"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Friday, March 30, 2018

Breve reflexión de Semana Santa sobre la muerte o quizás la vida


En estos días de Semana Santa me pregunto sobre el sentido de la muerte, si es posible otra vida. O quizás debiera cambiar la pregunta sobre la vida, no lo se. Y como dicen los versos de Heine: Y seguimos preguntando / una y otra vez / hasta que un puñado de tierra / nos calle la boca… Pero, acaso esto es una respuesta  para concluir definitivamente con el continuo no saber (ignorabimus).

Aunque el cristianismo no puede dar una respuesta definitiva si alimenta la esperanza desbordante a través de los siglos, con su promesa histórica que no sólo hay salvación sino que hay otra vida más allá de esta vida. No encuentro una oportunidad distinta para aquellos que han dejado la vida luego de sufrimientos y dolores sin haber encontrado un espacio terrenal de felicidad. Metz nos lo recuerda en las palabras de E. Wiesel al referirse al holocausto “Auschwitz jamás se puede comprender con Dios; Auschwitz no se puede comprender sin Dios”. Por cierto, ellos necesitan más que varios de nosotros de la justicia divina de un más allá.

Si el Jesús histórico clamó en su debilidad ante el Padre por su sentimiento de abandono, lo que es un halo esperanzador para al menos no negarse a este crucial compromiso cristiano con la promesa de otra vida. Cabe reflexionar mejor este hecho deteniéndonos un momento en las palabras de Pascal, cuando nos afirma que es “incomprensible que exista Dios, e incomprensible que no exista”, y luego continuar con las palabras de Unamuno “un miseré, cantado en común, por una muchedumbre, azotada del destino, vale tanto como una filosofía”.  
folleto Iglesia San Carlo al Corso, Roma

Quizás lo que debamos aprender a esperar como nos sugirió E. Bloch, quien paradojalmente era ateo y marxista, escribió su obra monumental bajo el título: “El Principio de la Esperanza”, donde está enfrenta su límite: la muerte. Bloch ante la partida prematura de su mujer, definió la muerte como el hacha de la nada que se devora toda teleología, por cuanto para él la esperanza del hombre está en la vida , en la experiencia que ella nos da en la tierra, en palabras tiernas la esperanza puede encontrarse por ejemplo en la voz de Amira Willighagen o en la sonrisa de un bebé humano. No hay adventus en esta mirada escatológica porque la resurrección está ausente.

Nada más contrario a lo que esta semana medita el mundo cristiano, donde la resurrección es el centro de su mensaje esperanzador y salvífico, pues ella nos libera del miedo al vacío existencial (horror vacui), quizás sea este el momento de asumir como punto de partida  al gran protagonista  del mundo cristiano: Jesús de Nazaret, como hecho histórico y divino siguiendo las recomendaciones de H. Kung, por sobre todo hoy que vivimos la vorágine de la modernidad.

Que la paz sea con ustedes….

Bibliografía: 
 
Metz, J.B. 1996. E. Wiesel, esperar a pesar de todo. Ed. Trtta, Madrid, España p. 99
Pascal, B. 1967. Pensamientos: fragmento 130. Ed. Austral. Madrid, España
Unamuno, M. de. 1950. Obras Completas: Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos, Ensayos. Ed. Afrodisio Aguado S.A. Madrid, España. Tomo IV p. 474
Bloch, E. 2007. El Principio de la Esperanza. Ed. Trotta, Madrid, España.

Kung, H. 2012. Ser Cristiano. Ed Trotta, Madrid, España

Sunday, March 11, 2018

Mensaje en palabras simples

Hace unos días hemos comenzado las actividades académicas universitarias, luego de un descanso vacacional necesario. Así mismo, ha quedado atrás la visita del Papa Francisco por lo que quizás sea oportuno hacer una pequeña reflexión de las implicancias que ello podría o debiera tener en este año que se inicia. 

Por cierto, el ethos que cada uno anima en su quehacer universitario no nos impide realizar esta reflexión de la visita papal del pasado mes de enero a nuestro país, aunque me hago el deber de explicitar que mi propósito está mirado desde mi lugar de trabajo. Es interesante la importancia que el Papa Francisco le asigna a la capacidad de escuchar que debe tener una comunidad, lo que no es solamente una obligación ineluctable de sus autoridades, sino que ello alcanza a cada una de las personas que son parte de la comunidad universitaria, partiendo de reconocer que no vivimos un mundo ideal, sino que hay una realidad que nos interpela con sus problemas académicos inherentes a los propósitos educacionales de la institución. 

En este punto es posible que tomemos las palabras del Papa en su discurso en el Centro Penitenciario Femenino de Santiago, cuando nos invita a "dejar la lógica simplista de dividir la realidad en buenos y malos, para ingresar en esa otra dinámica de asumir la fragilidad, …". Los académicos no somos superiores a otros por nuestras experticias, especialidades y grados. Antes que esto somos personas que nos relacionamos con personas de otros estamentos; como el de apoyo a la docencia y de estudiantes; y en esto se nos recuerda las palabras del Padre Hurtado: "Esta bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien", es por ello, que debemos procurar conferir dignidad a nuestras relaciones con los demás. 

Ante lo anterior, se nos llama a evitar dejarse llevar por actitudes de escapatoria o como las menciona el Papa de resignación, para no hacer nada, encerrándonos en las oficinas en nuestros intereses individualistas. Si queremos vivir un mundo ideal solo nos acercaremos a él, si somos capaces de comprometer nuestro quehacer con la realidad, ensuciarnos las manos y trabajar en cumplir los propósitos que derivan de la misión de la universidad, en palabras del Papa Francisco en ser protagonistas, lo que traducido para nosotros implica hacernos cargo de contribuir al éxito de los sueños de quienes son parte de nuestra comunidad universitaria. 

Prepararse para la venida del Papa Francisco era una primera etapa ya superada, sigue una etapa de llevar el mensaje a nuestra realidad, rescatar su orientación que sea significativa para todos y de todos, en colaboración fraterna en la humildad de reconocer nuestros límites y fragilidad como él nos ha recomendado. Lo anterior no nos impide asumir la frase del Padre Hurtado: "Mirar en grande, querer en grande, pensar en grande, realizar en grande"2

Bibliografía:
1. Discursos del Papa Francisco en su visita papal Enero 2018.
2.- Fernández, S. 2004. Un fuego que enciende otros fuegos. Ediciones PUC. Santiago. p 91