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Séneca

Sunday, June 24, 2018

Comentario Autoconvocado de feminismo


Por estos días de vivencias sociales feministas movilizadas, quizás no sea aconsejable aventurar algún comentario, utilizando esta temática de los grupos separatistas autoconvocados, más este sólo hecho me incentiva a transgredir tal consejo.
Eso sí, tomaré mis resguardos para adentrarme en perspectiva del feminismo desde una mirada no personal, para lo cual he considerado mi dedicada relectura de la escritora Siri Hustvedt, a partir de su libro: La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres. Os aseguro que es una experiencia que nos muestra su feminidad, regalándonos su reflexión profunda, la que relaciona con la literatura, las artes y las ciencias en la que aflora su genialidad intelectual.
Confieso inicialmente que este comentario sólo pretende abarcar la introducción del libro citado, a fin de motivar una lectura y reflexión propia de ustedes. Siri desde el comienzo nos señala aquella actitud peyorativa corpórea patriarcal de los científicos, que ubican  su saber anatómicamente donde “la ciencia es la parte superior, el arte es la parte inferior”, a lo que ella responde que los métodos de las diversas disciplinas, no tienen por qué ser necesariamente iguales, lo cual se reafirma en un siglo XXI en que la interdisciplinariedad es una necesidad instrumental para comprender nuestra realidad.
Siguiendo lo anterior, la autora nos asegura que aunque la invención científica nos beneficia en un gran porcentaje nuestro diario vivir, no hay razón de que por ello excluyamos a las artes y humanidades, las cuales también aportan conocimientos que promueven la transformación de las personas ; para bien o para mal; de la misma manera que lo pueden hacer las ciencias naturales. Además sostiene, que “todo el saber humano es parcial y nadie está libre de la influencia de la comunidad de pensadores o investigadores en la que vive” – donde- “los abismos de incomprensión mutua entre personas de diversas disciplinas tal vez sean inevitables pero sin respeto mutuo no será posible ninguna clase de diálogo entre nosotros”.

Tengo la intuición de que la lectura de este libro proveerá una respuesta, a preguntas tales como: ¿Por qué se considera que las ciencias son duras y masculinas, y las artes y las humanidades, blandas y femeninas?, o ¿Por qué lo duro suele percibirse  como mejor que lo blando? Así mismo, darnos la oportunidad de cuestionar aquel lenguaje que tiende a desterrar a las mujeres, cuando se utiliza la palabra –hombre- como un universal convencional del ser humano.
La autora se declara explícitamente como “novelista y feminista”, aunque comprende que “la teoría feminista no es precisamente un baluarte de consenso. Ha habido y sigue habiendo muchas luchas internas. Hoy día es más seguro hablar de –feminismos- que de –feminismo- porque hay de varias clases, aunque los acalorados debates que se desencadenan dentro de las universidades no suelen tener mucho impacto en el resto del mundo”.
En fin, están cordialmente invitados varones y mujeres a la lectura de esta obra de Siri Hustvedt y acoger su propuesta, a partir de su Yo reflexivo consciente, que a momentos asume la reivindicación del sujeto del feminismo como una necesidad sociopolítica.
Bibliografía

Hustvedt, Siri. 2017. La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres. Editorial Planeta. Buenos Aires, Argentina. p. 7-20.

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