"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, August 03, 2008

La Fenomenología de Husserl: Un aporte introductorio
Francisco de la Fuente V.

Desde hace mucho me he interesado por Edmund Husserl (1859-1938), es decir por aquel movimiento filosófico que ha sustentado el quehacer de la filosofía del siglo pasado. Para quienes son cercanos al lenguaje filosófico no le es para nada extraño la gran influencia de la fenomenología de Husserl en filósofos como Sartre, Heidegger, Edith Stein, Merleau-Ponty, Gadamer y Paul Ricoeur, aunque debamos reconocer que esta lista esta bastante acotada por un lado y por otro varios de estos separaron sus caminos.

La fenomenología es una filosofía sobre la cual hay innumerables publicaciones, seminarios y congresos que hacen de ella un método que intenta establecer las condiciones de posibilidad de la filosofía, ya que todo esfuerzo y rigor filosófico nos lleva a considerarlo como "fenomenología".

La fenomenología nació en Husserl a partir de las Investigaciones lógicas como una refutación del psicologismo. Éste pretendía ser un modo de solucionar algunas problemáticas del conocimiento y de la ciencia, la idea del psicologismo consistía en aceptar la realidad de un mundo de objetos como algo comprensible de suyo, como un horizonte infranqueable más allá del cual no tiene sentido ninguna pregunta, apegada al sentido común de su época para conseguir de ese modo la ventaja de una apariencia de inteligibilidad inmediata.

Hacia las últimas décadas del siglo XIX tal psicologismo de orientación cartesiana concebía la conciencia como una realidad sustancial, apoyándose en la psicología que se había convertido en una ciencia respetada al aplicar el método experimental al estudio de la vida anímica de animales y seres humanos. Husserl estaba en desacuerdo con esto, lo cual nos lleva antes de adentrarnos en explicar su fenomenología a considerar que es lo que entendemos por conciencia.

En el lenguaje filosófico la conciencia es una realidad que no es ser, porque el ser es aquello que es aún que no se de cuenta de lo que es. Así la conciencia es tal sólo si se da cuenta de sí misma, es decir es tensión de atención en sí misma. Ser es ser simplemente lo que es y hace inconcientemente de acuerdo a su esencia, es lo que es solamente de hecho, no siendo perfectamente idéntica a sí misma; es idéntica a sí misma de facto, lo cual muestra una cierta imperfectud de su ser, pues idéntica es una realidad que no solamente es lo que es, sino que además sabe lo que es. Tenemos aquí una identidad de segunda potencia para una realidad suprema en que el ser lo que uno es se ve desde una perspectiva doblemente idéntica al ser en sí y para sí, tal es el caso de la conciencia

La conciencia posee ambos componentes de la realidad: la simple del “en sí” de las cosas, pues una roca es una roca aunque no de se cuenta de ello, y la de “para sí” lo cual es una particularidad de ella. Pero esto nos lleva a reconocer que la conciencia puede pasar a un estado de inconciencia manteniéndose en el nivel de simplemente ser en sí, para viceversa volver a ser conciente para sí. Esto la conciencia lo hace de manera no entitativa, pues tal paso surge sin una causalidad real, al no involucrar una causa fisicoquímica o biológica, es como si surgiera de la nada de manera imprevista y en apariencia sin conectarse con lo inconciente de nuestra realidad.

Desde Descartes pasando por Spinoza hasta Husserl se considera que la conciencia que es cosa que existe de tal manera que de ninguna otra cosa necesita para existir, ciertamente las cosas se nos aparecen como una realidad de ninguna cosa aunque aparezcan en ocasiones como un objeto que pensado lo tengo presente con sus propiedades de una manera objetiva, es decir de pura presencia para mi. Es así que puedo pensar en el agua sin que me moje o en el fuego sin que me queme pues la conciencia puede tener las cosas no en su realidad bruta, sino que las tenga en mi conciencia cognoscitiva sin hacer lo que son en sí.

Un aspecto a considerar es que la conciencia tiene diversas maneras y distancia de relacionar al sujeto con el objeto. Una manera sería que la distancia entre sujeto y objeto estén medidas manteniendo fijos sujeto y objeto, refiriéndonos al mismo objeto y utilizando la misma facultad del conocimiento intelectivo, variando únicamente el tipo de conocimiento. En tal caso la presencia del objeto se puede dar de forma inmediata, explícita y unívoca o de manera implícita, mediata y unívoca o circunstancialmente unívoca.

Otra manera de distancia se lograría variando la potencia del sujeto que entra en relación con el objeto. En cuyo caso la presencia inmediata se daría por percepción, intuición y contacto o de memoria o de imaginación. Así tenemos que el mismo objeto puede estar a tres distancias respecto del objeto: a distancia mínima o de percepción (intuición, contacto, impresión…); a distancia media o de memoria; a distancia mayor o de imaginación.

