentir lo numinoso de la gracia de la paradoja de la vida humana, de la finitud e infinitud que hay en ella. Por consiguiente, orar ante el recuerdo de esta fecha de significancia familiar me da plenitud de gracia.

En este camino es posible no sentir miedo en intentar la santidad, donde las historias de cada rostro son inclusivas y que no es de mi interés juzgar, porque el diálogo con los otros se nutre de la gracia que dona lo numinoso, la que fluye del hontanar sagrado y se nos revela con la Palabra, que no hace diferencias entre bellos y feos, buenos y malos, por el contrario une los rostros de todos ellos sin lazos, es decir se entrega a un sentimiento de paz absoluta, donde la experiencia de la gracia es la Palabra Amor.

Referencia:

Monday, October 09, 2017

Mirada Académica de la visita del Papa Francisco


Han transcurrido tres décadas de que nos visitó por primera vez un Sumo Pontífice, Juan Pablo II en un contexto social y político muy distinto al que encontrará el Papa Francisco, aunque no implica la ausencia de problemáticas que enfrenta nuestro país y que sin dudas no le deben ser desconocidas al actual Papa de la Iglesia Católica.

Más allá de ser un hecho histórico para nuestra nación la visita papal, ella genera en sí una ineluctable oportunidad para la reflexión ética y moral que nos dona su autoridad, la que se hace concreta por las actuaciones y gestos que han marcado hasta ahora su pontificado, anunciando la Buena Nueva del Evangelio con un lenguaje sencillo y cercano, que da acogida a los necesitados en la Fe y lo social.

Un acercamiento al Papa Francisco

Quizás sea importante recordar aspectos de la formación teológica del actual Papa, explicitando que no estuvo ausente de las problemáticas planteadas  por Gutierrez y Boff en relación a la Teología de la Liberación, aunque con seguridad prefería seguir un derrotero más cercano a las ideas de Lucio Gera, su amigo personal que no aceptaba el enfoque sociológico  de ellos. Particularmente el Cardenal Bergoglio alimento una particular amistad con el filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré, reconociendo en su oportunidad que este nos ha ayudado a pensar, y por cierto Methol Ferré era un laico que participó en CELAM, como en otras instituciones afines, lo cual le permitió ser una autoridad para quienes buscan conocer el desarrollo histórico de la misión fundamental de la Iglesia en Latinoamérica.

En mi opinión autodidacta informada y posiblemente no autorizada, la elección del Cardenal argentino Jorge Luis Bergoglio tiene entre la multiplicidad de hechos que la sustentan por los participantes del conclave, por un lado su activa participación en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida (Brasil, 2007) y, por otro  que la Iglesia Latinoamericana avanzó desde una “Iglesia reflejo” a una “Iglesia fuente”[1], lo cual evidencia la madurez para relumbrar e iluminar otras iglesias[2], como la romana. Reconociendo que sin Juan XXIII, y por consiguiente sin Vaticano II, Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, las dificultades de tener un Papa de origen latinoamericano sería muy poco posible.

Por cierto que la visita del Papa Francisco conlleva varios desafíos trazados por la Conferencia Episcopal y la Comisión Organizadora, que den pertinencia al lema de la visita: “Mi paz les doy”, lo cual estaría en concordancia con las palabras de Jesús en la Última Cena: “revelándoles que no son los esfuerzos del mundo únicamente los que logran la paz del corazón y en la sociedad, sino que la paz es un regalo que procede del mismo Dios”. Teniendo presente esto, es que me aventuro a comentar dos posibles desafíos desde la academia que sería oportuno reflexionar ante esta visita papal, y me refiero primeramente a la universidad desde su catolicidad  y al trabajo desde el contexto sindical.

Universidad desde su catolicidad

Comprendemos que la universidad es un tiempo y espacio en el cual se ejecutan un compendio incesante de actividades, cuyos objetivos superiores están en lo primordial orientados hacia las necesidades de la sociedad en su conjunto.  Es así como la Iglesia ha participado decisivamente en el nacimiento de las universidades , en la invención misma de estos lugares de estudio y de investigación, consagrados a reunir y extender el conocimiento del universo.

La universidad es una originalidad histórica cristiana que ha permitido caminar por el sendero del conocimiento teniendo presente la historia de la humanidad y el fundamento de la vida humana. Por ello es válido preguntarse si las palabras del Cardenal Ratzinger son un juicio asertivo cuando expresa que “el actual mundo intelectual y académico es un contexto donde la fe cristiana encuentra mucha resistencia; aunque la inteligencia intelectual haya nacido de la fe”, y señala a continuación que “la fe vivida en el mundo intelectual, cultural, universitario de hoy es una de las contribuciones que me parecen más importantes e interesantes para la Iglesia Universal”[3].

