"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Sunday, June 04, 2017

Una última reflexión en el DDU


Por estos días nuestra comunidad universitaria vive una situación de conflicto, más allá de pensar que ello es una ocasión para trabajar en la construcción  de logros  que mejoren el proceso de enseñanza y aprendizaje; en un contexto de inclusión estudiantil y académico; lo que  conlleva es a una oportunidad para promover espacios asociativos de diálogos, sobre la importancia del bienestar de la convivencia universitaria. Es una evidencia empírica que sin conflictos las oportunidades de cambio disminuyen o no se producen.

Sin dudas que la sociedad ha tenido un cambio en los regímenes de ciudadanía, aspecto que alcanza a las universidades con la responsabilidad ineludible de la formación de profesionales que sean capaces de no sólo ejercer este derecho a ser ciudadano, sino que tengan consciencia de que participar es un deber que incluye deberes.


En esta reflexión no pretendo analizar la movilización estudiantil y sus motivaciones de base, pero me ha parecido importante describir dicho contexto, porque en él se ha dado punto final al Diplomado de Docencia Universitaria(DDU)1, al que un número reducido de académicos accedió a trabajar voluntariamente; con las motivaciones de lograr competencias, en el uso de metodologías activas y aplicación de herramientas didácticas, para la entrega de una enseñanza de calidad.

Cabe destacar que el proceso de enseñanza y aprendizaje  tiene tres actores principales, uno es el estudiante y otro es el profesor, es un espacio con responsabilidades compartidas, que a veces se olvida por algunos de ellos, de aquí que mi visión de enseñar y aprender este centrada en el proceso, pues los compromisos de dichos actores se definen en los perfiles de egresos de cada carrera. El tercer actor es la universidad que con su institucionalidad da el soporte y la sustentabilidad para que dicho proceso se convierta en una realidad social.

Por consiguiente, la disposición de la universidad de apoyar a sus organismos interno; como es el caso del CIMET-UCN2; para que desarrolle actividades de capacitación a los profesores y estudiantes, es una oportunidad para inferir de manera prudente, que no me parece que ayude al diálogo, cuando terminamos por tildar a los actores como buenos y malos estudiantes, o como buenos y malos académicos, o como buena o mala universidad, esto en nada ayuda a los objetivos superiores que persiguen nuestras declaraciones que contribuyen al plan de desarrollo de nuestra comunidad universitaria. Es necesario “ver más allá”, no necesitamos “ultrones”3.

Finalmente, con los años me he convencido que las buenas relaciones son las que nos permiten ser más exitosos y felices, es un factor muy importante para la salud corporal y espiritual, comprendiendo que los conflictos son inherentes a una sociedad, más en la nuestra que debe estar a la vanguardia de los cambios, hay que tener en consideración que ellos deben evolucionar en el contexto de la cultura por la paz social, donde cumplir y exigir los compromisos es primordial para tener buenas relaciones. En palabras de Robert Waldinger: “La buena vida se construye con buenas relaciones”4.

Bibliografía
1.- DDU: Diplomado de Docencia Universitaria (2ª versión).
2.- CIMET_UCN: Centro de innovación metodológica tecnológica, Universidad Católica del Norte.
3.- Parker, Carlos. Los ultrones. Rev. El mostrador, 27 de junio 2013.
4.- Waldinger, Robert. 2015. Qué resulta ser una buena vida? Director of the Harvard Study of Adult Development, one of the most comprehensive longitudinal studies in history. TED.com