"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Saturday, December 23, 2006


Desde la lejana Sevilla…

Francisco de la Fuente V.

Hace unos días que me encuentro en la ciudad de Sevilla, con un acompañamiento azaroso de truenos bien subidos de tono. A mucha distancia de esa tierra en la que rutinariamente sobrevivo y más de algunas veces logro vivir, este clima es una contrariedad para mi terruño, no así al sur de mi patria donde sus habitantes seguramente exclamarían que llueve como en todas partes , aunque sea otra lluvia.

Presente hay un sentimiento que brota de mis recuerdos y me embarga al ver llover, primeramente por la soledad al no poder compartir estos momentos con Gemma, y por otro recuerdos de mi pasado estudiantil, allá por la época universitaria en la ciudad de Concepción, donde la lluvia no es extraña tampoco. Confieso que hay soledades que me agradan; particularmente estas no lo son, pues no sentir la cercanía humana de quién te conoce y te ama es algo bueno sólo para aquel que desea actuar como ermitaño.

Yo prefiero la soledad con cercanía, pactada para el goce del ocio, por ello en este momento añoro mi sillón de mi biblioteca allá en la lejana Antofagasta y por ende la cercanía de Gemma en las habitaciones contiguas.

¿Dónde estoy ahora? En la España, más precisamente en una residencia universitaria en Sevilla. En una habitación ricamente amoblada para las posibilidades de un estudiante universitario y pobremente para un profesional. Pero, no vayan a pensar ustedes que no tiene todo lo necesario, ¡Si que lo tiene! Con la grata excepción que no hay TV, lo cual condiciona un ambiente de meditación y porque no decirlo, permite escribir estas líneas.

No cabe duda que los andaluces están muy orgullosos de su historia, lo cual llama poderosamente la atención, cuando de ese pasado se destaca el paso de la cultura musulmana por sus tierras. No obstante, que a partir del siglo XV; hacia su final, fue transformándose lentamente o quizás rápidamente, dependiendo de la perspectiva del observador, en una cristianización de todo el quehacer social y cultural de estas comunidades hispánicas.

En Málaga con su castillo de Gibralfaro y la Alcazaba, en Córdoba con su Mezquita (Hoy la Catedral de Córdoba), y en la mismísima Sevilla con la Giralda y los Reales Alcázares. Son una maravilla que impresionan a muchísimos turistas que concurren de todo el mundo para extasiarse en un acto contemplativo sublime. No obstante lo anterior, aún reconociendo que todo eso es muy atractivo para el disfrute turístico, a mi me parece que es muchísimo más interesante integrar esto desde la perspectiva de aprehender la historia de España, que sus hijos aman como la madre patria, pero qué como madre no parece mostrar un similar sentimiento, pues me he convencido de que no hay reciprocidad en ello.

De todas formas no deseo dejar pasar a que se refiere mi interés particular en la historia de España y/o de Europa, ya que puede interpretarse que toda ella es parte de mis lecturas. No es ello así, mi objetivo esta relacionado con que esta Europa ha sido la cuna de origen de la civilización occidental, por tanto lo que realmente me atrae es el desarrollo histórico, filosófico y teológico, que dio paso a lo que hoy es el occidente pensante, lo cual tampoco asegura que ellos actualmente piensen a ese nivel.

Para botón de muestra hay en España numerosas iglesias dedicadas a una cantidad de santos, que se me hace difícil nombrarlos sin olvidar alguno de ellos. Sin embargo, el nivel de la espiritualidad religiosa en la madre patria nos deja en una total zozobra. Los españoles son orgullosos de su patrimonio arquitectónico eclesial, pero más que templos de oración son museos que atraen a los turistas, pues os aseguro que con dificultad podrían orar sino cuentan con un par de euros para ingresar, y en los templos en que dicho importe no sea menester pocos serán los que acudan.

Obviaré profundizar mi crítica en la responsabilidad de la Iglesia Católica , Apostólica y Romana en lo anterior, por ello me pasaré a otro tema para resaltar la actividad editorial de los diocesanos en Málaga, o los de San Pablo en Sevilla, con sus sendas librerías en las cuales se encuentra lo que se busca en el ámbito teológico y filosófico, y sino te lo encargan para unos días más adelante… Que sana costumbre, ni siquiera te exigen un euro de garantía. Cabe señalar aquí que para nosotros que debemos cruzar el océano, las empresas aéreas están boicoteando la cultura, pues es prácticamente imposible no pasarse del límite de kilos permitidos, lo que impide llevar todos esos libros que uno quisiera, sin pagar el importe del exceso de equipaje.

Finalmente debo confesar mi obsesión por el tema de la edad media, ya que es mi idea que la base del pensamiento occidental esta aquí, y ello es la razón de la grandeza de Europa, al haber sido parte del desarrollo de la cultura occidental de la mano del cristianismo, más allá de aquel Rey o de tal Papa.

Continuará………


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