El Papa Francisco ha destacado el valor del diálogo en la educación considerando que con frecuencia en las universidades católicas encontramos muchos estudiantes no cristianos e incluso no creyentes, donde sus proyectos educativos se orientan hacia el “desarrollo integral de la persona y responde al derecho de todos a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero de igual modo están llamadas a ofrecer a todos, con pleno respeto de la libertad de cada uno y de los métodos propios del ambiente escolástico, la propuesta cristiana”[4], en estas palabras el Papa nos muestra el camino inclusivo para entender la universidad, como el ámbito donde se gesta y se formaliza el proceso contemporáneo de construcción de conocimientos , siendo la institución universitaria el punto neurálgico del cual surja  la sociedad del conocimiento.

No me cabe dudas que los medios de comunicación  son esenciales hoy en día, no puede obviarse su importancia si se quiere comunicar un mensaje, pero para ello me parece fundamental que la universidad sea un espacio de oportunidades, para que quienes son parte estable o circunstancial se alimenten de conocimientos y con una formación de persona culta que lo  identifique como un sujeto pensante, especialmente a las nuevas generaciones.  Es así  que el Papa Francisco nos llama a tener presente “la preparación cualificada de los formadores”, pues “hoy la educación se dirige a una generación que cambia y, por tanto, todo educador —y toda la Iglesia que es madre educadora— está llamado a cambiar, en el sentido de saber comunicarse con los jóvenes que tiene delante”[5].


El Papa Francisco  ha manifestado  a las instituciones educativas, o sea, las universidades católicas, en el contexto del 50º aniversario de la declaración conciliar, el 25º de la Ex corde Ecclesiae y la actualización de la Sapientia christiana, con las cuales se orienten a “reflexionar seriamente sobre las numerosas instituciones formativas esparcidas por todo el mundo y sobre su responsabilidad de expresar una presencia viva del Evangelio en el campo de la educación, de la ciencia y de la cultura. Es preciso que las instituciones académicas católicas no se aíslen del mundo, sino que entren con valentía en el areópago de las culturas actuales y dialoguen, conscientes del don que tienen para ofrecer a todos”.

De aquí la instancia que nos ofrece esta visita papal en el sentido de reflexionar sobre el nivel de compromiso en relación a las orientaciones que orientan el quehacer universitario y la concordancia con su visión y misión.

Trabajo desde el contexto sindical.

Para la Iglesia existe un primado del trabajo, una dignidad del trabajo bien hecho, una exigencia de reconocimiento del trabajo justo que, como lo reivindica en su oportunidad el Cardenal Ratzinger “una verdadera civilización del trabajo”, dónde la persona del trabajador es considerado “principio, sujeto y de la actividad laboral”[6], lo cual es imprescindible que los intereses de las instituciones y de los propios trabajadores se den en un marco de diálogo constructivo, alejado de conflictos que limitan las aspiraciones socioeconómicas legítimas.

Para el Papa Francisco “el trabajo es una forma de amor cívico, no es un amor romántico ni siempre intencional, pero es un amor verdadero, auténtico, que nos hace vivir y saca adelante el mundo”[7]. Para él no debe separase el trabajo de la persona porque olvidar las personas este termina por convertirse en algo inhumano, y nos recuerda que la persona del trabajador florece en el trabajo. El Sumo Pontífice reafirma que los hombres y mujeres no solamente deben trabajar sino que también deben disfrutar de una “saludable cultura del descanso”, lo que no significa pereza sino que es “una necesidad humana”[8].

Papa Francisco ha dicho claramente que los sindicatos laborales tienen el deber de cautelar la dignidad del trabajo y los derechos de sus trabajadores, para dar cumplimiento a su rol esencial en la sociedad,  “no hay una buena sociedad sin un buen sindicato y no hay un buen sindicato que no renazca todos los días en las periferias, que no transforme las piedras descartadas por la economía en piedras angulares”[9].

Un aspecto importante que el Papa Francisco no excluye una ciudad sin conflictos para él es natural que coexistan, lo que no es algo negativo sino una oportunidad para el diálogo, del cual es posible pergeñar las diferencias y las alternativas de lo que se puede o no, en el interés del bien común.[10]

El Papa previene el peligro que corren los sindicatos de perder su “naturaleza profética” cuando se asemejan a las instituciones que deberían criticar, él dijo. “El sindicato, con el pasar del tiempo, ha acabado por parecerse demasiado a la política, o mejor dicho, a los partidos políticos, a su lenguaje, a su estilo”. Para el Papa lo profético es la verdadera vocación de lo sindical, pues es la voz de los sin voz y denuncian la vulnerabilidad de los derechos de los trabajadores. Otro aspecto es la innovación que deben asumir los sindicatos  que para el Papa se manifiesta en la importancia de la inclusión, pues “no hay justicia juntos si no es junto con los excluidos de hoy”, y en este sentido también tienen que defender los derechos de los que están “fuera de las murallas”,  en particular de aquellos que están jubilados y excluidos “que también están excluidos de los derechos y de la democracia”[11].

