"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Friday, May 22, 2020

Reflexionando desde el Eutifrón en tiempo de Pentecostés


En tiempo de Pentecostés en que el mundo cristiano celebra el día de la manifiesta venida del Espíritu, lo que representa la consumación de la resurrección del Cristo, y teniendo como hecho comunicativo que el Espíritu Santo revela a los seres humanos una serie de dones a través de la Gracia de Dios. Entre esos dones está la piedad y la sabiduría.

Pienso que es difícil separar lo numinoso que podemos encontrar en el sentido de Pentecostés, lo que llevaría a un rápido rechazo por la razón tal como lo fue para los contemporáneos de Sócrates, para aceptar su sentido mítico de lo religioso a su idea del daimon. Por tanto, no a de extrañar que Sócrates haya sido acusado de sacrilegio en contra de las creencias de su época por falta de piedad.

Para mi reflexión personal sobre estos dones utilizaré mis lecturas del diálogo Eutifrón de Platón, entendiendo que éste nos regala la oportunidad de seguir su derrotero ético y su saber generoso para acercarnos al entendimiento de la piedad. Para ello, primero me haré cargo de una pequeña introducción al diálogo platónico, y luego lo relacionaré brevemente con la celebración de Pentecostés, desde la mirada de la gracia divina.

Eutifrón es una conversación entre el propio Eutifrón y Sócrates, en que deliberan sobre dos procesos en que se ven cada uno envuelto, el primero es un acusador de excepción de homicidio en contra su propio padre, en cambio el segundo, se convertirá en reo de una acción judicial pública acusado de corromper a los jóvenes.

El diálogo de Eutifrón tiene como principal propósito encontrar una definición de la piedad, en cuya plática Sócrates manifiesta su agudeza para profundizar sobre ella, a través de su prodigiosa mayéutica de la cual afirmaba que proveía de su “madre”: como señala José Ferrater Mora: “Por medio de sus constantes interrogaciones, Sócrates hacía surgir dondequiera lo que antes parecía no existir: un problema. De hecho, toda su obra se dirigió al descubrimiento de problemas más bien que a la búsqueda de soluciones. El problema hacía desvanecerse los falsos saberes, las ignorancias encubiertas, las inauténticas satisfacciones”.

Además, suma su infaltable ironía que en palabras de Romano Guardini: “busca intranquilizar el corazón de los hombres y ponerles en tensión, para que a través de ella se produzca ese movimiento hacia la verdad-bien en el interlocutor mismo, bien, si este no se deja ayudar; en el oyente", en este caso ante la experticia de Eutifrón quien presume su utilidad y diferenciación ante el común de los hombres, dado que conoce "las cosas con exactitud” (5a).

Cabe mencionar que la ironía de Sócrates no se constituye en un desprecio por el prójimo, sino que ella es una manera elegante de liberar al otro, compartiendo la búsqueda de la verdad. Sócrates siempre tiene presente que “sabe que no sabe”, y en esto esta la grandeza de su soberanía interior.

Sócrates busca en este diálogo impugnar la acusación desde la justificación lógica de Eutifrón, mostrándole que la acción en contra de su padre olvida los deberes de naturaleza humana y las obligaciones de parentesco sanguíneo que se derivan de ello. Kant lo señala como imperativo incondicionado ante el formalismo de la ley, considerando la excepcionalidad por razones de parentesco.

Sócrates solicita a Eutifrón que le aclare qué es lo que entiende por piadoso e impío (5e), luego prosigue preguntando si lo piadoso lo es por serlo o depende de la aprobación divina (10a). Sócrates centra este asunto en el campo de la causalidad para aclarar que no es el efecto la causa de una acción; como lo piadoso; sino que la acción es la causa de este efecto. De esta manera lo piadoso en el contexto de la religiosidad griega según Sócrates no debe quedar definido por si agrada a los dioses, sino que por su naturaleza.

He aquí un punto de actualidad para la vivencia cristiana de Pentecostés, en especial en estos días en que el mundo necesita tanto la capacidad de entendimiento para superar la pandemia, donde se demanda sabiduría para enfrentar con caridad la precariedad de ciertas estructuras sociales en nuestras comunidades.

Tomemos en consideración las epístolas a los Gálatas y Romanos especialmente si podemos encontrar en sus lecturas que opondrán la Gracia a la ley, es decir, primero el perdón a la exigencia de justicia que el hombre debe realizar como base de sus relaciones con Dios; pero también la vida en “el amor de Dios” derramado en nuestros corazones por Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom 5,5).

Consciente de la distinción histórica de la Gracia es que me adhiero en este comentario al concepto de Gracia “gratum facientes”, es decir, cuyo efecto inmediato es quien las recibe es el ser introducido en la amistad con Dios, que regala la capacidad de ceñirse a una correcta realización de los dones que derrama la Gracia.

