"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, June 03, 2012

Mi mundo de la palabra

Acomodado en el bergere de mi casa al interior de la biblioteca participo de esa sensación de ser parte de una comunidad de escritores, poetas, ensayistas en las áreas de la teología y la filosofía. Reflexiono en compañía de sus libros dialogando con sus textos mientras releo sus páginas y me pregunto: ¿De qué sirve esto?
Consideremos que nuestra sociedad muestra una tendencia importante a valorar aquellas cosas que poseen un consumo práctico, y especialmente si tal posesión permite al consumidor vivir un status social de una pertenencia deseada. Sumase que he opinado en otras ocasiones, lo mal que nos a hecho esa norma de sociabilidad que prohíbe hablar de política y religión, lo que ha dejado hasta ahora como tema recurrente el fútbol, lo que al parecer tampoco será por mucho tiempo.

Parece no haber duda de que soy un ser solitario que camina por una senda encefálica que muy pocos recorren, es una vía kafkiana con una señalética Proustiana que se completa con un ambiente dostoievskiano, que a veces dificulta mi regreso a casa. Por un instante miro a mi alrededor las columnas de libros, mi memoria intenta parodiar a Sócrates reconociendo que he llegado a saber de tantas materias, que han acrecentado proporcionalmente mi ignorancia. Es una gran paradoja que hoy: “sólo sé, que no se nada”.

Saco un libro de la estantería abriendo al azar una de sus páginas, se trata de una epístola a Paulino escrita por San Jerónimo, la releo por unos minutos y me detengo al oír la luz de mi alma  que en su puerta de entrada a colgado un letrero que dice: “Se busca Maestro para este ser, no importa la materia”… Pienso y pienso, dándome cuenta que ella ha comprendido que no puedo ir tras una materia, sin que vaya algún maestro mostrándome la senda…

Recojo mi sombrero y me dirijo al café, mientras saboreo un expresso tomo conciencia como los transeúntes usan las diversas calles de la ciudad. ¿Diversas? Quizás también ellos estén marcados por la rutina exterior, desde el hogar al trabajo o al mall, para luego retornar portando sus bolsas con las marcas impresas, sin que esta publicidad se refleje en un descuento adicional. Extraigo de mi bolso un libro y vuelvo a mi mundo de la palabra escrita, en la esperanza que encontraré el camino de regreso a casa.

2 comments:

Raul Cruz Icaza said...

Yo diría que lo importante es la meta. Mientras mas clara la meta, menos solo se siente al caminar. Cuando la meta esta lejos y apenas se distingue. Mas solo se esta. Una buena y clara meta , es el maestro.

Anonymous said...

Francisco, primero voy a sincerarme con vos que me parece interesante el blog, de vez en cuando regreso lo releo y siempre encuentro algo que no capte, claro es que eres una persona cultísima, así que para seguirte hay que echarle nafta al carro. Lo segundo es que en este post mostrás una soledad y nostalgia de par cultural que sólo parece disiparse en el café, y de aquí que deseaba recordarte que habemos lectoras que no sólo seguimos este blog, sino que también en Twitter, por ello no dejés de regalarnos vuestro mundo de palabras.
Besos, Pabla