A su vez señaló  que “El capitalismo de nuestro tiempo no comprende el valor del sindicato, porque se ha olvidado de la naturaleza social de la economía, de la empresa. Este es uno de los pecados más graves”. “La economía se ha olvidado de la naturaleza social de su vocación, de la naturaleza social de la empresa, de  la vida,  de los lazos, de los  pactos. Pero tal vez nuestra sociedad no entiende al sindicato porque  no lo ve luchar  lo suficiente en los lugares de los "derechos del todavía no",  en las periferias existenciales, entre los descartados del trabajo”[12].

Entendemos que el Papa Francisco no busca repudiar el mercado, sino que su preocupación está orientada a prevenir su imperio absoluto, obviando que por sobre el mercado están las personas y el bien común. Confirmemos que no es baladí cuando Habermas[13] nos dice que “los mercados y el poder administrativo expulsan cada vez más ámbitos de la vida de la solidaridad social”, de cierta manera nos  está llamando a tener en cuenta la problemática que impide en Latinoamérica hacer realidad el mensaje imperativo de la Iglesia con la opción preferencial por los pobres.

Conclusión

Teniendo presente la misión de la Universidad Católica del Norte  que se enmarca desde los principios del Humanismo Cristiano, buscando contribuir al desarrollo de la persona, de la sociedad en el contexto cultural y territorial del Norte de Chile,  y con la responsabilidad de crear y difundir  sus conocimientos a través de la docencia, la investigación y la vinculación con el medio, es que la visita del Papa Francisco en enero próximo es un escenario propicio para reflexionar la misión de la universidad, considerando especialmente el marco valórico declarado de Libertad, Verdad y Justicia.

Bibliografía:

[1] Henrique C., Lima Vaz. Escritos de Filosofía VII. Raíces de modernidad. Sao Paulo, Loyola. 2002

[2] Metalli, A. El Papa y el filósofo. Ediciones Universidad Católica. 2015. Santiago, Chile, p.21

[3] Ratzinger, J. Un nouvo inizio che apre le porte al futuro. Tracce, año XXXI, Nº 9, octubre, 2004.


[5] Ídem. Libreria Editrice Vaticana …

[6] Congregación para la Doctrina de la Fe. Istruzione su alcuni aspetti della Teología della Liberazione (Libertatis nuntius). Roma marzo, 22. 1986

[7] Audiencia a los delegados de la Confederación Italiana del Sindicato de Trabajadores (CISL), 28.06.2017: https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/06/28/cisl.html

[8] Ídem. Audiencia a los delegados ….

[9] Ídem. Audiencia a los delegados ….

[10] https://www.mensaje.cl/edicion-impresa/mensaje-663/entrevista-a-jose-luis-narvaja-bergoglio-s-j-francisco-el-politico/

[11] Ídem. Audiencia a los delegados ….

[12] Ídem. Audiencia a los delegados ….


[13] Ratzinger y Habermas. Diálogo entre la razón y la fe. Academia Católica de Munich. 2004

Saturday, September 16, 2017

ABRIR PUERTAS A LA FORMACIÓN DE LA PERSONA


Mi experiencia personal me ha llevado a concluir que todo ser humano llega a momentos de su vida en que se cumplen hitos, en los cuales hace un balance de lo que ha sido, está siendo y puede ser lo que vendrá de ella. En lo particular he dedicado más de diez ceremonias de “lustratio”  que en su mayoría fueron consecuencias de una antigua costumbre; que hoy nos es frecuente, de escuchar a los mayores.

No se equivoque el que deduce de lo anterior que ello implicó seguir los caminos de mis mentores, muy por el contrario, esto pocas veces me ocurrió. Más en los momentos de crisis y angustia esas palabras fueron el remedio acertado para salvar la contingencia.

Un viejo hombre de armas me abrió una puerta al mundo de la literatura hispanoamericana, al comenzar los lustros. En ese momento no visualice la importancia que tendría para mi formación la lectura de un Manuel Rojas, Mariano Latorre, Sarmiento, Borges, Asturias entre tantos y especialmente Alberto Blest Gana.

