"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Tuesday, June 28, 2011

Indignaos, resistid y cread

Al iniciar cada día procuro tener por imperativo moral el trabajo de mi persona, para lo cual mi mente se abre al pasaje bíblico que dice: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” (Mat 7,7), a partir de esto el camino diario se orienta a pensar y actuar bien, lo que inevitablemente me conduce a una expresión unívoca de Solzhenitsin: “No participar en la mentira”, a lo que yo agregaría ni promover la ignorancia.

Antes de decir algo más de lo que en este artículo me propongo comentar, os solicito que tengáis la indulgencia suficiente de aplicar la regla siguiente: No me juzguéis por mis opiniones, sino por lo que estas opiniones hacen de mi. Sinceramente con esto quiero representarles que confío en el ser humano y por consiguiente acepto que la amistad existe, de tal manera que nuestras diferencias no son óbices para vivir en la incomprensión desesperanzadora.

Tampoco puedo desconocer que los seres humanos estamos expuestos a un desdoblamiento de personalidad, que se ve afectado por los contextos sociales en los cuales nos desempeñamos diariamente. Es decir llevamos en nuestras alforjas un ramillete de potenciales personalidades que pueden expresarse de acuerdo a las circunstancias, tales como: el odio, la cólera, el amor y la ternura entre otras que pudiesen emerger en nuestro quehacer cotidiano.

Esto a su vez me conduce a comentar la importancia de la tolerancia, teniendo a la vista que para ella existe más de una perspectiva, como es el caso de la señalada por Voltaire, cuando nos obliga a respetar el derecho a proferir una idea por innoble que ella nos parezca. Ciertamente que esto no lleva implícito que debamos aceptar lo innoble en sí mismo, sino de lo que se trata es de que no impongamos con autoritarismo nuestras pareceres. Otra manera de entender la tolerancia es en el ejercicio de la democracia que promueve los consensos entre las opiniones diversas. Además está la que Morin a representado recurriendo a la sentencia de Niels Böhr, para quién lo contrario de una idea profunda es otra idea profunda; es decir hay una verdad en la idea antagónica a la nuestra, y que debe respetarse si se procura ser tolerante.

También quiero recordar unas palabras de J. Krishnamurti cuando nos señala que nuestros pensamientos pueden ser fuente de infelicidad, especialmente cuando buscan un crecimiento desmedido de nuestro ego. Sin duda tiene razón, pues en cuantas ocasiones nuestras ideas nos manipulan más de lo que nosotros las manipulamos, y esto ha sido demostrado históricamente cuando un sujeto con poder y poseído por una idea se convierte en un ser monstruoso, que es capaz de cualquier artimaña con tal de imponérsela a los demás.

Es así que debemos tener presente que no hay tolerancia sin comprensión, como a su vez no es posible soslayar que sin empatía tampoco tendremos comprensión y por ende tolerancia. En todo acto de comprensión es aceptable argumentar y refutar, para no separar a nadie de sus derechos humanos universales.

De lo anterior se deduce el por qué siempre he opinado que no es adecuado condicionar el diálogo a una disculpa previa, pues ello constituye para mi un acto que violenta la empatía. Esto está en la misma línea cuando escuchamos a personas condicionando el perdón al arrepentimiento, entendiendo que el perdón es un acto del sujeto magnánimo que perdona y no depende ni es consecuencia del arrepentimiento del otro. Sí esto fuese así, el sentido profundo que corresponde al acto de perdonar perdería su sentido humano, quedando enclaustrado en una ética del castigo, muy por el contrario a esto es la forma en que debemos entender el perdón. Es decir, es el perdón de la víctima el que debe conducir al arrepentimiento, siendo esta la única manera de insertar a un transgresor social en la sociedad.

Comprendo que este tema es muy sensible en mi país, por los hechos lamentables acaecidos por las actuaciones de ese general innombrable y sus secuaces. Muchos familiares han enfocado su vida a buscar una ética del castigo, más allá de la frase sublime “perdónales porque no saben lo que hacen”. Otros los menos, se han orientado en reunir datos y pruebas para conocer la verdad, de tal manera de recuperar una memoria histórica que nos recuerde siempre a lo que nos puede conducir la intolerancia, cuando ella es consecuencia de que dejemos fuera de nuestra comunidad a quienes no piensan como nosotros; considerándolos como humanoides.

Respeto las perspectivas de ambos pero ello no implica que este de acuerdo en la forma que condicionan el perdón. Quizás haya que tener presente lo expresado por M. Kundera cuando nos indica que “nada será reparado y todo será olvidado”, a esto hay que oponer memoriales que si no intentan reparar combaten el olvido, sin una actitud de venganza generacional de significado temporal-vivencial.

En el Chile actual encontramos presente al menos tres tipos de éticas: Individual, de la comunidad y la empresarial. La primera se relaciona con nuestras acciones las cuales son deseable que se vinculen a la comprensión y solidaridad. La segunda se relaciona con la actitud de actuar con empatía ciudadana, y la tercera es la que debiera ajustarse a lo que se denomina responsabilidad social o valores compartidos de M. Porter.

