Carta Abierta a mi comunidad lectora...
Necesariamente
una salida adecuada a la actual situación de la pandemia de COVID-19 pasa por
realizar una evaluación rigurosa del impacto social y económico, como a su vez
tener presente la evolución, donde el indicador número de fallecidos por
COVID-19 por cantidad de habitantes, según la comunidad que corresponda. Pues
diseñar una buena estrategia de salida hacia una normalidad razonable, esta
debe sustentarse en minimizar y controlar los potenciales de riesgos de
contagios, y con ello ir disminuyendo de manera prudente el confinamiento de
personas, a fin de favorecer la recuperación de la economía.
La OMS y otras
entidades similares han realizado una serie de recomendaciones, teniendo en
cuenta la limitada experiencia que se tiene en relación con esta pandemia, más
allá de la que se tiene del manejo de la gran diversidad de países, con sus
aciertos y errores esperables. Uno de ella son las cuatro fases de descalada
denominadas como: inicial, intermedia y avanzada, donde cada una de ellas
determina las condiciones que deben realizarse a fin de permitir paulatinamente
dar el paso de una fase a otra, con el objetivo de alcanzar una normalidad
razonable.
De acuerdo con lo
anterior, es muy importante la prudencia de ir avanzando despacio, de manera
que cada fase tienda asegurar los posibles brotes, evaluando los riesgos
inherentes a decisiones que no pueden controlar todas las variables. En esto
juega un aspecto muy importante el mantener una comunicación efectiva, evitando
las contradicciones y buscando la transparencia de los errores inevitables que
pueden ocurrir en quienes deben asumir decisiones con una crisis en curso.
Deseo insistir en
la importancia de lograr una comunicación efectiva con la ciudadanía, para lo
cual debiera tenerse presente la simplicidad en las instrucciones y
recomendaciones, relacionadas con el objetivo para alcanzar una normalidad
razonable de salida de la pandemia. Reafirmar que estas deben ser sencillas y
comprensibles para que los ciudadanos e instituciones; según correspondan;
puedan seguirlas y cumplirlas sin dificultades.
Hay que tener
presente que la medida de cuarentena es muy útil si se usa oportuna y criteriosamente,
teniendo a la vista que el confinamiento nos es compatible con la recuperación
de la economía, lo que demanda del Estado un esfuerzo extraordinario para ir en
ayuda de las personas que ven afectados sus niveles de ingresos e incluyendo los
pequeños y medianos empresarios que dan trabajo.
No cabe duda qué para el éxito de una
estrategia de salida es necesario que la institucionalidad pública responsable,
busque disminuir el nivel de contagio a través de la prevención poblacional,
del diagnóstico y aislamiento oportuno, y el fortalecimiento del sistema de
salud. Así mismo definir que considerará un factor de riesgo y qué grupos serán
los que cumplan con los requisitos de vulnerabilidad.
Es imprescindible
señalar la responsabilidad individual de cada ciudadano en el cumplimiento de
las medidas y recomendaciones de la institucionalidad para lograr con éxito la
salida de esta pandemia, y ello pasa necesariamente por un cambio cultural de
los habitantes de nuestro país, el cual debe al menos contemplar una mayor
disciplina social. Estimo a priori que este aspecto debiera ser parte de la
formación que imparten los centros educativos de todos los niveles.
Es posible que lo
que voy a decir a continuación no sea del agrado de ustedes, considérenlo una
opinión que aporta una perspectiva personal, y que no busca convencerles de que
es la mirada de una realidad unívoca, más he estimado necesario hacer presente
que una estrategia de salida de esta pandemia debe considerar el contexto histórico
que hemos vivido a partir de octubre del año recién pasado.
La crisis social
que ha vivido Chile a partir del 18 de octubre del 2019, no se visualiza como
una coyuntura superada, muy por el contrario, es mucho más probable que una vez
rebajada las medidas sanitarias por la pandemia del COVID-19 se torne muchísimo
más complicada de lo que hasta ahora ha ocurrido. Esto porque se a hecho más
evidente para la ciudadanía, que quienes ostentan el poder económico y político
del país han abandonado la verdad, la justicia y el bien común.
Chile muestra síntomas
de estar enfermo socialmente lo que se demuestra por una alteración de la
convivencia pacífica, tal diagnóstico espera ser enfrentado por las autoridades
gubernamentales, dentro de un espacio de orden que debe apegarse a la verdad,
es decir, transparentar sus acciones a toda la ciudadanía convirtiendo la
justicia en la tarea primordial de su gobernanza.
Los actores sociales
según corresponda deben alejarse de la soberbia y promover la solidaridad,
atendiendo las dificultades detectadas de la experiencia social de los últimos
meses, en materia de salud, previsión y educación, con el fin de incentivar el
desarrollo científico y tecnológico del país.
Tengo presente
que cuando me refiero a la justicia no reduzco esta a dar a cada uno lo suyo,
sino que más que eso. Lo que abogo es por encontrar justicia en cuanto a todo,
para que los ciudadanos sean partícipes de la solución y del desarrollo del país.
Definitivamente un país en el cual se benefician la mayoría, y no sólo unos
pocos, donde más que declarar los valores de verdad y justicia estos se
realicen, es decir, se hagan valer.
En palabras de
Romano Guardini: “[…] no solo una persona u otra, no solo el poderoso y
afortunado, sino todo hombre, por ser hombre”
No soy el primero
que opina que las crisis son oportunidades para ver mejor las cosas y buscar
consensos, es un hecho que esta pandemia nos demanda flexibilizar nuestras actividades
administrativas, con una mirada nueva del teletrabajo, la telemedicina y
teleaprendizaje. Además de incentivar un desarrollo urbanístico de nuestras
ciudades donde podamos vivir una vida buena con nuevas oportunidades para la
innovación y creatividad de todo ser humano, por ser humano.
Bibliografía
Guardini, Romano.
1974. Una ética para nuestro tiempo. Cristiandad Madrid, España.
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