Personajes que me donaron sus vidas ficticias que modelaron mi formación en la vieja escuela de los profesores normalistas que empezaba abruptamente a desaparecer, aunque su legado lo haría por gracia mucho más lento.  Nostalgia dirán ustedes al final de un nuevo lustro que se acerca, no lo estimo así, es cierto que una conversación con un conocido joven profesional me impactó fuertemente, al darme cuenta la gran capacidad disciplinaria que había alcanzado pero la precaria formación en el plano de la moral social que mostraba, dejando un sentir que a nuestros jóvenes de hoy esta cuestión los trae al pairo.


Un viejo hombre laico me abrió una nueva puerta al mostrarme la importancia de caminar cada domingo al quiosco de revistas, para adquirir el diario “El Mercurio”. Ya se, después con los años vería un lienzo acusándolo que mentía, más por ello debo aclarar que este viejo lobo de tierra me dijo, que la parte que siempre debía leer era la sección E, pues con el tiempo me daría cuenta que para lo demás necesitaría terceras opiniones.

Esta formación tenía un objetivo de reciprocidad en que existía un nivel aceptable de competitividad, que permitía por un lado lograr de manera inmediata un saber hacer y otro mediato de arribar al mundo con los otros en muta donación. En palabras de la filósofa Fernanda Guevara: teniendo la “verdad como don”,  porque ello es comunicación que establece “una relación de recíproca confianza generando vínculos y lazos de lealtad y honestidad entre unos y otros, entre quienes se comunican, entre quienes donan sus verdades”1.

Una necesaria autocrítica académica en el quehacer de nuestras universidades es hacernos cargo de que estamos haciendo, más allá de la formación de profesionales competentes y que satisfagan la demanda laboral sin considerar la persona. Aunque declaramos en nuestras misiones el desarrollo de las humanidades estamos prestos a cuestionar el desarrollo de nuestros académicos en dichas áreas del conocimiento.

Un camino orientador pueden ser las palabras de Benedicto XVI: “Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo del poder. En cambio, la genuina idea de universidad es precisamente lo que nos preserva de esa visión reduccionista y sesgada de lo humano”2.

 En otro lustro una vieja filósofa me abrió una nueva puerta a la importancia de encontrar en todas mis lecturas el Bien, la Belleza y la Verdad.  A partir de ello el aprendizaje del diálogo de Siddhartha y Govinda para mi tomó una misión distinta, pues el mensaje sería que más que salir a buscar es mejor salir al encuentro de las cosas, así no se pierden oportunidades de aprendizajes. 3

Es seguro que las palabras de un viejo conocido que nos señaló que la moral individual es insuficiente se aparecen como muy relevantes en este abrir puertas.4 Especialmente debemos tener en consideración esto, quienes formamos profesionales para una buena vida en sociedad. Sin dudas que los profesores tenemos nuestros deberes en esta formación, de ahí la importancia de generar estos espacios formativos, más el deber de los estudiantes es el tener la voluntad y esfuerzo para darse la oportunidad de comprender  y  descubrir las puertas que se les abren.

Bibliografía
1.- Guevara Riera, Fernanda. De la verdad como Don. @fguevarariera. 10 Abril 2017
2.- Benedicto XVI. Magisterio durante JMJ, El Escorial. 2011
3.- Hesse, Hermann. Siddhartha. 1922
4.- San Alberto Hurtado. Reforma de las estructuras sociales. 1948: www.padrealbertohurtado.cl
5.- Comentarios:
a.- He utilizado el término “viejo (a)” de  manera no peyorativa si no como un reconocimiento de sabiduría y, teniendo en mente a su vez que “más sabe el diablo por viejo que por diablo” (risas).
b.- He dejado de incognitos a los viejos(a) conocidos porque viejos y viejas lindos(as) hay en todas partes del mundo y, no son  una exclusividad individual mía.
c.- Finalmente un viejo amigo (espero que no se moleste) me ha hecho llegar el siguiente whatsApp (desconozco autoría) que me parece oportuno agregar como lectura de referencia estudiantil:
"Hoy tuve que hacerle una excusa a mi hijo para el profesor, ya que faltó porque fue al médico.
Evidentemente, inicié el escrito con un "Estimado señor Profesor".
Cuando mi hijo lo leyó se quedó pasmado y me preguntó por qué escribía una simple excusa con tanta corrección, ya que solamente era para el profe.
Y añadió: "Ni que fuera el Presidente de la República ".
Y le respondí:
Querido hijo, posiblemente, un maestro es una de las pocas personas en este mundo a las que debes respeto, ya que de él depende que en el futuro seas una persona educada y con conocimientos.
De él dependen, también, los presidentes  y cualquier otra profesión.
Por sus clases han pasado todas las personas que nos encontraremos en nuestra vida.
Presidente puede ser cualquiera, como puedes ver en los últimos tiempos.
Maestros sólo pueden ser unos pocos, únicamente los dispuestos a llevar una vida de entrega y esfuerzo, inculcando valores y conocimientos al bien más preciado de un padre: sus hijos.
Todos los días le cedo mi puesto al maestro durante gran parte del día, para que colabore con tu educación, pero JAMÁS permitiría que el presidente de un gobierno lo hiciera.
Es por eso, que le demuestro respeto y afecto.
Si esta excusa fuera para un Presidente de la República, posiblemente ni siquiera le escribiría, porque a ninguno de los últimos casi 30 años hubo un presidente de gobierno, al que le importara un poco tu educación".
Me miró sonriendo y me dijo: "Tienes razón".

