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Séneca

Monday, October 09, 2017

Mirada Académica de la visita del Papa Francisco


Han transcurrido tres décadas de que nos visitó por primera vez un Sumo Pontífice, Juan Pablo II en un contexto social y político muy distinto al que encontrará el Papa Francisco, aunque no implica la ausencia de problemáticas que enfrenta nuestro país y que sin dudas no le deben ser desconocidas al actual Papa de la Iglesia Católica.

Más allá de ser un hecho histórico para nuestra nación la visita papal, ella genera en sí una ineluctable oportunidad para la reflexión ética y moral que nos dona su autoridad, la que se hace concreta por las actuaciones y gestos que han marcado hasta ahora su pontificado, anunciando la Buena Nueva del Evangelio con un lenguaje sencillo y cercano, que da acogida a los necesitados en la Fe y lo social.

Un acercamiento al Papa Francisco

Quizás sea importante recordar aspectos de la formación teológica del actual Papa, explicitando que no estuvo ausente de las problemáticas planteadas  por Gutierrez y Boff en relación a la Teología de la Liberación, aunque con seguridad prefería seguir un derrotero más cercano a las ideas de Lucio Gera, su amigo personal que no aceptaba el enfoque sociológico  de ellos. Particularmente el Cardenal Bergoglio alimento una particular amistad con el filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré, reconociendo en su oportunidad que este nos ha ayudado a pensar, y por cierto Methol Ferré era un laico que participó en CELAM, como en otras instituciones afines, lo cual le permitió ser una autoridad para quienes buscan conocer el desarrollo histórico de la misión fundamental de la Iglesia en Latinoamérica.

En mi opinión autodidacta informada y posiblemente no autorizada, la elección del Cardenal argentino Jorge Luis Bergoglio tiene entre la multiplicidad de hechos que la sustentan por los participantes del conclave, por un lado su activa participación en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida (Brasil, 2007) y, por otro  que la Iglesia Latinoamericana avanzó desde una “Iglesia reflejo” a una “Iglesia fuente”[1], lo cual evidencia la madurez para relumbrar e iluminar otras iglesias[2], como la romana. Reconociendo que sin Juan XXIII, y por consiguiente sin Vaticano II, Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, las dificultades de tener un Papa de origen latinoamericano sería muy poco posible.

Por cierto que la visita del Papa Francisco conlleva varios desafíos trazados por la Conferencia Episcopal y la Comisión Organizadora, que den pertinencia al lema de la visita: “Mi paz les doy”, lo cual estaría en concordancia con las palabras de Jesús en la Última Cena: “revelándoles que no son los esfuerzos del mundo únicamente los que logran la paz del corazón y en la sociedad, sino que la paz es un regalo que procede del mismo Dios”. Teniendo presente esto, es que me aventuro a comentar dos posibles desafíos desde la academia que sería oportuno reflexionar ante esta visita papal, y me refiero primeramente a la universidad desde su catolicidad  y al trabajo desde el contexto sindical.

Universidad desde su catolicidad

Comprendemos que la universidad es un tiempo y espacio en el cual se ejecutan un compendio incesante de actividades, cuyos objetivos superiores están en lo primordial orientados hacia las necesidades de la sociedad en su conjunto.  Es así como la Iglesia ha participado decisivamente en el nacimiento de las universidades , en la invención misma de estos lugares de estudio y de investigación, consagrados a reunir y extender el conocimiento del universo.

La universidad es una originalidad histórica cristiana que ha permitido caminar por el sendero del conocimiento teniendo presente la historia de la humanidad y el fundamento de la vida humana. Por ello es válido preguntarse si las palabras del Cardenal Ratzinger son un juicio asertivo cuando expresa que “el actual mundo intelectual y académico es un contexto donde la fe cristiana encuentra mucha resistencia; aunque la inteligencia intelectual haya nacido de la fe”, y señala a continuación que “la fe vivida en el mundo intelectual, cultural, universitario de hoy es una de las contribuciones que me parecen más importantes e interesantes para la Iglesia Universal”[3].

