"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, January 29, 2012

Una respuesta a mis lectores....

Por lo general he pensado que es de mayor dificultad decir lo que uno es, por tanto para responder a varios comentarios realizados en mi blog, es que empezaré por decir que no soy de aquellas personas que piensan que las ciencias son un camino único para explicar el sentido de la vida, y ello porque estas desconocen la importancia de la experiencia cotidiana. A mi manera de ver y utilizando una metáfora para ello, es que ese camino que da sentido a mi vida se trenza de más de una hebra…

De seguro que habéis leído a los griegos en alguna oportunidad y recordaréis lo que para ello implicaba el círculo desde la criba de la perfección, como me exigen que mire el tema de las ciencias teniendo presente que estas no han aportado pruebas para concluir la existencia de un diseño lógico es que les sugiero volver a sus aprendizajes sobre astronomía. En este sentido ustedes pueden concluir que hay una prueba que muestra que Dios no gobierna el mundo y más precisamente el sistema solar, teniendo en consideración que sus órbitas son elípticas y no circularmente perfectas.

Quizás muchos de ustedes se han quedado pegados en que Galileo tenía razón, en lo personal sigo la idea de Husserl para decir que estimo que no la tenía en lo que se refiere a su visión sujeto-objeto, aunque esto no implica que sus acusadores la tuvieran, de hecho ellos estaban posiblemente más equivocados que él.

Me interesa el “mundo en que vivo” y éste no lo encuentro en una concepción exacerbadamente objetivista, en que el mundo de lo social cotidiano no tiene lugar. Mi experiencia son parte importante de lo que soy conciente del “mundo en que vivo”. Por lo tanto, la metodología de Galileo de idealizar el universo desde la física matemática, que describe como el único camino hacia un mundo verdadero aquel en el cual yo soy un sujeto que no participa, en pocas palabras y aunque ello implique no ser científico , es que ese perfil de mi persona no va conmigo.

Os puedo afirmar que con mucha facilidad ignoramos nuestra circularidad fundamental de nuestra situación en el mundo, siendo posible que incluso este concepto para Dios no sea el mismo, como tampoco lo necesite y su idea fractal sea una espiral de características circulares …… También es posible que Dios no gobierne el mundo o lo haga selectivamente de aquí que no sea todo él circular…. Quizás…. Quizás cabe que un ateo, tanto como un creyente se pregunten: ¿Cuán tolerantes son de que su verdad sea al final del camino la verdad?

En lo personal todo ser humano en este universo es importante, y en lo que se refiere a los terrícolas no me es imprescindible que sean científicos o no, pues desde aquel elevado profesional en la odiosa escala social hasta el que hace la labor que parezca más insignificante, puede caminar por cualquier malecón y no ver el mar, unos pocos sin diferencia social verán su forma, pero serán los menos los que le encuentren el significado a ese mar …. Por esto el “mundo en que vivo” tiene principios y normas que me abren un camino hacia el encuentro con la verdad, la cual representa en mi una meta para alcanzar la realización espiritual.

Saturday, January 21, 2012

Hispanidad unida por el lenguaje

Allá por el siglo pasado visitó la Argentina Ortega y Gasset en algún momento mientras meditaba sobre los habitantes de este país americano dijo: “….Mi prédica que les grita: ¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos …….” Hago recuerdo de esto entendiendo que a pesar de la gran cantidad de lustros que han pasado, América sigue siendo un pueblo joven, que no termina de madurar, menos entenderse porque aún están convencidos que entenderse es fácil, lo cual nos lleva a cometer errores que hasta hoy siguen afectando nuestras relaciones con los países que hermanan este continente que nos legó su historia. Especialmente quiero referirme en este artículo aquellos países que hoy nos identificamos con la “hispanidad”, y concedo inmediatamente la dificultad que implica entender lo que este concepto significa en el lenguaje castellano (o español).

De ese grito de Ortega y Gasset sólo rescataré un punto más, que es que éste se aplicaba para todos los países latinoamericano, por cierto que con nombrar este filósofo español no estoy desconociendo los muchos personajes americanos que no sólo dijeron esto, sino que dedicaron su vida a una lucha por la integración americana. Una voz externa puede ser comprendida por los habitantes de otras tierras, solamente si estos tienen la actitud intelectual crítica para valorarla, pues es un ejercicio útil el escuchar aquellos planteamientos distantes del fragor de nuestras problemáticas, a las cuales debemos enfrentarlas con nuestro contextos históricos.

No parece caber duda que lo que nos une a los hispanoparlantes es el lenguaje, teniendo presente que aunque hablemos el mismo idioma ello no asegura que logremos entendernos, en el hecho es este mismo lenguaje el que nos obliga una y otra vez a tener presente que sus vocablos no son inequívocos, muy por el contrario en la práctica ellos pueden tener diversas significaciones, para esto no daré ejemplos porque es este un accidente que es constatado diariamente por quienes utilizamos este idioma.

A esta altura se hace evidente que es necesario preguntarse que es aquello que llamamos “hispanidad”, me apresuro a deciros que aunque podré hacer mías las palabras de Don Quijote ante las empresas fallidas: “podrán los encantadores quitarme la ventura , pero el esfuerzo y el ánimo, imposible”, soy conciente de que buscar una definición que os agrade a todos será una meta lejana para estas letras.

En primer lugar deseo llamar vuestra atención en el uso de unos términos como es el caso de “América latina” o su desviación “Latinoamérica” , el cual después de la guerra con España del 98 permitía hacer una diferencia con el coloso norteamericano que buscaba convertirse ya en esos años en el policía del mundo que controlaría los asuntos políticos, económicos y culturales. Aunque hoy en día gracias a Kissinger y a los Bush a decir de un diplomático estadounidense “..los emblemas actuales de Estados Unidos son los bombardeos, las tropas terrestres, los aviones no tripulados cargados de armas letales…”, aspecto que no evoca aquella promesa de representar una “comunidad de valores”, pues sus actuaciones evidencian un doble estándar en que la mentira es la norma que sostiene su política exterior, cuesta una enormidad creer que incluso el Presidente Obama diga la verdad cuando ordena “intervenciones humanitarias” en algún país del “eje del mal”. En este mismo sentido el mundo occidental parece haber aprendido estas malas costumbres, como es el caso de la intervención de Libia por los europeos.

Quizás haya una América hispana y otra América portuguesa como lo señaló Pedro Henríquez Ureña, dejando abierta la posibilidad de que es el lenguaje el determinaría la denominación, aunque para los medios yankis sólo les alcanza para señalarnos como “Latinos”. Es que colocarse de acuerdo es algo que se muestra dificultoso, como ejemplo saquen ustedes sus propias conclusiones si preguntamos que celebran los países cada “12 de Octubre”, mientras en España es un Día Nacional en América puede ser: el Día de la Raza, el Día del descubrimiento, el Día del Descubridor o entre otros el Día de las Culturas. Por supuesto para Chávez y Cia. debe ser el Día de la Resistencia Indígena.¿Qué les parece?

Estimo que para muchos de nosotros la “hispanidad” se inicia con las batallas de Don Rodrigo Díaz de Vivar, algunos las recordarán por el cantar épico del Poema del Cid y otros por la soberbia actuación de Charlton Heston en la película del Cid. Luego se continuará con la colosal obra de Cervantes con las aventuras de aquel Caballero de la Triste Figura: Don Alonso de Quijano, por cierto que la historia del Cid puede ser importante, pero sin dudas es el libro de Cervantes el que muestra el camino de la idea de hispanidad.

Quizás sea oportuno reconocer que por espacio no me es posible en este texto nombrar a otros grandes personajes que contribuyeron al desarrollo de la hispanidad como por ejemplo Antonio de Nebrija, o el mismísimo Andrés Bello junto a su eterno oponente Domingo Faustino Sarmiento, que contribuyeron desde la América criolla al concepto de hispanidad, aunque con visiones opuesta respecto a la unidad americana.

La leyenda negra es otro aspecto que es imposible no referirse, que desde el Padre de las Casas hasta Eduardo Galeano con sus “Venas abiertas de América Latina”, han dejado huellas que muchos hispanistas han seguido mostrando a una España imperial que precipitó algunas de las causas de su decadencia, por su exagerado despotismo e intolerancia religiosa representada esta última por la Inquisición.

Es posible que algunos de ustedes recuerden el hecho anecdótico de cuando en una Cumbre de las Américas (2009), el Presidente venezolano Hugo Chávez le regaló al Presidente estadounidense Barack Obama esta obra de Galeano, como una forma de que conociera la situaciones latinoamericana que habían dejado los imperialismos, en lo personal el libro de Galeano puede ser entretenido pero pensar que es un libro de rigurosidad histórica es definitivamente improcedente. A la hora de haber coordinado previamente entre ambos presidentes un intercambio de libros, habría recomendado a Chávez que le regalará a Obama la obra de Jorge Volpi: El insomnio de Bolivar, y este le hubiere retribuido con: “El manual del perfecto idiota Latinoamericano” escrito por Plinio Apuleyo Mendoza y otros.

Finalmente como lo expresé antes es difícil integrar todos los aspectos que permitan responder a lo que define la hispanidad, especialmente por que la suma ante la diversidad de países hispanoparlantes no permite un resultado único. Por cierto, para aquellos que no desean ocupar su ocio en esta lectura reflexiva, les aconsejo aunque sea tarde, que busquen la definición de hispanidad en el Diccionario de la Real Academia Española.

Friday, January 13, 2012

San Jerónimo: la Iglesia y las mujeres

Si para muchos Católicos cuesta comprender algunas acciones de los representantes de la Iglesia, más dificultoso será el entender estas por parte de aquellos que no profesan dicho credo. Es que en todos los ámbitos uno observa como los dignatarios de la Iglesia actúan como si no les importara que hoy en términos socioculturales los feligreses no son los feligreses del pasado. Ciertamente que el Concilio Vaticano II ha permitido un avance al acercar el mensaje de Jesucristo mediante un ritual de la misa que sea más participativo, aunque en mi opinión personal el aspecto místico cristiano aún conserva un estado de hermetismo eclesial, que en un lenguaje directo pareciera mostrar que los cristianos no estarían preparados para razonar sobre los misterios de su fe.

