"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Saturday, December 27, 2014

Gastón Soublette: El Sabio Popular Anónimo

La sabiduría de Gastón Soublette se acoge a retiro de las aulas a sus 87 años, un acto merecido y necesario para él, aunque de seguro para los demás hay un sentimiento de nostalgia por tal decisión que limita sus lecciones de “Sabiduría Popular Oral Chilena”.
Soublette nos abre una ventana hacia el pasado histórico de la espiritualidad chilena, explicándonos las peripecias de lo que ha denominado el “sabio popular anónimo”,  quién podía ser un inquilino o con mejor suerte el propietario de unas cuantas hectáreas de tierra, que habría heredado familiarmente  y que gracias a sus cualidades y capacidades lograba  mantener con el apoyo familiar.
Este sabio que en los tiempos de ocios esperaba  con serenidad que el sol se escondiera detrás de los alcores, momento preciso en que aparecían sus habilidades de refranero, que sustentaba en una prodigiosa memoria que le cantaba a lo humano y lo divino. Soublette sí nos da una mala noticia; tal como decían en el campo una mala trae otra aunque esto no es para siempre, pues nos comunica que el "sabio popular se perdió".
Hago un intento de flashbacks hacia mi niñez y siento como cercano al huerto un canal de agua que rompe el silencio del amanecer, mientras el sol toma fuerza antes de lanzar sus rayos sobre los campos sembrados adyacentes a la casa patronal. Al interior de la casona de adobe con techos más cerca del cielo, comienza un ajetreo que culmina ante un tarro de te con pan amasado, acompañado de un portentoso “chancho en piedra” con ají de cacho de cabra.
Mi tío un hombre de campo que cumple con el perfil del sabio popular se ve obligado intervenir en la conversación, para calmar a su hijo primogénito de que no es mal augurio que las mujeres solteras pisen su sandial, que muy por el contrario la virginidad germinal de ellas lo poblará de nuevos brotes, lo que permitirá que la cosecha sea más numerosas que en la temporada pasada.
Mi primo aunque no muy convencido sabe que la intuición de su padre es de respeto en gran parte de la comarca, pero aún así se asegura que su chupalla no la usen las damas, teme que lo germinal cambie su disposición generosa y aumente la población de piojos de su cabeza, en la vida estas cosas son posible.
Al caer la tarde ya en el reparador descanso  la familia y amigos se reúnen en torno a las dos lámparas petromax, mientras un grupo juega lotería otro escucha atentamente aquella historia de un hermoso corcel blanco que atravesaba las plantaciones poco antes de caer la noche, lo extraño es que al otro día no se encontraban huellas de su paso por el cultivo.
Por cierto esta escena hoy en ese mismo lugar no es posible, por diversas razones. De partida la casa no es la misma desde que llegó la energía eléctrica, lo que derivó en que ahora la familia no tenga necesidad de que un sabio popular les cuente historias añejas, que se interpongan a los programas televisivos ante los cuales hoy parte de la familia generalmente mayor se congrega, ya que los más jóvenes con seguridad estarán respondiendo concentradamente sus dispositivos electrónicos (tabletas, celulares entre otros).
En esto poco o nada podemos hacer lo que preocupa es que junto a ello se perdió la espiritualidad de la comarca, solo a un anacrónico ser sentado en algún café de la metrópolis se le ocurriría hojear las páginas del Martín Rivas de Blest Gana, y pensar por algún momento que se trata de una novela de realismo ausente por su contexto histórico. Es imposible para un grupo importante de miembros de la comunidad, encontrar la utilidad en un libro cuya lectura no produce dividendos mecánicos con sus correspondientes intereses.
Derivando desde las palabras de Gastón Soublette en nuestro mundo actual no se necesita un sabio popular, que nos eduque para alimentar el contenido que le da sentido al crecimiento espiritual de nuestras vidas, muy por el contrario nuestra preocupación por reformar la educación sigue coja, si solo pensamos en términos económicos centrando nuestra preocupación en una objetividad instrumental de seguir educando jóvenes para que se integren al sistema que en Chile hemos construido, dónde el saber hacer se lleva la mayor parte de la dedicación de horas de estudio del alumno, dejando en la más absoluta orfandad el saber ser.
 Cada vez estamos más lejos de ser personas sabias, que ubiquemos el hontanar del cual tengamos la oportunidad de beber los contenidos que le den sentido a nuestras vidas, para encontrar ese camino necesitamos detener esta chatura que banaliza nuestro ser, con su utilitarismos consumista desenfrenado que privilegia sobrevivir en el tener para ser, más que el ser para tener una existencia con contenido o en palabras más claras un vivir con sabiduría.
Estimado Maestro Soublette, de vez en cuando encuentro lugares en el cual es posible sembrar semillas de espiritualidad y sueño con que ese corcel blanco se detenga para señalarme el lugar en el cual hay que cavar para encontrar el hontanar con cual regarlas. Es así como recojo sus sabias palabras de que la vida es un don y no un problema económico,  pues de creer esto último mi alma muere.





[i] Texto base utilizado a partir de la entrevista de Macarena Gallo a Gastón Soublette en Rev. The Clinic. 24.12.2014: http://www.theclinic.cl/2014/12/24/gaston-soublette-maestro-de-generaciones-este-pais-esta-vacio-espiritualmente/