Hidro-Aysén sin alternativas ni concensos

En relación del Proyecto HidroAysén, queda claro que no existe una institucionalidad que proteja el patrimonio natural de los chilenos, ni tampoco la transparencia e independencia en relación al análisis técnico correspondiente a las evaluaciones de impacto ambientales de los proyectos involucrados.

Clara esta la posición del actual Gobierno del Pdte. Sebastián Piñera, quién de manera implícita apoya la ejecución del Proyecto Hidroaysén, lo cual ha sido explicitado por sus propios ministros. La aprobación de este proyecto fue realizada por ciudadanos que en su mayoría ostentan un cargo que tiene una dependencia gubernamental, y las apelaciones a su aprobación se hace a un consejo de ministros que son de la exclusiva responsabilidad y confianza del Presidente de la República, de tal manera que la apelación es sólo una formalidad dentro de una institucionalidad que no contempla una autonomía ante los intereses de quienes están gobernando, y que además hoy representan más que nunca al empresariado.

Quizás hoy sea el momento de recordar a los miles de chilenos que no apoyan este proyecto, que protestan por las calles de nuestro país en defensa de la Patagonia, en la cual viví gran parte de mi infancia, que votar en una elección tiene estos riesgos, el actual presidente es un empresario que mira las decisiones políticas desde esta perspectiva, la cual evidentemente él no ha cambiado, los ilusos son los que creen que puede dejar de ser empresario por el sólo hecho de asumir el alto cargo público que hoy ostenta. En el mismo sentido la gran mayoría de los que participan en las protestas corresponden a jóvenes que ni siquiera son ciudadanos, ya sea por no tener la edad para ello, o porque irresponsablemente no tienen voluntad para participar en elecciones políticas de nuestro país.

Paralelo a ello es hora que los gobernantes y representantes de los ciudadanos en el Congreso Nacional, vayan considerando la importancia que han tomado hoy día las redes sociales, que apoyadas en la utilización de las tecnologías de información comunicativas, hoy en cosas de horas convocan a varios miles de manifestantes en puntos neurálgicos de las principales ciudades de cualquier país. El ejemplo más cercano lo percibimos en la situación de los países de medio oriente, y la pasada semana Chile no fue la excepción.

Aquí no se trata de hacer una protesta por el solo hecho de protestar, por tanto si el actual ocupante de la Moneda tiene esta lectura comete un grave error, cualquier ciudadano que reflexiona sobre el tema de Hidroaysén evidencia que no existe una estrategia país en relación a la matriz energética. En este sentido en lo personal me niego a privilegiar a oportunistas intereses económicos, por el sólo hecho de que debo resolver ahora la necesidad de energía, teniendo como única alternativa el inundar un valle de mi país para seguir alimentando a los capitalinos directamente o indirectamente, si en este último caso la energía es para emplearla en la gran minería cuyos recursos bien sabemos a quienes benefician geográficamente.

En lo anterior al menos me preocupan tres puntos, el primero cual es el nivel de inversión comprometido legalmente por las compañías mineras en las energías alternativas. Segundo cual es el la obligación de quienes inundan un valle de manera irreversible respecto a la sustentabilidad de su fauna y de la actividad ganadera, agrícola y forestal. Tercero porque un tema de tal relevancia debe imponerse políticamente, cuando a todas luces lo que debe buscarse es una decisión técnica integral y consensuada, en la cual los ciudadanos chilenos tengan la oportunidad de participar.

Desde hace bastante tiempo se ha venido dando una situación bastante peligrosa en el manejo gerencial de las empresas o administradores gubernamentales últimamente, en lo referente de generar la toma de decisiones privilegiando exclusivamente una perspectiva económica, sin considerar que tales decisiones afectan a seres humanos. Quienes tuvimos la oportunidad de vivir en la Patagonia no podemos soslayar que hace menos de 50 años, el abandono de los capitalinos era tan evidente que en ocasiones los víveres para quienes hacían patria como funcionarios públicos, había que adquirirlo en Río Mayo en la República Argentina, y para las Fiestas Patrias en la Ramada Oficial se bailaba chamamé.

Finalmente ante lo anterior cabe preguntarse si a quienes deciden otorgar al empresariado estos megaproyectos, estará la preocupación respecto de las oportunidades que tienen los habitantes de la zonas extremas, y especialmente los chilenos que recorren el valle del río Baker en nuestra Patagonia, respecto a seguir gozando de las maravillas naturales que atrae a miles de turistas extranjeros y nacionales. ¿Qué opinan ustedes?