"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, July 06, 2014

The “secret menu of drinks”?

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Hoy como otros domingos encaminé mis pasos hacia uno de mis cafés preferido, encontrándome con la sorpresa de que había un gran grupo de niños, lo cual me llamó la atención. Ustedes se preguntarán, por qué? Pues porque no es ya un misterio que los café no son lugares a los cuales acudan niños, muy por el contrario en sus barras y mesas lo más frecuentes es encontrar adultos.
Decidí acercarme para ver que estaba sucediendo. Así pude comprobar que en las afuera del recinto que corresponde a la cafetería, teniendo en cuenta que esta en el interior de una biblioteca pública, se había desplegado un escenario en la cual se presentaba una obra infantil, y por supuesto varios de los padres y madres se habían acomodado en las dependencias del café.
Horas más tarde mientras leía la columna “The secret of Generation C” de Gillian Tett del 20 de junio recién pasado  en FT Magazine[i], no pude dejar de recordar lo ocurrido por la mañana, es que Tett hace un recuento de una experiencia vivida en Starbucks con sus hijas en el centro de Manhattan, quienes no estaban dispuestas a perder la oportunidad de colocar en las redes sociales una foto degustando el “menú secreto de bebidas” del recinto, para la envidia de sus compañeras de colegio.
The “secret menu of drinks”? cabe preguntarse de que se trata esto; la respuesta es muy sencilla, ya que se trata de una estrategia de marketing creativa de los locales Starbucks dirigida a los adolescentes, al ofrecer bebidas personalizadas pues se puede solicitar la combinación de acuerdo al gusto y deseo visual personal del cliente. 

Para la columnista la atracción está en un posible empoderamiento o en un acto atroz, o quizás ambos. En mi opinión tiene que ver con algunos aspectos aunque relacionados con estos, tienen una sutileza que profundiza o condiciona la atracción adolescente. Por un lado esta la estrategia de marketing de Starbucks,  que se focaliza en darles a sus clientas jóvenes una experiencia de vida, que puedan compartir en las redes sociales como algo que las hace diferente y resalta su individualidad.
Sin embargo tal individualidad tiene una cara opuesta, pues comparten con su grupo etario el secreto de un menú que no es público. Secreto al cual los adultos están excluidos, a menos que quieran cambiar sus gusto de una taza de capuchino, cortado o expreso, por una combinación de “Cotton Candy Frappuccino”.
Como nos enseñaba Michel Foucault, el orden del discurso genera excluidos que se relaciona con el sujeto que habla; por el poder del lenguaje y la información, apareciendo rituales, las sociedades de discurso, los grupos doctrinales y la educación. Aunque la mayoría de estas adolescente y jóvenes con un poco más de años no identifiquen estos procedimientos; que tienen la función específica de determinar en qué condiciones se utiliza el discurso y qué reglas deben seguirse, sus objetivos de diferenciarse  por el momento de los adultos tendrán éxito consiguiendo estos “menú secretos”.
En cuanto a nosotros nos quedará preguntarnos si nuestros café habituales lograrán sobrevivir o sucumbirán a la estrategia de los Starbucks. Que susto, mejor voy por otro expreso antes de se convierta en un bebestible secreto.

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