Concuerdo con la opinión de E. Cassirer en que el contenido
de lo religioso tiene sus auténticas y más profundas raíces no en el mundo de
la representación, sino en el mundo del sentimiento y de la voluntad. El
conflicto es que en el caso de
Jesús su nacimiento es histórico y, por tanto es un hecho que podemos encontrar
en la historia de la humanidad.
Aquí nos enfrentamos a una realidad inicial que luego evoluciona en la conciencia religiosa de quienes establecen una relación con Jesús. Para algunos podrá ser un sabio, para otros un profeta y para aquellos que profesan el Cristianismo un Dios hecho hombre para redimir al ser humano y darle con ello un camino trascendente y por sobre todo salvífico.
Las relaciones espirituales que el ser humano establece con la realidad no sólo se dan en la representación y en la fe, sino como hemos dicho antes en su querer y en su actuar. Lo que deseo expresar es que el pesebre más que una figura religiosa nos revela un significado más profundo, que representar el nacimiento de Jesús en Belén.
La preparación del pesebre; para algunos a los pies de un “árbol de pascuas”, año tras año deriva en un culto que representa indirectamente un acercamiento a lo divino. Es comprensible que algunos opinen que su representación sólo busca recordar el nacimiento del Jesús histórico. Si embargo el ritual familiar de armar el pesebre año a año, impone un significado que no deja de mostrarse como una influencia directa del mensaje entregado por Jesús en los evangelios.
Los cristianos saben y debieran comprender lo que significa el pesebre en relación al nacimiento de Jesús, más aquellos que no lo sean y se enfrenten a un pesebre o se refieran a él para desear una feliz navidad, deberán reflexionar consigo mismo si ello se traduce en una relación activa con Jesús, compartiendo un acto inmanente de conciencia religiosa.
Para los que rutinariamente cada año deseamos paz, amor y felicidad, a través de la oportunidad que nos da el nacimiento de Jesús, deberemos considerar que generamos una acción que emerge de nuestra conciencia, de nuestro sí mismo que por libre voluntad desea mirar con esperanza el futuro, tomando el significado del pesebre como una experiencia espiritual que le dona sentido al vivir.
Atendido lo anterior y mirando el pesebre de mi hogar, reciban ustedes mi más cordial saludo en esta Fiesta de Paz y Amor, que la conciencia de sí mismo les permita encontrar en la estrella de Belén el significado de su luz, para que ilumine vuestros caminos y lo llene de Amor, Éxito y Salud…. Muchas Felicidades.