El Papa Francisco ha destacado el valor del diálogo en la educación considerando que con frecuencia en las universidades católicas encontramos muchos estudiantes no cristianos e incluso no creyentes, donde sus proyectos educativos se orientan hacia el “desarrollo integral de la persona y responde al derecho de todos a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero de igual modo están llamadas a ofrecer a todos, con pleno respeto de la libertad de cada uno y de los métodos propios del ambiente escolástico, la propuesta cristiana”[4], en estas palabras el Papa nos muestra el camino inclusivo para entender la universidad, como el ámbito donde se gesta y se formaliza el proceso contemporáneo de construcción de conocimientos , siendo la institución universitaria el punto neurálgico del cual surja  la sociedad del conocimiento.

No me cabe dudas que los medios de comunicación  son esenciales hoy en día, no puede obviarse su importancia si se quiere comunicar un mensaje, pero para ello me parece fundamental que la universidad sea un espacio de oportunidades, para que quienes son parte estable o circunstancial se alimenten de conocimientos y con una formación de persona culta que lo  identifique como un sujeto pensante, especialmente a las nuevas generaciones.  Es así  que el Papa Francisco nos llama a tener presente “la preparación cualificada de los formadores”, pues “hoy la educación se dirige a una generación que cambia y, por tanto, todo educador —y toda la Iglesia que es madre educadora— está llamado a cambiar, en el sentido de saber comunicarse con los jóvenes que tiene delante”[5].


El Papa Francisco  ha manifestado  a las instituciones educativas, o sea, las universidades católicas, en el contexto del 50º aniversario de la declaración conciliar, el 25º de la Ex corde Ecclesiae y la actualización de la Sapientia christiana, con las cuales se orienten a “reflexionar seriamente sobre las numerosas instituciones formativas esparcidas por todo el mundo y sobre su responsabilidad de expresar una presencia viva del Evangelio en el campo de la educación, de la ciencia y de la cultura. Es preciso que las instituciones académicas católicas no se aíslen del mundo, sino que entren con valentía en el areópago de las culturas actuales y dialoguen, conscientes del don que tienen para ofrecer a todos”.

De aquí la instancia que nos ofrece esta visita papal en el sentido de reflexionar sobre el nivel de compromiso en relación a las orientaciones que orientan el quehacer universitario y la concordancia con su visión y misión.

Trabajo desde el contexto sindical.

Para la Iglesia existe un primado del trabajo, una dignidad del trabajo bien hecho, una exigencia de reconocimiento del trabajo justo que, como lo reivindica en su oportunidad el Cardenal Ratzinger “una verdadera civilización del trabajo”, dónde la persona del trabajador es considerado “principio, sujeto y de la actividad laboral”[6], lo cual es imprescindible que los intereses de las instituciones y de los propios trabajadores se den en un marco de diálogo constructivo, alejado de conflictos que limitan las aspiraciones socioeconómicas legítimas.

Para el Papa Francisco “el trabajo es una forma de amor cívico, no es un amor romántico ni siempre intencional, pero es un amor verdadero, auténtico, que nos hace vivir y saca adelante el mundo”[7]. Para él no debe separase el trabajo de la persona porque olvidar las personas este termina por convertirse en algo inhumano, y nos recuerda que la persona del trabajador florece en el trabajo. El Sumo Pontífice reafirma que los hombres y mujeres no solamente deben trabajar sino que también deben disfrutar de una “saludable cultura del descanso”, lo que no significa pereza sino que es “una necesidad humana”[8].

Papa Francisco ha dicho claramente que los sindicatos laborales tienen el deber de cautelar la dignidad del trabajo y los derechos de sus trabajadores, para dar cumplimiento a su rol esencial en la sociedad,  “no hay una buena sociedad sin un buen sindicato y no hay un buen sindicato que no renazca todos los días en las periferias, que no transforme las piedras descartadas por la economía en piedras angulares”[9].

