El pasado jueves en la
oportunidad en que me reuní con el grupo Agora-UCN, tuve un reencuentro con la
poesía de José Domingo Gómez Rojas, poeta y anarquista chileno “encarcelado y
torturado después de un “Asalto a la Casa de la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile” por parte de manifestantes nacionalistas, para después
dejarlo morir en la Casa de Orates de Santiago el 29 septiembre de 1920 a las
once y diez de la mañana”.[i]
Cabe resaltar que su producción
poética vio la luz cuando contaba con escasos 16 años, con su obra titulada “Rebeldías
Líricas” en la cual inicia una “salutación” con un proemio del cual destaco este fragmento:
Quiero cantar la vida, quiero
extender las alas
quiero subir, subir…
quiero quemar mis alas en el sol
de la aurora
y quiero que mis cantos sean las
profecías
del bello porvenir.
yo canto porque siento, yo canto
porque lucho,
yo canto porque amo, yo canto
porque vibro
y porque se sufrir;
mi canto es para el fuerte, mi
canto es optimista
y es para los que creen en la
futura aurora
que habrá de redimir
Por todos los que sufren, por
todos los que gimen
mis cantos son protestas, y
gestas formidables
y ayes de rebelión;
por todos los que esperan, por
todos los que piensan
por todos los que bregan, por
todos los que creen
en la gran Redención.[ii]
Antes de continuar con la obra y vida de José Domingo Gómez
me he preguntado, qué hace que en grupo de características más ligadas al
quehacer filosófico nos preocupemos de abordar el arte de lo poético, pues
recuerdo que en una primera instancia abordamos la poesía de Fiedrich Hölderlin
y ahora la de este poeta.
Desde mi mirada y tomando en consideración lecturas de
Andrew Benjamin (el nombre es correcto, no me refiero a Walter Benjamin), hay
en la modernidad una preocupación especial por el arte o la estética, de la
cual la filosofía no esta exenta
de ella, específicamente si consideramos que desde la estética de Hegel
se reconoce que existe un quiebre entre el objeto de arte y su comprensibilidad
inmediata. Esta falta de inmediatez en la comprensión de lo estético permite
abrir un espacio para la discusión o más precisamente la interpretación, de la
cual la filosofía se hace cargo desde su perspectiva disciplinaria.
Volvamos a nuestro poeta combativo y anárquico lo que sin
dudas lo llevo a su destino trágico, significando una gran pérdida para nuestro
mundo poético, sus versos son un llamado a una revolución hacia la justicia
social, lucha que se da en el espacio político juntos a los estudiantes y
obreros de su época. Versos como los que siguen son claro testimonio de ello:
Mis versos de la aurora
que sean el alerta, de la revolución.
Yo, hijo de este siglo hipócrita y canalla
reniego de mi siglo y salgo a la batalla
con gritos de amenaza y ayes de rebelión,
sean mis cantos rojos como la dinamita,
y como mis dolores, como mi ansia infinita,
como mi sed eterna de eterna redención.[iii]
Es notable el esfuerzo personal que se prodigaba a sí mismo
cuando se trataba de su formación, de hecho sus comentadores resaltan que fue
capaz de cruzar la cordillera en paupérrimas condiciones como caminante, sólo
para comprender la poesía trasandina. Su amor al estudio “era tal, que
difícilmente habrá un estudiante que lo pudiera aventajar. Además de verse precisado
a obtener libros prestados para seguir los cursos de leyes y pedagogía, se
esforzaba por poseer el conocimiento profundo de los idiomas, y para alcanzarlo
estudiaba los textos de Derecho en francés”[iv].
Para la historia sólo nos queda quizás una pequeña
restauración de José Domingo Gómez en los versos del escritor antofagastino
Andrés Sabella Gálvez:
Una
flor de sangre se levanta su voz y reúne tribus de fuego.
El
mueve las olas más feroces del tiempo; cambia el humo
de
los cirios por resplandecientes cuchillos; aparece, cada mañana,
en
la sonrisa de los niños.
Yo
no sé qué fuerza tienen sus ojos que hieren el oro y
adormecen
la raíz de los sueños.
Una
alarido, una estrella, suelen perseguirlo como
devorándole la sombra[v].
Si los actuales estudiantes se dan espacio a recibir un
consejo; no mío si no del propio Andrés Sabella, deberían esforzarse por
revindicar el espíritu de lucha estudiantil por la justicia y los derechos
sociales, que inspiraron a este mártir de la Federación de Estudiantes de
Chile: José Domingo Gómez Rojas.
[i] Gómez J.D.; Rebeldías
Líricas y otros versos. Ediciones Acéfalo. Talca, Chile. 2013. 5
[ii] Gómez J.D.; Rebeldías
Líricas y otros versos. 17
[iii] Gómez J.D.; Rebeldías Líricas
y otros versos. 23
[iv] Gómez J.D.; Rebeldías
Líricas y otros versos. 95
[v] Gómez J.D.; Rebeldías
Líricas y otros versos. 135
No comments:
Post a Comment