"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, May 27, 2018

Ante las movilizaciones universitarias en Chile


Es inevitable soslayar la importancia de las formalidades y considerar los efectos que se buscan en la ocupación de los espacios públicos en las universidades del país, por grupos o multitudes de personas que por lo general se congregan inesperadamente, para revindicar una respuesta social y política, dicha instancia lleva para nuestra sociedad universitaria un sentimiento inherente de esperanza de éxito, como de temor de escalamiento que pueda alcanzar la acción de tales estudiantes reunidas.

Ante las acciones actuales de la autoridad universitaria pertinente se evidencia que ha valorado el potencial socio-político en el camino seguido hasta ahora, muy distinto al optado en la negociación laboral, donde la falta de atención ha llevado incluso a obviar las recomendaciones explícitas de la instancia mediadora final de considerar mejorar las relaciones laborales con los estamentos involucrados. En esta oportunidad se ha abierto un espacio de participación de la sociedad universitaria (o del conocimiento), al considerar a los actores relevantes que están en condiciones de aportar propuestas o soluciones, especialmente teniendo presente que ello se da en un contexto universitario.

Más allá de que se puede estar en desacuerdo con las “tomas” como formalidad de representar una reivindicación, no habiendo dudas que en este caso particular su temática trasciende a la institución universitaria, es clave evitar tildar a dicho movimiento como una acción antidemocrática, sino que es menester considerar la disyuntiva de que implica una expresión más del principio de soberanía popular, aunque teniendo presente los límites de representatividad de los derechos que se arroguen estos grupos en “tomas”. Entendiendo la potencial exclusión constitutiva[1]  que hay que tener en cuenta, ante la presencia de otros estamentos que deben ser incluidos en los acuerdos alcanzados por la movilización.

En todo caso estas forma de reuniones llevan consigo en sí una significancia ante las reclamaciones que demandan. Por consiguiente, estás formas de performatividad corporeizada en su componente plural son esenciales, para cualquier comprensión de las motivaciones de movilización de estos grupos, aun que puedan contener ciertas demandas parciales.

En el sentido anterior,  sugerir que en lo inicial hay que constatar en los anuncios que merodean las paredes de la universidad; en su mayoría; tienen una clara perspectiva performativa, no comprender esto es perder la riqueza del lenguaje utilizado por el movimiento estudiantil. Esto es lo que nos impulso ha considerar J.L. Austin[2] al referirse al sentido de rescatar de la obviedad y desprecio epistemológico que solemos hacer del lenguaje cotidiano, por lo que es recomendable atender este aspecto si se desea lograr una mejor comprensión de las “tomas”.

Es evidente la complejidad del tema que convoca la movilización estudiantil, con lo cual no se puede pretender dar una respuesta en este artículo, aunque muchas de las ideas que son parte de mi conocimiento particular de esta temática se sustenta en las ideas desarrolladas además de Austin, por Derrida[3], Foucault[4] y especialmente por Judith Butler, en el desarrollo de la expresión polisémica de “performatividad de género”[5].

Las ideas de Butler permiten adentrarse hacia el encuentro de una respuesta sobre la relación sexo anatómica, orientación sexual y de género, teniendo como premisa su crítica de la metafísica de la sustancia en la relación de los aspectos señalados. Así mismo, su premisa respecto a la matriz productiva que es identificada como “matriz de inteligibilidad heterosexual” en su relación con la identidad de género, como tener presente el condicionamiento normativo desde una perspectiva de expectativa performativa. Por cierto, la extensión del tema no deja la ocasión para ser desarrollado en este artículo.

En términos concretos el movimiento estudiantil se pueden identificar como reivindicaciones al menos las siguientes:
1.- Generar un protocolo cuyo objetivo primordial sea resguardar a los estudiantes, académicas(os), profesionales y personal de apoyo a la docencia según sus necesidades de género.
2.- Creación de una estructura institucional especializada que pueda acompañar a las víctimas de manera oportuna y legalmente.
3.- Implementación de una asignatura obligatoria que contemple el tema de género.

Finalmente, desde mi perspectiva estas demandas debieran fijar una estrategia institucional que contemple:
1.- Realización de capacitaciones multiestamentales sobre las demandas planteadas considerando especialmente las formalidades institucionales para atender las denuncias de: abusos sexuales, violencia de género y respeto a las disidencias
2.- Normalizar los aspectos normativos de la universidad de acuerdo a las necesidades de los tiempos actuales.
3.- Promover las instancias comunicativas que busquen un cambio cultural en el tema de la desmantelamiento de la discriminación hacia la mujer, como paso indispensable para la democratización y para lograr el desarrollo de nuestro país con igualdad y libertad.[6]

Bibliografía

[1] Mouffe, Ch. y Laclau, E. Hegemonía y estrategia socialista. Edit. Fondo de Cultura Económica. 2006. Buenos Aires, Argentina: concepto de “exclusión constitutiva”.

