"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Wednesday, February 08, 2012

El Estado y la prohibición de lo malo..

¿Corresponde que el Estado de Chile prohíba el consumo del tabaco? Esta es una interrogante que ha cobrado una relevancia muy especial, que ha producido unos apasionados y divertidos debates en que algunos parlamentarios han pedido a sus pares que se comporten de acuerdo a la seriedad del tema.

Todo esto porque un Diputado de la República se preguntaba con sorna durante su intervención en el hemiciclo, si llegaría el momento en que el Estado estimaría necesario prohibir fumar en los baños, lo cual se justificaba bajo la misma lógica que se tenía para que no se hiciera en determinados lugares, pues es éste también un recinto cerrado, que por lo general no tienen grandes ventanales.

Es posible que la ironía del Sr. Parlamentario provenga de la asimetría con que se tratan ciertos temas y especialmente cuando corresponde aplicar prohibiciones. Es así, que existe una disonancia en la voluntad de legislar a la hora de que el tema sea otro, como es el caso del consumo del alcohol. Consideremos un punto a favor para este legislador, reflexionando respecto a que si el Estado debe prohibir todo aquello que estima que es malo para la sociedad, entonces en el futuro no sólo debiéramos prohibir el consumo de tabaco o alcohol, sino que también podríamos prohibir la infidelidad que tanto mal puede hacer a la familia y por ende a la sociedad chilena.

Otra perspectiva interesante es cuestionarse si con estas prohibiciones estamos horadando nuestros derechos fundamentales, permitiendo que uno de ellos como es en este caso la libertad individual, se nos escabulla entre este tipo de normas restrictivas que el Estado considera imprescindibles para velar por el bien de la comunidad nacional.

Ante lo anterior no puedo impedir que de mi memoria emerja aquella antigua concepción de libertad que nos dejó T.H. Green, quien influido por Hegel entre otros filósofos europeos sostenía, que cuando el Estado busca aprobar leyes que prohíban contaminar teniendo como objetivo superior salvaguardar la Salud de las personas, no se afectaba las libertades individuales, pues el resultado final de esta prohibición sumaría que muchas más personas ejercerían su libertad, de acuerdo al tema que nos convoca correspondería derivar que muchas más personas podrían concurrir a lugares que antes se los impedían los fumadores.

¿Debemos aceptar esta manera conceptual sobre la libertad?, en la búsqueda de una respuesta quizás ayude recordar que en el siglo pasado los socialdemócratas aseguraban que este ejercicio de libertad positiva era un acción que debería considerarse como inteligente.

Cabe preguntarse si hay una sola visión correcta de la vida, tanto que aquellos no se enmarcan en ella deben ser obligados a cumplir con normas legales que emanen del Estado, para que lleven una vida recta conforme a lo que la institución gubernamental legisla.

Me sincero que en este aspecto me apego a la opinión de Isaiah Berlin, en cuanto a que considera que esta libertad no es más que una “charlatanería”, que de una u otra forma conduce a la servidumbre humana. Para Berlin una correcta interpretación de lo qué es la libertad significa: “no ser coaccionado, no ser aprisionado ni aterrorizado”.

Por mi parte me atrevo a afirmar que esta dualidad prohibición y terror mientras se muestre como un acto beneficioso para las personas, llevará ineluctablemente escondidos intereses oscuros de algún poder fáctico. La perversión del lenguaje puede hacer sentirnos más libres cuando se aprueban leyes para obligarnos a no fumar e inclusive a no beber, de seguro que ello puede tener objetivos loables, pero mi sumatoria al fin y al cabo será que somos menos libres con este tipo de decisiones legislativas por razones de Estado.

Si hemos de reflexionar sobre estas prohibiciones, tengo la corazonada que nuevamente hemos puesto “la carreta por delante de los bueyes”, pues lo primero que debiera legislarse es sobre la obligación de incluir en las currículos de formación de nuestros hijos, la importancia de evitar los exceso del cigarrillo y el alcohol. No hacerlo es equivocar el camino, es creer que el ser humano esta determinado a los vicios, no siendo posible tener éxito en educarlo para que evite estos derroteros que perjudican su calidad de vida.

Aun asumiendo las consecuencias de abrir un flanco para ser atacado como lo fue Carlyle por vociferar una opinión similar, respecto a la importancia de que existan líderes políticos que asuman con responsabilidad de Estadistas la conducción de nuestra sociedad. Es que me parece evidente la necesidad de encauzar nuestros marcos legislativos, hacia objetivos en que más que pretender prohibir nos preocupemos de educar. Debemos enfocar nuestro quehacer normativo dentro de una visión pluralista como un imperativo que nos permita asegurar la paz social.

En pocas palabras el mundo no será mejor por el sólo hecho de prohibir todo aquello que no nos parece correcto…. A lo igual de lo que Sófocles pensó en su momento, a la hora de obedecer este tipo de normas que privilegien una visión de Estado en particular, mi elección será estar del lado de Antígona….

6 comments:

Anonymous said...

Franco, no será demasiada libertad podriamos ir derechito al libertinaje, creo que el país tiene el deber y el derecho de tener un conjunto de leyes para asegurar lo que tu llamas la paz social. No lo crees así?
Bernardo

Anonymous said...

hola Franco: Cuanta razón tiene Carlyle en lo que dices, necesitamos urgentes políticos que dignifiquen la política.
Con binominal veo muy difícil que podamos cambiar a estas caras repetidas y rererepetidas... tambien estoy del lado de Antígona en este caso... saludos
Nieves

Anonymous said...

Pancho para mi la libertad individual es muy importante, las prohibiciones me dan miedo y limitan mi libertad, desde cuando solo tienen derecho los no fumadores, yo conozco fumadores que respetan los espacios, y esto se educa tb.
Basta de prohibiciones

Esther

Anonymous said...

Profe al diablo con las prohibiciones, que se vayan al sinaí a legislar.
Defiendo a muerte mi libertad para vivir y de morir. No me interesa el cigarrillo,pero tampoco quiero que nadie me salve.
Si el gobierno y los políticos estan por prohibir cosas que prohiban el lucro a la educación con fondos públicos y ya.
Marcos

Anonymous said...

Hola Pancho, Me pregunto si no estamos teniendo mas intromesión del Estado ahora que en un gobierno marxista ????
Antonio

Anonymous said...

Si se hace en lugares abiertos como plazas y parques porque no se podría fumar, la prohibición es para los lugares cerrado a menos que tenga una sección especial para fumadores. Creo que cualquier cosa que sea dañina para la salud de otro ser humano debería restringirse, pues creo que nadie tiene derecho a hacer lo que quieras si afecta a otros, no por ello no me molesta la ola de prohibiciones que hay por estos días, creo que eso tambien nos hace mal
Javier