Un aspecto importante que el Papa Francisco no excluye una ciudad sin conflictos para él es natural que coexistan, lo que no es algo negativo sino una oportunidad para el diálogo, del cual es posible pergeñar las diferencias y las alternativas de lo que se puede o no, en el interés del bien común.[10]

El Papa previene el peligro que corren los sindicatos de perder su “naturaleza profética” cuando se asemejan a las instituciones que deberían criticar, él dijo. “El sindicato, con el pasar del tiempo, ha acabado por parecerse demasiado a la política, o mejor dicho, a los partidos políticos, a su lenguaje, a su estilo”. Para el Papa lo profético es la verdadera vocación de lo sindical, pues es la voz de los sin voz y denuncian la vulnerabilidad de los derechos de los trabajadores. Otro aspecto es la innovación que deben asumir los sindicatos  que para el Papa se manifiesta en la importancia de la inclusión, pues “no hay justicia juntos si no es junto con los excluidos de hoy”, y en este sentido también tienen que defender los derechos de los que están “fuera de las murallas”,  en particular de aquellos que están jubilados y excluidos “que también están excluidos de los derechos y de la democracia”[11].

A su vez señaló  que “El capitalismo de nuestro tiempo no comprende el valor del sindicato, porque se ha olvidado de la naturaleza social de la economía, de la empresa. Este es uno de los pecados más graves”. “La economía se ha olvidado de la naturaleza social de su vocación, de la naturaleza social de la empresa, de  la vida,  de los lazos, de los  pactos. Pero tal vez nuestra sociedad no entiende al sindicato porque  no lo ve luchar  lo suficiente en los lugares de los "derechos del todavía no",  en las periferias existenciales, entre los descartados del trabajo”[12].

Entendemos que el Papa Francisco no busca repudiar el mercado, sino que su preocupación está orientada a prevenir su imperio absoluto, obviando que por sobre el mercado están las personas y el bien común. Confirmemos que no es baladí cuando Habermas[13] nos dice que “los mercados y el poder administrativo expulsan cada vez más ámbitos de la vida de la solidaridad social”, de cierta manera nos  está llamando a tener en cuenta la problemática que impide en Latinoamérica hacer realidad el mensaje imperativo de la Iglesia con la opción preferencial por los pobres.

Conclusión

Teniendo presente la misión de la Universidad Católica del Norte  que se enmarca desde los principios del Humanismo Cristiano, buscando contribuir al desarrollo de la persona, de la sociedad en el contexto cultural y territorial del Norte de Chile,  y con la responsabilidad de crear y difundir  sus conocimientos a través de la docencia, la investigación y la vinculación con el medio, es que la visita del Papa Francisco en enero próximo es un escenario propicio para reflexionar la misión de la universidad, considerando especialmente el marco valórico declarado de Libertad, Verdad y Justicia.

Bibliografía:

[1] Henrique C., Lima Vaz. Escritos de Filosofía VII. Raíces de modernidad. Sao Paulo, Loyola. 2002

[2] Metalli, A. El Papa y el filósofo. Ediciones Universidad Católica. 2015. Santiago, Chile, p.21

[3] Ratzinger, J. Un nouvo inizio che apre le porte al futuro. Tracce, año XXXI, Nº 9, octubre, 2004.


[5] Ídem. Libreria Editrice Vaticana …

[6] Congregación para la Doctrina de la Fe. Istruzione su alcuni aspetti della Teología della Liberazione (Libertatis nuntius). Roma marzo, 22. 1986

[7] Audiencia a los delegados de la Confederación Italiana del Sindicato de Trabajadores (CISL), 28.06.2017: https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/06/28/cisl.html

[8] Ídem. Audiencia a los delegados ….

[9] Ídem. Audiencia a los delegados ….

[10] https://www.mensaje.cl/edicion-impresa/mensaje-663/entrevista-a-jose-luis-narvaja-bergoglio-s-j-francisco-el-politico/

[11] Ídem. Audiencia a los delegados ….

[12] Ídem. Audiencia a los delegados ….


[13] Ratzinger y Habermas. Diálogo entre la razón y la fe. Academia Católica de Munich. 2004