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Séneca

Tuesday, April 14, 2015

Qué es la Universidad: Reforma a la educación superior


Al pensar en la universidad me viene una pregunta previa: ¿Cuál ha sido la participación de la comunidad universitaria en la reforma a la educación superior? Se repetirá lo de Bolonia de ser un pacto de ministros o de rectores, acaso son estos suficientes para representar a los académicos, estudiantes y a funcionarios que apoyan la docencia. Ante una pregunta de ¿Qué es la universidad? la respuesta  razonable sobre la base del sentido común sería: somos nosotros, la comunidad universitaria toda y diversa.
No hace mucho tiempo atrás teníamos un presidente de la república que declaraba sin tapujos en contra de que “la educación es un derecho y no una mercancía”, cuanto hemos avanzado hoy tenemos un economista como ministro de educación liderando esta reforma. Por otro lado, están los parlamentarios que en el mejor de los casos pasaron por una universidad, aunque entre ellos mismos nunca hayan vuelto a tomar contacto con la academia, por lo que han perdido referencia y legislaran siendo referentes de sí mismo.
Martha Nussbaum en su libro “Sin fines de lucro” dice respecto al mercado: ”Es un cáncer que en este momento invade a toda la educación, porque hoy en día la educación se entiende como una inversión desde el punto de vista del Estado y de la empresa privada, como una inversión en capital humano, en recursos humanos”.  La autora hace una afirmación lapidaria sobre los efectos de esta visión de la formación de nuestros jóvenes cuando dice que: “Se están produciendo cambios drásticos en aquello que las sociedades democráticas enseñan a sus jóvenes, pero se trata de cambios que aún no se sometieron a un análisis profundo. Sedientos de dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias para mantener viva a la democracia. Si esta tendencia se prolonga, las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de los logros y sufrimientos ajenos. El futuro de la democracia a escala mundial pende de un hilo".[i]
Esto denota que la educación por formación para la sociedad o más precisamente para la ciudadanía es objetivo del pasado glorioso de las universidades humboldtianas o de los ideales de Boaventura de Sousa Santos, “la clásica, la tradicional, la de formación de personas, la de formación para la libertad, la de vinculación fuerte entre investigación y docencia”.[ii]
Marco Enríquez-Ominami declaraba en una entrevista televisiva de la hipocresía de  quienes se asombraban de la intromisión de lo económico en lo político, cuando parafraseando a Nussbaum no hay ninguna duda  que el cáncer del capital del mercado invadió la política. Tampoco habría que asombrarse que la educación actual no es para formar ciudadanos, sino que productores y consumidores, para revertir esto Nussbaum propone que se le de importancia a las humanidades que son las que sin dudas fortalecen la ciudadanía y por consiguiente la democracia en un Estado.
Jacques Derrida en su obra “La universidad sin condición”  señala que la universidad se piensa desde la idea de la razón. Así mismo desarrolla como tema central el derecho de la universidad a decirlo todo sin condición, lo que resalta la importancia de la autonomía y los riesgos de ser afectada si las universidades sirven  a fines del Estado, Multinacionales y al mercado. La propuesta de Derrida es la creación de comunidades de pensamientos que dialoguen y critiquen sin fines finalistas.[iii]
Volviendo a Boaventura de Sousa el identifica tres niveles que caracterizan la crisis actual de la universidad en su perspectiva de bien público. El primero es la crisis de hegemonía, la que se entiende por que la universidad no es la única que ofrece educación superior e investigación. El segundo nivel es la crisis de legitimidad al no resolver la contradicción de accesibilidad con las exigencia sociales, que afecta a su democratización y reivindicación de igualdad de oportunidades. Por último agrega la crisis institucional referida a su reivindicación de autonomía universitaria.[iv]
 Como académico de una universidad católica estimo de particular interés continuar este artículo teniendo en cuenta este hecho, por similar razón pienso que será de utilidad considerar la palabra autorizada de un Papa para que nos ayude a comprender lo que es el hacer de una universidad, para ello tendré presente el discurso dado por Benedicto XVI a los profesores universitarios en la basílica del Monasterio del Escorial en agosto  del 2011.[v]
Un primer aspecto se relaciona con los profesores que forman parte del claustro universitario, de quienes en la actualidad se piensa que su misión corresponde exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento”, lo cual refleja una visión utilitarista del proceso educativo que buscaría como tarea la formación de profesionales competentes que satisfagan la demanda del mercado laboral.
En lo fundamental Benedicto XVI nos hace saber que “la Universidad ha sido, y está llamada a ser siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana”. De esta manera se hace esencial la tesis de la indisolubilidad que vincula a la universidad con la verdad. En otras palabras la universidad tiene la tarea de investigar, lo que cumple con la búsqueda de la verdad y a partir de ella promover la formación de los estudiantes.
Los académicos transmiten conocimientos a los estudiantes en el acto de enseñar, más no deben obviar que ello tiene como destino la formación de una persona única e insustituible como el mismo, que lo acompaña en la búsqueda de la verdad que se busca porque no es algo que se tenga, ni es el hombre la medida de ella. El académico no puede tener un interés limitado en su quehacer docente , al preocuparse sólo de lograr competencias disciplinarias  del alumno, olvidando que frente a él tiene un ser humano con deseos de vivir.