Sunday, June 04, 2017

Una última reflexión en el DDU


Por estos días nuestra comunidad universitaria vive una situación de conflicto, más allá de pensar que ello es una ocasión para trabajar en la construcción  de logros  que mejoren el proceso de enseñanza y aprendizaje; en un contexto de inclusión estudiantil y académico; lo que  conlleva es a una oportunidad para promover espacios asociativos de diálogos, sobre la importancia del bienestar de la convivencia universitaria. Es una evidencia empírica que sin conflictos las oportunidades de cambio disminuyen o no se producen.

Sin dudas que la sociedad ha tenido un cambio en los regímenes de ciudadanía, aspecto que alcanza a las universidades con la responsabilidad ineludible de la formación de profesionales que sean capaces de no sólo ejercer este derecho a ser ciudadano, sino que tengan consciencia de que participar es un deber que incluye deberes.


En esta reflexión no pretendo analizar la movilización estudiantil y sus motivaciones de base, pero me ha parecido importante describir dicho contexto, porque en él se ha dado punto final al Diplomado de Docencia Universitaria(DDU)1, al que un número reducido de académicos accedió a trabajar voluntariamente; con las motivaciones de lograr competencias, en el uso de metodologías activas y aplicación de herramientas didácticas, para la entrega de una enseñanza de calidad.

Cabe destacar que el proceso de enseñanza y aprendizaje  tiene tres actores principales, uno es el estudiante y otro es el profesor, es un espacio con responsabilidades compartidas, que a veces se olvida por algunos de ellos, de aquí que mi visión de enseñar y aprender este centrada en el proceso, pues los compromisos de dichos actores se definen en los perfiles de egresos de cada carrera. El tercer actor es la universidad que con su institucionalidad da el soporte y la sustentabilidad para que dicho proceso se convierta en una realidad social.

Por consiguiente, la disposición de la universidad de apoyar a sus organismos interno; como es el caso del CIMET-UCN2; para que desarrolle actividades de capacitación a los profesores y estudiantes, es una oportunidad para inferir de manera prudente, que no me parece que ayude al diálogo, cuando terminamos por tildar a los actores como buenos y malos estudiantes, o como buenos y malos académicos, o como buena o mala universidad, esto en nada ayuda a los objetivos superiores que persiguen nuestras declaraciones que contribuyen al plan de desarrollo de nuestra comunidad universitaria. Es necesario “ver más allá”, no necesitamos “ultrones”3.

Finalmente, con los años me he convencido que las buenas relaciones son las que nos permiten ser más exitosos y felices, es un factor muy importante para la salud corporal y espiritual, comprendiendo que los conflictos son inherentes a una sociedad, más en la nuestra que debe estar a la vanguardia de los cambios, hay que tener en consideración que ellos deben evolucionar en el contexto de la cultura por la paz social, donde cumplir y exigir los compromisos es primordial para tener buenas relaciones. En palabras de Robert Waldinger: “La buena vida se construye con buenas relaciones”4.

Bibliografía
1.- DDU: Diplomado de Docencia Universitaria (2ª versión).
2.- CIMET_UCN: Centro de innovación metodológica tecnológica, Universidad Católica del Norte.
3.- Parker, Carlos. Los ultrones. Rev. El mostrador, 27 de junio 2013.
4.- Waldinger, Robert. 2015. Qué resulta ser una buena vida? Director of the Harvard Study of Adult Development, one of the most comprehensive longitudinal studies in history. TED.com

Thursday, May 18, 2017

Una vida de aprendizaje para la vida.


Karl Krause
Seguro es que los procesos educativos no son mecánicos, por consiguiente no deberían basarse exclusivamente en la memoria. De aquí la importancia de desarrollar la capacidad de argumentación utilizando el pensamiento crítico, para sintetizar ideas que dialoguen y construyan conocimiento.

