La venganza no es un acto de Justicia

Ha muerto un terrorista si con ello nos referimos a quienes defienden sus ideas utilizando vidas inocentes para conseguir sus objetivos, pero la muerte de un terrorista en particular es acaso una justificación para celebrar su muerte, por quienes incluso han sido quienes han sido partícipe de las causas por las cuales se genera la actividad terrorista.

No estoy dispuesto a celebrar ninguna muerte de un ser humano por muy contrario que sea a la vida, no hay en el mundo para mi nada, nada que justifique el asesinato de un ser humano, y para ello no me importa lo que haya hecho. Acaso este pueblo que celebra se ha preguntado en una sociedad como la actual ¿Qué es más importante la ley o el hombre? Solo entiendo que se hace justicia cuanto las instituciones funcionan, lo cual es efectivo cuando se ha enfrentado al imputado ante un debido proceso, mediante el cual este puede ser condenado por los delitos cometidos, por muy atroces que ellos sean.

Cabe preguntarse si la lección jurídica del juicio en Nuremberg no fue asimilada por los gobernantes del mundo, respecto a la importancia del funcionamiento del estado de derecho, por sobre las pasiones o motivaciones que busquen una justificación humana. Cabe señalar si Estado Unidos seguirá sintiendo que es legítimo cometer abusos en sus acciones, justificándose como lo hace en estar en guerra contra el terrorismo.

Algunos podrán conformarse con que Barack Obama a diferencia de su innombrable antecesor, ha diferenciado que su lucha no es con el Islam, sino que su objetivo bélico son los terroristas. El problema de esto, es que quién define la línea fronteriza entre quien es o no un terrorista, viene determinado por los propios habitantes de la Casa Blanca, los cuales lo han justificado considerando la magnitud en que se ven afectados sus intereses en determinados momentos, pues está claro para quienes recorren la historia del mundo, que varios han sido sus aliados antes de ser declarados terroristas.

La actitud política de los estadounidense ha sido imponer su visión de mundo, en la cual viene impresa la negación del otro, ello puede ser un elemento muy riesgoso si el camino que tomen los norteamericanos siga resaltando actos xenofóbicos, en el cual los otros son los culpables de sus propias culpas, especialmente en el ámbito sociopolítico por los signos de los tiempos que se viven en el mundo árabe.

Mientras el Presidente de Estados Unidos proclama la paz para el medio oriente, llegando su hipocresía al límite de no querer la violencia, lo único que uno puede pensar es cuan ilusos fueron quienes le otorgaron el Premio Nóbel de la Paz, el cual honestamente debería devolver para no desprestigiarlo. No debemos olvidar que la justicia es un elemento que contribuye a la paz social, y justicia es lo único que no se llegó hacer con Osama bin Laden, al no llevarlo ante tribunales competentes, lugar en el cual las personas civilizadas demandamos justicia a quienes asesinan inocentes.

Por otro lado el señor Barack Obama se entretiene asesinando a un marginal Osama, mientras hay masacres de civiles en un medio oriente convulsionado, atendiendo a la cercanía de su lanzamiento de su reelección como presidente de un país que no puede despegarse de su actitud hollywoodense, de hecho que si hubiesen tenido la posibilidad para lograr un mayor impacto mediático habrían mandado a John Rambo.

De paso nuestro propio Presidente el Sr. Sebastián Piñera justifica el asesinato de Bin Laden como un acto de justicia, con su actitud mediática muestra una vez más su poca prudencia, quizás esta reconocida actitud por parte de sus más allegados juveniles, quede representada una vez más en su apodo: “locomotora Piñera”. No cabe duda que su derrotero de buscar los aplausos fáciles, ve afectada la integridad moral que un alto funcionario público debe responsablemente tener, con el fin de cuidar la confianza ciudadana en la institucionalidad pública en un estado de derecho, y particularmente en que se respete en cualquier circunstancia el debido proceso, porque las venganzas no son actos de justicia.