Estaremos de acuerdo que una cosa es lo debe hacerse y otra es lo que se hace, por tanto cada uno habrá sacado sus propias conclusiones respecto al actuar ético de la sociedad chilena. Sí nuestro balance es negativo comprenderemos que el único camino para reversar este resultado, es que la educación se preocupe de educar en valores ¿Lo hace? ... Quizás aquí este la motivación de Stéphane Hessel cuando proclama a sus 93 años: “Indignaos”, y les propone a los jóvenes la responsabilidad de seguir el lema: “Resistir es crear. Crear es resistir”

Si la patria es la tierra y la tierra nuestra madre, entonces somos hermanos de una comunidad terrestre, que se constituye y organiza en una fraternidad terrícola, que tiene por religión el amor. Esto da sentido a la frase de B. Pascal: “trabajar para pensar bien, éste es el principio de la moral”. Lo que me recuerda otro argumento de Morin, y que señalo con el mismo fin de que él lo hace, para no ser acusado religioso en este artículo por las interesadas citas bíblicas; a lo que este escritor afirma, que para llevar una vida bien pensada es necesario “resistir a la crueldad del mundo”.

Wednesday, June 22, 2011

La educación no es ni será gratuita

Al parecer queda claro que la educación no es ni será gratuita, porque en estricto rigor en Chile ello nunca lo ha sido, por tanto el tema debiera ser cual es el modelo de financiamiento, en primer caso tenemos el actual sistema chileno que en palabras simples es malo y ha fracasado, no sólo en cuanto a la calidad de la educación sino que también mantiene a las familias chilenas con un alto nivel de endeudamiento.

Ante los resultados de la educación anteriormente expuesto es bastante lógico que los estudiantes chilenos, lo planteen como un antecedente duro para solicitar un viraje hacia un financiamiento de la educación por parte del estado, lo cual implicaría usar fondos provenientes de la recaudación tributaria, o como se ha planteado por algunos economistas cargarlo a royalty provenientes de la explotación de recursos naturales del país.

Por años he insistido en la búsqueda para que alguien me explique porque en Chile las familias debemos financiar la educación de nuestros hijos, mientras en otros países con menores ingresos per capita es responsable el estado de dicho financiamiento. Agregase que el estado chileno sólo asume constitucionalmente una condición de aval. No les parece extraño que cuando éramos más pobres podíamos acceder a un sistema público sin tener que pagar con nuestro ingreso familiar como lo hacemos ahora.

Bueno finalmente ha llegado la hora de que un economista me explique este por qué, me refiero al Sr. Marcel Claude identificado como un profesional de la Universidad de Chile, quién ha publicado un texto titulado “La educación pública es posible”: La demanda estudiantil es justa y realista, el cual reproduzco integro a continuación.

Aquí lo tienen, Disfrútenlo:

“Hacía mucho tiempo que en Chile no se veían movilizaciones masivas como las que hoy han convocado diferentes organizaciones civiles, entre las cuales, el movimiento estudiantil que articula tanto a los universitarios como a los estudiantes secundarios. Soplan buenos tiempos y la imagen luminosa de otro país, se levanta y se agiganta en el cercano horizonte.

En estas movilizaciones estudiantiles, llama profundamente la atención la convicción y el énfasis de los estudiantes en la “estatización del de educación”, el fin de la municipalización y la necesidad de un sistema de educación pública gratuito. Esta demanda ha sido reiterada, año tras año, por los diferentes representantes estudiantiles y, ante la majadera respuesta negativa de las autoridades, los estudiantes no han dejado de plantearlo con la intuitiva convicción de que sí es posible.

Como mi formación profesional es la economía, voy a intentar abordar el tema desde esa perspectiva. La mala noticia es que no es posible la educación gratuita, es más, debo decir que nunca la educación ha sido gratuita. La cuestión de fondo no es si la educación deba ser gratis o pagada. Esto es una falsa confrontación. Estamos frente a dos modelos de financiamiento de la educación.

El modelo chileno, es el Por una parte, el viejo y obsoleto sistema de educación financiada privadamente con aranceles pagados por las familias, el que ha demostrado ser ineficaz e ineficiente, pues no ha mejorado la calidad de la educación ni tampoco su acceso a costos bajos y razonables. Los estudiantes en las calles protestando por el estado de la educación, son más que una prueba empírica de su total y rotundo fracaso.

Frente a este sistema, está el modelo de educación obligatoria financiada por el Estado, con fondos provenientes de la recaudación tributaria y/o del royalty aplicado a la explotación de los recursos naturales. Efectivamente podría entenderse como un sistema gratuito pues no se pagan aranceles, pero, la sociedad invierte sus impuestos y sus recursos productivos en su financiamiento. En consecuencia, no es posible catalogarlo de “gratuito”.

El sistema público es la norma general a nivel mundial. Lo aplican países socialistas como Cuba y países capitalistas como Bélgica, Argentina, México, Finlandia y muchos otros. En conclusión, no se trata de un modelo determinado desde la ideología, sino más bien, desde la experiencia práctica de que es el que mejor funciona para alcanzar estados superiores de existencia individual y colectiva.

Único en el mundo que permite lucrar con fondos públicos y que privilegia la libertad de empresa sobre el derecho a la educación. La contumaz insistencia en este modelo y su permanencia, nos demuestra claramente quienes son los inspirados ideológicamente, dado que, a pesar de su fracaso, insisten en sus bondades contra viento y marea, con fe ciega, obstinada y febril. Peor aún, es una ideología funcional a un orden económico y social que perpetúa la situación de privilegio y poder de quienes la sostienen y sus círculos relacionados.

