"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, November 05, 2006


El Conde de Keyserling: El sentido de los tiempos
Francisco de la Fuente V.

Nos visitó hacia el año 1929 este aristócrata y filósofo de origen alemán, siendo parte de esa pléyade del pensamiento de su época compartida con Ortega y Gasset, Shaw, Freud, Scheller y otros. En su paso por Sudamérica permitió que los vanidosos europeos conocieran un continente, que no correspondía a indios con características de animales e ignorantes, que lejos de eso eran pueblos que podían crear filosofía desde su propia cultura.

Particularmente llegue a conocer a este filósofo por mi interés en la literatura, al ser nombrados por Joaquín Edwards Bello y Victoria Ocampo, y específicamente por el manejo de los conceptos de racionalidad y emocionalidad de Keyserling.

Para K es el hombre un ser espiritual que encuentra su real sentido a través del avance científico /tecnológico a partir del cual construye su felicidad en perfecta libertad de espíritu. En K hay una gran responsabilidad social de los profesionales y científicos que deben esforzarse para dar sentido a los fenómenos que acompañan el quehacer humano, y que conducirán a los pueblos por la senda del progreso.

K no nos permite ser pesimista con el futuro de la humanidad, pues no hay decadencia humana biológica degenerativa , ni existe un estancamiento del mundo que vivimos. Entendiendo que la mayor parte de las ideas contemporáneas emergieron del siglo XVIII, las cuales entregaron las bases para el posterior desarrollo de la “razón científica” que permitió proyectar el mundo actual, dominando la naturaleza y así ejerciendo el cumplimiento bíblico que el hombre sería amo y señor de la creación.

Sin embargo dentro de la multiplicidad de problemáticas que nos ha traído este derrotero, K no ha sobrevivido para ver que el ser humano no ha podido alcanzar el añorado bienestar colectivo; siguiendo el paradigma del “progreso”, que ha dejado al borde del camino a muchos seres sumidos en la pobreza, impedidos de acceder al bienestar del denominado progreso científico y tecnológico. Nótese que no he incluido los incontables hechos bélicos sostenidos en dicho progreso.

Pero el optimismo de K lo hace cometer algunos errores más en su visión de futuro al señalar que los norteamericanos serán felices, tras lograr su bienestar material; craso error, al menos de mi percepción ya que no observo actualmente en los Yanki una felicidad espiritual. Aunque no puedo dejar de tener cierta simpatía hacia el optimismo de K, cuando asegura que una vez que el siglo XX supere sus guerras y demases, conquistado el mundo material, vendrán tiempos en que el hombre centre su quehacer en lo espiritual y sus fines, lo cual le dará sentido a la vida, como único derrotero posible para lograr la felicidad humana.

Me nacen unos deseos incontrolables de preguntarle a K , sobre cual sería su pensamiento hoy al sentarse en una banca de un mall, particularmente a la hora de las ofertas. Quizás diría que aún no superamos la conquista del mundo material o cambiaría su concepto de felicidad, al observar los rostros de esos “seres de consumo” en que nos hemos convertido, llevando al límite las tarjetas de compras.

Un aspecto interesante en el planteamiento de K es el nivel de religiosidad y el desarrollo de la metafísica, lo cual es directamente proporcional al desarrollo espiritual en un tiempo histórico. Particularmente es el caso del siglo XIX y XX que no se destacan por su preocupación en haber alcanzado un nivel ni siquiera mediano en estas áreas. Para K este se debe a que el hombre desde una perspectiva geológica es ahora más fuerte que hace 2500 años atrás, no es el ser débil de los griegos o con el cual se desarrollo el cristianismo, pues eran menesterosos de la gracia de Dios, muy por el contrario hoy hay una situación paradigmática en la cual el ser humano es amo y señor, dueño de su hora, donde los otros se mueren.

Antes un mito era una explicación en la “sin razón”, muy satisfactoria, hoy se cuestiona como sino correspondiera a una verdad, aquí ha operado la “Rueda de Sesostris” donde las ciencias han ocupado el lugar de las religiones, aspecto que es extensivo al desarrollo escuálido de la metafísica en el siglo pasado. Nada más representativo que el ejemplo de K cuando comenta un cuadro de una iglesia bizantina, donde los iconos corresponden a generadores eléctricos, máquinas, ascensores, etc. Cabe preguntarse ¿Cuántas veces hemos confiado más en un ascensor que en Dios? Quizás sin darnos cuenta adoramos más al Dios Ganeshan.

En resumen, desde la perspectiva del siglo que le toco vivir K tiene fe en el futuro, siendo realista al señalar que la posesión espiritual de “la inmensa mayoría de los humanos, es tan falsa como es justa su posesión material”, pues no se sostiene que el hombre es feliz si cuenta sólo con las cosas materiales. Por ello K nos propone superar esta idea restaurando lo espiritual por sobre las bases materiales.

Lo paradójico que para restaurar lo espiritual necesitamos usar nuestra razón con inteligencia, teniendo en cuenta que el progreso exterior es limitado, a diferencia de la posibilidad del progreso interior que es ilimitado . Quizás se cumpla el deseo de K, que tengamos una era del “Espíritu Santo”.

No comments: