Hoy en día no encuentro una puerta de salida ante lo que hace a las
personas buscar la maximización antagónica del consumo, del poder, de la
posición social y del prestigio. En este estado de cosas la sociedad muestra
una sintomatología exacerbada de control racional apoyado en la ciencia y la
tecnología, entonces las palabras de Castoriadis se me esclarecen cuando dice
que “esta expansión es a la vez vana, vacía e intrínsecamente contradictoria,
como visiblemente lo es, y si los
humanos no están obligados a servirla más que por medio de la puesta en
práctica, el desarrollo y la utilización socialmente eficaz de móviles
esencialmente “egoísta”, en un modo de socialización donde cooperación y
comunidad no son consideradas y no existen sino bajo el punto de vista instrumental
y utilitario; en resumidas cuentas, si la única razón por la cual no nos
matamos entre nosotros cuando nos conviene es el miedo a la sanción penal, entonces,
no solamente no puede ser cuestión de decir que una nueva sociedad podría
realizar mejor valores
establecidos, incontestables, aceptados por todos, sino que es necesario ver
claramente que su instauración presupondría la destrucción radical de los
valores contemporáneos, y una nueva creación cultural concomitante con una
transformación inmensa de las estructuras psíquicas y mentales de los
individuos socializados”.
Siguiendo mi lectura de Castoriadis que nos dice que “el término destrucción de valores puede chocar, y parecer inadmisible, al tratarse de la cultura en el sentido más específico y más restringido: obras del espíritu y su relación con la vida social efectiva….. La destrucción de la cultura existente(incluyendo el pasado) ya está ocurriendo, en la misma medida en que la creación cultural de la sociedad instituida está desplomándose. Allí donde no hay presente, tampoco hay pasado. El periodismo contemporáneo inventa cada trimestre un nuevo genio y una nueva revolución en tal o cual campo. Son esfuerzos comerciales eficaces para que funcione la industria cultural, pero incapaces de ocultar el hecho flagrante: en una primera aproximación, la cultura contemporánea es inexistente. Cuando una época no tiene grandes hombres, los inventa.”
Paralelamente me parece oportuno decir que en Chile nos hacen falta grandes políticos o estadistas, por ello nos los inventamos.
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2 comments:
Pancho Seguro de que conoces el pasado comunista de Castoriadis, por otro lado no será que hay demasiado pesimismo escepticismo en él.
Para mi Lennon, Borges y Matta entre otros son geniales
abrazos. Lalo
Muchos intelectuales pertenecieron al PC, lo cual no me parece extraño para aquellos tiempos. Respecto a Marx las interpretaciones que se han hecho de sus ideas dejan bastante que desear y, tampoco es correcto para mi asimilarla a las aplicaciones realizadas por Stalin y sus seguidores de la ex URSS. Leer a Marx en sus fuentes a mi parecer es un ejercicio aún vigente, de hecho las lecturas del desaparecido Adolfo Sánchez Vásquez sobre una perpectiva de un Marxismo crítico permite una mirada donde la razón debe buscar evitar la contaminación con el socialismo real, y por lo demás este autor manifestó la carencia de lo moral como tema pendiente del marxismo. Para Castoriadis no fue necesario hacer un camino demasiado largo para darse cuenta del totalitarismo del PC-URSS. Queda pendiente considerar que el contexto en que vivió Castoriadis está mezclado con el Nazismo y Facismo y la actuación histórica del PC y de los Trotkistas
Respecto a la creación culturla, que puedo decirte que desconozco un Borges actual y lo que he opinado es una tendencia sobre la cual tengo que insistir que no se ve a la altura de un Miguel Angel....aunque las comparaciones sean odiosas, pero en ocasiones necesarias...
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