Ahora bien, la buena noticia es que la demanda estudiantil de una educación pública financiada por el Estado, no solo es justa, sino total y absolutamente realista. Más aún, nunca como hoy en la historia de Chile, ha sido una demanda tan cabalmente ajustada a la realidad económica y financiera del país.

En primer lugar, Chile hoy podría ser calificado –desde los indicadores económicos más comunes- el país más rico de América Latina. El ingreso Per cápita de nuestro país se empina a los 15 mil dólares anuales. Argentina está en torno a los 13.500 dólares, Brasil en los 10 mil. Hoy en día, no hay ningún país latinoamericano que supere a Chile en cuanto a la riqueza disponible por persona. No obstante, en nuestro país las familias deben pagar voluminosos recursos para educar a sus hijos, dejando una estela macabra de endeudamiento y malestar al inicio de la vida laboral de los jóvenes. Por otra parte, en Argentina los estudiantes pueden acceder al sistema nacional de educación sin pagar aranceles desde 1949; en Brasil, el Estado debe financiar al menos una universidad pública en cada estado, en donde los estudiantes no tienen que pagar matrículas o aranceles; lo mismo ocurre en Perú, Uruguay, México y otros países de la región.

La pregunta obvia es, por qué si otros países más pobres pueden hacer frente al derecho a la educación, en Chile se nos muestra como un escenario utópico e imposible?

Es más, si nos remontamos a la historia de Chile, resulta muy sorprendente saber que, en los años sesenta, cuando Chile tenía un ingreso per cápita 7 veces inferior al de hoy, es decir, cuando éramos 7 veces más pobres, en el sistema público de educación se accedía sin pagar aranceles o colegiaturas.

Cabe recordar que, en la década del sesenta, nuestras exportaciones de cobre escasamente llegaban a los 550 millones de dólares. Es importante este dato, puesto que los retornos del cobre contribuían al presupuesto de la Nación, con el que se financiaba la educación pública. Hoy en día, las exportaciones mineras llegan a la estratosférica suma de los 44 mil millones de dólares, es decir, 80 veces más de lo que se exportaba cuando el país aseguraba una educación pública para todos y sin pagar aranceles o matrículas.

No es argumento válido decir que la población estudiantil se ha incrementado vertiginosamente y hoy son muchos más los estudiantes. Esto no es falso, pero, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Educación y el Censo, en los años sesenta el número de estudiantes en educación preescolar, básica, media y superior, llegaba aproximadamente a los 2 millones 300 mil alumnos. Hoy en día esa cifra se empina en torno a los 4,5 millones. Es decir, sólo hemos duplicado la población estudiantil.

Entonces, una vez más, cómo se explica que, hoy por hoy, siendo el país más rico de América Latina, con un ingreso per cápita 7 veces mayor al de los años sesenta, con apenas una duplicación de la población estudiantil y con exportaciones mineras que se han multiplicado 80 veces, no sea posible financiar una educación pública de excelente calidad, accesible a todos y financiada con recursos estatales?

Obviamente, aquí no se trata –las cifras lo están gritando- de una restricción o limitación de recursos. Ese no es el tema de fondo.

Para encontrar la respuesta hay que hacerse otras preguntas, por ejemplo, ¿por qué razón el país se permite entregarle 30 mil millones de dólares anuales a las empresas multinacionales que explotan el cobre chileno y no puede hacerse cargo de los 20 mil dólares que aproximadamente -y en promedio- cuesta una carrera universitaria de 5 años? ¿Por qué el país se permite el lujo de ser una de las economías más extranjerizadas del mundo, con una inversión extranjera equivalente al 70% del PIB, cuando a nivel mundial el promedio no supera el 30%? Lo anterior no es un dato menor, dado que entre 1999 y el 2009, las utilidades obtenidas por la inversión extranjera superaban largamente el total del capital extranjero invertido entre 1974 y el 2008.

Estas cifras nos muestran claramente que el problema no es la disponibilidad de recursos, sino que estamos frente a la cuestión de cómo se están asignado éstos, de cuáles son las preferencias políticamente establecidas, en donde los intereses del capital, los beneficios lucrativos de las empresas multinacionales son más importantes que el derecho a la educación.

Para llevar el gasto público en educación del 4% del PIB actual hasta el 7% que exhiben los países desarrollados, se requerirían adicionalmente unos 7 mil millones de dólares por año, es decir, sólo un 23% de las utilidades mineras. Esto sin considerar los recursos que podrían obtenerse para el desarrollo del país, si se aplicara una reforma tributaria que incrementara los impuestos a la banca, las empresas forestales, pesqueras y salmoneras, que utilizan gratuitamente los recursos naturales sin pagar por ellos.

Por qué Chile se permite el lujo de que cuatro familias –Luksic, Paulmman, Matte y la del Presidente Piñera- incrementen su riqueza en más de 16 mil millones de dólares, tan solo en un año, mientras que las familias de los estudiantes chilenos deben asumir costos altísimos y deudas impagables, para educarlos en un sistema que ni siquiera asegura una buena calidad ni un futuro laboral medianamente aceptable?

La respuesta no es que Chile es un país pobre, no, es el país más rico de América Latina, pero, privilegia el lucro, las utilidades del capital extranjero, la concentración de la riqueza y desestima el derecho a la educación, la justicia social y el principio de la igualdad de oportunidades.

Lo que todos debemos tener, es la convicción clara y nítida de que Chile puede largamente satisfacer las demandas del movimiento estudiantil, pero, no quiere, debido a que está gobernado por una elite que sirve al interés privado de grupos económicos y conglomerados multinacionales y desprecia el interés público y el bienestar del pueblo chileno.”

¿Lo disfrutaron? ¿Qué les parece?

Saturday, June 18, 2011

Movimientos sociales: ¿Hay que dar esperanza?

En el actual movimiento social no se hace visible la voluntad de representar las molestias contra el actual modelo neoliberal que impera en el país, es que la acción reflexiva de los actores sociales involucrados en las protestas colectivas frente a las problemáticas de la educación en sus diferentes niveles, más parece focalizarse en demandas de necesidades cotidianas sin relato.

Quizás este grupo de manifestante hallan despertado de su letargo para generar una autoestima, que supere el umbral de manera suficiente para expresar su emancipación, y que los impulsa asumir los riesgos al expresarse en las principales calles de nuestro país, sin que esto implique ser criminalizado por las autoridades gubernamentales e instituciones de la sociedad como vándalos.

A mi parecer estos movimientos sociales tienen como característica referencial su autonomía; con una identidad propia, que busca ganar espacios de diálogo que afiancen su autoestima, a través del acopio cultural obtenido de su propio aprendizaje ciudadano, lo cual en mi parecer no sería tan negativo si se logra con ello aumentar la participación de los jóvenes en la vida política nacional.

Lo que preocupa, es sí este despertar colectivo permitirá construir una sociedad con una orientación que privilegie la participatividad y la equidad social, más allá de un sistema depredador de nuestro planeta, es decir que se supere el racionalismo económico doctrinario con que visualizamos el quehacer humano. Además esta el temor de que por el camino estos movimientos sociales pierdan su autonomía, para terminar siendo una masa de espectadores pasivos del oportunismo madrugador de los representantes de la élite política, ante la cercanía de un proceso eleccionario.

Hoy en Chile no hay duda que los políticos partidistas muestran una falta de consenso respecto a las prioridades de la gente, mientras unos estiman que lo primero es lo de mejorar la democracia otros estiman que hay que focalizarse en lo social. Las protestas en las calles piden ambas cosas, a lo cual se agrega la depredación ecológica. Personalmente no veo el impedimento que tienen el actual gobernante para avanzar conjuntamente en estos temas, y estimo que su llamado a la unidad nacional debe ir por el camino de generar los espacios para promover una agenda de compromisos con la oposición. Demás está decir que para ello se necesita moderar la agresividad y las descalificaciones mutuas entre sus ministros y los congresistas.

En palabras más directas si el Presidente Sebastián Piñera no quiere escuchar a los chilenos, que lo haga a las instituciones internacionales que le cuestionan y dan por fracasada su hasta ahora forma de gobernar. Agregase que a nada conduce la criminalización de las protestas por su equipo de gobierno, ya que es cuestión de observar que los más de cien mil chilenos que protestaron en las calles, no pueden considerarse parte de ese minúsculo grupo de vándalos, del cual los organismos policiales ya debieran poseer las capacidades técnicas para tenerlos identificados.

Lo desilusionante del gobierno de Sebastián Piñera más que en su forma de gobernar esta en que ha sido bastante lento en hacer reformas modernizadoras del estado, al parecer no estuvo muy convencido de que la concertación iba a perder la elección presidencial, por lo que no preparó con anticipación sus proyectos legislativos, esto queda demostrado en el modo de plantear el posnatal que puede haberse originado de una buena intención que término siendo mal ejecutada.

En estas críticas no se trata de entrar en la lógica de la izquierda(oposición) o la derecha(UDI), ni tampoco en volver al pasado de un estado centralizado o totalitario, estimo que el pasado siglo aprendimos de los éxitos y fracasos del socialismo y el capitalismo, por lo tanto lo lógico sería rescatar lo bueno de cada uno.

En tal estado de cosas no parece difícil identificar en el seno de las redes sociales sus reivindicaciones por la equidad social y distributiva, por las demandas gremiales de sectores de la salud y la educación, por los movimientos que buscan el reconocimiento identitario de género, de etnia y de defensa de la biodiversidad entre otros. Cabe preguntarse acaso es esto algo que no se esperaba y que es producto únicamente de un exabrupto colectivo de reivindicaciones comunes que se basan en la ociosidad política, más que en el dolor por la pérdida de la esperanza de ser participe de este Chile desarrollado.

Por ello que al finalizar presiento que en el proyecto sociopolítico para el Chile del mañana, se debe asumir que las demandas que reivindican los actuales movimientos sociales no pueden esperar, hay que tener presente que la esperanza siempre será una idea motivadora y movilizadora de la sociedad. La esperanza le da trascendencia y sentido al menesteroso quehacer humano.

Thursday, June 16, 2011

La Triada Ciudad-Libro-Café.