[2] Austin, J.L. Cómo hacer cosas con palabras. Palabras y acciones. Ed. Paidós. Buenos Aires, Argentina. 2008

[3] Derrida, J. Márgenes de la filosofía. Edit. Cátedra. Madrid, España. 1998

[4] Foucault, M. Historia de la Sexualidad I. Voluntad de saber. Edic. SigloXXI. Buenos Aires, Argentina. 2002 [1970]

[5] Butler, J. El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad. Edit. Paidós. Buenos Aires, Argentina. 2017


[6] Considerando lo expresado por Lagos, M. en” http://m.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2018/05/16/tomas-feministas-la-gestacion-de-un-mayo-2018/. Revisado el 27 de mayo 2018.

Saturday, May 05, 2018

Reflexión personal de una negociación colectiva sindical


De mi experiencia personal en el proceso de la negociación colectiva del sindicato de académicos y profesionales de la Universidad Católica del Norte (UCN), tengo la percepción que no compartimos un imaginario social de comunidad, sino que somos más cercanos a una sociedad de individuos que nos unimos por la complementariedad jerárquica, en los que las formas de integración se mueven bajo los principios de seguridad y prosperidad personal, del cual esperamos algunos y otros tienen la certeza que conllevará un beneficio mutuo.

Mi reflexión es que al parecer cometemos un error en creer que vivimos en una comunidad universitaria, siendo que lo que se da en la cotidianidad es una sociedad universitaria (o del conocimiento), en la cual es necesario preguntarse sí el orden moral se apega a los dictados declarados en la visión de la universidad, cuya intencionalidad institucional se enmarca en que sus acciones se harán en el orden del humanismo cristiano.

Por cierto, responder a ello no es fácil, tiene su complejidad, lo cual no implica que deba postergarse la necesidad de construir una respuesta por la sociedad universitaria, que de no ser así seguirá siendo una tarea pendiente, especialmente cuando el objetivo que nos une es la misión de la universidad.

Es necesario tener presente que nuestro imaginario social en palabras de Taylor “en cualquier momento dado es complejo. Incorpora una idea de las expectativas normales que mantenemos unos respectos de los otros, de la clase de entendimiento común que nos permite desarrollar las prácticas colectivas que informan nuestra vida social”[1]. El autor supone en la perspectiva práctica un nivel de participación dado en un tiempo fáctico y normativo, al tener una idea de cómo funcionan las cosas cotidianas, lo que resulta inseparable de la idea del cómo deben funcionar y de la clase de desviaciones que invalidarían su práctica.

Es importante explicitar la inquietud de que los representantes de la UCN no consideraron un aspecto esencial de que una técnica de negociación; específicamente en una universidad; en la que se debe tener presente el contexto no solamente presupuestario; lo cual no indica dejarlo fuera sino considerar con quienes se negocia; olvidando que dicha técnica es un instrumento cuya utilidad es relativa a una contingencia, o más precisamente en este caso un medio para conseguir un beneficio mutuo.

De aquí que propongo las opiniones de dos autores que es oportuno recordar: primero las palabras de Deming W.E. en relación a la gestión de calidad: "Aquel que dirige su compañía únicamente por las cifras visibles, con el tiempo se quedará sin compañía y sin cifras”[2], es evidente que en una universidad no solamente las cosas por dinero serán la que nos conducirán a la excelencia ni a la calidad. La otra opinión es la de Carver quien nos decía que: “Puede haber muchos casos en que haya una completa armonía de intereses, pero esto no origina problemas y por consiguiente no necesitamos ocuparnos de ello”[3], de aquí que es menester expresar que no ha sido fácil mantener mi esperanza de comprensión en las razones que mueven a quienes representaron a la autoridad universitaria en esta instancia de la negociación colectiva sindical, especialmente cuando ellos manifestaron estar en desacuerdo con la decisión de los académicos de pertenecer a una sociedad sindical, lo cual nos podría llevar a una descalificación prejuiciada del derecho de los académicos a revindicar sus demandas salariales y de mejoramiento de sus condiciones de trabajo.

Cabe preguntarse, acaso un académico es (o no es) un trabajador, cuya actividad se desenvuelve en la docencia, investigación, gestión y vinculación con el medio. En lo personal estoy sindicalizado, por lo mismo me hago un deber afirmar que la motivación de pertenencia sindical, no se completa con la recepción de un paquete para las fiestas patrias y de fin de año.

En el mismo sentido la propia universidad se adhiere al código laboral en su relación contractual con sus trabajadores, como así mismo participa en la Red G9  señalando que “la verdadera vocación de una universidad está en lo público…. Más allá de su naturaleza jurídica o propiedad, es el rol que desempeñan las universidades, considerando los conceptos de lo estatal, lo público y lo privado, lo que las diferencia. Donde lo público supera ampliamente a lo estatal y a lo privado en beneficio de las personas y la sociedad”[4]. De tal manera que la Red G9 define las universidades como “lugares de reflexión cultural, investigación científica, creación artística, innovación y debate de ideas en un ambiente de libertad académica personal e institucional. En ellas se cultivan todas las áreas del saber, el nuevo conocimiento, la búsqueda permanente de la verdad, el desarrollo del bien en todos sus aspectos, del arte y la belleza, para aportar al crecimiento integral del país y de cada uno de sus habitantes; abarcando la complejidad que requiere la educación superior hoy”[5].

Por otra parte es atingente explicitar que la universidad es de tipo confesional, por cuanto parece oportuno recordar la obra del Cardenal Newman: la universidad es "a place of teaching universal knowledge"[6]. ..”que su tarea específica no es la educación moral o religiosa. De eso, diría Newman, se encargan las autoridades eclesiásticas. Aquella enseñanza del conocimiento universal es lo esencial de la universidad. Así que su esencia no depende de las relaciones con la Iglesia. Pero, en la práctica, requiere el apoyo de la Iglesia, si quiere cumplir debidamente su misión”[7].

De la lectura del último informe de la Red G9 los académicos y profesionales de la UCN no desconocemos el escenario que plantea la propuesta gubernamental de financiamiento de las instituciones de educación superior, especialmente en lo referente a la aplicación de la gratuidad y decisión sobre el futuro de los aportes basales que por varios años han sido entregado a las instituciones. En este sentido es muy importante que la sociedad universitaria se una a las recomendaciones de la Red G9, en relación a que se generen “líneas de financiamiento permanentes y mecanismos particulares para el desarrollo de las universidades más avanzadas y de las más postergadas, los que podrían ser proporcionales al crecimiento económico del país”[8].

De acuerdo a lo anterior, los socios que participaron en la negociación colectiva del Sindicato de Académicos y profesionales, no dejamos de valorar el diálogo con las autoridades de la universidad, lo cual se buscó permanentemente por su directiva a través de iniciativas propias al utilizar las diferentes instancias legales, ya sea a través de la mediación voluntaria como obligatoria, entendiendo que los objetivos superiores de ambas partes son mantener los equilibrios de gestión de la institución, de tal manera que no se comprometa la sustentabilidad y sostenibilidad del quehacer universitario, en palabras simples viajamos en la misma barca.[9]

Observación:
Esta reflexión tuvo su origen posterior a mi lectura de una carta de Hölderlin a su hermano Carl; en el entendido que buscaba la forma de no caer en una "depresión post-negociación"; y reconociendo que las palabras de la misiva del poeta son de otra época y contexto. Aún así las he recogido como un alimento esperanzador de un diálogo comprensivo del quehacer humano, lo cual me hizo escribir esta reflexión….
Texto de F.G. Hölderlin [10](mi poeta preferido):
... "ya no me apego con tanto calor a los hombres singulares. Mi amor es el género humano, [...] en los siglos venideros. Pues esta es mi profunda esperanza. [...] Vivimos en una época en la que todo está trabajando para lograr días mejores. ... Estos callados deseos y esfuerzos de algunos por formar el género humano, se extenderán y darán hermosos frutos... Esto es lo único a lo que se apega mi corazón. Ésta es la meta sagrada de mis deseos y mi actividad: que yo pueda despertar en nuestra época la semilla que madurará en otra futura.[...] esa meta, la formación (bildung), el mejoramiento del género humano, esa meta que tal vez sólo alcanzamos de modo incompleto en nuestra vida terrena, pero que precisamente por ello se alcanzará con más facilidad en ese mundo mejor que ha de venir, también cuánto más lo hayamos preparado en nuestro círculo de influencia....  


[1] Taylor, Ch. Imaginarios sociales modernos. Paidos Básica 125. 2006. Barcelona, España, p.38

[2] Deming W.E. Calidad, productividad y competitividad: la salida de la crisis. Ediciones Díaz de Santos. 2006 Isbn:8487189229 México

[3] Carver, Thomas N. The basis of social conflicto. American Journal of Sociology, XIII. 1908, pp. 628-37

[4] El aporte de la Red de Universidades Públicas no Estatales a Chile en el marco de la reforma a la educación superior p.15

[5] Ibid., p.13

[6] Newman, John H. Discursos sobre el fin y la naturaleza de la educación universitaria, traducción, introducción y notas de José Morales, EUNSA, Pamplona, 1996, prólogo, p. 27

[7] Ibid., p.27

[8] El aporte de la Red de Universidades Públicas no Estatales a Chile en el marco de la reforma a la educación superior p.31

[9] Las opiniones de esta reflexión son particulares y por tanto pueden no representar al Sindicato de Académicos y Profesionales Nº4 de la UCN.


[10] Hölderlin, Friedrich. Correspondencia completa. Ediciones Hiperión, Madrid 1990. Traducción de H. Cortés y A. Leyte.