"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, November 22, 2015

Comentario sobre fragmento de libro de Zizek


Primeramente señalar que inicio este artículo en respuesta a un par de solicitudes de colegas y amigos que han considerado necesario saber mi opinión respecto de un artículo de Slavoj Zizek, editado en El Mostrador el pasado 18 de noviembre del año en curso[1],  agradezco la confianza intelectual depositada en mi y espero responder a sus expectativas.
En primera instancia quisiera hacer saber que conocí personalmente a Zizek en la ciudad de Buenos Aires varios años atrás, también he leído algunos de sus libros. Quizás sea necesario decir que el tiene una orientación marxista; aunque en ningún caso leninista, lo que de alguna manera le da un valor cultural a la crítica que propone.
Es menester a su vez aclarar que las acciones terroristas acaecidas en Francia y en otras latitudes del mundo, pueden analizarse siguiendo las ideas de Nietzsche y continuadas por Heidegger como hechos, en lo que cabe considerar que “los hechos son interpretaciones” e incluso esta misma afirmación también lo es. En cualquier formalidad estimo que los actos violentos con resultados de muertes inocentes, sean perpetrados por terroristas u otro tipo de instituciones, no tienen para mi ninguna justificación, huelga repetirlo ninguna. Eso sí, esto no implica que la falta de justificación determine que pretendamos negar la  identificación de las causas que provocan estos actos de barbarie.
En lo referente al ataque a Charlie Hebdo hay muchas personas que han expresado “ser Charlie Hebdo”, en lo personal no propondré en mi vida ser “Charlie Hebdo”, porque siempre he procurado respetar a mis semejantes, y en ello incluyo sus ideas y símbolos de cualquier naturaleza. De más esta decir que no por ello voy a aceptar los asesinatos de estos periodistas que viven de la sátira religiosa.
En mi país, hemos tenido un dictador acompañados de civiles y militares que sufrió un atentado; del cual salvo ileso, a su vez un Senador de la República que no tuvo similar suerte, como tampoco la tuvieron los degollamientos de tres profesionales por organismos represivos del Estado o el asesinato de un connotado dirigente de los trabajadores. Aunque podemos interpretar las causas por las cuales se llegó a esos hechos, las pérdidas de vida que conllevaron no tendrán jamás para mi una justificación.
En los extractos del libro "Islam y Modernidad"  Slavoj Zizek con su lenguaje  dialéctico nos hace ver un mundo que se divide entre “liberales anémicos” y “fundamentalistas apasionados”,  por supuesto que su análisis se posesiona desde una perspectiva euro-civilizada que muestra que los buenos son aquellos que cubren su ADN con la perspectiva occidental.
Estimado lectores, la maldad humana puede carecer de limitaciones, especialmente cuando ella no nos provoca remordimiento siendo incapaces de misericordia, como cuando actuamos sin el coraje  necesario para escuchar al otro, privilegiando ante todo nuestra facultad de juzgar. Quienes cometen estos actos tan atroces ni sienten ese remordimiento y sin dudas olvidan con facilidad y prontitud los actos que realizan, no son responsables de discernir el bien del mal, o mejor lo justo de lo injusto.
En el sentido anterior quizás sea oportuno recordar a Hannah Arendt, en la capacidad ética de juzgar de los seres humanos, la que se ventilaría en dos cuestiones: primera, ¿cómo puedo yo distinguir lo que está bien de lo que está mal, si la mayoría o la totalidad de quienes me rodean han prejuzgado ya el asunto? ¿Quién soy yo para juzgar? Segunda, ¿hasta qué punto, si cabe, podemos nosotros juzgar acontecimientos o sucesos pasados en los que no estuvimos presentes?[2] . Y a continuación no será una actitud arrogante de juzgar hechos como si en ello no hubiera una interpretación propia, “donde alguien delibera, hay un alma que fluctúa entre voluntades opuestas” como lo explicaba San Agustín en las Confesiones[3], teniendo presente que “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero “ [4].
Cuando pienso en Zizek se me viene a la memoria la denuncia de Levinas sobre la confusión heideggeriana, que identifica el mundo con lo sagrado, pensar que el mundo es el origen de lo sagrado es llevar a la filosofía a un nivel antirreligioso, en que lo sagrado no tiene que ver con el “otro”, cuando se asume esta actitud de un otro que no comparte el misterio de lo sagrado, se queda a un paso de la justificación de eliminarlo, lo que en palabras de Levinas determina ”el origen de toda crueldad con los hombres”.
Que proponga la cuestión de la diferencia entre un hecho y su interpretación, es porque no me siento cómodo con las informaciones, ni en particular con los ensayos de algunos intelectuales con los cuales discrepo sobre sus paradigmas. En lo principal lo que me separa de ellos son las cuestiones nouménicas, es decir lo que involucra a la ética, los valores, el modo convivir con el cual organizo mi vida y el sentido escatológico de ella.
No pienso que un análisis de la personalidad de los fundamentalistas sea el mejor camino que permita esclarecer las razones por las cuales se ha llegado a las acciones terroristas actuales; pues estas no son exclusivas de grupos islamistas.  Como tampoco la caracterización de fundamentalista; que para aportar un dato histórico aparece en corrientes cristianas en el sur de Estados Unidos, donde emergieron seguidores que propugnaban una aplicación literal de la Biblia.[5]
 El psicologismo adleriano que nos muestra el Sr. Zizek; de convicciones de inferioridad o superioridad de los terrorista, obvia otros aspectos que son muy necesarios considerar al momento de hacer una argumentación de los por qué de estas acciones atroces, entre ellas podemos mencionar las intervenciones geopolíticas realizadas por países que representan la civilización occidental en territorios con paradigmas o cosmovisiones diferentes, o el apoyo que algunos países le dan al reino de Arabia Saudita que financia el integrismo sunnita. Por cierto no es mi intención profundizar esta particular e importante arista del tema, pero aliento una mirada más amplia que la señalada por Zizek, cabe recordarle que otra de sus posibilidades dialécticas es el abordaje teórico de Sartre en lo referido al otro, el cual propone que si quiero tomarlo en serio al otro: o me someto a él o debo someterlo yo. En todo caso este no sería un elemento que yo usaría en mi argumentación.
Mi visión de mundo no está exenta de religiosidad donde las raíz hebrea monoteísta es un arraigo muy potente desde el cual intervengo la naturaleza, teniendo presente el sentido que Dios me propone para convivir con el prójimo. Cualquiera sea la visión que declare tengo asumido que me han dado esta vida, lo cual me compromete a hacer cada día el mayor esfuerzo para en el convivir hacerla mejor. No observo en mis lecturas zizekeanas una trinidad mundo, entes y Dios, y en este texto de "El Islam como modo de vida" el autor en particular nos impulsa a los creyentes  a un camino de existencia limitada en el vivir más que en el convivir.
Encuentro oportuno señalar que la modernidad no es un hito que emerge de la nada, muy por el contrario su propia negación de lo numinoso, tiene su matriz en la tradición hebrea-cristiana dado que sus valores antropológicos y políticos, como su propia laicidad están presentes en la modernidad. Reconociendo en ella si, una perspectiva nueva que esta centrada en la desacralización sociopolítica.


