"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Monday, February 18, 2008

Hacia un encuentro con el Otro
Francisco de la Fuente V.

Hace unos días atrás leí la obra “Encuentros con el Otro” de Ryszard Kapuscinski, la cual correspondió a una lectura anticipatoria a mi viaje al Perú. Es interesante señalar a partir de este autor lo que uno puede esperar del encuentro con el Otro, en su opinión se abren tres posibilidades a elegir: primero la guerra, segundo aislarse para evitar algún contacto y tercero entablar un diálogo.

Es indudable que las dos primeras alternativas no parecieran ser las que buscan los gobiernos actuales de Chile y Perú. En este sentido los dichos aislados en ciertos medios con dudosa comunicación masiva, no corresponden en ambos países a su espíritu de no beligerancia, lo que demuestran al acudir a instancias que estén en concordancia con la legalidad internacional, a través de negociaciones diplomáticas, fallos judiciales o arbítrales, según se vaya avanzando en una solución a esta controversia marítima.

A fines del año 2007 fue editado en Perú un libro del diplomático y jurista peruano Manuel Rodríguez Cuadros, bajo el título de “Delimitación marítima con equidad” en el cual se hace un análisis exhaustivo respecto a la posición y las razones que motivan y sustentan la presentación peruana ante la Corte de La Haya. El punto de desencuentro habría tenido su origen en el denominado “incidente de la caseta”, la cual habría sido ubicada dentro de territorio peruano, incidente que fue solucionado con el retiro de ésta por el gobierno chileno en abril del 2001, sin no antes éste manifestar que el lugar de emplazamiento de dicha caseta correspondía a territorio chileno, por cuanto su retiro exclusivamente debía enmarcarse dentro del propósito de contribuir a la armonía en el área de frontera. La problemática se acrecentaría en que la respuesta de la cancillería chilena de la época habría sustentado su derecho marítimo en dos informes posteriores al Tratado de 1929, los cuales interpretados por Chile establecen que la frontera marítima se inicia en el Hito No 1, es decir, no en el extremo donde la tierra toca el mar, como lo establecería el Tratado de 1929, sino en tierra hacia el interior. La utilización de este recurso por el gobierno chileno habría modificado por vía convencional dicho tratado.

Aunque lo anterior me trae a la memoria la tesis de Sapir-Whorf respecto al relativismo lingüístico, lato sería iniciar aquí una presentación respecto a esta discordancia entre Chile y Perú, lo cual no es de ninguna forma la motivación de este artículo. Además el caso ya está en la Corte de La Haya, donde la presentación unilateral del Perú de acuerdo al Pacto de Bogotá será tratada, iniciándose a partir del 14 de marzo del presente año, teniendo Chile la posibilidad de hacer ver las excepciones preliminares tendientes a solicitar la incompetencia de la Corte o que se pronuncie sobre la inadmisibilidad de la demanda.

Me parece oportuno regresar a Kapuscinski cuando nos expresa que “si la vida pone en su camino a otro Otro-para él lo es- le resultarán fundamentales tres rasgos suyos: raza, nacionalidad y religión”. Lo interesante de esto en que los tres rasgos tienen en común una alta carga emocional, lo cual hace bastante probable que se materialice en un conflicto.

Similar planteamiento podemos encontrar si consideramos un artículo del académico de la Universidad Católica del Norte José A. González P. titulado “La Frontera Chileno-Boliviana un breve análisis hacia la integración”, en el que propone en líneas gruesas como perspectivas de integración latinoamericana tres posturas existenciales, que deben sopesarse por los habitantes del continente: lo americanista, lo cristiano y nacional, las cuales nos son aspectos que cruzan transversalmente nuestras identidades nacionales. Destaca la opinión de Ex- mandatario colombiano Belisario Betancourt al expresar que: “Por eso todos los pasos de integración y cooperación fronteriza deben devolver a sus condiciones naturales las relaciones económicas y sociales artificialmente rotas por las fronteras políticas”. Lo importante es visualizar el espacio de frontera no sólo desde la perspectiva política, sino de una postura de frontera plural, como ha sido reparado por Rolando Mellafe, a la existencia de múltiples fronteras, las demográficas, las económicas, las culturales, etc.

