"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Monday, August 24, 2020

Malditos poetas franceses

 Mientras recordaba un verso de Alejandra Pizarnik: ”no abandone el vacío y el desierto, vivo en el peligro”..., quien vivió en París como varios poetas latinoamericanos, surgió desde lo más recóndito de mi memoria un grito de asombro reiterativo: ¡Malditos franceses! Por cierto, exclamación con un hondo sentido de admiración por la poesía gala. Tengase presente, la increíble cantidad de poetas alrededor del mundo, que aprendieron a descubrir su propia voz poética; como lo sostiene T.S. Eliot;  a través de la inspiración de los vates franceses.
 

Además de Pizarnik una pléyade de poetas sudamericanos orientaron sus pasos hacia la ciudad de las luces, como Cesar Vallejos, Vicente Huidobro y Pablo Neruda. De Vallejo se dispararon hacia mi memoria una metralla de palabras: Ausente, mañana, Misterio, inevitable cementerio las cuales dieron blanco frente al edificio Dakota en Nueva York.

Fue un día cercano a la navidad del 2015, caminaba junto a G por Central Park en la ciudad de Nueva York, era una hermosa mañana con un sol esplendoroso, el que no impedía que un viento frío penetrante calara nuestra estructura física,  atravesando las capas de ropas, que preventivamente habíamos decidido vestir y así capear los grados bajo cero que nos mostraba el termómetro. Más de una vez hemos comprobado que un sol radiante en estas circunstancias estivales no es garantía de protección de las bajas temperaturas climáticas.
 

Nos encaminamos hacia el edifico Dakota dónde años antes en un aciago día del mismo diciembre, un maldito asesino terminó con la vida de Lennon . Nuestra intención más que hacer presencia turística era rendir un homenaje espiritual, en el lugar en que el alma de John se disipó para siempre de este mundo. No traíamos “Un guardián entre el centeno”, ni los sones de la música de Lennon, sólo nuestro silencio respetuoso y sagrado, ante la insensatez de una vida desgarrada por la violencia, como en tantas otras ocasiones ha sucedido y que lamentablemente seguirá ocurriendo,  por más que John siga cantando: “Imagina a toda la gente / viviendo en paz”

Ahí frente al Dakota fue el momento en que los casquillos de aquellas palabras del Cholo Vallejos cruzaron mi mente, emulando los cinco disparos que sesgaron la vida de Lennon: Ausente! La mañana en que me vaya / más lejos de lo lejos, al Misterio,/ como siguiendo inevitable raya,/ tus pies resbalarán al cementerio.
 

Por cierto nuestra intención original era acercarnos hacia el monumento de Cristobal Colón en Central South Park, pretendiendo encontrar las huellas dejadas por Saint Exupéry hacia 1940, quien vivió y escribió El Principito, en un edificio del sector en que pernoctó por poco más de dos años antes de volver a Europa, para luego desaparecer aquel verano de 1944 en las aguas del mar mediterráneo.
 

Así tenemos que este aviador francés nos regaló esta maravillosa obra que ha sido de entretención y meditación profunda para millones de lectores alrededor del mundo. Aunque es difícil ubicar el lugar exacto en que la inspiración literaria de Saint Exupéry fecundó El Principito, el sólo hecho de detenerse en el sector y dejarse llevar por una de sus tantas frases célebres : “No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”, no deja de ser una oportunidad para reencontrarnos con el misterio de lo numinoso de las vivencias humanas.
 

De regreso al apartamento luego de satisfacer algunas necesidades consumistas en el Shoping de Columbus Circle, pasamos por algunos minutos a la librería Rizzoli Bookstore, en la cual adquirí una obra de Ezra Pound, quien tuvo la osadía de afirmar que la poesía inglesa era un plagio de la francesa. ¡Válgame Dios!

Seguiré leyendo a Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé: ¡Malditos poetas franceses!

Saturday, August 15, 2020

30 años de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae

  Hoy  15 de agosto se cumplen 30 años de la promulgación por el Papa Juan Pablo II de “La constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae”, la cual constituye el marco legislativo que regula la diversidad de actividades que relacionan el quehacer de colegios y universidades católicas.

En este contexto una docena de instituciones de educación superior católicas han publicado una carta, en la que refuerzan su compromiso de realizar todos los esfuerzos necesarios para constribuir en el desarrollo de una comunidad que comprenda “un espíritu de libertad, de caridad y de encuentro fecundo entre fe y cultura, que se caracterice por avanzar en calidad e inclusión, en el respeto recíproco, el diálogo constante y los derechos de cada uno de sus miembros”. [i]

Tal desafío constituye un compromiso que involucra sus proyectos educativos en la formación de personas, para una sociedad que demanda la integración del saber en un ámbito de diálogo con la cultura actual, que permita el encuentro con un ideario común. Reafirmar este compromiso en las actuales circunstancias sanitaria y política que vive el país, en la cual se hace necesario integrar un diálogo social con la cultura, donde la educación superior confesional, tiene un espacio histórico que da cuenta de la formación de un ser humano, que es capaz de interactuar con sus semejantes más allá de las diferencias ideológicas, en un plano vinculante que genere estos espacio de diálogo.

