"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Monday, November 05, 2012

Nostalgia pampina


El fin de semana recién pasado viajamos a la pampa salitrera, cruzamos la continuidad del desierto a través de un camino de asfalto, a 100 km. de Antofagasta internándonos hacia el oriente nos encontramos en el horizonte con la antigua chimenea de la Oficina de Chacabuco, por unos instantes recordé a quellos versos del poeta Clodomiro Castro: Allá a lo lejos álzase gigante (especie de obelisco en el desierto) / robusto tubo de columna humeante / que invita al trabajo al gran concierto. / La mecánica allí su asiento tiene y con ella rudísimas faenas, agua, fuego, vapor, toda va y viene, por el férreo tejidos de sus venas...

Unos cuantos km más adelante esta su entrada en la que guarda aún los vestigios de una época pasada en que alrededor de 5000 almas vivieron una vida dura de trabajo por extraer el caliche, mientra se habitaba entorno a su plaza con su kiosko para las retretas. En su apogeo contaba con un hospital, teatro y la respectiva escuela, tampoco faltaba la cancha de fútbol, gimnasio y piscina, como la pulpería que abastecía de víveres.

La mayoría de las salitreras pampinas ordenaban sus construcciones de adobe sobre un trazado damado que es herencia de los conquistadores españoles. Esta misma descripción podemos dar para otras salitreras como la de Pedro de Valdivia abandonada por sus habitantes y la de María Elena que aún subsiste.

Nuestro destino familiar era visitar como en otros años el Cementerio de ex Salitrera Vergara. Luego de rendir los tributos respectivos a los deudos que reposan en este desolado lugar, regresamos por el mismo camino hasta la ciudad de Antofagasta.

Allá en el medio del desierto siguen los porfiados restos de una época que desaparece muy lentamente o quizás muy rápido. Hacia el mediodía  el sol asedia con fuerza nuestros cuerpos,  mientras una brisa incipiente intenta convertirse en un viento arremolinado  que anuncia que es hora del regreso, nuevamente resuenan en nuestra memoria el sentimiento poético de quienes habitaron esta tierra, representadas fielmente en las palabras de Doña Uberlinda de Morales que vivió en la salitrera Santiago Humberstone y vio su cierre definitivo en 1960: relatando la emoción de su partida definitiva de la pampa: Allí quedaba mi infancia/ y toda mi juventud /mi raíz era muy profunda/ como profundo era mi amor  / me sentí aferrada a mi tierra salada / como saladas eran mis lágrimas /que mis ojos derramaban.

Como lo expresara Sergio González en su oportunidad parafraseando al Poeta Andrés Sabella, al decir que  ya no quedan hombres y mujeres de “cuatro rumbos” que habiten la pampa calichera en un desierto inhabitable.


Bibliografía
González , Sergio. Habitar la pampa en la palabra: la creación poética del salitre. Rev Ciencias Sociales de Chile, Nº13. Art 5

Sunday, November 04, 2012

Trick or Treat: Literario


Antes de finalizar el mes de octubre encaminé mis pasos hacia el café, luego del ritual acostumbrado bebí un sorbo de mi Express mientras extraía de mi morral un libro de Richard Dawkins, el que me invitaba a escalar el monte de lo improbable de un mundo viviente en que las criaturas se mueven, dándole a sus cuerpos formas que  pueden ser muy diferentes con las cuales las identificamos normalmente, cuando se proponen adaptar apariencias con objetivos de camuflaje, lo que se opone abiertamente a la imposibilidad de alcanzar  con perfección ciertas semejanzas con otras criaturas vivientes, sin desviarse en su camino evolutivo.

Sin motivo aparente me dirigí hacia la librería y mientras lo hacía observaba a mi alrededor como los consumistas- imitadores de siempre preparaban la noche de Halloween, unos buscando disfrazarse y otros para salvarse del grito amenazante de "trick or treat”. Reflexioné, Halloween una fiesta que busca birlar la muerte, dejando como corolario que los seres humanos por un instante parecieran valorar su supervivencia, confrontando el deseo de vivir con el miedo a morir.
Quizás sus orígenes alcance al siglo XVI y sus alrededores, no lo sé y tampoco me interesa, pero entre a la librería con mi consciente influenciado para acercarme a aquella época, en la cual el tema emergente eran las religiones y, como Junguiano converso no me sorprendió que mi librero me ofreciera entre sus manos una novela de Irvin D. Yalom, cuyo título cerraba el círculo de un día en víspera de Halloween: “El enigma de Spinoza”.

Sí, el mismo Spinoza que nos mostró el camino al modernismo donde el espíritu científico separó su camino de la senda teológica para adentrarse en la filosofía de las ciencias, con el fin de alcanzar un saber, cada vez más apartado de las causales de Dios, es decir quitarle espacio a la ignorancia en atribuirle las cosas a Dios.

No me consideró un gran lector de novelas adjetivadas como best seller, aunque esta obra de Yalom me parece de una estructura similar a  La elegancia del erizo de  Muriel Barbery la estimo superior.  Por ello para recomendar su lectura sólo me apoyaré en uno de los comentarios de la contratapa del libro: “Esta es la novela más apasionante que leí en mucho tiempo. Recomiendo El enigma de Spinoza con gran entusiasmo” Anthony Hopkins.

Léanlo, y para estar a la altura de las circunstancias os grito: “trick or treat”