"Veritatis simplex oratio est"

Séneca

Saturday, November 14, 2009

2012: The fear of death
Francisco de la Fuente V.

Al iniciar este comentario partiré por recordar de Hobbes su perspectiva pesimista referente a que el sometimiento de los hombres se sustenta, en que estos sin excepción son impulsados en una última instancia por el sentimiento del miedo. En este mismo sentido posteriormente Spinoza se nos muestra confirmándonos este aspecto, al afirmar que los individuos están obsesionados por un inextinguible deseo de autoconservación.

Es evidente que todos los seres humanos nos movemos cotidianamente por los mismos afectos, donde las diferencia sociopolíticas y económicas no alcanzan el nivel de importancia ante las similitudes existentes por las cuales nos movemos interiormente. El sapiens le es imprescindible abocarse a estar-en-el-mundo para realizar ese sentimiento de autoconservación, por ello si continuamos apoyándonos en el pensamiento del mismo Spinoza, respecto a que al vulgus le es imperioso envolverse en representaciones sensibles, es decir en “imaginaciones”.

De aquí que no encuentro temerario afirmar que Roland Emmerich el director del 2012 sabe de esto cuando afirma que: “Siempre me han fascinado las profecías, cada cultura ha tenido un mito..”. Ante esto es que tampoco podemos dudar de su afán apocalíptico, tanto en sus películas anteriores como en su actual saga que no he visto, de lo cual me justifico porque no es mi interés el comentar sus posibles bondades, sino que mi motivación es destacar en este director su persistente empeño en ponernos frente al sentimiento humano del “fear of death”.

Hablando de miedos el diario vaticano "L'Osservatore Romano" ha publicado un comentario sobre la película "2012", en la que, entre otros, también acaba destruido el propio Vaticano, en el afirma que “2012” busca combinar la arqueología "para suscitar nuevos miedos y manipular los antiguos". Quizás al L'Osservatore le preocupe que se acuda a la historia constantemente para construir escenario futuros amenazantes con atisbos fuertes de credibilidad, como ocurre en este caso en particular con el cómputo del tiempo que señala el calendario de la antigua civilización maya.


¡Fin del Mundo! o ¿Fin de mundo?: Si deseamos hacernos de esto una problemática a reflexionar, me parece lógico que individualmente cada uno obtendrá de acuerdo a sus propios temores una respuesta o en palabras bíblicas un “arca” para ello. En lo personal prefiero guiarme por estas palabras de Teilhard de Chardin:

“Yo creo que el universo es una evolución; yo creo que la evolución se dirige hacia el espíritu; yo creo que el espíritu culminará en un Dios personal; Yo creo que la Persona Suprema es el Cristo Universal”


Lo que estas palabras me hacen sentir es de que ante escenarios como 2012, debo menesterosamente llamar la atención en ustedes, de que el fin del mundo no es lo mismo que el de la tierra y menos el del ser humano, esta es una cuestión relevante. Respecto a esta creación cinematográfica de Emmerich de la destrucción de la tierra misma a través de un cataclismo sideral, me parece demasiado azarosa para considerarla como un hecho serio, además de que ello nos llevaría adelantarnos a un escenario futuro, que lo único que nos pueden dejar como corolario es infelicidad.

Es posible que hacia el 20 o 21 o 23 de Diciembre del 2012 a una hora que parece que no ha sido anunciada, lo que suceda es que haya un cambio más en lo simbólico que en lo terrestre. Esto al menos como evento evolutivo no necesita de una profecía para aventurar una opinión como un escenario futuro. También desde otra perspectiva es aconsejable no temer a la muerte pues es inevitable que ella nos visitará a su debida oportunidad, más importante es preocuparnos en el día a día de que manera contribuimos como humanos en avanzar hacia ese punto omega que nos insinuara Teilhard de Chardin.