Benedicto XVI nos recuerda que “la verdad misma siempre va a estar más allá de nuestro alcance. Podemos buscarla y acercarnos a ella, pero no podemos poseerla del todo: más bien, es ella la que nos posee a nosotros y la que nos motiva” , de aquí que deberíamos actuar con humildad en la entrega de nuestro saber, lo que nos protegería de la vanidad que nos impida la búsqueda de la verdad, lo que como se expreso anteriormente es esencial para hacer universidad.
Cardenal J.H.Newman
El Cardenal John Henry Newman muchos años antes nos hace saber su mirada respecto al quehacer de una universidad: "Cuando la Iglesia funda una universidad, ella no cultiva el talento, el genio o el saber por sí mismos, sino en interés de sus hijos, de sus beneficios espirituales, de su influencia y utilidad para el fin de educarlos por lo mejor para asumir su rol en la vida y de hacer de ellos miembros de la sociedad más inteligentes, capaces y activos... Cuando el intelecto (de hecho) ha sido oportunamente ejercitado para formarse una visión unitaria de las cosas, desarrollará las propias capacidades con mayor o menor eficacia según la particular naturaleza del individuo. En la mayoría de los casos, esto se hace sentir en el buen sentido, sobriedad de pensamiento, razonabilidad, sinceridad, autocontrol y firmeza de convicción... Es objeto de profunda solicitud de la jerarquía católica que su pueblo sea educado en una sabiduría a salvo de los excesos y de las extravagancias de los individuos aislados, encarnada en instituciones que hayan resistido la prueba del tiempo, e impartida por hombres que no tengan ninguna necesidad del anonimato, avalados como están por el acuerdo entre ellos y con sus predecesores".[vi]
Con respeto y humildad académica esta visión de universidad es la que más me complace, pues de ella rescato que es posible acercar la idea de universidad más a los problemas que vive el hombre en sociedad saliendo al encuentro de la verdad más que buscar una verdad en el interior de los campus para luego realizar la transferencia de nuestros saberes. La universidad en mi parecer esta llamada a abrir sus puertas para ser parte activa de la entrega de soluciones a los problemáticas que la sociedad le plantea al hombre en su cotidianidad. Una universidad que desarrolle en sus aulas currículos que integren las ciencias y las humanidades; es decir teniendo en cuenta la propuesta actual de Martha Nussbaum y la tradicional de Newman, promoverán la oferta de profesionales que resuelvan problemas humanos teniendo en consideración un contexto más cercano a lo social que al utilitarismo de mercado, para ello es muy importante incluir las humanidades en las carreras científicas y de desarrollo tecnológico. La misión de una universidad que esta comprometida con una visión confesional determinada, no está en imponer una verdad en la que cree sino que con la verdad que encuentra disciplinariamente en su trabajo científico, desarrollado en el respeto a la naturaleza toda y especialmente a la dignidad humana procure  dar una respuesta a los problemas de la persona en su mundo de vida.
 Una universidad que exige autonomía debe incluir en su trabajo docente y de investigación un compromiso social, por ello la comunidad universitaria debe comprender la importancia y la oportunidad que la sociedad le entrega para que estos centros formativos puedan utilizar esta libertad con imaginación creativa y con responsabilidad social, no es justo socialmente demandar autonomía sin condición, si no se cumple con estos compromisos mínimos.
Una universidad debe tener sus espacio abiertos para debatir libremente las ideas de quienes son parte o acuden a sus campus, el silencio puede ser constructivo pero no lo –no dicho- de aquí que afirmo que las universidades nos deben asegurar que en ellas es posible conversar  la naturaleza de lo humano, desde la vida a la muerte, con las ciencias y las humanidades, evitando el fundamentalismo científico (positivismo científico) y religioso.
Finalmente, cabe tener presente que una universidad sea confesional o no, debe ser un espacio abierto para la convivencia de personas que se declaren ateos, agnósticos o creyentes de una fe determinada, lo que implica necesariamente si, que quienes tengan la situación circunstancial de no ser parte de la visión confesional de la institución universitaria la respeten ni impidan su desarrollo formativo. Tanto los académicos, estudiantes y personal de apoyo a la docencia que han aceptado ser parte de una comunidad universitaria de una universidad con estas definiciones, no pueden desconocer la visión previa de la institución en que han decidido aceptar un relación contractual de trabajo.

Bibliografía

[i] Nussbaum Martha. Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades, katz, 2010
[ii] Boaventura de Sousa Santos. La Universidad en el siglo XXI: Para una reforma democrática y emancipatoria de la universidad. CIDES-UMSA, ASDI y Plural editores, La Paz, Bolivia.2007.
[iii] Derrida, Jacques. Universidad. Sin condición. Editorial Trotta Colección: Minima Trotta. 2010
[iv] Boaventura de Sousa Santos. De la mano de Alicia: lo social y lo político en la posmodernidad. Porto, Afrontamento, 1994, Sao Paulo, Cortez Editora, 1995
[v] BENEDICTO XVI. Encuentro con los jóvenes profesores universitarios
discurso en la Basílica de San Lorenzo de El Escorial Viernes 19 de agosto de 2011
vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2011/august/documents/hf_ben-xvi_spe_20110819_docenti-el-escorial.html
[vi] Cardenal John Newman. The Idea of a University Defined and Illustrated: In
Nine Discourses Delivered to the Catholics of Dublin
http://www.newmanreader.org/works/idea/

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