Quizás en este tema haya que recordar las ideas de identidad desarrolladas por Habermas, respecto a conocer las razones que promovieron la superación del concepto de nacionalidad por parte de los pueblos europeos para pasar a uno de postnacionalismo, de sobre manera por la evolución de los países beligerantes tras la segunda Guerra Mundial, al generar un sentido de integración lo que relativizó sus propias existencias por atender a pretensiones legítimas de las demás formas de vida, reconociendo derechos y deberes comunes ante los Otros, lo cual nos lleva a lo que se podría denominar como una tendencia al universalismo. Con este ejemplo, no me cabe duda, que los países sudamericanos deberán cada uno de acuerdo con sus raíces históricas superar sus patriotismos constitucionales, para transitar hacia la conversión de sociedades con identidades postnacionales, que permitan la integración sudamericana.

Es así que cada nación sudamericana deberá enfrentar al interior de ella, para decidir cuales tradiciones mantener y cuales abandonar por su anacronismo. Huelga a ello es que considerando las ideas de Hegel es menester que tales decisiones sean lideradas considerando el “espíritus de los pueblos”, por aquellos que responden a la actuación de la parte políticamente pensante de una nación, lo cual un pueblo como un todo no puede decidir ni hacer.

Unos países mas que otros tendrán que resolver internamente en sus comunidades enfrentadas, considerando su sentido, su valor y su verdad en un mundo que demanda nuevas formas de convivencia. Los estados están siendo superados por los intereses de comunidades, terreno geopolítico al cual nos ha llevado lo que conocemos con el nombre de globalización. Ciertamente se me podría cuestionar el uso del término “comunidad” por su carga emocional que la hace relacionarse con el decaído comunismo soviético, sólo diré que tal acepción no está en nada relacionada con tal aspecto, en realidad apunta hacia lo común o al estar en sí mismo, en definitiva me hago un deber confesar que en estas líneas, mi idea de “comunidad enfrentada” corresponde a la conceptualización dada por Jean-Luc Nancy.

Para superar los conflictos históricos que permanecen en nuestras memorias emocionales como demandas vivas de nuestros muertos, y que ciertamente no son posible de reparar justificándose con las razones de aquellas batallas y combates, en las cuales sacrificaron sus vidas nuestros connacionales heroicamente. No obstante, si podemos proveer las fuerzas débiles de un recuerdo expiatorio. Aquí me parece importante el destacar la posesión de Lévinas respecto al Otro, en que no sólo debemos colocarnos en un nivel de igualdad y con el cual debemos mantener un diálogo, sino que se tiene la obligación de “ser responsable de él”. Esta actitud dialoguista hacia lo Otro se vierte en una postura abierta de acercamiento y buena disposición, siendo posible que seamos discípulos del Otro pues este estaría mas cerca de Dios que nosotros.

Enseñar la historia de nuestros países considerando una visión unilateral sobre un conflicto del pasado, no contribuye al reconocimiento del Otro, nos hace irresponsable ante el Otro y todos los Otros que vendrán, y preguntarán por las razones de sus antepasados para no haberse dado el espacio de diálogo necesario para coexistir con el Otro. Nunca es tarde para comenzar la tarea para escribir una historia que demuestre que la guerra es el peor camino para solucionar las controversias. Definitivamente las palabras de Gabriela Mistral seguirán resonando en nuestra menesterosa convivencia: “Que hermano no ha peleado con su hermano”.

Finalmente espero que seremos capaces de superar nuestros chauvinismo, que nos impide mostrar a las futuras generaciones una historia que se ajuste a las palabras de Joseph Conrad: “ Habla de nuestra capacidad de alegría y admiración dirígese al sentimiento de misterio que rodea nuestras vidas, a nuestro sentido de la piedad, de la belleza y del dolor, al sentimiento que nos vincula con toda la creación; y a la convicción sutil, pero invencible, de la solidaridad que une la soledad de innumerables corazones: a esa solidaridad en los sueños, en el placer, en la tristeza, en los anhelos, en las ilusiones, en la esperanza y el temor, que relaciona cada hombre con su prójimo mancomuna toda la humanidad, los muertos con los vivos, y los vivos con aquellos que aún han de nacer”

No comments: