"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Wednesday, July 20, 2011

La educación pública en aquellos años

Quizás en ocasiones la naturaleza debe golpear a sus habitantes para recordarles la necesidad de realizar las mantenciones necesarias de los centros educativos, en este sentido quisiera realizar una corta reflexión, empezando por recordar el Liceo de Hombres de Talca (LHT), lugar en el que hace más de 40 años realicé mis estudios de enseñanza media, ya en esa época se podía percibir el evidente deterioro de su infraestructura, sin desconocer los esfuerzos de los directivos de aquel tiempo y el esfuerzo en los años posteriores de su profesorado y estudiantes, por lograr los recursos para realizar las reparaciones y mantenimientos de sus dependencias.

Sin embargo, en mi época de estudiante del LHT alrededor del año 70, las condiciones de los laboratorios de Química y Física eran bastante paupérrimas, la misma situación para la Piscina temperada que prácticamente estaba inutilizada. Las condiciones de la Biblioteca que conservaba obras originales del Abate Molina, la sala de Historia y Geografía, la sala de Artes Manuales, el instrumental y la sala de Música, del Teatro y el Gimnasio tanto en su estructura como equipamiento mostraban la falta de recursos para reparar aquello que producto de su uso lógico hacía menesterosa una mantención.

Quienes estuvimos además internos podemos recordar la situación en que se encontraban los dormitorios (puertas, ventanas, pisos y literas), baños. comedores, aulas y lugares de esparcimientos.

Como decía en su oportunidad un ex profesor de este liceo sobre las vivencias y complicidades de sueños compartidos, quizás algunos recuerden donde se encontraba la Carpintería del LHT, sector en el que tantas veces tuve la oportunidad de conversar con Don Manuel Guerrero (QEPD), quién era un hombre excepcional que emanaba fraternidad por todos sus poros, ahí conocimos varios de nosotros como se realizaba a martillazos y encolados la reparación de los pupitres y bancas que nos servían para recibir en las aulas las lecciones.

De aquí que el viejo LHT fundado el 5 de julio de 1827 empezó mucho antes a mostrar evidencias de su deterioro. Por tanto, no era difícil predecir que su derrotero lo llevaría a estar en la mira para ser demolido, lo que de alguna manera es un sentimiento razonablemente aceptado de que el terremoto pasado dio la oportunidad para que esto se ejecutara. Sin duda que se debe respetar la opinión e informes de los expertos que tuvo a la vista la autoridad, en relación a la evaluación técnica del Liceo Abate Molina (nombre actual del LHT) post terremoto, para realizar dicha demolición.

No obstante lo anterior, en lo personal lo que demando de manera explícita a las autoridades de Talca, es que consideren que el LHT es un patrimonio de millares de ex-alumnos y ex-profesores que hoy se encuentran repartidos, no solo a los largo de nuestro país si no que también más allá de nuestras fronteras.

Quizás una vez más sea tarde para preguntarse que apoyo recibieron las autoridades liceanas, durante todos estos años para asegurar que este recinto educacional estuviera en condiciones de continuar realizando su misión formadora.

Al finalizar esta reflexión me hago dos preguntas, la primera: ¿Quizás el tiempo mejor fue para quienes nos cobijábamos en sus dependencias, pero para sus estructuras ya no eran tiempos mejores?, la segunda: ¿Qué responsabilidad le cabe al Estado de Chile en el deterioro de la educación pública?

Sin lugar a dudas el Estado de Chile tiene una deuda con la educación pública chilena.

http://www.lam.cl/

http://www.redmaule.com/presentan-plan-de-reconstruccion-para-liceo-abate-molina-de-talca