Los ciudadanos
chilenos han asumido en sus marchas que la democracia representativa ni la
economía de mercado han dado respuestas satisfactorias a sus vidas, aspectos
que sí eran asumida como éxito por las élites favorecidas como lo son los
empresarios, políticos y los distintos gobiernos que se han sucedido desde la
vuelta de la democracia, definitivamente no hubo alegría ni ha habido chorreo para
un cambio en lo social.
Lo que hemos
tenido es una ¨rebelión del coro¨, en la cual han participado diversos sectores
de la sociedad – principalmente estudiantes secundarios a los cuales se fueron
adhiriendo sus familias, que decidieron que era la hora de decir “Basta”, al
sin fin de abusos que se han posesionado en nuestra sociedad. Esto se ha
agravado porque las instituciones que resguardan el estado de derecho no han
cumplido con las reparaciones justas ante dichos abusos.
Las autoridades
representativas del país y en particular el gobierno actual no ha
comprendido que estas manifestaciones no son de los estudiantes, aunque sea la
juventud la que participa en su gran mayoría, sino que corresponden a grupos
sociales tan diversos que superan los espectros de izquierda y derecha, en la
cual dichas autoridades les acomoda entretenerse, manteniendo rencillas y
descalificaciones que soslayan los problemas de fondo que el movimiento social
demanda día a día.
Chile necesita un
presidente que retome un camino de liderazgo, considerando que este movimiento
social llama a reflexionar sobre cambios políticos, ante una cuestionada
economía neoliberal que más allá de la mejora de indicadores, como la pobreza,
tiene agobiado a los chilenos por la privatización de los servicios básicos
(agua y luz), donde el cobre y ahora el litio, no es para todos los chilenos,
en que la salud, la educación y las pensiones auguran un futuro incierto,
cuestionamiento social que se ha evidenciado en cada uno de los carteles y
estruendoso caceroleos a lo largo del país.
Si definimos un
movimiento social como “un conflicto entre grupos sociales, pero que va más
allá de una lucha de intereses y pone en tela de juicio un sistema de poder. Lo
que también supone una referencia positiva a las orientaciones culturales de
una sociedad”. Podemos darnos cuenta lo extraño que parece ser que personeros
de gobierno y varios parlamentarios obvien que este movimiento social en Chile
es contrario y una rebelión hacia ellos.
Tourraine propuso que los movimientos sociales
se articulaban en torno a tres principios: Identidad (que se construye por los
integrantes del movimiento), oposición (que define sus oponentes; de aquí la
extrañeza de lo anterior) y principio de totalidad (que busca una transformación
global que articula al movimiento). Además, es imprescindible que las personas
se sientan agraviadas por una situación determinada y crean que la acción
colectiva pueda contribuir a solucionar esta situación.
En términos globales
este movimiento social no tiene un claro liderazgo, más allá de la transformación
estructural que demanda del actual modelo económico y de la necesidad de darse
una nueva constitución política, siendo este un movimiento que está en un
proceso de construir su “creencia colectiva”; con la cual construir una
identidad; lo que por momento preocupa es quienes tomarán la representatividad y
serán validados como interlocutores de sus interpretaciones, atribuciones y
construcción social. Es una primera gran pregunta.
La otra gran
pregunta es si podrá el presidente y sus ministros, como así mismo los
parlamentarios del congreso asumir las demandas sociales que este movimiento
social exige, cuando ellos mismos son quienes han creado el problema o más
finamente son parte de él. Hace unos días por esta misma vía abogué por la
importancia de alcanzar el orden y de que las instituciones del Estado funcionen,
hoy luego de la lectura de la -Carta abierta a los miembros del Congreso
Nacional y el Presidente de la República- del Ex Senador Carlos Cantero Ojeda, en la
cual plantea esta disyuntiva solicitándole explícitamente que: “En esta difícil
hora que vive Chile, me dirijo respetuosamente a S.E. el Presidente de la
República y los Honorables miembros del Congreso Nacional, para señalar que, en
defensa de los valores de la democracia representativa, es imperiosa la
necesidad de convocar a elecciones de Presidente y Parlamentarios”.
Por consiguiente,
tiendo a pensar que en la importancia de cuidar la democracia representativa, es
razonable pensar que esta es una tarea que no puede hacerse con la
credibilidad y representatividad de los actuales parlamentarios y de gobierno.
Quizás la
propuesta del Ex Senador Cantero sea necesaria de considerarse, aprovechando
este momento de crisis, buscando un encuentro que de “legitimidad,
representatividad y paz social”, pues concuerdo que “los problemas de la
democracia se solucionan con más democracia”.
Bibliografía
- Garcés, M. 2012.
El despertar de la sociedad. LOM ediciones. Santiago, Chile
- Tourraine, A.
1997. De la mañana de los regímenes nacional populares a la víspera de los
movimientos sociales. XX Congreso Internacional de LASA
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