Hace unos días sentado en un Café antofagastino rememoraba situaciones similares, al disfrutar un cafecito mientras repasaba el tercer libro de la saga de Punset, en lo referente al proceso de formación de recuerdos en el cerebro humano.
Así vagaba en mi memoria las palabras: Buenos Aires-Libro-Café, las cuales conforman aquella triada sudamericana que es posible disfrutar en muchos lugares de la capital federal, aunque por razón histórica se impone el caso ineludible que nos obliga a señalar al centenario Café Tortoni en la avenida de Mayo, el que a la fecha actual se ha convertido en una atracción turística que genera una larga fila de espera que ya no lo hace para mi tan atractivo. Por cuanto, desde un tiempo a esta parte he decidido encaminar obligadamente mis pasos hacia la peatonal Florida, para acomodarme en algún rincón del Café Richmond.
Buenos Aires es un paraíso de librerías modernas y anticuarias, de cafés literarios, de escritores y lectores, donde Jorge Luis Borges en una de sus obras materializó el paraíso representándolo en una biblioteca, es posible que el corazón de este paraíso lo encontremos en la Librería Ateneo Splendid en la calle Santa Fe. Es que en esta biblo-ciudad podemos encontrar la humanidad viviente de ficciones y realidades, de mundos que se entrecruzan a lo largo de la calle Corrientes, con sus sueños de pequeñeces y grandezas, de amores y de odios, retratando el quehacer de hombres y mujeres con lo mejor y lo peor que ellos tienen …. Es la vida con sus mitos y realidades deslizada a través del lenguaje que arrastra un río de palabras que nos sumerge en el fenómeno de lo humano.
Es esta misma triada la que se cumple en el viejo mundo: París-Libro-Café en el barrio de Saint Germain Des Pres, donde un pasado día me di la licencia económica de sentarme por algunos minutos en el Café de Flore, disfrutando muy lentamente los $ 4.000 que me costo cada Express acompañado de un vaso de agua y un bombón que no pude comer. París, París bien vale por un café en el de Flore o en su competencia el Café Les Deux Magots, releyendo una colección de obras de Jean Paul Sartre adquiridas en la librería la hune a unos pasos de allí o quizás en la Shakespeare & Company en Saint Mitchel.
Por un momento el entorno antofagastino del Café del Centro , el aroma del brebaje mezclada a una frase extraída de un la lectura de un libro ocasional, activa mis zonas cerebrales del recuerdo, resonando en la quietud de mi mismo, dando paso a un espacio creativo único de ese instante, que está más allá de los conocimiento y experiencias de mi Yo, provocándome la sensación de deslizarme a las profundidades de un derrotero hacia la nada. Sin memoria ni preocupaciones de un futuro posible, tampoco con apego a disciplinas ni doctrinas , sin autoridades de juicio que dominen mi ser …. Sólo conservando un instante de sabiduría y libertad.
Buenos Aires, París y Antofagasta … quizás esta última sea el lugar del reposo del guerrero ante los gloriosos campos culturales de las otras, quizás aquí las letras y las palabras no estallen por que son hijas del silencio, que se impregna de sol y se arrebatan de tierra desértica. Quizás la rutina parisiense o bonaerense sea tan embrutecedora en su cotidianidad cultural, que no deja tiempo para vivir las ideas e imágenes que nos convoca la triada Ciudad-Libro-Café.
Por ello un cafecito en la peatonal Prat de Antofagasta revitaliza dicha triada, la que representa un resquicio que motiva nuestras neuronas cerebrales a capturar en la memoria, aquella felicidad de instante a instante de cualquier café del mundo.

Friday, June 10, 2011

Estimadas(os) lectoras/lectores: Hasta ahora no ha sido mi temática la problemática de la política contingente en este blog, pero varios de ustedes me han consultado que opino de la actual situación de movilidad social. Bien he aquí un atisbo de respuesta:

Ni alegría, ni cambio

Quisiera empezar por señalar que la concertación en la última elección presidencial pago caro su aislamiento cupular, dándole la espalda a las redes sociales llamando la atención que hasta hoy no hayan aprendido la lección, pues es evidente que siguen alejada de los problemas de la gente.

Los movimientos de descontentos ante la fractura social que afecta a los sectores más pobres incluida la clase media, no han sido capitalizados por la élite política de la actual oposición, porque ella sigue representando un modelo de sociedad capitalista que se evidencia con una sintomatología que expone la brutal desigualdad de este Chile exitoso.

Estimo que la mayoría de los chilenos no deben desconocer que hoy somos gobernados por un presidente que representa fielmente a los dueños del país, quienes participan en las instituciones de previsión social, la salud, educación en todos sus niveles, en los medios de comunicación, bancos, financieras, retail, etc., En este sentido es imposible poder soslayar que gran parte de los ministros que conforman su gabinete ministerial, han sido empleados o participan en empresas nacionales relacionadas con élite empresarial, con lo cual no es difícil inferir los conflictos de intereses que potencialmente aparezcan en el ejercicio de su actuales cargos públicos .

Es que independiente de la tendencia política que uno se adscriba, el Presidente Sebastián Piñera comenzó su gobierno sin cumplir sus propias promesas de campaña, cuando se extralimitó en el tiempo que se tomó en relación a la venta de sus acciones de Chilevisión entre otras.

