Estimadas y estimados: Colegas y Personal de Apoyo a la Docencia
Hace poco más de 16 años ingrese a la
universidad Católica del Norte para integrarme a un proyecto de implementación
de la carrera de Química y Farmacia, promovido en el Departamento de Química.
No podemos obviar que esto fue una acción visionaria de dicha unidad, aunque
requería ajustes inmediatos para que su plan de estudio se orientará a las
competencias y habilidades de un profesional químico farmacéutico para el siglo
XXI.
Por consiguiente, lo primero que hubo de
hacer fue contar con los profesionales farmacéuticos, bioquímicos y otros
afines a la salud, para que rediseñaran su malla curricular que generará un
perfil de egreso basado en competencias y habilidades, y se implementará la
utilización de metodologías y evaluaciones que promovieran el logro de dichas
competencias, como a su vez nos hiciéramos cargo del proyecto educativo
institucional.
Lo anterior fue una etapa de desarrollo
de la docencia de la carrera que se consolidó entre el 2003 y 2008. Por cierto,
ello es y seguirá siendo un tema de continua preocupación en el quehacer actual
y por venir de quienes tengan las responsabilidades de su desarrollo. Más una
vez atendido esto en una segunda etapa, se hizo necesario avanzar en la
autonomía administrativa de la carrera, lo que se logró el 2008 a través de la
creación del actual Departamento de Ciencias Farmacéuticas, del cual he sido su
director desde el año 2009 a la fecha.
A partir de aquí iniciamos una tercera etapa que busco
consolidar un cuerpo académico que promoviera la obtención de proyectos en concursos
nacionales e internacionales. Además, de mejorar los indicadores de
publicaciones indexadas en revistas de impacto que permitieran la adjudicación
de dichos concursos, como a su vez aumentarán los años de acreditación de la
carrera de química y farmacia.
Una cuarta etapa ha sido una respuesta a
las recomendaciones de los procesos de acreditación, respecto a la formación en
lo social comprometido en el perfil de egreso de los estudiante de la carrera
de química y farmacia, para lo cual se creo con bastante anticipación a la
actual organización institucional una Unidad de Vinculación con el Medio, la
cual ha permitido realizar diversas actividades de docencia a través de la
metodología A+S[1];
realizando las denominadas “Carpas de
Salud”; como participando en actividades de ferias científicas en diversas
instancias comunitarias. Otro aspecto relevante es la realización de tesinas de
nuestros estudiantes que buscan incrementar el conocimientos con problemáticas
de instituciones públicas y privadas, con las cuales en su mayoría existen
convenios docentes.
En los próximos días las nuevas
autoridades de la unidad tendrán la oportunidad de iniciar una quinta etapa con
la entrega oficial de las nuevas dependencias de laboratorios y, quizás en un
futuro no muy lejano continuar con una sexta etapa relacionada con la creación
de un recinto de farmacia al interior del campus universitario(Farmacia
Universitaria), dejando explícito que dicho anteproyecto ha sido presentado a
las autoridades de la universidad hace más de un año. Sin dudas que habrán
otras etapas que irán emergiendo con el desarrollo del Departamento de Ciencias
Farmacéuticas, entre las que podríamos mencionar la creación de la carrera en
la sede de Coquimbo.
Lo hasta aquí logrado no ha sido fácil y
tengo la convicción clara que esto ha ocurrido por la disposición y voluntad de
varios de nosotros, que aceptamos este reto allá por el año 2003, y al cual se
fueron sumando otros de ustedes. También para ello hemos contado con el apoyo
de decanos y vicerrectores que han logrado comprender nuestra realidad y su
inmenso potencial de desarrollo, esperemos confiados que la actual rectoría
continúe apoyando nuestro plan de desarrollo de la unidad, especialmente
considerando los cambios y compromisos que habrá que asumir ante la
implementación del nuevo escenario jurídico de la educación superior.
Quisiera hacerme comprender que las
párrafos que siguen no consideran que mi tarea estén cumplidas, muy por el
contrario, seguiré levantándome cada mañana con metas y al terminar el día
renacerán nuevas esperanzas, no he dejado de soñar y no he perdido la
esperanza. En este sentido me parece oportuno recordar las palabras de Roger
Scruton: “No respalda un pesimismo absoluto, sino la dosis ocasional de
pesimismo, con la que se pueda atemperar las esperanzas que, de otro modo,
podrían arruinarnos”[2].
Cuando vine al ámbito universitario
pensé que venía a un mundo que estaba a la vanguardia intelectual, debo
reconocer que me equivoqué lo cual hoy no me asombra al reconocer mi ignorancia
de lo que era el quehacer universitario. Creí ingenuamente que era un lugar en
que convivía personas especiales, que habían logrado un desarrollo educacional y
cultural superior, gracias a su esfuerzo personal y de sus maestros, con un
alto compromiso en la formación de los profesionales que demanda la sociedad.
Bueno aunque hay valiosas excepciones; entre las cuales encontramos a varios de
nosotros; no era ese lugar, era más parecido a ese “Homo academicus”[3]
al cual me había acercado con las lecturas de Pierre Bourdieu.
En palabras de Bourdieu el campus
universitario muestra una lucha de poderes, que se evidencia primariamente en
el prestigio individual y, en segundo término en las ponderaciones de sus
actividades de docencia e investigación, modos de selección de nuevas
contrataciones y si es posible la exclusión de competidores. No está demás
decir que la producción académica que apunta a este prestigio esta condicionado
por el lugar alcanzado en el espacio universitario, recordemos aquel estudio de
Bruno Latour y Steve Woolgar[4]
que describe la cultura científica donde la publicación es lo central del
trabajo académico, en otras palabras más fuertes: pública o muere.
