Es inevitable soslayar la importancia de
las formalidades y considerar los efectos que se buscan en la ocupación de los
espacios públicos en las universidades del país, por grupos o multitudes de
personas que por lo general se congregan inesperadamente, para revindicar una
respuesta social y política, dicha instancia lleva para nuestra sociedad
universitaria un sentimiento inherente de esperanza de éxito, como de temor de
escalamiento que pueda alcanzar la acción de tales estudiantes reunidas.
Ante las acciones actuales de la
autoridad universitaria pertinente se evidencia que ha valorado el potencial
socio-político en el camino seguido hasta ahora, muy distinto al optado en la negociación
laboral, donde la falta de atención ha llevado incluso a obviar las recomendaciones
explícitas de la instancia mediadora final de considerar mejorar las relaciones
laborales con los estamentos involucrados. En esta oportunidad se ha abierto un
espacio de participación de la sociedad universitaria (o del conocimiento), al
considerar a los actores relevantes que están en condiciones de aportar
propuestas o soluciones, especialmente teniendo presente que ello se da en un
contexto universitario.
Más allá de que se puede estar en
desacuerdo con las “tomas” como formalidad de representar una reivindicación,
no habiendo dudas que en este caso particular su temática trasciende a la
institución universitaria, es clave evitar tildar a dicho movimiento como una acción
antidemocrática, sino que es menester considerar la disyuntiva de que implica
una expresión más del principio de soberanía popular, aunque teniendo presente
los límites de representatividad de los derechos que se arroguen estos grupos
en “tomas”. Entendiendo la potencial exclusión constitutiva[1]
que hay que tener en cuenta, ante la
presencia de otros estamentos que deben ser incluidos en los acuerdos
alcanzados por la movilización.
En todo caso estas forma de reuniones
llevan consigo en sí una significancia ante las reclamaciones que demandan. Por
consiguiente, estás formas de performatividad corporeizada en su componente
plural son esenciales, para cualquier comprensión de las motivaciones de
movilización de estos grupos, aun que puedan contener ciertas demandas
parciales.
En el sentido anterior, sugerir que en lo inicial hay que constatar
en los anuncios que merodean las paredes de la universidad; en su mayoría;
tienen una clara perspectiva performativa, no comprender esto es perder la
riqueza del lenguaje utilizado por el movimiento estudiantil. Esto es lo que
nos impulso ha considerar J.L. Austin[2]
al referirse al sentido de rescatar de la obviedad y desprecio epistemológico
que solemos hacer del lenguaje cotidiano, por lo que es recomendable atender
este aspecto si se desea lograr una mejor comprensión de las “tomas”.
Es evidente la complejidad del tema que
convoca la movilización estudiantil, con lo cual no se puede pretender dar una
respuesta en este artículo, aunque muchas de las ideas que son parte de mi
conocimiento particular de esta temática se sustenta en las ideas desarrolladas
además de Austin, por Derrida[3],
Foucault[4]
y especialmente por Judith Butler, en el desarrollo de la expresión polisémica
de “performatividad de género”[5].
Las ideas de Butler permiten adentrarse
hacia el encuentro de una respuesta sobre la relación sexo anatómica,
orientación sexual y de género, teniendo como premisa su crítica de la
metafísica de la sustancia en la relación de los aspectos señalados. Así mismo,
su premisa respecto a la matriz productiva que es identificada como “matriz de
inteligibilidad heterosexual” en su relación con la identidad de género, como
tener presente el condicionamiento normativo desde una perspectiva de
expectativa performativa. Por cierto, la extensión del tema no deja la ocasión
para ser desarrollado en este artículo.
En términos concretos el movimiento
estudiantil se pueden identificar como reivindicaciones al menos las siguientes:
1.- Generar un protocolo cuyo objetivo
primordial sea resguardar a los estudiantes, académicas(os), profesionales y
personal de apoyo a la docencia según sus necesidades de género.
2.- Creación de una estructura
institucional especializada que pueda acompañar a las víctimas de manera
oportuna y legalmente.
3.- Implementación de una asignatura
obligatoria que contemple el tema de género.
Finalmente, desde mi perspectiva estas
demandas debieran fijar una estrategia institucional que contemple:
1.- Realización de capacitaciones
multiestamentales sobre las demandas planteadas considerando especialmente las
formalidades institucionales para atender las denuncias de: abusos sexuales,
violencia de género y respeto a las disidencias
2.- Normalizar los aspectos normativos de
la universidad de acuerdo a las necesidades de los tiempos actuales.
3.- Promover las instancias comunicativas
que busquen un cambio cultural en el tema de la desmantelamiento de la
discriminación hacia la mujer, como paso indispensable para la democratización
y para lograr el desarrollo de nuestro país con igualdad y libertad.[6]
Bibliografía
[1] Mouffe, Ch. y Laclau, E. Hegemonía y estrategia socialista. Edit.
Fondo de Cultura Económica. 2006. Buenos Aires, Argentina: concepto de
“exclusión constitutiva”.
[2] Austin, J.L. Cómo hacer cosas con palabras. Palabras y acciones.
Ed. Paidós. Buenos Aires, Argentina. 2008
[3] Derrida, J. Márgenes de la filosofía. Edit. Cátedra. Madrid,
España. 1998
[4] Foucault, M. Historia de la Sexualidad I. Voluntad de saber.
Edic. SigloXXI. Buenos Aires, Argentina. 2002 [1970]
[5] Butler, J. El género en disputa: El feminismo y la subversión de
la identidad. Edit. Paidós. Buenos Aires, Argentina. 2017
[6] Considerando lo expresado por Lagos, M. en” http://m.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2018/05/16/tomas-feministas-la-gestacion-de-un-mayo-2018/.
Revisado el 27 de mayo 2018.
5 comments:
¡Gracias!
LDV
Muchas gracias Francisco
Saludos cordiales
CMZ
Gracias..interesante
RJA
Pancho
Como siempre tu blog es interesante y más profundo de lo que se acostumbra a leer por estos confines
Un abrazo
Francisco Javier
Estimado Francisco:
Gracias por hacerme participar de tu pensamiento entorno a las movilizaciones estudiantiles y al comportamiento diferenciado, de las autoridades universitarias, frente a problemas que pudieron tener reacciones adversas.
Con especial afecto.
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