En este contexto a quién puede extrañarle que hoy el país se ponga en movimiento para proteger el medio ambiente, exigiendo el derecho a una educación y salud de calidad real, más allá de acreditaciones e indicadores que no se reflejan en el sentir de la gente. Para mi no es extraño, especialmente cuando se tiene una pléyade de ministros que tienen una pésima experiencia política, lo cual les impide alcanzar consensos parlamentarios en cada uno de los proyectos de iniciativa presidencial.

Es lamentable el espectáculo que han dado con sus actuaciones y declaraciones en primer término de la Srta. Ena von Baer, que como panelista de un programa de orientación ciudadana lo hacía bastante bien, en contraste a su función de vocera de gobierno en que mostrado una agresividad constante en sus intervenciones, que la llevaron a enfrentarse a un senador de baja estatura física , pero de alta estatura política: es decir un “viejo lobo político”. En otro término el Sr. Rodrigo Hinzpeter en su calidad de Ministro del Interior le pena el problema del ciudadano pakistaní y por otro lado el manejo de su lenguaje político, llegando a proferir respecto a los congresistas de oposición epítetos tales como: “Obstruccionismo” y "Majadería"… esto no merece comentario, lamentablemente a una democracia estas situaciones no le favorece en nada, específicamente cuando es deseable la anuencia de esos mismos parlamentarios interpelados, al momento en que se recurre a sus votos para apoyar las iniciativas legislativas que el gobierno proponga por el bien del país.

En la otra vereda la concertación es una coalición que pierde vigencia al no reformularse, ya que actualmente no cabe duda que no representa los intereses de la ciudadanía popular, es más ella es culpable de haber entregado a las leyes del mercado los suministros básicos de energía y aguas. No sólo estos sino que además los medios de comunicación, engañando a sus partidarios con la venida de una alegría que traería mayor libertad, cuando la única libertad la han tenido los empresarios que han aumentado sus utilidades a expensas de la penurias de los chilenos y que en el caso de la propiedad de los medios estos se han concentrado en los “dueños del país”.

Cabe preguntarse hasta cuando nos dejamos engañar con una constitución que no refleja las necesidades democráticas de nuestro Chile, la que debiera explicitar sus obligaciones con la salud y la educación de los chilenos y chilenas. Es aquí que no me extrañaría que estos movimientos sociales comenzaran muy pronto a apuntarse hacia un cambio constitucional, que ni la prometida alegría concertacionista nos trajo, y que difícilmente una alianza por el cambio lo haga.

Respecto a los congresistas de este país en general utilizan una dudosa ética, que se demuestra desde el momento en que se postulan, ya que no faltan quienes se declaran independientes para una vez elegidos muestren su verdadera tendencia al inscribirse en un partido, a otros hay que aceptarles sus rabietas egocéntricas al declararse independiente luego de años de militancia partidista, y sin olvidar a aquellos que se pasan a los bandos contrarios, quizás porque que hoy no parece haber una gran diferencia ideológica respecto al manejo económico, primando una decisión de interés personal que no tiene en cuenta para nada a quienes representan.

En este estado de cosas actualmente Chile tiene un presidente con un perfil mediático indiscutible, que de acuerdo a las encuestas sobre su gestión personal ha venido cansando a una gran parte de los que votaron por él, con tal de no permitirse un nuevo gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quién además representaba a una concertación que llevaba 20 años cohabitando de un modelo político y económico; binominal y neoliberal respectivamente, del cual no ha demostrado intenciones eficaces de alterar, en corolario la alianza es ni más ni menos que una continuidad de un mismo modelito.

Aquí parece oportuno dar cuenta de las interpretaciones que hacen los defensores del modelo neoliberal al momento de explicar la importancia de la competitividad de las actividades económicas en el bienestar de los chilenos, cuando señalan que la libre competencia provee de menores precios en los productos de consumo. Sin duda esto es posible si la libre competencia se diera en un contexto moral, lo cual es una utopía deseable pero no posible, cuando tenemos un mercado que más parece un campo de batalla en el cual se hacen desaparecer tiendas, almacenes, ferreterías y farmacias en los barrios populares, reemplazándolos por unos pocos Retail y Cadenas de Farmacias que optan por hacer colusión de sus precios, de lo cual evidentemente no se puede esperar un chorreo de beneficios.

El caso de los medicamentos es un ejemplo bastante representativo de lo anterior, en que se hace explícita la verborrea beneficiosa del libre mercado, cuando indican la importancia del aumento de la accesibilidad y prometida disminución de los precios de los medicamentos, si se autoriza la venta de los fármacos de actual venta directa en las góndolas de los supermercado. Craso error interesado, primero porque estos fármacos ya son los más baratos, conociéndose que los más caros son aquellos que necesitan de una receta médica para ser dispensado en las farmacias. Segundo respecto de la accesibilidad casi no existen supermercados que no tengan una farmacia en sus formato comercial.

Por tanto si se desea realmente evitar una colusión de precios porque no promover un marco jurídico que privilegie la instalación de una farmacia en barrios por cada profesional farmacéutico, con ello si estaríamos en condiciones de mejorar la accesibilidad de la población, sin tener que el usuario deba agregar al costo de los medicamentos el traslado al centro comercial para adquirir sus recetas, esta decisión además permitiría que el medicamento cumpla el rol social que le ha asignado la Organización Mundial de la Salud.