Este comentario me trae recuerdo de las ideas desarrolladas por Karl Krause (1781-1832); es posible que usted considere que estas ideas son añejas para el siglo XXI, lo cual no le rebatiré porque aún siento que la mayéutica de Sócrates sigue vigente mas siendo muy anterior. Krause rechazaba todo dogmatismo y defendía un modelo distinto de educación el cual tenía la característica de respetar la libertad e individualidad del sujeto cognoscente.

Uno de los genios que consideró importantes el poner en práctica las ideas krausistas fue don Francisco Giner de los Ríos,  al ver la enseñanza como algo libre, sin interferencias, como las que provocan las continuas calificaciones, de las cuales muchos docentes y burócratas de la educación están convencidos que subliman sus evaluaciones, dogma que  tiene sus rituales de aprobación.

Francisco Giner de los Ríos
Giner de los Ríos  no perdía la ocasión de recordar que se nos enseña muchas cosas, pero menos a pensar y a vivir. En la actualidad Claudio Naranjo opina de manera similar a Giner, respecto a que los niños son inteligentes hasta que los profesores y los padres se encargan de embrutecerlos.

Estimados lectores, siempre dejo la oportunidad abierta para que ustedes puedan contra argumentar mis comentarios, es más esto es para mi un requisito importante para que una reflexión cumpla con el objetivo de ser un aporte a la construcción de conocimiento. Con ello deseo hacer ver que ustedes pueden disentir de las ideas desarrolladas aquí, porque además es bastante posible que yo no tenga una acabada razón en mi discurso.

Debemos acercarnos a la cotidianidad de nuestros estudiantes, pues la educación no tiene una frontera definida, ni se reduce a una etapa de nuestras vidas, sino que comienza con ella y nos acompaña hasta el final de ella, si es que la demencia senil o enfermedad degenerativa no nos impide antes comunicarnos.

Finalizo esta reflexión recordando una palabras más de don Francisco Giner de los Ríos: Para tener entendimiento, basta nacer con él; para tener memoria o paciencia, ejercitarlas; mas para educar en su plenitud la inteligencia, es absolutamente indispensable educar por entero todo el hombre.

Bibliografía
La Institución Libre de Enseñanza y Francisco Giner de los Ríos: Nuevas perspectivas. 3 volúmenes.

Saturday, May 13, 2017

¡Con optimismo no mejoramos la educación!


Como dijo en alguna ocasión Henry Miller los deseos hay que vivirlos, agotarlos en la vida, porque ello es parte de nuestra existencia. Es así que esta reflexión la iniciaré con una afirmación que es mi deseo enunciar y que por ende puede no ser del gusto de ustedes: Es un error ser tan optimista sobre la implementación del plan educativo de las instituciones de educación superior.
 
Ante de justificar lo anterior, siguiendo con mis deseos, voy a comentar la experiencia relatada por el Prof. Benjamín García V., en la sección carta de la Revista Mensaje, al preguntarse ¿qué estamos haciendo con los jóvenes? En un mundo ingenieril en que los diferentes actores de los procesos de enseñanza y aprendizajes están focalizados en sus indicadores; lo cual no implica que no existan y se controlen; el problema en parte corresponde a que los profesores dedican su mayor tiempo a realizar tareas de orden administrativo y burocrático con el fin de dar cuenta de que su quehacer esta siendo eficaz para el aprendizaje de sus estudiantes.  Por ello, cuando el Prof. García afirma “que llevamos mucho tiempo hablando de Educación, incluso con el predominio de quienes no están en las aulas, para enfocarnos en reformas de diverso tipo y no nos hemos detenido a pensar en qué estamos haciendo realmente”, es un llamado a la reflexión a partir de quien convive en el aula.

Desde mi perspectivas los profesores que innovan en las aulas son movidos por principios quijotescos, pues en la mayoría de las ocasiones sus dificultades de tiempo y espacio para implementar una innovación educativa son una muralla que sólo se supera con esperanza más que optimismo. Además de sumar que frecuentemente ni los alumnos están dispuestos a valorar responsablemente tales esfuerzos.
 
Siguiendo las ideas de Terry Eagleton es menester aclarar aquí la afirmación inicial, explicando que el optimismo está más relacionado con la confianza que con la esperanza, lo que determina que el optimismo es una acción que se inicia en uno mismo, por lo general a partir de un análisis de las propias capacidades para autoevaluarse y de hacerlo a su vez con el entorno. Eagleton afirma que el optimismo es una actitud que se alimenta a sí mismo, de lo cual resulta fácil argumentar que sea una postura autosuficiente frente a un contexto, que por lo general se resiste a ser refutada por los hechos. Es decir el optimista, puede sostener una confianza infundada para esconder el fatalismo de un proceso.