Hagamos un corolario considerando el don de la piedad al servicio de la caridad, no sólo una virtud de la religión como una forma de justicia hacia Dios, sino que hacer de nuestro diario vivir un ejercicio piadoso. En tiempo de Pentecostés podríamos utilizar la habilidad para encontrar en nosotros la presencia de dones como la piedad, la sabiduría y el entendimiento entre otros, buscando que nuestras relaciones con el prójimo converjan en una comunión fraterna en el interior de la caridad divina derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo (Rom 5,5).

Bibliografía:
Platón. 1966. Eutifrón o de la Piedad.Ed.Aguilar. Buenos Aires, Argentina.
Ferrater M, José. 1958. Diccionario de Filosofía. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, Argentina.
Bouyer, L.2002. Diccionario deTeología. Editorial Herder.Barcelona, España.
Guardini, Romano.2016. La muerte de Sócrates. Ediciones Palabra. Madrid, España.
Biblia.1903. La Santa Biblia. Versión de Cipriano de Valera. Madrid, España.

Monday, May 18, 2020

Aspectos a considerar para una salida de la pandemia de COVID-19


Carta Abierta a mi comunidad lectora...

Necesariamente una salida adecuada a la actual situación de la pandemia de COVID-19 pasa por realizar una evaluación rigurosa del impacto social y económico, como a su vez tener presente la evolución, donde el indicador número de fallecidos por COVID-19 por cantidad de habitantes, según la comunidad que corresponda. Pues diseñar una buena estrategia de salida hacia una normalidad razonable, esta debe sustentarse en minimizar y controlar los potenciales de riesgos de contagios, y con ello ir disminuyendo de manera prudente el confinamiento de personas, a fin de favorecer la recuperación de la economía.

La OMS y otras entidades similares han realizado una serie de recomendaciones, teniendo en cuenta la limitada experiencia que se tiene en relación con esta pandemia, más allá de la que se tiene del manejo de la gran diversidad de países, con sus aciertos y errores esperables. Uno de ella son las cuatro fases de descalada denominadas como: inicial, intermedia y avanzada, donde cada una de ellas determina las condiciones que deben realizarse a fin de permitir paulatinamente dar el paso de una fase a otra, con el objetivo de alcanzar una normalidad razonable.

De acuerdo con lo anterior, es muy importante la prudencia de ir avanzando despacio, de manera que cada fase tienda asegurar los posibles brotes, evaluando los riesgos inherentes a decisiones que no pueden controlar todas las variables. En esto juega un aspecto muy importante el mantener una comunicación efectiva, evitando las contradicciones y buscando la transparencia de los errores inevitables que pueden ocurrir en quienes deben asumir decisiones con una crisis en curso.

Deseo insistir en la importancia de lograr una comunicación efectiva con la ciudadanía, para lo cual debiera tenerse presente la simplicidad en las instrucciones y recomendaciones, relacionadas con el objetivo para alcanzar una normalidad razonable de salida de la pandemia. Reafirmar que estas deben ser sencillas y comprensibles para que los ciudadanos e instituciones; según correspondan; puedan seguirlas y cumplirlas sin dificultades.

Hay que tener presente que la medida de cuarentena es muy útil si se usa oportuna y criteriosamente, teniendo a la vista que el confinamiento nos es compatible con la recuperación de la economía, lo que demanda del Estado un esfuerzo extraordinario para ir en ayuda de las personas que ven afectados sus niveles de ingresos e incluyendo los pequeños y medianos empresarios que dan trabajo.

 No cabe duda qué para el éxito de una estrategia de salida es necesario que la institucionalidad pública responsable, busque disminuir el nivel de contagio a través de la prevención poblacional, del diagnóstico y aislamiento oportuno, y el fortalecimiento del sistema de salud. Así mismo definir que considerará un factor de riesgo y qué grupos serán los que cumplan con los requisitos de vulnerabilidad.

Es imprescindible señalar la responsabilidad individual de cada ciudadano en el cumplimiento de las medidas y recomendaciones de la institucionalidad para lograr con éxito la salida de esta pandemia, y ello pasa necesariamente por un cambio cultural de los habitantes de nuestro país, el cual debe al menos contemplar una mayor disciplina social. Estimo a priori que este aspecto debiera ser parte de la formación que imparten los centros educativos de todos los niveles.

Es posible que lo que voy a decir a continuación no sea del agrado de ustedes, considérenlo una opinión que aporta una perspectiva personal, y que no busca convencerles de que es la mirada de una realidad unívoca, más he estimado necesario hacer presente que una estrategia de salida de esta pandemia debe considerar el contexto histórico que hemos vivido a partir de octubre del año recién pasado.

La crisis social que ha vivido Chile a partir del 18 de octubre del 2019, no se visualiza como una coyuntura superada, muy por el contrario, es mucho más probable que una vez rebajada las medidas sanitarias por la pandemia del COVID-19 se torne muchísimo más complicada de lo que hasta ahora ha ocurrido. Esto porque se a hecho más evidente para la ciudadanía, que quienes ostentan el poder económico y político del país han abandonado la verdad, la justicia y el bien común.

