"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Thursday, July 05, 2012

Por el bien del Alma Nacional

No faltan los temas políticos que se nos aparecen en nuestro quehacer cotidiano; los que son inevitables de esquivar, uno de ellos ocurrió hace unos días atrás en el cual se analizaba el derecho que tendrían algunos chilenos, para realizar ciertos homenajes a personajes que han pasado a la historia chilena reciente, por haber desgarrado la dignidad humana de sus semejantes.

Tengo la impresión personal que el verdadero problema no es con el homenaje al Gral. Pinochet y sus colaboradores en los organismos de represión de la época, sino que se relacionan con los contextos que promueven sus adherentes, tales como el Alcalde Labbé y especialmente en un extremismo ideológico exacerbado un ex-oficial de ejército de apellido González, que evidentemente representa a un grupo ex- uniformados del Ejército de Chile que no ha logrado entender que históricamente el golpe militar del 73, ha sido una utilización más que ha realizado la burguesía chilena para salvar sus intereses socioeconómicos y, que luego de disiparse estas necesidades de contar con el apoyo de las fuerzas armadas las olvidan y envían de vuelta a los cuarteles, desde donde nunca debieran salir a no ser que el país tenga en peligro su soberanía, o apoyar a los civiles en emergencias derivadas de las fuerzas de la naturaleza.

Para ser más explícito el contexto al cual me refiero es tener la osadía de negar que la CNI y la DINA actuaron como organismos represivos del Estado de Chile durante la Dictadura del Sr. Augusto Pinochet, afirmando que estas instituciones gubernamentales no desaparecieron  ni torturaron personas hasta llevarlas incluso a la muerte y, a partir de esta falacia levantar una consigna ideológica de un heroísmo soldadesco que no se compatibiliza con el respeto a la dignidad humana.

Por cierto que hoy existen situaciones jurídicas que no debieran soslayarse y, que se nos aparecen como injustas, como que sean hasta hoy la mayoría militares los que se encuentran procesados y condenados tras las rejas. Mientras que una pléyade de civiles no sufren estas situaciones, aunque fueron parte del gobierno militar y que además hoy aducen no haber conocidos las actuaciones de tales organismos represivos.

Sinceramente muy poco creíble, de aquí que se valora positivamente a aquellos que han tenido el coraje de reconocer que ello ocurrió y, que se debe trabajar ciudadanamente para que ello no vuelva a suceder. Cabe señalar que lo anterior se deben sumar todos aquellos que crearon situaciones de violencia que hizo irresponsablemente perder los espacios democráticos, que hicieron imposible generar un diálogo en el cual la decisión de la conducción política de la nación recayera en la voluntad ciudadana, prefiriéndose el camino de la intervención militar.

Parece oportuno el compartir de la historia universal la experiencia del nazismo, empezando por reconocer que aun hoy existen grupúsculos nazistas que revindican la figura del dictador Adolf Hitler, negando de pasada la existencia del Holocausto Judío, siendo jóvenes que ni siquiera tuvieron alguna participación o vivieron tales hechos históricos. En términos de expresión de sus ideas estos pueden deambular por Europa, pero existe una clara conciencia continental de que sus actuaciones no eliminan la existencia del genocidio judío.

En Chile no estaba bien realizar un homenaje a Pinochet, más un análisis somero es que no haber prohibido la actividad permitió sincerar a la clase política y militar sobre el pasado, cuyas heridas aun no tienen un único diagnóstico, quedando claro que para ello es inaceptable ignorar los signos y síntomas del quebrantamiento de la democracia y olvido de la dignidad de las personas durante la dictadura militar chilena. Siempre podrá haber desacuerdo sobre las causas que nos llevaron a esta situación, pero la ocurrencia de hechos históricos como son el caso de las actuaciones de la CNI y la DINA que han quedado representado en la tortura y desaparición de compatriotas, desde la perspectiva del simbolismo del ser chileno no es un acto de responsabilidad el negar estas atrocidades, por el bien del alma nacional.

4 comments:

Anonymous said...

Franco, demasiadas heridas por resolver con un pasado que no trajo renovación de un gran porcentaje de nuestra clases política a pesar de los años de gobierno militar. Siempre me he preguntado que hubiera ocurrido con la evaluación de Pinochet si no hubiera existido una DINA o CNI y él hubiese entregado el Gobierno en 1980, mi respuesta es que habría sido un presidenciable seguro, su ambición de poder no permitió esto.
Bernardo

Anonymous said...

Pancho, no estoy de acuerdo contigo respecto a que fue bueno que se realizará ese deleznable acto de homenaje a un dictador y todo militar que permitió y rindió honores hasta al final debe asunir entonces sus resposabilidades, de manera similar como no lo han hecho civiles que aun merodean en el Congreso Nacional como ese señor Cardemil. Los jóvenes pueden no saberlo y tampoco importarles, como lo expresa Longuiera y sus correligionarios pero tu y yo vivimos y vimos la actuación de esos civiles que participaron en la dictadura militar. Pancho algunas perdonaremos pero en ningún caso olvidaremos la historia.
Angélica

Anonymous said...

Hola Paco, hay que ver como este tema nos sigue ubicando en un tablero de ajedrez en que sólo renemos dos posibilidades para entrar en el juego: blancas y negras, yo creo que aquí esta el centro del problema ya que en el caso chileno no hay un espíritu para respetar las reglas de convivencia democrática especialmente cuando otro le quiere imponer un sistema constitucional, el que debe adecuarse en un entorno posdictatorial y postcivilesdictatoriales (Sr. Cardemil y hijos políticos del Sr, Jaime Guzmán), los chilenos que piensan y no andan empatando con el pasado político nacional saben muy bien como se aprobó la Constitución del 80 y la forma en que se han hecho sus modificaciones constitucionales. De hecho no existe ninguna relación entre la vida política de Salvador Allende y Augusto Pinochet lo que hace imposible empatar homenajes de sus historias como gobernantes de este país. Altamirano y sus secuaces no tienen nada que ver con Gral. Contreras y los suyos, donde el primero era contrario a Allende y el segundo tomaba desayuno con el dictador. Me gusto eso de -porel bien del alma nacional- ojala sea este nuestro paradigma.
Un abrazo, Miguel Angel

Francisco de la Fuente Vásquez said...

Como señala Flores dÀrcais en su libro Democrazia (Turín) sólo es posible tener democracia donde se lucha por ella, hoy existen muchas personas que estiman que ser ciudadanos es un derecho adquirido en el cual descansar en vez de un deber por el cual hay que luchar. Es muy cómodo no tener opinión y mucho peor no reivindicar los cambio que el país y el mundo necesitan, a partir de exigir respeto como decir la verdad. Hace un tiempo en algún lugar de Sudamérica leí un graffiti que decía: El cambio depende de mi, porque nada cambiará si creo que no puede hacerse......