La actual legislación chilena no tiene grandes impedimentos para un gobierno sensible a los intereses del empresariado, muy por el contrario ya que no necesita hacer grandes esfuerzos para imponer una agenda gubernamental que instale con fiereza la liberación económica y aumente la desregulación empresarial.

Claro está que para bien o para mal cada uno de nosotros puede adoptar su propia perspectiva, hoy somos gobernados por un empresario que no parece diferenciar lo político de lo económico, de aquí que su equipo de gobierno este integrado por personas que son ex- gerentes que incluso mantienen algún tipo de vinculación, con compañías muy conocidas por los chilenos como lo son: Líder, Falabella, Clínica Las Condes, Universidad del Desarrollo, Celulosa Arauco, Eléctrica Guacolda entre otras.

Tampoco podemos olvidar señalar que los gobiernos de la concertación poco hicieron para generar las oportunidades de transformación que permitieran un cambio sistémico importante en materia constitucional, es evidente que esta coalición de centro izquierda gobernó manteniendo los criterios económicos de la derecha, lo cual me obliga a reiterar mi sentimiento de continuidad que representa a su vez el actual gobierno, sólo con la salvedad de exacerbar su orientación neoliberal.

De aquí que se hace muy necesario que llegue la hora de la madurez ciudadana, para que tengan la capacidad de reflexionar sobre el objetivo que tienen aquellos parlamentarios que dedican parte de su tiempo a otorgar dádivas eleccionarias interesadas, cuando pagan los hot-dogs y las cervezas, o le llevan flores en el día de la madre, y por tanto se les comience a exigir respuestas sobre los problemas país, como son la calidad de la educación, la salud, sus posiciones ante los proyectos energéticos, el aborto, la eutanasia y la reivindicación de los homosexuales por nombrar algunos.

La ciudadanía debe demandar enérgicamente ante los parlamentarios de centro izquierda, que generen los espacios para atender a las necesidades de los sectores más desposeídos de la sociedad chilena, a fin de responder a las necesidades reales de sus representados. No es posible soslayadle a la concertación que en sus cuatro gobiernos nos dejaron una deuda respecto a la triada prometida: Mayor democratización, mayor desarrollo económico y resolver la equidad social.

Esto hace pertinente que los partidos políticos deban vincularse a los planteamientos que promueven las redes sociales, trabajando en crear las instancias que mejoren la actual situación comunicacional que no favorece un sistema de medios pluralista, sino deberemos aprender a aceptar la hegemonía de un gobierno de gerentes–técnicos, que caractericen a la actual oposición como chilenos contrarios a los intereses del país.

También es importante recordarles a quienes participan en los movimientos sociales que deben estar atentos a la estrategias de la actual manera de gobernar, la cual responde a la creación de programas de transferencia condicionada a pérdida de derechos sociales adquiridos, que por lo demás se justifican por las autoridades económicas, como única forma de enfrentar la actual brecha de desigualdad social. Esto es un artilugio que confunde los síntomas con las causas de tales desigualdades.

En otras palabras cuídense del “clientelismo” que propone esta nueva forma de gobernar, porque este conduce ineluctablemente a un nivel de fidelización con objetivos eleccionarios y aumento de la popularidad en las consabidas encuestas. Si usted duda de este clientelismo apunte los siguientes ejemplos: Bono a las madres por hijo nacido vivo, bono para matrimonios que celebren bodas de oro, extensión del postnatal, estudio de la aplicación de programas solidarios que permitan bonificar algunos aspectos en salud, asignación de fondos educacionales que permitan a los usuarios la “libertad de elegir” al utilizarlos entre las instituciones públicas y privadas, lo cual es el camino corto para ir hacia un desmedro de los recursos públicos, con las consecuencias lógicas de la reducción de la presencia del estado en el área de la educación.

Tal como están las cosas los gobiernos de la concertación nos trajeron ciudadanos descontentos, que incluso pueden haber elegido el actual gobierno de la alianza, por el sólo hecho de haber optado por un voto utilitario en vez de un voto de conciencia, y al parecer por las encuestas ya no tienen grandes esperanzas del marasmo piñerista.

Ni alegría, ni cambio parece ser la consigna de los movimientos sociales.

Nota importante: Para aquellos estudiosos de la sociología y la psicología debo advertirles que en este artículo no he considerado las facetas de legitimidad democrática, como tampoco la desafección política entendiendo que estos conceptos necesitan una mirada distinta que se enmarca en la multidimensionalidad del fenómeno cultural político. Por cuanto la faceta aquí tangencialmente tocada más se acomoda al concepto de descontento político.

Andersson, Christopher J.; Guillory, Christine A. 1997. “Political Institutions and Satisfaction with Democracy: A Cross-National Analysis of Consensus and Majoritarian Systems”. American Political Science Review 91:66-81.

Habermas, Jürgen. 1975. Legitimation Crisis. Boston: Beacon Press.

Putnam, Robert. 1993. Making Democracy Work. Civic Traditions in Modern Italy. Princeton: Princeton University Press.

