"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Wednesday, August 31, 2011

Ideología y diálogo no son compatibles

La ideología es compatible con el pensamiento único, que genera inmovilidad pero en ningún caso un diálogo productivo. La ideología se sustenta en acciones comprometidas e interesadas en una particular visión de la realidad, dado que su acción esta encadenada a prejuicios que son carentes de vigor intelectual, al no permitir una reflexión alejada de la soberbia y vanidad al tener una única respuesta ante una problemática humana. Si deseamos de corazón construir una propuesta para encontrar verdades que alcancen el bien común de nuestras comunidades, entonces es menester que nuestro s pensamientos tengan la libertad para salir al encuentro y no a la búsqueda de soluciones.

No podemos bañarnos en la ingenuidad de que mientras nos proponemos ir al encuentro de un diálogo fructífero no llevaremos consigo nuestros intereses y visiones particulares, esto es inevitable en nuestro quehacer social, lo que importa es que seamos capaces de confrontar estas perspectivas con una actitud reflexiva conciente y libre de ideologías que impidan constar con la claridad, prudencia y perseverancia para lograr una sociedad solidaria preocupada de respetar la dignidad humana.

Importantes medios de comunicación internacional se han preguntado qué pasa en Chile, su respuesta ineluctablemente ha concluido que aún teniendo indicadores económicos positivos, la gran masa de chilenos no percibe directamente estos resultados. Un análisis más profundo demuestra que entre las grandes causas de esta percepción se atribuye a la mala distribución de la riqueza y la falta de credibilidad representativa del actual sistema político que impera en el país.

Por otro lado el mercado se mostrado como una oportunidad para que grupos económicos y empresarios hayan hecho propicio la acción de abusos hacia los usuarios y consumidores. De esta forma emerge una contradicción respecto a la libertad, en el sentido que se confía que quienes manejan el mercado de capitales son entes con valores morales y éticos que no necesitan regulación, aspecto que no alcanza equitativamente a los individuos que utilizan los bienes y servicios que produce el mercado, los cuales están afectos a normas y sanciones bastante reguladas a la hora de configurar faltas o delitos.

Puede alguien negar la actitud negativa que han mostrado desde los años 80 los empresarios; especialmente de los retail, en lo referente a la sindicalización de sus trabajadores. Me temo que no, pues el porcentaje de sindicalización en Chile no alcanza por una diferencia importante a los dos dígitos. La desprotección laboral es evidente ante las prácticas de subcontratación, lo cual entre otras cosas hace muy débil la posición negociadora de los trabajadores.
En mi opinión el problema actual no se circunscribe solamente a preguntarnos que escuela o universidad queremos, sin perjuicio que cada comunidad debe hacer este ejercicio, sino que es absolutamente necesario plantearnos cuál es el país en que queremos vivir como ciudadanos, pues siempre habrá algunos que esperarán enarbolar la bandera una vez que se encuentre una respuesta.

Debemos aceptar que Chile va a convertirse en un país integrante del OCDE que sólo a través del crecimiento económico superará su actual posición, ideológicamente hay sectores sociopolíticos que lo creen e insisten que es así. Desde mi perspectiva esto es ideología pura, que no nos va ha permitir como país superar la actual matriz exportadora centrada en la explotación de los recursos naturales, en las cuales las grandes inversionistas mantienen ventajas tributarias que no favorecen a los chilenos, ni siquiera a las regiones productoras como es el caso de la gran minería.

Existe alguna duda hoy que la familia chilena en razón a la actual carga económica que implica educar a un hijo, no le interese evaluar el número de hijos que desean integrar al seno familiar, es evidente que sacan sus cuentas y no son nada de alegres. En esta misma temática parece ilógico que un país como el nuestro le de la espalda y no se preocupe de la tasa de natalidad.

Si hoy hay un cuestionamiento al sistema es porque el mercado en las condiciones actuales de desregulación no elige a los obtienen ganancias de él, la molestia de la sociedad chilena es que estos ganadores se conocen con anticipación, lo cual es la causa principal del cuestionamiento que se le hace a la clase política sea esta de gobierno o de oposición. Por tanto mientras estos no se sienten a dialogar y logren un acuerdo respecto al rol que debe jugar el Estado en relacióna la institucionalidad y las reglas del mercado para priorizar el bienestar de los chilenos, seguiremos esperando que se encuentre una salida al conflicto social.

