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Séneca

Friday, January 13, 2012

San Jerónimo: la Iglesia y las mujeres

Si para muchos Católicos cuesta comprender algunas acciones de los representantes de la Iglesia, más dificultoso será el entender estas por parte de aquellos que no profesan dicho credo. Es que en todos los ámbitos uno observa como los dignatarios de la Iglesia actúan como si no les importara que hoy en términos socioculturales los feligreses no son los feligreses del pasado. Ciertamente que el Concilio Vaticano II ha permitido un avance al acercar el mensaje de Jesucristo mediante un ritual de la misa que sea más participativo, aunque en mi opinión personal el aspecto místico cristiano aún conserva un estado de hermetismo eclesial, que en un lenguaje directo pareciera mostrar que los cristianos no estarían preparados para razonar sobre los misterios de su fe.

Tengo un gran respeto por la Iglesia que ha sido parte crucial en lo que hoy llamamos la Civilización Occidental, por cierto que esto no implica obviar los pecados históricos que ha cometido en los últimos 20 siglos de la historia de la humanidad, usted lector de estas líneas seguramente su memoria inevitablemente lo transportará a esos más de cuatro siglos de Inquisición, empezando por recordar al Prior de Santa Cruz Don Tomás de Torquemada y sus adjuntos nombrados por el Papa Alejandro VI, entre los cuales había un par que por linaje; ni Dios lo quiera, puede llegar a mecer mis propias barbas.

Por cierto que lo anterior es un hecho que no es posible eludir, pero en 2000 años hay otros hechos que tienen connotaciones muy diferentes, en este comienzo de siglo hemos conocido como el abuso de menores fue permitido, ocultado por altas autoridades de la Iglesia, de otra manera habría sido imposible que casos como los de Maciel o Karadima se mantuvieran por tan largo tiempo sin que se tomaran las medidas morales que correspondían. Observando la última actuación de una de las altas autoridades de la Iglesia Católica Chilena, queda la duda que las directrices dadas por el Papa Benedicto XVI sean suficiente para sancionar de manera explícita este tipo de delito. Acaso será necesario un Concilio Vaticano que se haga cargo de la misión que le corresponde a la Iglesia en el siglo XXI, no soy experto pero es evidente que algo deberán hacer, ya que los tiempos actuales no giran ni se exponen mediáticamente para seguir respondiendo con la formalidad exacerbada de la “prudencia” vaticana.

En lo particular hay una Iglesia que no puedo dejar de representar en este artículo, porque es una Iglesia de la cual emergen actuaciones que siguen el camino que Jesús señaló, y que hombres suyos nos legaron con su ejemplos, recuperando a niños y hombres dándoles amor con el fin de ofrecerles una oportunidad de integrarse a la vida civilizada, en este sentido difícilmente olvidaremos al Padre Chinchachoma y al Padre Alberto Hurtado que luchaban por alejar de sus prójimos la angustia, la frustración y el dolor de sus carencias.

Quisiera luego de este preámbulo contaros que hace varios años atrás conocí la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz (S.XVII), además de deleitarme con su temática poética tuve la oportunidad muy temprana de leer su biografía, de la cual he guardado un episodio que especialmente me llamó la atención, me refiero a las razones que tuvo para decidir tomar el camino de la Orden Jerónima, luego de su paso fugaz por las Carmelitas Descalzas. La razón no es otra que en ella encontró el anhelado sosiego del “silencio” de los libros.

En su oportunidad Sor Juana escribió que su contento estaba dado por que “debía por el estado eclesiástico profesar letras y más siendo hija de un San Jerónimo(S.IV_V) y de una Santa Paula (S.IV), que era degenerar de tan doctos padres, ser idiota hija”. A partir de este instante tome contacto con la vida azarosa y de disputas teológicas en las cuales en vida se enfrentó San Jerónimo, tanto así que pocos años después en un rincón de una desconocida librería de compra-venta adquirí sus “Epístolas” de las ediciones Ercilla impresa en Santiago de Chile en 1939.

Hasta los días de hoy me regocijo leyendo sus epístolas, especialmente la dedicada a su amigo Heliodoro, que es la primera del libro antes señalado. A su vez tenemos la epístola a Santa Marcela (S.IV_V) y a Santa Paula, cabe señalar que aunque tuvo algunas posiciones menores contradictorias con los paradigmas misóginos de su época, tuvo la osadía de indicar que el no hacía ninguna diferencia entre los hombres santos y las mujeres santas, por este hecho lo acusaron que echaba a perder a las mujeres al permitirles perfeccionarse.

Su respeto por la intelectualidad de las mujeres queda explícitamente en evidencia en su elogio póstumo a Santa Marcela que murió torturada por los Godos en Roma al escribir: “…de sus virtudes, de su ingenio, de su santidad, de la pureza que descubrí en ella, me da apuro hablar, por miedo a exceder los límites de lo creíble y por no aumentar tu dolor con el recuerdo del bien que has perdido. Únicamente diré que todo lo que yo había cosechado tras largo estudio, lo que había convertido como en un especie de segunda naturaleza tras prolongada meditación, ella lo absorbió con avidez, lo aprendió y lo hizo suyo de tal forma que, después de mi partida, cuando surgía una discusión sobre algún texto de las Escrituras, se acudía a ella como a árbitro”

Como no va a ser una delicia el leer las Epístolas de este Doctor de la Iglesia que fue papable, secretario de un Papa y que termino su vida en Belén como un humilde sacerdote bajo la protección de Santa Paula, hacia el ocaso del Imperio Romano…… Este libro ajado de San Jerónimo seguirá siendo parte de mis conversaciones con el pasado……

9 comments:

Anonymous said...

Francisco, muy interesante aunque te confesare que a parte de Sor Juana Inés de la Cruz y el Padre Hurtado no tenía idea de la existencias de los demás. Conocemos el respeto que tu tienes por las religiones pero en el caso de la iglesia católica ni ella tiene respeto por si misma, como es posible aceptar lo que hizo Ezatti, como dijo Matías del Río este Sr no sabe lo que un acto simbólico o definitivamente, tal como otros no respeta ni al propio Papa.
Elena

Anonymous said...

Profe hay que ver que la iglesia católica aún tiene poder como para que el jefe de la iglesia chilene se las mande a saludar al Karadura ese.
Como dice mi mamá la iglesia se olvido de los ejemplos de los santos, si no lo leo a usted ni sabria de que existieron.
Carlos

Anonymous said...

Amigo Pancho, me da desazón el comportamiento de algunos miembros de la Iglesia, se que tu respetas a los católicos y prueba de ello que eres un buen lector de sus escritores(teologos) pero para uno ya queda claro que los de hoy sólo han seguido los malos ejemplos.
Antonio

Anonymous said...

Franco, creo que el Arzobispo de Santiago Monseñor Ezzatti hizo bien en visitar al Padre Karadima, quizás pudo evitarse los obsequios, pero su misión pastoral no tendría porque postergarla por muy pecador que este fuera. La iglesia es para todos los que pecan y los que no lo hacen.
Concuerdo con algunos comentarios anteriores respecto a tu actitud frente a los profesan una religión, pero creo que estás equivocado en la visita del pastor a un cordero descarriado.
Atte Bernardo

Anonymous said...

Pancho para mi la iglesia católica ha perdido su camino, tal como dices si no hubiera sido por la apertura del Papa Juan XXIII con el Concilio y el azar de que posteriormente viniera un Papa que apoyo sus medidas como Paulo VI. De ahí en adelante cuesta abajo tras la muerte del Papa Juan Pablo I en circunstancias muy extrañas, vino ese Papa Juan Pablo II: marketero y demagogo a decir no les basta con ello que además lo quieren de santo, a quien es casi imposible creerle que no supiera lo de Maciel y otros similares alrededor del mundo. Pancho a mi no me aflige que esta institución se encuentre en esta situación lo que justamente me preocupa es que creen que la confianza se obtiene por autoridad de poder y no por las buenas acciones. Aunque acepto que hay excepciones pero lamentablemente parecen ser las menos y por último nos queda este Papa Benedicto XVI que de reaccionario lo tiene de que era cardenal y nos lo quieren vender como intelectual humanista, inaceptable.
Cariños Esther

Anonymous said...

Así como se ven las cosas las monjas son mejores que los curas.
Ana María

Anonymous said...

Franco despues de leer la historia de Maciel y Karadima es muy pero muy difícil creer que las autoridades de la iglesia católica no sabían de estos abusos, es más no hicieron nada al tomar contacto con las denuncias y para descarados en Chile tenemos más que Ezzatti a Medina, un ser que de sólo escucharlo da repugnancia, sabes estoy cansada de estos señores que hacen y toman decisiones en sus bajezas morales y no son capaces de tomar decisiones en las cosas que si importaban a Cristo, ojala volviera para echar del templo a estos mercaderes de poder social.
Elsa

Anonymous said...

Francisco, de verdad que lo dicho por Elsa me representa muchísimo, sólo agregaría que si existe Dios lo más probable es que no necesite representantes en el mundo y menos como estos, aunque acepto que hay excepciones probadas. Pero científicamente nada aporta una prueba hacia la existencia de un diseño lógico del mundo, tu eres un científico y me comprenderás de lo que estoy hablando.
Saludos Alfonso

Francisco de la Fuente Vásquez said...

Estimad@s Lector@s:
Por espacio y lo complejo de sus preguntas, intentaré responderles desde mi humilde experiencia con un post en la página principal de este blog. Que estén bien...
Francisco