"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, October 06, 2013

Viena: más allá del Danubio Azul, ciudad de museos y cafés

-->
Viena es una ciudad que encanta, es la ciudad de Freud y de una pléyade de notables, acercarse al entorno en el que emergió la interpretación de los sueños es una experiencia que domina a mi “inconsciente yo”. Me pregunto: ¿Estoy despierto?, o es un sueño del que por el momento no quisiera despertar.  Es que realmente estoy frente a Berggasse 19 dónde vivió y trabajó Sigmund Freud o sueño que paso raudamente por el café que frecuentaba.
Pero Viena es también arte, recordé a Schiele  pintor discípulo de Klimt por cuanto mi destino era visitar el Albertina Museum, donde esperaba encontrar sus acuarelas y gouaches de cuerpos desnudos contraídos e hirsutos, con sus colores fuertes que buscan exponer  su alma sobre la piel desgarrada. Antes un pequeño alto en el camino para adentrarme en el espíritu vienés, para ello nada mejor que detenerse por un expreso en el Café Bräunerhof.
En el Café Bräunerhof es imposible no trasladarse al pasado, todo su entorno nos conduce a una atmósfera, que bien podría haber vivido un Arthur Schneitzler dramaturgo del cual Stanley Kubrick tomó el argumento para la película  “Ojos bien cerrados”, la cual es probable necesitar un psicoanálisis para terminar de comprenderla. Es posible que Georg Trakl , Robert Musil, Stefan Zweig, Wittgenstein, Arnold Scönberg y el mismísimo Elias Canetti con su señora Veza Taubner no hayan tenido la oportunidad de estar en el Bräunerhof, eso realmente importa poco porque la ciudad del Danubio más allá de Mozart, del psicoanálisis, de  los valses , de Sissi es la ciudad de los cafés:   Café Sacher , Café Sperl, Café Mozart, Café Central, Café Demel, Café Hofburg o el Café  Landtmann  preferido de la Sissi fílmica Romy Schneider entre tantos otros, cualquiera de ellos pudo albergarlos.
El escritor  Carlos Franz confesaba no hace mucho en un artículo periodístico: “…me gustan las placas conmemorativas. Me emociono cuando en París descubro que estoy ante la casa de Víctor Hugo o en Nueva York  me siento en la misma banca, del White Horse Tavern, donde Dylan Thomas se tomó sus famosos y letales dieciocho whiskeys” , por cierto que esto habría sido una ayuda para saber sí algunos famosos austríacos o no, estuvieron sentados frente a una mesa de estos tradicionales cafés vieneses.
Al fin en Albertina Museum, admirando su colección permanente de Claude Monet, Pablo Picasso, Amadeus Modigliane, Toulouse-Lautrec, Marc Chagall, René Magritte y Joan Miró entre otros. Pero no encontré a Schiele estaban de visita en el Guggenheim de Bilbao…. Aún así me conformo con las emociones vividas en un día de la Viena imperial, y para no olvidarme del aire vienés me compré un sombrero de tela típicamente austríaco.