Además habrían otros tipos de distancia respecto del objeto como es al caso de la certeza, la duda y la sospecha, las cuales buscan instalarse en las cosas para que la duda y la sospecha sean sólo estados transitorio hacia la certeza, pues uno debe estar instalado en las cosas, como actitud natural del hombre en el mundo.

La duda cartesiana nos deja en la encrucijada de no saber si se queda en una negación “parece que no” o afirmativa “parece que sí” en rigor para Husserl la duda no corresponde a un procedimiento fenomenológico, aunque la fenomenología trascendental busque desinstalarnos del mundo para instalarnos en uno más interior del que nada pueda desalojarnos, porque es en esencia y sustancia es él. Husserl se preocupa de llegar más lejos de la duda metodológica cartesiana.

A su vez cuado observamos algo percibimos a su vez un escenario o fondo , lo que lleva a Husserl a señalar que la observación de un objeto puede darse en un primer plano o de fondo lo cual generaría una modificación de actualidad o inactualidad respectivamente. Pero este es un aspecto que no implica que estemos en una distancia por inectualidad o presencia actual de fondo en la originalidad fenomenológica, pues ambas suponen la actualidad o instalación en los objetos mismos. A decir de Husserl el ser humano se encuentra instalado naturalmente en el mundo, haciendo de este nuestra morada en un habitar o convivir en familiaridad, tal instalación la hacemos aun antes de reflexionar sobre la conveniencia o no de cuestionarnos o valorar las cosas de este mundo, y esto es lo que nos dificulta dudar en rigor sobre la existencia de ciertas cosas.

Diferente es si tratamos de instalarnos en el mundo de la geometría no euclidiana, donde tal esfuerzo para desconectaros del mundo natural, nos lleva según Husserl hacia mundos eidéticos, permitiendo una positiva instalación de la conciencia en ellos, que en el proceso de reflexión sobre tales objetos y relaciones se da sin individuación natural, es decir sin sentimiento de temporalidad y espacialidad. La fenomenología trascendental es la ciencia de las esencias y no de hechos, siendo posible por medio de la reducción eidética (epojé), que busca la transformación de los fenómenos en esencias, perseguir el cómo mas que el qué yendo a las cosas mismas. Tomando las palabras de Husserl "No hay teoría concebida capaz de hacernos errar respecto al principio de todos los principios: que toda intuición en que se da algo originariamente es un fundamento de derecho del conocimiento; que todo lo que se nos brinda originariamente (por decirlo así, en su realidad corpórea) en la intuición, hay que tomarlo simplemente como se da, pero también sólo dentro de los límites en que se da."

Husserl como buen discípulo de Brentano piensa que la conciencia siempre es conciencia de algo es decir que la conciencia es intencionalidad. Así es como la epojé nos muestra el reconocimiento del carácter intencional de la conciencia, que trasciende hacia el objeto y que hace que éste se nos aparezca como tal en la conciencia, esta presencia efectiva del objeto se evidencia sobre la intuición sensible. Para Husserl, nóema es el aspecto objetivo de la vivencia, donde el objeto corresponde a la reflexión en sus diferentes modos de ser dado, como percibido, recordado o imaginado, de hecho este afirma que: "Como toda vivencia intencional tiene un nóema y en él un sentido mediante el cual se refiere al objeto, así, a la inversa, todo lo que llamamos objeto, aquello de que hablamos, lo que como realidad tenemos ante los ojos, lo que tenemos por posible o probable, lo que nos figuramos por imprecisamente que sea, es, sólo con el ser tal, un objeto de la conciencia, y esto quiere decir que, sean y se llamen mundo y realidad lo que sean y se llamen, tiene que estar representado dentro del marco de la conciencia real y posible por sentidos o proposiciones, llenos por el correspondiente contenido más o menos intuitivo "

Finalmente hay que indicar que para Husserl la conciencia de sí da la vivencia en sí, es decir la propia evidencia se da a sí misma en una percepción inmanente de una conciencia que tiene el yo de sus propias experiencias, lo cual implica que queda abierta hacia horizontes indeterminados, que pueden ser retocados sin fin. En otras palabras las cosas nunca pueden serme dadas como un absoluto, pues “ser de este modo imperfectas in infinitum es inherente a la esencia imborrable de la correlación cosa y percepción de cosas”

Ciertamente como bien lo expresa J.F. Lyotard “La fenomenología no intenta reemplazar las ciencias del hombre, sino dejar bien sentada su problemática, seleccionando así sus resultados y reorientando su investigación”

No comments: