El día de ayer hemos concluido una serie de visitas
protocolares a las autoridades universitarias, por parte de la directiva del
Sindicato Nº 4 de la Universidad Católica del Norte, la cual integro como
secretario a partir del proceso eleccionario realizado en el pasado mes de
abril.
Las visitas a las autoridades han puesto de manifiesto el procurar una relación permanente
de colaboración, de diálogo y confianza mutua, para lo cual es imprescindible
el desarrollo de una agenda de trabajo, cuya principal preocupación sea la
próxima negociación colectiva, que corresponde convenir antes que finalice el
presente año.
Para lo anterior los directivos del sindicato hemos
manifestado la necesidad de procurar una disposición mutua y oportuna en la entrega
de información, que eviten los desencuentros e incomunicación que no conducen,
ni benefician a ninguna de las partes, quién puede dudar que la
comunicación es a fin de cuentas
movimiento de información. Es más, es esperable que las autoridades de la UCN
demuestren una mayor asertividad de las problemáticas administrativas en la
disponibilidad de la información, con las cuales nos hemos encontrado a poco de
asumir nuestros cargos. Por cierto que todo lo que expreso aquí corresponde a
mi visión personal del momento sindical actual.
Resolver los puntos en conflictos requiere de un marco de relaciones laborales que
se sostengan en pilares de cooperación y confianza, pues no me cabe duda que la
negociación colectiva ad portas;
se realizará metafóricamente, al interior de un barco en que todos estamos
navegando, y por tanto nadie puede desear que su rumbo sea afectado por un
requerimiento inusitado de las partes.
Un sindicato tiene entre sus misiones importantes atender a
las condiciones laborales y remuneraciones de sus socios, sin dudas que esto
tienden a ser problemas de compleja negociación, cuando las partes no tienen
una mirada que construya un proyecto común, con un lenguaje que los acerque
hacia una alianza de gestión que compromete a todos los que son parte de la
comunidad universitaria.
Lo anterior demanda de las autoridades universitarias y
dirigentes sindicales superar la
dicotomía de estamentos contrarios en negociación, por una actitud de alianza
estratégica entre las autoridades universitarias y el capital humano de la
comunidad universitaria. No puedo dejar de recordar que comunidad deriva de
calidad de lo común, y por tanto no privativo de una parte de ella, una
comunidad esta integrada por personas que existen porque hay comunicación y
ello le confiere existencia como institución.
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