"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Tuesday, December 23, 2008

¿Aún hay verdad en mi espíritu navideño?
Francisco de la Fuente V.

Pensar en la noche de navidad es traer a mi memoria recuerdos de aquel tiempo en el cual era verdad que me visitaría el Viejito Pascuero, no se cuando esto se convirtió en mentira dejándome una noche desprovista de esa canosa barba ancestral y sus renos voladores.

Ahora como en la noche nerudiana .. “Puedo escribir los versos más tristes esta noche, escribir por ejemplo la noche está estrellada y tiritan ,azules, los astros, a lo lejos”.. Sí, porque esta noche puede dejar ojitos de almas pequeñas atados a una espera de esperanza de la visita pascuera, sin que a ellos les importe saber que la nochebuena conmemora el inicio del día del Nacimiento de Jesús en Belén, según nos relatan los evangelios de San Mateo y San Lucas del nuevo testamento, aunque ellos tampoco nos mencionan fechas, lo cual pone en nosotros una sombra de duda de que sea el día que Jesús nació, teniendo por hecho que el día de Navidad fue sólo oficialmente reconocido recién el año 345 de la era cristiana.

Sinceramente no se a quién puede importarle esto, lo claro está es que la Iglesia Católica desde su tiempo primitivo, buscó absorber en lugar de reprimir los ritos paganos de la época, incorporando hacia la Edad Media la costumbre de cantar villancicos junto a un pesebre.

Muchos concuerdan que la celebración de la natividad de Jesús tal como la conocemos hoy, se inicia a partir del Siglo XIX cuando aparece el árbol y la empática figura de Santa Claus, la cual es un regalo de los estadounidenses para los habitantes del mundo, cuyo caballo de Troya es un trineo tirado por renos, que arrastran como cargamento unas bolsas repletas de juguetes, donde por supuesto el gran Santa Claus “no ha puesto ni uno”, pues su carga proviene mayoritariamente de la voluntad consumista de los clientes de los retail citadinos.

Santa Claus al finalizar su anual jornada de trabajo regresa sin responder a nadie por las condiciones crediticias por las cuales sus bolsas rebosaban de regalos, dejando la leyenda de Papá Noel con el sabor amargo de la obligación de enfrentar compromisos financieros, de los cuales no podremos implorar ayuda a San Nicolás.

Ante esto no nos queda más que buscar el espíritu navideño entre la anticipada “misa del gallo” , la cena familiar y la algarabía de los fuegos artificiales, para culminar con el proceso de intercambio de regalos.

Aunque entre platos, postres y correspondientes bebidas intentaré recordar estos versos de nuestra Gabriela….

Al llegar la medianoche y romper en llanto el Niño, las cien bestias despertaron y el establo se hizo vivo... y se fueron acercando y alargaron hasta el Niño sus cien cuellos, anhelantes como un bosque sacudido. Bajó un buey su aliento al rostro y se lo exhaló sin ruido, y sus ojos fueron tiernos, como llenos de rocío... Una oveja lo frotaba contra su vellón suavísimo, y las manos le lamían, en cuclillas, dos cabritos... Las paredes del establo se cubrieron sin sentirlo de faisanes y de ocas y de gallos y de mirlos. Los faisanes descendieron y pasaban sobre el niño su ancha cola de colores; y las ocas de anchos picos arreglábanle las pajas; y el enjambre de los mirlos era un vuelo palpitante sobre del recién nacido... Y la Virgen entre el bosque de los cuernos, sin sentido, agitada iba y venía sin poder tomar al Niño. Y José sonriendo iba acercándose en su auxilio... ¡Y era como un bosque todo el establo conmovido!

Sí eso haré, intentaré recordar estos versos mistralianos, porque aún hay una verdad en mi que nadie me puede sustraer, ni menos convertirla en mentira como sucedió en pasado con mi “viejito pascuero”, que es el amor que siento por quienes comparten conmigo mis angustias y anhelos, mis fracasos y mis éxitos, lo cual queda claramente representado en esta noche por el espíritu navideño.

Feliz navidad para cada uno de ustedes….

1 comment:

Anonymous said...

Estimado amigo reflexiono y pienso..Era mentira lo del viejo Pascuero..O era nuestra verdad para nuestros cortos años de vida..Era mentira la cigueña quen traia losa niños de paris..Es mentira la escritura del poeta...Para mi en ese momento era la verdad mas grande...La reflexion nos lleva por otro camino..Pero la ilusion nos hace viajar por el espacio sin limite...saludos..Felicidades

Raul Cruz