Para superar las ideología debemos ir más allá del mercado, el camino para ello es encontrar los espacios sociopolíticos para promover una educación calificada en competencias y habilidades que el país demande para alcanzar los niveles de los países del OCDE, así lo han hecho entre otros Finlandia y Malasia al centrar sus esfuerzos y recursos en educar a su población, en otras palabras los ejemplos están a la vista respecto a la importancia de la educación para resolver las causas de la movilidad social que muestra Chile.

Esperemos que los actores sociales de nuestro país actúen responsablemente y comprendan la incompatibilidad de alcanzar un resultado positivo sino abandonan las actitudes ideológicas ante el diálogo.

Monday, August 08, 2011

Chile: Una sociedad pluralista

Es evidente que los estudiantes y profesores se tomaron en serio la responsabilidad que tendrán que asumir por las movilizaciones que por dos meses remecen los recintos educacionales, lo cual ha involucrado a la ciudadanía desde el pasado jueves, refrendado por los cacerolazos nocturnos y la encuesta CEP la cual da cuenta de que aproximadamente un 80% de la población esta de acuerdo con el movimiento por un cambio de paradigma educacional, teniendo en cuenta que ningún gobierno posdictadura ha atendido esta demanda social.

La ciudadanía se cansó de los excelentes indicadores económicos que sólo son para unos pocos, que acumulan riquezas sustentados en un individualismo extremo, en los cuales bienes sociales como la salud y la educación se privatizan, con un discurso mediático que con ello se asegura la accesibilidad y la libertad de elección. En palabras de Fernando Atria esto se cumple en que: ”La libertad es de todos, pero lo que el sistema chileno protege es la libertad de los ricos para elegir”.

Es así que volveremos a estar obligados, lo que es una buena nueva, a hablar de producción , de reparto de trabajo colectivo, de prevención de riesgos mayores, de la mejora de la enseñanza y de la atención en salud, de la manera de aplicar la justicia y de reforzar la protección social y de las jubilaciones decentes, de la necesaria matriz energética y la reorganización de las ciudades con el objetivo de que involucre la gestión de una sociedad cada vez más pluralista.

Paul Krugman hace un tiempo atrás en Chile vaticinó que vendrían tiempos de crisis económica, mencionando lo importante que era el control de capitales de los países, pues del movimiento incontrolado de estos es que era posible que de improviso se afectarán seriamente sus economías, en virtud de cálculos puramente financieros y efectuados a corto plazo. Tan así, que la responsabilidad de las crisis económicas resulta estar compartida por los capitales internacionales y por los Estados de aquellos países que no toman medidas para proteger sus economías, lo cual inevitablemente los arrastra a los desequilibrios de sus propios sistemas financieros, en esto hay que reconocer que Chile hasta ahora lo a hecho bien.

En Chile hemos promovido un escenario en el cual se ha buscado disminuir la influencia del Estado al reemplazarlo por el mercado como principal fuerza reguladora de nuestra sociedad, aspecto que no es desconocido para la clase política chilena, por cuanto es irrisorio que algunos de ellos hagan reflexiones como si recién se enfrentan a la realidad nacional en materia de desigualdad social. De desconocer nuestros representantes este hecho, nos permitiría demostrar las causas posibles de la actual falta de representatividad y credibilidad de esta clase política.

Sinceramente me es incomprensible que los ex senadores ingresado al gabinete del presidente Piñera no hubieran previsto los costos de la decisión del Ministro Hinzpeter, de este último se puede entender porque ha venido criminalizando la participación ciudadana desde hace bastantes días. Las respuestas del Ministro Chadwick acomodada a sostener la inteligibilidad de las medidas de no autorizar más marchas por la Alameda, en un momento en que se estaba manejando una situación de diálogo demuestra la falta de manejo de las circunstancias por la autoridad de gobierno, que provocó un escenario de gallitos en el cual se siente ganador por haber logrado evitar el uso de plaza Italia y su principal avenida.

Los ciudadanos nos preguntamos si vale la pena pagar un costo tan superior a las marchas anteriores, sólo por el hecho de demostrar quien tiene el poder de la fuerza pública, lo cual está claramente definido sin necesidad de este tipo de demostraciones. Así mismo si el Ministro del Interior fue capaz de sacar en esta ocasión tal cantidad de funcionarios de Carabineros, porque no ha hecho antes lo mismo para controlar el par de cientos de infiltrados que ensucian las manifestación de la ciudadanía.

No me parece que un gobierno gane en gobernabilidad optando por la represión más aún cuando su credibilidad esta seriamente afectada por una forma de gobernar en la cual la letra chica es consustancial a sus compromisos y propuestas, faltando una evidente claridad en ellas. Tomemos por ejemplo el tema del lucro mientras la ciudadanía clama por una educación sin lucro, nos encontramos con una propuesta que se encuadra más en las explicaciones del presidente Piñera que define por los mismos días la educación como un bien de consumo, a quién le creemos entonces.

Para ser bien preciso no acepto la violencia venga de a donde venga, por cuanto demando a la autoridad que identifique y detenga a los grupos que no saben comportarse en los triunfos y derrotas deportivas, como en las marchas que buscan representar el sentir ciudadano sobre cualquier materia de interés público. La represión realizada por las autoridades del actual gobierno deben llamar a la necesidad de autocrítica, para analizar con veracidad si el remedio fue mejor que el mal que se quería impedir con la prohibición de usar la Alameda.

Los chilenos debemos además tener presente que las actuaciones gubernamentales en la aplicación de la ley antiterrorista para mapuches y en el caso bombas, las acusaciones de intercepciones telefónicas a parlamentarios, la infiltración reconocida por un ex intendente de los movimientos sociales, como el manejo prejuiciado de algunos programas informativos en los medios de comunicación estigmatizando de violenta e ilegal la participación ciudadana, no pueden ser considerados en mi opinión como hechos aislados.

Me pregunto: ¿Dispone nuestra sociedad de la capacidad de cambiar y de reinventarse a sí misma a través de las ideas, de sus conflictos y sus esperanzas?

Las posiciones de los liberales se centran en el mercado, mientras la izquierda tradicional habla en nombre de las víctimas de este mercado que no toman conciencia de ello. Por otro lado tenemos la posición de Tuoraine de la existencia de un “pensamiento único” y un “contra pensamiento único”, que impiden un consenso de cambio, dado que ninguno acepta la posibilidad de que surjan actores sociales autónomos capaces de ejercer alguna influencia en las decisiones políticas.

Este pesimismo lleva a su vez a una defensa casi fundamentalista de las instituciones, consideradas como la única barrera eficaz contra el avance de grupos que se movilizan por reivindicaciones sociales, poniendo en peligro el paradigma que sustenta la actual sociedad. Mi optimismo renacerá cuando la clase política dialogue para alcanzar consensos en un ambiente de participación ciudadana, haciendo el esfuerzo de recuperar credibilidad. En este sentido se puede comprender a los estudiantes cuando defienden sus derechos por una educación gratuita y de calidad, pero no deja de resultar peligroso tomarlos como representante de todos los excluidos.

No parece ser difícil comprender que contra el actual panorama de dominio económico, la única acción posible pasaba por la movilización y los cacerolazos, para marcar una diferencia entre un antes y un después, lo que conlleva una alteración del orden social que solamente están a disposición de combatir aquellas instituciones situadas por encima de las diferencias y de las demandas sociales.

Acaso en la clase política le cabe duda a alguien que la educación y la salud han sido un buen negocio para unos pocos, que cubriendo sus lucros desmedidos con la meta de entregar una mayor accesibilidad a los consumidores han acrecentado la desigualdad de ingresos. Un ejemplo a la vista es el tema del actual Ministro de Salud que busca permitir la venta de medicamentos en las góndolas de los Supermercados, siendo que hoy es muy raro que no haya una farmacia al interior o a las fueras de ellos: ¿accesibilidad o negocio?

Estamos en un entorno en el cual nos ahoga el mercado y nos falta aire para una democracia efectiva, por ello es que al finalizar estimo que es oportuno recordar las palabras del Director General de la OIT Juan Somavía: “Las transformaciones que deseamos ver en nuestras sociedades deben estar guiadas por la fuerza de los movimientos sociales y de la lucha social”. Es claro que el movimiento social no esta interesado en las disputas de gobierno y oposición, ni de Estado o Mercado como única solución, en definitiva abogo porque superemos la inmovilidad que provoca el pensamiento único y confiemos que es posible lograr una sociedad pluralista.