Chile muestra síntomas de estar enfermo socialmente lo que se demuestra por una alteración de la convivencia pacífica, tal diagnóstico espera ser enfrentado por las autoridades gubernamentales, dentro de un espacio de orden que debe apegarse a la verdad, es decir, transparentar sus acciones a toda la ciudadanía convirtiendo la justicia en la tarea primordial de su gobernanza.

Los actores sociales según corresponda deben alejarse de la soberbia y promover la solidaridad, atendiendo las dificultades detectadas de la experiencia social de los últimos meses, en materia de salud, previsión y educación, con el fin de incentivar el desarrollo científico y tecnológico del país.

Tengo presente que cuando me refiero a la justicia no reduzco esta a dar a cada uno lo suyo, sino que más que eso. Lo que abogo es por encontrar justicia en cuanto a todo, para que los ciudadanos sean partícipes de la solución y del desarrollo del país. Definitivamente un país en el cual se benefician la mayoría, y no sólo unos pocos, donde más que declarar los valores de verdad y justicia estos se realicen, es decir, se hagan valer.

En palabras de Romano Guardini: “[…] no solo una persona u otra, no solo el poderoso y afortunado, sino todo hombre, por ser hombre”

No soy el primero que opina que las crisis son oportunidades para ver mejor las cosas y buscar consensos, es un hecho que esta pandemia nos demanda flexibilizar nuestras actividades administrativas, con una mirada nueva del teletrabajo, la telemedicina y teleaprendizaje. Además de incentivar un desarrollo urbanístico de nuestras ciudades donde podamos vivir una vida buena con nuevas oportunidades para la innovación y creatividad de todo ser humano, por ser humano.


Bibliografía
Guardini, Romano. 1974. Una ética para nuestro tiempo. Cristiandad Madrid, España.

Friday, May 01, 2020

A mi padre


Se cumplen tres años del alejamiento corporal de mi padre, quien partió a pocos meses de haber cumplido 102 años de vida, hoy deseo reflexionar tomando como hilo conductor los versos “A mi padre” de Pablo Neruda:


“A Dios doy gracias por ser mi padre”

Alfonso -mi padre- fue un hombre católico que no perdía oportunidad de acudir a misa cada domingo. Nunca le vi comulgar ni participar en la eucaristía, ubicándose de pie en la última fila cercana a la puerta de la iglesia. Esto hasta en nochebuena al celebrarse la misa del gallo, aunque esto era comprensible, pues en algún momento de descuido acudía raudamente a nuestro hogar para depositar los regalos en el árbol de pascua, a fin de mantener el oficio del Viejo Pascuero para alegría nuestra.


“Por tus reproches y consejos.

Por el bien que me enseñaste

y de mi ser siempre cuidaste”

Que hubiera sido de mi sin tu preocupación por mostrarme la manera correcta que había que caminar por la vida, la integridad moral para saber discernir entre el bien y lo que puede apartarnos de él. Aún en la distancia de miles de kilómetros obligada para un mejor futuro profesional tu impronta moral se mantenía como una vigía vital.

"Por ser padre bondadoso,

lleno de paz y sabiduría

 Porque amas la verdad.

Justicia y rectitud en demasía."


Como no reconocer tu espíritu bondadoso de dar sentido a tu vida al buscar las oportunidades de amor por la verdad para tus hijos, construyendo sabiamente junto a tu familia un camino de rectitud y justicia.


"Por ser mi padre amado

y enseñarme la caridad.

Sentimientos nobles te cubren.

No conoces la maldad"

Para vivir más de un siglo fuiste un hombre bueno, lo tuvistes todo con mesura, sin ostentaciones nos mostrastes la nobleza que se obtiene de hacer el bien y de reconocer al otro como prójimo.


"Caballero noble y parco,

me enseñaste a luchar.

Aspirando siempre a lo más alto

 y a mis sueños no renunciar."

Compartimos tu lucha por tus sueños, que pasaron a convertirse en nuestros propios sueños, que con voluntad inclaudicable nos llevaron a culminar con éxito nuestra preparación educacional. Tu apoyo y perseverancia nos enseño en que hay derrotas en la vida pero no por ello debemos renunciar a nuestras altas aspiraciones.

"Por aborrecer todo lo malo.

Por tus celestiales valores.

Por guiarme de la mano

en senderos llenos de flores."

Padre, agradezco a Dios que hayas sido mi papá, tus palabras aún siguen guiándome, la presencia de cada enseñanza valórica reconfortan mi razón, más allá de que la nostalgía de tu ausencia se vaya convirtiendo en melancolía. Busco fuerza en los pocos momentos que nos dio la vida y lloro mi necedad de no haber compartido más tu sabiduría, mal justificada por las distancias geográficas. Más hay en mi memoria un jardín de reflexiones, que se abren en senderos cubiertos de flores, que llenan de amor mis días por vivir.