Gran parte de este escenario nos ha sido
impuesto por el plan de Bolonia, con el cual se ha buscado intervenir el
trabajo intelectual, en que las universidades se disputarían los estudiantes y
docentes. Una evidencia más de esto es el sistema de créditos transferibles,
que orienta a la oferta de educación a distancia y obtención de grados
internacionales.[5]
La tarea educativa humana a lo largo de
la historia, debemos recordar, ha estado ligada a la cultura; esto no es
posible negarlo pues hay demasiadas evidencias de ello; y en el caso nuestro al
pensamiento occidental, en este sentido un análisis riguroso nos lleva a discernir
que en este desarrollo histórico desde la antigüedad hasta nuestros días, las
teorías pedagógicas se han relacionados ineluctablemente con las teorías
filosóficas[6].
No es este el momento de profundizar al respecto, lo cual pueden hacerlo ustedes
si desean con algún texto de historia de la pedagogía como el que sugiero en la
bibliografía.
En atención a lo anterior, la filosofa Martha Nussbaum[7]
ha mencionado tres valores indispensable para una educación liberal, cuyo
objetivo sea el promover una comunidad de personas que desarrollen el
pensamiento crítico; lo cual desde mi mirada es primordial considerar en la
formación de nuestros profesionales; estos pilares valóricos son: el examen
crítico de uno mismo, el ideal ciudadano del mundo y el desarrollo de la
imaginación creativa. Es así que nuestros diseños curriculares en sus dominios
debieran comprometerse con la formación de profesionales que cultiven lo humano
y en el caso nuestro desde la perspectiva del humanismo cristiano,
comprometiéndonos con la instauración de rediseños que integren estudios
multiculturales y de las minorías.
Aunque
siempre es un riesgo temerario aventurarse en un escenario futuro, tengo un
fuerte presentimiento que un tema que pronto no podremos soslayar es el futuro
de los lugares de trabajos de los profesionales no será el mismo, es claro que este
cambio ya se ha iniciado, en el cual uno de los factores que no estará ausente
es el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Este hecho ha sido referido por
Yuval Noah Harari al afirmar que el mercado laboral hacia el 2050 estará
caracterizado por la cooperación humana y la Inteligencia Artificial. Aunque
esta fecha pareciera estar muy lejana, el mismo autor afirma que “nadie puede saber con seguridad qué tipo de
impacto tendrá el aprendizaje automático y la automatización en las diferentes
profesiones del futuro, y es muy difícil evaluar el calendario de los
acontecimientos relevantes, sobre todo porque dependen de tantas decisiones
políticas y de tradiciones culturales como de descubrimientos tecnológicos”[8].
No puedo ahondar más en esto, pero para esclarecer mi motivación de esta cita,
el objetivo es que ustedes puedan dimensionar el cambio educativo que se nos
viene.
Estimados Colegas y personal de apoyo a
la docencia para finalizar quiero agradecer a cada uno de ustedes la
disposición, que han tenido para ayudarme a construir este camino que hoy
culmino como primer director del Departamento de Ciencias Farmacéuticas, y que
tengo la seguridad que continuará con quien asuma esta responsabilidad,
especialmente por los anhelos de formación profesional de los estudiantes que
confían en nosotros, no olvidando la existencia de ese lema que dice que: las personas pasan y las instituciones
permanecen.
Finalizo con algunas ideas del filosofo
Julián Marías, quien el año 1951 en el marco de la celebración del cuarto
centenario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, dio una
conferencia expresando que a la función universitaria correspondía a: la vida
intelectual creadora, la docencia, lo social en cada país y la relación
internacional. Por cierto que los intelectuales han tenidos ciclos estando
dentro o fuera del espacio universitario; ustedes pueden responderse dónde
están actualmente; más la idea de las funciones de una universidad parece estar
esculpida en piedra. Concluyo con un mensaje en palabras del propio Julián
Marías, insistiendo en la importancia formativa de nuestros estudiantes y para
nosotros mismos: “ya va siendo hora de
que se imponga la certeza de lo que se llama talento es, en buena parte, una
condición moral”.[9]
Muchas gracias
Prof. QF. Francisco de la Fuente Vásquez
Director Departamento de Ciencias Farmacéuticas
Facultad de Ciencias
Universidad Católica del Norte
Bibliografía[10]
[1] Aprendizaje A+S: esta metodología fue aplicada a una asignatura
electiva el año 2013, aplicándose a un campamento en la ciudad de Antofagasta
como socio comunitario.
[2] Scruton, Roger. 2018. Las Bondades del Pesimismo. Fundación para
el Progreso. Santiago, Chile. pp.23.
[3] Bourdieu, Pierre. 2008. Homo Academicus. Editores Siglo
veintiuno. Buenos Aires, Argentina.
[4] La vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos
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https://www.researchgate.net/publication/315177309
[5] Rodriguez F, Raúl. 2018. La Condición Intelectual. Informe para
una academia. Mimesis. Santiago, Chile. Ejemplar Nº 79/500.
[6] Abbagnano, N; Visalberghi, A. 2016. Historia de la Pedagogía.
Editorial Fondo de Cultura Económica. México.
[7] Nussbaum, Martha. 2005. El Cultivo de la Humanidad. Editorial
Paidós. Barcelona, España.
[8] Harari, Yuval Noah. 2018. 21 Lecciones para el Siglo XXI.
Editorial Penguin Random House. Santiago, Chile. p.53.
[9] Marías, Julián. 1953. La Universidad, realidad problemática.
Editorial Cruz del Sur. Santiago, Chile
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