Escribir sobre la eterna problemática de la dualidad: razón y fe, no es algo que sea fácil soslayar porque como nos dice M. Zambrano “Lo que está en crisis es este nexo misterioso que une nuestro ser con la realidad, algo tan profundo y fundamental que es nuestro íntimo sustento”.[ii] Por 30 años la promulgación el Ex Corde Eclessiae ha orientado la misión institucional de las universidades católicas, dándoles una identidad propia, con la que promueven la vigencia  de una sociedad humanizadora desde la aportación de la fe cristiana. Al afirmar esto, no implica desconocer las dificultades que actualmente afectan el dar continuidad  a este mandato de defender lo humano y transmisión de la verdad, en la formación de los alumnos a través de la investigación y la docencia del saber para el bien común y futuro de la sociedad.

Esta constitución apostólica que hoy celebramos no esta exenta de una tradición histórica, de lo que se espera sean las funciones de una universidad desde la perspectiva de la fe cristiana. Entre ellas podemos recordar las apotaciones del Cardenal J.H. Newman[iii] respecto a su rechazo que las universidades buscaran reproducir profesionales arrogantes con impetu de superioridad, dedicados a ocupar cargos de poder sin tener presente lo humano, puesto que la educación es mucho más que la adquisición de conocimientos teóricos y habilidades prácticas, es decir lo esencial de la universidad es la enseñanza del conocimiento universal.

En definita Newman nos convida a entender la universidad como un lugar en que se pueda juzgar la realidad histórica teniendo presente los signos de los tiempos. Este replanteamiento del verdadero sentido que a de tener la formación de los estudiantes, está en las directrices que ofrece la Ex Corde Ecclesiae, en la busqueda de la verdad y hacer ciencia en el horizonte de la racionalidad; como lo señaló Benedicto XVI; sin dejar de tener presente las cuestiones fundamentales del pensamiento de lo humano: el vivir y morir, lo que sin dudas es inevitable.

Aunque sigo pensando que es un riesgo temerario aventurarse en un escenario futuro, estimo que cada vez será más necesario reflexionar sobre los cambios educativos y la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae será un marco que oriente a las universidades católicas. Temas que no podremos soslayar entre otros son el futuro de los lugares de trabajos de los profesionales -que no serán los mismos- y los aspectos éticos que demandan la docencia e investigación en la formación universitaria.

Es claro que este cambio ya se ha iniciado, en el cual uno de los factores que no estará ausente es el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Este hecho ha sido referido por Yuval Noah Harari al afirmar que el mercado laboral hacia el 2050 estará caracterizado por la cooperación humana y la Inteligencia Artificial. Aunque esta fecha pareciera estar muy lejana, el mismo autor afirma que “nadie puede saber con seguridad qué tipo de impacto tendrá el aprendizaje automático y la automatización en las diferentes profesiones del futuro, y es muy difícil evaluar el calendario de los acontecimientos relevantes, sobre todo porque dependen de tantas decisiones políticas y de tradiciones culturales como de descubrimientos tecnológicos”.[iv] No puedo ahondar más en esto, pero para esclarecer mi motivación de esta cita, el objetivo es que ustedes puedan dimensionar el cambio educativo que se nos viene y la necesidad de referentes orientadores como esta carta apostólica.

Quizás necesitemoa una hipótesis de trabajo como la ofrecida por el Papá Francisco: «Educar en la búsqueda de la verdad, por tanto, exige un esfuerzo de armonización entre contenidos, hábitos y valoraciones. [...] Para alcanzar tal armonía no bastan las informaciones o las explicaciones. [...] Hace falta ofrecer, mostrar una síntesis vital de las mismas”.[v] Así mismo quizás sea oportuno recordar lo que dijo el papa Benedicto XVI en la Universidad Católica Sagrado Corazón en Italia: “El futuro de la humanidad está en manos de aquellos que son capaces de transmitir a las generaciones de mañana razones de vida y de esperanza”.[vi]

Celebremos entonces estos 30 años de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae promulgada un día como hoy por el Papa Juan Pablo II, y en plena vigencia.



[ii] María Zambrano, Hacia un saber sobre el alma, Alianza, Madrid, 1993, p. 104.

[iii] John Henry Newman. La idea de una universidad. Ediciones UC, Lecturas escogidas. Santiago, Chile. 2016

[iv] Harari, Yuval Noah. 2018. 21 Lecciones para el Siglo XXI. Editorial Penguin Random House. Santiago, Chile. p.53.

[v] J.M. Bergoglio - Francesco, La bellezza educherà il mondo, Emi, Bologna 2014, p. 24

[vi] Benedicto XVI, Discurso citado en Carta Pastoral del Arzobispo de Antofagasta M.Ignacio Ducasse Medina: La ventana del Oriente. Jesucristo, nuestra esperanza. 2020.