Tengo un gran respeto por la Iglesia que ha sido parte crucial en lo que hoy llamamos la Civilización Occidental, por cierto que esto no implica obviar los pecados históricos que ha cometido en los últimos 20 siglos de la historia de la humanidad, usted lector de estas líneas seguramente su memoria inevitablemente lo transportará a esos más de cuatro siglos de Inquisición, empezando por recordar al Prior de Santa Cruz Don Tomás de Torquemada y sus adjuntos nombrados por el Papa Alejandro VI, entre los cuales había un par que por linaje; ni Dios lo quiera, puede llegar a mecer mis propias barbas.

Por cierto que lo anterior es un hecho que no es posible eludir, pero en 2000 años hay otros hechos que tienen connotaciones muy diferentes, en este comienzo de siglo hemos conocido como el abuso de menores fue permitido, ocultado por altas autoridades de la Iglesia, de otra manera habría sido imposible que casos como los de Maciel o Karadima se mantuvieran por tan largo tiempo sin que se tomaran las medidas morales que correspondían. Observando la última actuación de una de las altas autoridades de la Iglesia Católica Chilena, queda la duda que las directrices dadas por el Papa Benedicto XVI sean suficiente para sancionar de manera explícita este tipo de delito. Acaso será necesario un Concilio Vaticano que se haga cargo de la misión que le corresponde a la Iglesia en el siglo XXI, no soy experto pero es evidente que algo deberán hacer, ya que los tiempos actuales no giran ni se exponen mediáticamente para seguir respondiendo con la formalidad exacerbada de la “prudencia” vaticana.

En lo particular hay una Iglesia que no puedo dejar de representar en este artículo, porque es una Iglesia de la cual emergen actuaciones que siguen el camino que Jesús señaló, y que hombres suyos nos legaron con su ejemplos, recuperando a niños y hombres dándoles amor con el fin de ofrecerles una oportunidad de integrarse a la vida civilizada, en este sentido difícilmente olvidaremos al Padre Chinchachoma y al Padre Alberto Hurtado que luchaban por alejar de sus prójimos la angustia, la frustración y el dolor de sus carencias.

Quisiera luego de este preámbulo contaros que hace varios años atrás conocí la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz (S.XVII), además de deleitarme con su temática poética tuve la oportunidad muy temprana de leer su biografía, de la cual he guardado un episodio que especialmente me llamó la atención, me refiero a las razones que tuvo para decidir tomar el camino de la Orden Jerónima, luego de su paso fugaz por las Carmelitas Descalzas. La razón no es otra que en ella encontró el anhelado sosiego del “silencio” de los libros.

En su oportunidad Sor Juana escribió que su contento estaba dado por que “debía por el estado eclesiástico profesar letras y más siendo hija de un San Jerónimo(S.IV_V) y de una Santa Paula (S.IV), que era degenerar de tan doctos padres, ser idiota hija”. A partir de este instante tome contacto con la vida azarosa y de disputas teológicas en las cuales en vida se enfrentó San Jerónimo, tanto así que pocos años después en un rincón de una desconocida librería de compra-venta adquirí sus “Epístolas” de las ediciones Ercilla impresa en Santiago de Chile en 1939.

Hasta los días de hoy me regocijo leyendo sus epístolas, especialmente la dedicada a su amigo Heliodoro, que es la primera del libro antes señalado. A su vez tenemos la epístola a Santa Marcela (S.IV_V) y a Santa Paula, cabe señalar que aunque tuvo algunas posiciones menores contradictorias con los paradigmas misóginos de su época, tuvo la osadía de indicar que el no hacía ninguna diferencia entre los hombres santos y las mujeres santas, por este hecho lo acusaron que echaba a perder a las mujeres al permitirles perfeccionarse.

Su respeto por la intelectualidad de las mujeres queda explícitamente en evidencia en su elogio póstumo a Santa Marcela que murió torturada por los Godos en Roma al escribir: “…de sus virtudes, de su ingenio, de su santidad, de la pureza que descubrí en ella, me da apuro hablar, por miedo a exceder los límites de lo creíble y por no aumentar tu dolor con el recuerdo del bien que has perdido. Únicamente diré que todo lo que yo había cosechado tras largo estudio, lo que había convertido como en un especie de segunda naturaleza tras prolongada meditación, ella lo absorbió con avidez, lo aprendió y lo hizo suyo de tal forma que, después de mi partida, cuando surgía una discusión sobre algún texto de las Escrituras, se acudía a ella como a árbitro”

Como no va a ser una delicia el leer las Epístolas de este Doctor de la Iglesia que fue papable, secretario de un Papa y que termino su vida en Belén como un humilde sacerdote bajo la protección de Santa Paula, hacia el ocaso del Imperio Romano…… Este libro ajado de San Jerónimo seguirá siendo parte de mis conversaciones con el pasado……