Indignaos,2011

Pinguinos, 2006

Thursday, June 02, 2011

UCN 55 años: Reflexionando un nuevo aniversario

Por estos días la Universidad Católica del Norte cumple 55 años, para la ocasión se han realizado diversos actos públicos entre los cuales podemos nombrar un Claustro Pleno, Misa de Aniversario y Almuerzo de Camaradería en el Hotel Antofagasta de nuestra ciudad. En el primero de esto su alta autoridad académica ha dado cuenta del estado de la gestión universitaria especialmente referida al pasado año 2010, de los antecedentes entregados a los sones de las cuatro estaciones de Vivaldi, se puede colegir que este centro de educación superior se encuentra en situación espectacularmente exitosa, sustentado en indicadores duros como la acreditación por 6 años.

Indudablemente esta es una perspectiva optimista que de acuerdo a los indicadores explicitados podemos concordar. No obstante de ello cabe preguntarse si la comunidad universitaria debe sentirse satisfecha por esto, aunque especialmente estimo que debemos ser precavido de considerar que este no sea uno de los objetivos que le interese a la institución evaluar. De hecho la misa de aniversario en su homilía estuvo preocupada de resaltar la importancia del diálogo de todos los que son parte de la cotidianidad universitaria, considerando que esta no es más que una intención de buscar instancias en las cuales se promuevan los espacios para que esto ocurra con todos los estamentos.

Particularmente preferiría no apartar mi mirada del acto de comprobación de si estos indicadores se correlacionen positivamente con la calidad de los profesionales que salen de nuestras aulas al mundo laboral. Quizás por ello sería primordial manejar indicadores de la relación docentes por área profesional, disponibilidad de aulas prácticas, e incluso cuantos de nuestros titulados y en que lapsus de tiempo logran contratarse en el área para lo cual han estudiado.

Aún más, previamente habría que preguntarse cual es grado de satisfacción de nuestros estudiantes, respecto a una educación que muchas veces se orienta en lo principal hacia la resolución de problemáticas de orden teórico más que a lo práctico. Sin duda con ello estos alumnos están en conocimiento de lo que hay que hacer, lo cual no necesariamente implica un saber de como hay que hacer, recordemos que esto se ajusta a una frase muy conocida de que “otra cosa es con guitarra”. En este sentido debemos cuidarnos de confundir información con conocimiento, siendo imprescindible tener en cuenta que este último debe sustentarse en experiencias prácticas que permitan a nuestros educandos la ejecución de acciones competentes.

Un ejemplo de esto lo ha demostrado la reunión patrocinada por el Ministerio de Salud la semana recién pasada, en la cual el actual ministro de esta cartera se planteó en conjunto con los gremios y los representantes de las academias de la mayoría de los centros de formación superior de las carreras de salud, analizar si estos están considerando las competencias y habilidades en sus currículos de acuerdo a las necesidades actuales y futuras en el orden sanitario. El Ministro Mañalich dejó en claro que los profesionales que surgen de los centros educacionales deben demostrar competencias y habilidades de acuerdo a los tiempos de reforma que se viven en el sector.

La mayoría de los profesionales participantes manifestaron su preocupación por el actual sistema de acreditación, como a su vez de la indiscriminada creación de centros de formación de carreras, en particular del área de la salud que si no han saturado ya el mercado laboral en pocos años más esto será una evidencia ineluctable. Un ejemplo dado corresponde a los 138 centros formativos que imparten la carrera de Enfermería, lo cual pone en duda que la calidad sea uniforme en todos los planteles por muy acreditados que lo estén.

De lo anterior se reclama la falta de responsabilidad de los centros de educación superior en la creación de carreras, decisiones generalmente sustentadas en el aumento de sus matrículas sin asegurar sus implementaciones, ni realizar los estudios que demuestren las necesidades laborales de la sociedad.

Sin lugar a dudas la accesibilidad al mundo universitario se ha globalizado en un mundo de cambio, en el cual el título universitario no habilita para toda la vida laboral, considerando en que hoy por hoy nada es estable ni predecible como tampoco la universidad es la única vía de manejar información, hay que entender que el saber es el pasado lo de hoy es el conocimiento, es decir el saber hacer. Por ello nuestros diseños curriculares deben considerar este cambio de paradigma del proceso de enseñanza – aprendizaje, teniendo muy presente de proponerse cumplir con las demandas de competencias y habilidades laborales, de quienes ofrecen fuentes de trabajo a todos aquellos profesionales que surgen de nuestras universidades.

Finalmente aunque es obvio que he dejado fuera la actual situación del financiamiento universitario, quisiera concluir con otra preocupación sobre la formación en el ámbito actitudinal de nuestros estudiantes en las aulas universitarias, y particularmente cuando la gran mayoría de las instituciones contratantes de profesionales valoran al hacerlo en mayor grado las capacidades de reflexionar, de comunicar, de trabajar colaborativamente, etc. Debemos reconocer que muchos académicos no priorizan estos resultados de aprendizajes en sus enseñanzas, como tampoco lo hace la universidad incluyéndolos en sus enseñanzas y menos sus evaluaciones, en otras palabras como ejemplo de esto no hay evaluación del proceso de aprendizaje en el trabajo en equipo.

Es bueno estar contento por los logros pero no es bueno olvidarse que queda mucho por hacer al interior de nuestras aulas, de lo cual las autoridades también deben dar cuenta.