 La historia que ha continuado a pesar de algunos malos pitonisos, muestra una posmodernidad en la cual otros pitonisos similares visualizaron el fin de las religiones, una mirada somera al respecto nos muestra lo contrario. Acaso nuestra creencia en un Dios único, implica necesariamente ser parte de un monoteísmo inevitable con la presencia de un ser superior “celoso y vengativo”, como señala Onfray en una entrevista editada en Artes y Letras (25/10/15)[6].  No lo pienso así, sino que siento un Dios que nos acontece y nos acompaña cada vez a través de las tradiciones de donde provenimos cada uno de nosotros, es un Dios acogedor que nos da sentido y del cual la historia del ser proviene, nuestra responsabilidad como seres históricos es discernir  y asumir su llamado desde nuestra posibilidad histórica.
Respeto el ateísmo del Sr. Onfray, pero no comprendo su concepto de un dios castigador y perverso, quizás el tenga la capacidad intelectual de definir o describir a Dios, yo no la tengo solo puedo afirmar que existe, y que si esta vida dada que vivo según he comentado anteriormente, ha sido interesante de vivirla por qué la muerte ha de ser diferente. No olvido ese verso de Hölderlin que nos dice que “el hombre no soporta  más que por instantes la plenitud divina. Después, la vida no es sino soñar con ellos”[7]. En esta vida dada por gracia, mis mejores instantes han sido el convivir y construir con otro un mundo mejor.
Finalmente en estas divergencias complejas propongo la hermenéutica como modelo teórico de conciliación dialógica de conflictos, reforzándolo con la propuesta de “pensamiento débil” [8]de Vattimo que es utilizada por Rorty para definir el antifundamentalismo, ya que aporta un diálogo exento de absolutos, lo que nos acerca al ideal cristiano de la caridad.
Estimado Lectores, aunque seguiré leyendo a Zizek espero haber dejado la comprensión que no comparto en particular su argumentación en este texto que me han referido, además me hago el deber de pedir la respectiva indulgencia por la osadía de esta respuesta.

Que estén bien,

Bibliografía






[2] Arendt, Hannah. Responsabilidad y Juicio. Paidos básica 128. Barcelona 2007. p.50

[3] San Agustín, Las Confesiones. Libro 8

[4] Biblia. Romanos 7,19.

[5] Raúl Sohr. El terrorismo yihadista. Penguin Random House. 2015. Santiago, Chile. p.106


[7] Hölderlin. Poesía completa. Ediciones 29 Barcelona. 1998 2ª edición. p.166


[8] VV.AA. El pensamiento débil. Cátedra. 2006 Madrid, España.