Primeramente concuerdo con el Prof. García de que aún hay esperanza, la cual se encuentra en algunos jóvenes que valoran inmensamente la justicia, la equidad, la solidaridad y la inclusión, y que sienten que por este camino es posible modificar el horizonte. De esta misma esperanza, debemos tomarnos nosotros creativamente para compartir el camino de un proceso educativo, que se oriente hacia el desarrollo integral de los estudiantes.

Por consiguiente, siguiendo con mis deseos me parece muy importante ofrecer el siguiente párrafo de la carta del Prof. García: “Los actuales jóvenes necesitan credibilidad, proyectos claros y alcanzables, materias y prácticas que den sentido al aprendizaje, que les permita construirse como personas. Es decir, tenemos que ser capaces de acercar Experiencia (adultos) con Esperanza (jóvenes), para que, en el proceso  de aprendizaje y Formación, se reencuentren con los Valores trascendentales de una sociedad, aquellos que son Pilares del Buen Trato, la Justicia y la Equidad”.
 
En segundo lugar concuerdo con Eagleton, en que hay que evitar el optimismo ingenuo y confundirlo con la esperanza. Además comparto que la propuesta conceptual de la esperanza sea la de Ernst Bloch, la cual requiere de una actitud de reflexión y compromiso, que emerge de una lúcida racionalidad que debe cultivarse con autodisciplina, donde los fracasos no son derrotas definitivas, sino que nuevos comienzos.

Mi esperanza está en no quedarme en las leyes o discursos, programas o reglamentos, cursos disciplinarios (diplomados o grados), sino que trascender a los optimismos que ellos alimentan, para que el proceso de aprendizaje y formativo sea una oportunidad real para los actores de los centros educativos.

Bibliografía
García V., Benjamín. 2017. Qué estamos haciendo con los jóvenes Revista Mensaje. Cartas: Mayo 2017. Santiago, Chile. p.2

Eagleton, Terry. 2016. Esperanza sin optimismo. Edit. Taurus. España

Bloch, Ernst. 1955. El principio Esperanza. Biblioteca Filosófica Aguilar. Vol II

Friday, April 14, 2017

Semana Santa: Sentido de la vida


En estos días de Semana Santa es habitual iniciar una reflexión para descubrir su sentido, y más precisamente de la vida: ¿Por qué existo? ¿Para qué existo? ¿Para quién existo?,  al parecer algunos de nosotros estamos condenados a enfrentar esta pregunta sobre el sentido de la vida, aspecto que puede conducirnos a una situación absurda al mostrarnos una arista trágica si no logramos resolverla.

Por cierto para un creyente sólo Dios podría juzgar si nuestras vidas son absurdas, no los humanos, que no pueden ver sus vidas sin estar insertos en ellas mismas. Además, la realidad no podría ser absurda de la misma forma en que lo son algunas partes, porque no habría un trasfondo de sentido sobre el cual compararla.

Comprendemos que el sentido personal de la vida está forjado por deseos, emociones y valoraciones , los que de alguna manera orientan nuestra vida. Pareciera que además debemos mencionar que más allá de los sentimientos básicos, tenemos un sentido trascendental de la vida que depende de ciertos factores que nos son comunes a todos, los que están fuera de nuestros sentimientos básicos, en palabras de Budha el sufrimiento, el envejecimiento y la muerte son al menos tres aspectos que debemos considerar, ante la propuesta de un sentido trascendental de la vida humana. 

Seguramente estarán de acuerdo conmigo que esta es una mirada de factores negativos, por consiguiente debemos prever que hay aspectos no considerados que hacen necesario no sólo ver el problema de las mortificaciones(1); de las cuales por lo general se hacen cargo las religiones, sino que inferir el problema del sentido trascendental de la vida al cual no todos nos adherimos.

Quizás este sea el momento oportuno para preguntarnos, si nuestra percepción religiosa responde a la pregunta por el sentido de nuestras mortificaciones, de nuestro sentido personal y por consiguiente al sentido trascendental de la vida humana. Cabe señalar que quien no vaya más lejos de su sentido personal no será menesteroso de una justificación trascendental, siempre que se mantenga en él.

Además, puede que sea importante aclarar que cuando hablamos del sentido de la vida, no nos estamos refiriendo al valor personal o trascendental que le damos a la vida, lo cual nos puede llevar por derrotero bastante más complejo, lo que supera las expectativas reflexivas de este artículo, que no pretende resolver la pregunta de si puede tener valor una vida personal sin sentido trascendental, o así mismo puede tener sentido personal una vida sin valor trascendental.

Pero, podemos obviar las mortificaciones de situaciones como la de Siria. Acaso necesitamos saber quién tiene la razón, como justificación para tranquilizar nuestros espíritus, no lo pienso así: El valor de la vida debe estar por sobre estas justificaciones, ella es la verdad que debe imperar. Como nos señala Jorge Costadoat: “… Los cristianos son tales cuando su Cristo consiste en Jesús. Este Jesús que une y que divide, el Cristo del Viernes Santo, hoy más que nunca, convoca a creyentes y no creyentes a resistir la violencia de los codiciosos que se están apoderando del planeta y desplazan de sus tierras a pueblos enteros”.(2)

Desde mi experiencia personal; aunque pierda objetividad; el camino revelador de la iluminación necesaria para acercar respuestas a mis preguntas, tiene un carácter esencialmente vivencial, en donde mi racionalidad se enfrenta a un escenario inefable con el misterio de la vida y, aquí concuerdo con Wittgenstein de que el misterio no es lo mismo que el absurdo, donde el lenguaje religioso versa sobre imágenes y no sobre hechos, que incluye una forma de vida con un sentido profundo.

Ser creyente es una forma de vida; como lo puede ser del no creyente; lo que implica aceptar la validez de una verdad que da sentido y valor a nuestras vidas buscando ese sentido más profundo, pues la religiosidad esta sustentada en la convicción de que los principios de la religión son verdaderos, entendiéndose que ella no es únicamente un conjunto de normas para llevar una buena vida, sino que ella debe darnos respuestas al sentido de lo personal y trascendental.

Es aquí cuando los versos de Fakhr al-din `Iraqi fluyen cuando cantan que “ya no tengo leyes y reglamentos, no tengo corazón ni religión que me ate. Solo yo y tu permanecemos, sentados en la esquina de la riqueza en la pobreza. ¿Qué diferencia hay si termino rezando en una Iglesia o en La Mecca? Una vez que me he abandonado a mi mismo, ¿qué diferencia puede haber entre unión y separación?
Siento que el amor está muy presente en la respuesta sobre el sentido de la vida,  si caemos en la acedia del desamor y nos cobijamos en la melancolía no sólo podemos perder el sentido de nuestra vida, sino además llegar a la conclusión de que una vida sin sentido personal no vale la pena y considerar el suicidio. No tengo dudas, que amor es el camino para traspasar la frontera del Otro, para encontrarse con su alteridad irreductible, en actos de trascendencia vivencial que nos regalan un espacio compartido alejado de la soledad.

En el contexto de mi recuerdo del Atrio de los Gentiles propuesto por Benedicto XVI, hace unos días atrás el filósofo Ignacio Sepúlveda daba una conferencia en el Centro San Hipólito de Córdoba(3), cuyo tema se centraba en la fe y la sociedad, de cómo se manifiesta la religiosidad, y nos indicaba una serie de principio que no se contraponen a los Estados laicos, tales como: Libertad e igualdad, participación, bien común y solidaridad. Todos confluyen en la importancia de reconocer que la vida en sociedad se llena de sentido cuando nos reencontramos con el otro, abriendo nuestros corazones en el amor de una amistad verdadera.

Si la vida es una antesala a la muerte o como lo indicó Heidegger “somos seres para la muerte”, más es esta misma Muerte que Cristo nos invita a darle una oportunidad de trascendencia a través de su Resurrección. En estos días de Semana Santa con la debida humildad de un caminante que hace camino al andar, que entiende las palabras del Budha antes señaladas, es que me entregaré a la oración para encontrar una respuesta en el aporte que nos entrega la verdad de la Esperanza,  teniendo presente que “Cristo le gusta que prefiramos la verdad por encima de Él, porque siendo Cristo, Él es la verdad”(4)  lo cual se puede creer o dudar pues no son estos actos incompatibles.

Que estén Bien.

Referencias:
 1.- Uso la terminología de “Sentido de las mortificaciones” para las miserias humanas y de “Sentido Trascendental de la vida humana” que consiste en esclarecer la existencia humana en su totalidad, obtenido de la obra de: Hurtado, Guillermo. 2016. Dialéctica del naufragio. FCE, México.

2.- Jorge Costadoat, sj: http://jorgecostadoat.cl/wp/

3.- Ignacio Sepúlveda: Cómo cristianizar una sociedad

Descripción: https://mail.google.com/mail/u/0/images/cleardot.gif


4.- Simone Weil:  Cita en Hurtado, Guillermo. 2016. Dialéctica del naufragio. FCE, México. p.59