Partiré por afirmar un compromiso
colectivo: Tenemos que tener claridad de qué y cómo hacer para estar alineados
con la nueva ley 21.091 de la Educación Superior, la comunidad UCN necesita
elaborar un plan de acción urgente para la toma de decisiones que promuevan un
aprendizaje colectivo del necesario cambio de escenario de la educación
superior.
La participación de las facultades
deben ser con una influencia mayor en la gobernanza y gestión intelectual de
sus compromisos. Quizás sea necesario un gran acuerdo inter-facultades con la
administración central universitaria: integrar la realidad propia frente a los
imperativos normativos que demanda la ley de educación superior.
Cabe señalar que ya existen instituciones
educación superior que han entendido
oportunamente el riesgo institucional de no iniciar este proceso de adecuar sus
proyectos de desarrollo corporativo. ¿En qué situación está la UCN? En primer
término no podemos conformarnos con la formalidad de construcción y compromisos del actual PDC, es decir se
debe ir más allá de la letra iniciando un proceso dinámico virtuoso consecuente
con la nueva normativa vigente.
En segundo lugar la metáfora de la cima
quizás sea oportuna para responder a esta pregunta, y expresar en que lugar nos
ubicaremos, iniciando la expedición o instalando nuestro campamento base, por
cierto no más lejos de esto pareciera ser nuestra situación, debiendo
considerar que a partir de aquí aparecerán las dificultades, vientos y
tormentas las que habrá que superar por
el bien de nuestra comunidad.
En este contexto hace algunos días presenciamos
la charla de un académico de nuestra casa de estudios, quién hizo una detallada
exposición sobre los desafíos e
implicancias de la Ley de Educación Superior, indicando la necesidad de empezar
por ajustar la Misión y Visión institucional y elaboración de un PDC adecuándolo
al nuevo escenario normativo, para lo cual es imprescindible considerar los
resultados de la evaluación del PDC 2015-2019 junto a la Resolución de
Acreditación Institucional (RS 409/CNA del 25.11.2016).
Así mismo, habría que redefinir el
Proyecto Educativo Institucional tanto para la docencia de pregrado y posgrado.
Este debe incluir un modelo curricular que explicite la manera metodológica de
medir los niveles de cumplimiento de los perfiles de egreso de las carreras y
programas. En esta misma línea debería implementarse un sistema integrado de
apoyo a los estudiantes.
Además de lo anterior en el ámbito del
aseguramiento de la calidad institucional dicho académico propone implementar
un sistema integral de aseguramiento de la calidad, basado en al menos cuatro
pilares: Coherencia (Misión /Visión); Efectividad (eficacia y eficiencia) de
los compromisos académicos; Homogeneidad de los procesos de gestión
institucional (Definición y seguimiento de procesos); y Transparencia de la
gestión institucional. Todo esto para garantizar el mejoramiento continuo, la
pertinencia y calidad de todo el quehacer institucional coherente con la
misión, propósitos institucionales y requerimientos establecidos en la Ley de
Educación Superior. De esto se desprende que habrá de considerar el generar una nueva
estructura organizacional para asumir la gestión del aseguramiento de la
calidad con rango institucional.
En definitiva en atención a la metáfora
anteriormente señalada, hay que iniciar la conquista de la cumbre, para lo cual
estamos en una carrera contrarreloj y es muy importante asumir que el reloj ya
comenzó su inevitable camino en el tiempo.
Bibliografía:
- Music, Juan. 2018. Charla sobre
desafíos e implicancias de la Ley de
Educación Superior en la UCN. Campus Angamos, Antofagasta.
- Ley N°21.091 Sobre Educación Superior;
Publicada en el Diario Oficial el 29 de mayo de 2018
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